lunes, 26 de agosto de 2013

El día que Pancho Villa invadió los Estados Unidos

José Doroteo Arango Arámbula, "Pancho Villa" (1878-1923)

Era la madrugada del día 9 de marzo de 1916. El pueblo de Columbus (Nuevo México) dormía tranquilamente esperando el amanecer, sin imaginar la amenaza que se cernía sobre él. Hombres armados procedentes de México se acercaban a la localidad, dispuestos a caer sobre ella.
Las turbulencias de la Revolución mexicana habían visto sucederse en pocos años a varios presidentes: Porfirio Díaz (derrocado en 1911) dio paso a Francisco Madero, derrocado y fusilado en 1913 tras un golpe de estado dirigido por el general Victoriano Huerta. Y cuando, a su vez, Huerta fue derrocado en 1914, se creó un vacío de poder. Los principales líderes revolucionarios se reunieron en Aguascalientes a partir del 1 de octubre de 1914 y de las conversaciones salió elegido presidente el general Eulalio Gutiérrez y jefe del ejército Pancho Villa; pero Venustiano Carranza, que aspiraba a ser reconocido presidente, no acató la decisión y volvió a su cuartel general en Veracruz, donde levantó a sus tropas contra el nuevo gobierno, apoyado por buena parte del ejército.
Pancho Villa dominaba la mayor parte del norte del país con sus tropas. Al principio de la Revolución, su relación con las autoridades norteamericanas era excelente: frecuentaba los pueblos de la frontera, donde lo recibían como a una celebridad y se detenía a comer helados de fresa (una de sus debilidades), compraba armas y suministros a comerciantes yanquis e incluso se entrevistó en alguna ocasión con altos cargos militares, como el general Hugh Lennox Scott, Jefe de Estado Mayor del Gobierno de los EEUU.
Sin embargo, las cosas pronto empezaron a cambiar. El gobierno del presidente Woodrow Wilson empezó a mostrar sus preferencias por Carranza, quien no sólo era considerado un aliado más fiable que Villa, sino que además estaba dispuesto a negociar la cesión a los EEUU del territorio de Baja California, algo que Villa había rechazado totalmente. Por eso, poco a poco, los envíos de armas norteamericanas se fueron reduciendo. La gota que colmó el vaso fue la severa derrota que las tropas de Pancho Villa sufrieron en su asalto a la localidad de Agua Prieta (Sonora) el 1 de noviembre de 1915. Allí, el asalto nocturno de los villistas fracasó completamente porque los defensores disponían de reflectores eléctricos, proporcionados por los norteamericanos. Además, las tropas de Villa habían recibido una remesa de munición defectuosa vendida por un comerciante llamado Samuel Ravel, que actuaba siguiendo las órdenes de las autoridades norteamericanas. Y por si fuera poco, más tarde Villa averiguaría que las tropas carrancistas habían viajado desde Texas hasta Douglas (Arizona), ciudad a apenas unos kilómetros de Agua Prieta, en trenes norteamericanos con el permiso del gobierno de Wilson. Villa, enfurecido, juró tomarse venganza de tan gran traición.
A partir de entonces, se sucedieron los conflictos entre Villa y los norteamericanos. Poco después de Agua Prieta, el gobierno de Wilson reconocía a Carranza como legítimo presidente de México. Los hombres de Villa empezaron a atacar a norteamericanos residentes en México. En enero, hombres de Villa a las órdenes del general Ramón Banda Quesada asaltaron un tren de la México North Western Railway y asesinaron a 18 empleados norteamericanos de la empresa minera Asarco. Más tarde, un carcelero de El Paso asesinaba a un grupo de prisioneros mexicanos, quemándolos vivos.
Pero la chispa que verdaderamente incendió a Villa fue Samuel Ravel. Villa había enviado a uno de sus hombres de confianza, el coronel Cervantes, a Columbus (Nuevo México), donde vivía Ravel, a reclamarle el dinero que había pagado por las municiones defectuosas o que, en compensación, le proporcionara una remesa nueva. Ravel, confiado y displicente, le respondió que él "ya no negociaba con bandidos mexicanos". Cuando Cervantes volvió junto a Villa, acampado en la Hacienda San Jerónimo, el Centauro del Norte montó en cólera e inmediatamente se puso en marcha con 589 de sus soldados en dirección a Columbus. Los hombres de Villa cruzaron la frontera a la altura de la localidad mexicana de Palomas, comandados por el general Banda Quesada, mientras que Villa, acompañado de unos pocos hombres, se quedaba en el lado mexicano de la frontera. Quesada dividió a sus tropas en dos grupos; uno se dirigió hacia Columbus y el otro hacia Camp Furlong, un asentamiento militar cercano que servía de base a las patrullas fronterizas.
El ataque comenzó antes del amanecer; las 4:11 am es la hora que tradicionalmente se ha señalado. El resultado fue adverso para los mexicanos, que perdieron a 80 hombres en el combate (73 muertos y 7 prisioneros). Buena parte de ellos, caídos al quedar atrapados entre el fuego cruzado de dos ametralladoras en pleno centro del pueblo. Por su parte, los norteamericanos tuvieron 18 bajas (8 militares y 10 civiles). Samuel Ravel se libró porque estaba en El Paso curándose un dolor de muelas; sin embargo, su hermano mayor fue tomado prisionero y llevado a Chihuahua, donde sería fusilado. Además, los hombres de Villa incendiaron su casa, su tienda y un hotel de su propiedad (el fuego se extendió destruyendo buena parte del centro de Columbus), saquearon las tiendas del pueblo y se llevaron como botín un centenar de caballos y mulas y trescientos rifles.
El gobierno norteamericano reaccionó con rapidez. Era la primera vez que tropas extranjeras invadían territorio norteamericano desde 1812, durante la guerra anglo-norteamericana, cuando tropas británicas procedentes de Canadá llegaron hasta Nueva York y Baltimore. En apenas unos días, una fuerza de 10000 soldados al mando del general John J. Pershing (antiguo amigo de Pancho Villa) llegó a Columbus, y el 14 de marzo cruzaban la frontera en busca de Villa, en la llamada "Expedición Punitiva". La Expedición fue un rotundo fracaso; tras once meses corriendo tras Villa (que se había refugiado en la sierra Tarahumara), sin encontrarlo, se dio por concluída en febrero de 1917, ya que EEUU había entrado en la Primera Guerra Mundial y las tropas eran necesarias. Eso si, estuvieron a punto de provocar una guerra entre México y EEUU por un enfrentamiento en el pueblo de El Carrizal entre tropas estadounidenses y el ejército federal mexicano (del que hablaré en mi siguiente artículo). El único resultado de la Expedición fue la captura de 33 hombres de Villa, que fueron encarcelados en Deming (Nuevo México) en condiciones atroces; varios murieron de hambre en prisión y sólo pasados varios años obtuvieron un indulto que les permitió volver a sus hogares. Pancho Villa moriría asesinado el 20 de julio de 1923, en Hidalgo del Parral (Chihuahua), por orden del general Plutarco Elías Calles, quien temía que Villa se levantara en armas contra él.

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