La única fotografía conocida de los disturbios de Christie Pits, tomada por un fotógrafo del periódico "Globe and Mail"
Cuando se habla de los movimientos fascistas en el período de entreguerras, inmediatamente pensamos en Alemania e Italia. Ciertamente, fueron el máximo exponente, pero los movimientos fascistoides se dieron en prácticamente toda Europa, e incluso en Norteamérica. Incluso en la habitualmente tranquila Canadá hubo disturbios motivados por el antisemitismo, y los más conocidos fueron los de Christie Pits.
Todo comenzó como un problema territorial. A principios del siglo XX la población de la ciudad de Toronto era en su mayor parte de origen anglosajón, pero había varias minorías de cierto peso, entre las cuales la más numerosa era la judía, formada principalmente por personas de clase media-baja, empleados, obreros y similares. Como por motivos económicos y sociales tenían vedado el acceso a los lugares de veraneo más elegantes, fuera de la ciudad, los judíos, especialmente las familias y los jóvenes, preferían durante el verano ir a pasar su tiempo de ocio a alguna de las playas de la ciudad. Pero esas playas estaban en barrios de población anglosajona, que veían con desagrado la llegada de los "intrusos". Ya había habido algunos enfrentamientos de poca importancia entre grupos de jóvenes de ambas comunidades, pero todo se agravó en 1933.
La Gran Depresión, iniciada en 1929, había aumentado notablemente el descontento social y la conflictividad entre las clases menos favorecidas. Y en enero de 1933, Adolf Hitler era elegido Canciller de Alemania y ganaba poco después, en marzo, las elecciones parlamentarias obteniendo el poder absoluto en Alemania. No tardaron en llegar noticias de las medidas que los nuevos gobernantes tomaban contra los judíos: expulsados de sus empleos, perdiendo sus derechos... algo que afectaba mucho a los judíos de Toronto. Y los jóvenes enfrentados a ellos pensaron que era una buena idea para fastidiar a los judíos. No tardaron en crearse los llamados "Clubes de la Esvástica" (los primeros se constituyen en julio), que presentándose como "clubes sociales" hacían pública exhibición de simbología nazi. No todos eran auténticos simpatizantes nazis; la mayoría eran unos muchachotes descerebrados que sólo buscaban fastidiar a los que veían como sus rivales. Las protestas de los judíos, apoyados por la alcaldía y otras autoridades, hicieron que los clubes se disolvieran oficialmente el 11 de agosto y se retiraran los símbolos nazis (aunque algunos de sus miembros, de ideología auténticamente fascista, se unieron a la llamada Asociación Esvástica de Canadá, un grupo mucho más organizado y radical). Sin embargo, el trasfondo del enfrentamiento permanecía ahí, como se demostraría poco después.
El 14 de agosto se disputó un partido de las eliminatorias del torneo local de softball juvenil, que enfrentó a los equipos del Harbord Playground, compuesto mayoritariamente por judíos, y del Saint Peter's, patrocinado por una parroquia local. El encuentro tuvo lugar en un campo de beisbol del parque de Christie Pits (que por entonces se llamaba todavía Willowvale Park). Durante ese partido, un grupo de jóvenes locales que se hacían llamar Pit Gang exhibió una pancarta con una cruz gamada para provocar a los aficionados judíos. Hubo nuevas protestas y advertencias por parte de la policía, que no fueron tenidas en consideración. Dos días después, el 16, ambos equipos volvieron a enfrentarse en el siguiente partido de la eliminatoria. Y de nuevo varios aficionados locales volvieron a mostrar una pancarta con una esvástica. Fué más de lo que podían soportar los aficionados judíos, que se lanzaron masivamente contra los provocadores, iniciándose una monumental pelea que se extendió fuera del campo. Conforme se extendía la noticia del enfrentamiento, más y más personas llegaban para tomar parte en él. Los combates se extendieron por las calles, donde cientos de personas se enfrentaban con las manos o con cualquier tipo de arma que pudieran encontrar. Grupos de inmigrantes italianos y rusos hicieron causa común con los judíos y se enfrentaron a los anglosajones.
Los disturbios se prolongaron más de seis horas, y se calcula que en ellos tomaron parte unas 10000 personas. No hubo muertos, afortunadamente, pero si numerosísimos heridos. Sólo hubo cinco detenidos, y sólo uno recibió una (leve) condena.La sociedad de Toronto quedó tan conmocionada que el alcalde Stewart prohibió la exhibición de cualquier tipo de simbología nazi y tomó severas medidas de orden público para evitar posteriores enfrentamientos.
Placa en el parque de Christie Pits, en memoria de los disturbios
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