El arca rusa (Русский ковчег) es una película rusa estrenada en 2002 y dirigida por Aleksandr Sokúrov. Pero va más allá que una simple película. Es un atrevido experimento y un fascinante ejercicio de estilo, rodado en un marco incomparable como es el Palacio de Invierno de San Petersburgo.
Dos son los personajes protagonistas del filme. Uno es el narrador, al que nunca vemos, sólo escuchamos su voz, que se presenta a si mismo diciendo que es un fantasma que vaga por el Palacio. Toda la película está rodada desde su punto de vista. El otro, al que llama "el Europeo", es Astolphe Louis Léonor, marqués de Custine, un aristócrata y viajero francés del siglo XIX, famoso por sus libros de viajes, especialmente por su obra La Russie de 1839, en la que hace un minucioso análisis de la sociedad rusa y se muestra muy crítico con su aristocracia y su realeza.
El Palacio de Invierno |
Lo que hace sorprendente a El arca rusa es la manera en que se rodó. Porque este insólito filme se rodó en una sola toma; la película es en realidad una única secuencia de 96 minutos, sin cortes, sin pausas, sin montaje. Casi un millar de actores y extras (incluyendo tres orquestas) fueron empleados en el rodaje, con una planificación milimétrica que se ensayó durante meses, sabiendo que cualquier error obligaría a detener el rodaje y comenzar de nuevo. Y de hecho, el filme se completó al cuarto intento; en los tres primeros diversos errores obligaron a detener la grabación y volver a empezar.
Técnicamente, también fue una película innovadora. Se rodó en formato digital de alta definición, sin comprimir (el material grabado pasaba directamente a un disco duro), aunque luego para su exhibición comercial se pasó al formato de 35 mm. La cámara empleada (una Sony HDW-F900) se diseñó específicamente para este rodaje y el director de fotografía, el alemán Tillman Büttner, que también actuó como operador de cámara, usó un Steadicam, un sistema estabilizador de cámara que permite al operador llevar la cámara unida a su cuerpo con un arnés, lo que le posibilitó rodar desde su punto de vista eliminando los molestos saltos y sacudidas típicos del rodaje cámara al hombro.
El filme se rodó en el Palacio de Invierno de San Petersburgo. El que fuera residencia oficial de los zares de Rusia durante casi dos siglos forma parte en la actualidad de uno de los museos más importantes del mundo, el Hermitage, y por eso no podía permanecer cerrado mucho tiempo, por lo que la grabación se realizó en un sólo día: el 23 de diciembre de 2001.
Sergey Dreyden interpreta el papel de Custine, mientras que quien pone voz al narrador es el propio director, Aleksandr Sokúrov. Asistimos a un despliegue de belleza pocas veces visto en la pantalla, donde a la impecable dirección artística, con todos esos atuendos de época y sus correspondientes peinados, se suman las numerosas obras de arte de grandes maestros (Rembrandt, El Greco, Rubens, Tintoretto...) que pasan ante nuestros ojos. Toda esta demostración refuerza el carácter sugerente de esta película, en la que acompañamos a los protagonistas en ese viaje por el Palacio (el "arca rusa" a la que alude el título) en cuyo interior se guarda buena parte de la memoria histórica y cultural de Rusia, en una mirada a la vez nostálgica y crítica con el pasado de su país. Y aunque Sokúrov fue acusado de reaccionario y de ensalzar al régimen zarista, esta reflexión sobre el devenir del tiempo y de los acontecimientos que marcaron la historia rusa va mucho más allá de un simple retrato de un lugar o época.
すべてのメリークリスマス |
Tal como lo describes, la película puede ser una obra maestra. Menos mal que no han incluido la "toma del palacio de invierno" al estilo de Eisenstein, con tanto "extra" la cosa se habría complicado aún más.
ResponderEliminarAunque parece que el asalto al palacio de invierno solo existió en la mitología de la revolución. Parece ser que realmente, los bolcheviques entraron en el palacio tranquilamente y arrestaron a lo que quedaba del gobierno de Kerensky sin violencia ni disparar un solo tiro.
En tiempos de cine de superproducciones absurdas llenas de efectos especiales, algo así se agradece. También no esta nada mal que el resto de los europeos tengamos una buena visión del presente y el pasado rusos para entender mejor a ese gran país, que nos guste o no, condiciona nuestro tiempo actual.
¡¡ Felices fiestas !!.
No se si calificarla de obra maestra, pero sin duda es una película diferente y fascinante, y muy arriesgada. Felices fiestas, Rodericus (perdón por la felicitación tardía, he estado unos días fuera, alejado del mundanal ruido)
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