viernes, 15 de abril de 2011
William Holden, mal perdedor
El 22 de febrero de 2009, en la octogésimo primera ceremonia de entrega de los premios Oscar, el actor australiano Heath Ledger, fallecido trece meses antes, resultó premiado con el Oscar al mejor actor de reparto por su interpretación del Joker en El caballero oscuro. Se convertía así en el segundo Oscar póstumo de interpretación de la historia de los galardones. El primero había sido el actor británico Peter Finch, quien en 1977 recibió el Oscar al mejor actor protagonista por su impactante interpretación en la película Network tras haber muerto de un ataque al corazón sólo dos meses antes de la ceremonia. La anécdota la protagonizó otro actor, William Holden, nominado al mismo premio por la misma película. Holden era el gran favorito hasta que la muerte de Finch decantó los votos hacia él, por aquello del factor emocional. Cuentan que Holden dijo en cierta ocasión, refiriéndose a lo sucedido: "Si ese cabrón no hubiera muerto, yo habría ganado el Oscar"
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