domingo, 21 de noviembre de 2010

El incidente de Dogger Bank

Ocurrió en octubre de 1904. Se había declarado la guerra entre los imperios ruso y japonés, y los nipones habían atacado por sorpresa la flota rusa del Pacífico en Port Arthur, dejándola seriamente tocada. El zar Nicolás II ordenó que zarpara la flota del Báltico y que se dirigiera inmediatamente al Pacífico para participar en los combates, lo que hizo descendiendo por el mar del Norte en dirección a África, para doblar luego el cabo de Buena Esperanza hacia el Índico.
Ante todo, hay que resumir el estado de la flota rusa: en una palabra, lamentable. Sus barcos eran obsoletos, lentos, mal equipados y mantenidos. Su tripulación, escasa, mal pagada y escasamente entrenada. Y sus oficiales, en su mayor parte eran incompetentes, casi todos aristócratas que habían logrado su puesto por sus influencias familiares y no por sus méritos.
La tarde del 21 de octubre, a la altura del llamado Dogger Bank, el buque auxiliar Kamchakta anunció por radio al resto de la flota que estaba siendo atacado por barcos japoneses. Los rusos sabían que recientemente habían sido botados cuatro barcos torpederos construidos para los japoneses en astilleros británicos, así que creyeron que se trataba de éstos. Pero en realidad, el capitán del Kamchatka, totalmente borracho, había confundido el tráfico normal de la zona (un pesquero alemán, un mercante sueco y una goleta francesa) con barcos de guerra japoneses. Y les disparó ¡300 proyectiles! antes de detener el ataque. Afortunadamente, la pésima puntería de los rusos hizo que no alcanzaran a ningún barco.
Pero no acabaron ahí las desventuras de la flota rusa. Esa misma noche, el Kamchatka transmitió una confusa señal al resto de la flota, que interpretó que avisaba de la presencia de los japoneses, cuando realmente quería decir que estaban sin novedad. Lamentablemente, la espesa niebla hizo que los rusos confundieran a un grupo de arrastreros británicos con la flota enemiga y abrieron fuego contra ellos. El "combate" fué tal alarde de descoordinación y mala puntería que incluso el crucero Aurora recibió daños por fuego amigo. También uno de los pesqueros británicos fué hundido y varios de sus tripulantes, muertos.
El incidente provocó la ira del gobierno británico y la burla internacional contra las tropas rusas. Sólo una apresurada negociación impidió que se declarara la guerra entre Rusia y Gran Bretaña, diez años antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. El asunto se zanjó con las excusas de los rusos y una generosa indemnización a las familias de las víctimas. Los oficiales rusos declarados culpables del bochornoso incidente fueron desembarcados en Vigo y enviados de vuelta a Rusia, donde fueron sometidos a juicio. La flota rusa pudo seguir camino hacia su destino. No tuvo demasiada suerte: en mayo de 1905 entró en combate con la flota japonesa en el estrecho de Tsushima y fué prácticamente aniquilada.

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