viernes, 12 de octubre de 2012
James Bond, agente secreto... ¿¡¡¡de la CIA!!!?
Últimamente se está hablando mucho en los medios de comunicación del famoso agente británico James Bond, con motivo del 50º aniversario de su primera aparición en el cine en 1962 (007 contra el doctor No) y el inminente estreno mundial de Skyfall, la que hace el número 23 de las adaptaciones en la pantalla grande del personaje creado por Ian Fleming. Pero es un hecho poco conocido que la primera aparición de Bond en pantalla fué en una serie televisiva en el año 1954.
La serie se titulaba Climax! y era una producción de la CBS que duró cuatro temporadas, entre 1954 y 1958, con un total de 166 capítulos de unos 48 minutos de duración, rodados en blanco y negro y, la mayor parte de ellos, emitidos en directo. Casi todos con temáticas de misterio e intriga, y en algunos de ellos intervinieron actores de prestigio como Carlton Heston, Claudette Colbert, Vincent Price, Lee Marvin, Vera Miles o Angela Lansbury.
El tercer episodio de la primera temporada, emitido el 21 de octubre de 1954, fué una adaptación de la primera novela de la serie Bond, Casino Royale, publicada por Ian Fleming en abril del 53. La CBS se hizo con los derechos de la novela antes de que la productora Eon Productions, la responsable de las adaptaciones cinematográficas de Bond, se hiciera con el resto de la serie (pese a intentarlo, Eon no pudo conseguir los derechos de Casino Royale hasta los años noventa, por eso no se hizo una adaptación cinematográfica hasta el 2006, si exceptuamos la versión satírica de 1967). Incluso se dice que este episodio era en realidad el piloto para una serie protagonizada por el personaje, que nunca se llegó a realizar.
Su protagonista fué Barry Nelson, un actor de segunda fila cuya carrera discurrió en el medio televisivo en su práctica totalidad. Y como era de esperar, la trama presentaba sustanciales cambios con respecto a la novela original. Y acaso el más llamativo de ellos era que Bond dejaba de ser súbdito británico y se convertía en norteamericano. Dejaba de pertenecer al MI6, al servicio de Su Graciosa Majestad, para estar a las órdenes del tío Sam en una agencia llamada "Combined Intelligence Agency", cuya analogía es más que evidente. De hecho, ni siquiera se hace llamar James; en esta versión es (pásmense) ¡Jimmy Bond!. El argumento se simplifica enormemente (lógico, si se considera que debía encajar en una emisión de menos de una hora), hay personajes que desaparecen (como Vesper Lynd), tampoco se hace referencia a la organización para la que trabaja el malvado Le Chiffre... Y, tratándose de una emisión "para todos los públicos", la carga de violencia se reduce a la mínima expresión.
Siendo objetivos, la calidad de esta adaptación es bajísima, con actores sobreactuados, errores de coordinación (cosas del directo), diálogos bordeando el ridículo... Pero para la historia queda haber sido la primera vez que Bond, James Bond, salía de las páginas de sus libros para cobrar vida en una pantalla.
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