domingo, 9 de febrero de 2014

El insumergible Sam


Una de las grandes batallas navales de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el 24 de mayo de 1941, en el estrecho de Dinamarca (entre Groenlandia e Islandia). En ella, el colosal acorazado alemán Bismarck y el crucero pesado Prinz Eugen se enfrentaron a los igualmente impresionantes HMS Hood y HMS Prince of Wales, orgullo de la marina británica (de hecho, el Hood era su buque insignia), y a varios destructores que los escoltaban. Como resultado, el Hood se hundió alcanzado por los cañonazos del Bismarck y el Prince of Wales resultó seriamente dañado. Los barcos alemanes se dirigieron entonces hacia la costa francesa, para reparar sus daños en el puerto de Saint-Nazaire, mientras los británicos lanzaban contra ellos a todos los barcos disponibles: seis acorazados, dos portaaviones, trece cruceros y veintiún destructores participaron en la cacería que, finalmente, conseguiría hundir al Bismarck en mitad del Atlántico, el 27 de mayo.
La mayor parte de la tripulación del acorazado alemán murió en el hundimiento. De sus 2200 tripulantes, apenas 114 se salvaron, recogidos por los buques británicos HMS Dorsetshire (85) y HMS Maori (24); los cinco restantes fueron rescatados por un arrastrero y un submarino alemanes. El destructor británico HMS Cossack rescató en el lugar del hundimiento a un peculiar náufrago, aferrado a varios restos flotantes del acorazado: un gato, casi totalmente negro, salvo por unas manchas blancas en la cara y el cuello.
La tripulación del Cossack adoptó al gato como mascota, bautizándolo como Oscar. No tardó en ganarse el cariño de los marineros, en parte también porque para los ingleses los gatos negros traen buena suerte... se ve que Oscar era la excepción. Porque apenas cinco meses después del hundimiento del Bismarck, el 23 de octubre del 41, el Cossack se hallaba actuando como escolta de un convoy identificado con el código HG75 que iba de Gibraltar al Reino Unido, cuando fue torpedeado por el submarino alemán U-563, al mando del capitán Klaus Bargsten, a unos 270 kilómetros de Gibraltar. Un único torpedo impactó en el costado de babor del buque, destruyendo el puente de mando y partiendo prácticamente por la mitad el buque. Se intentó remolcar sus restos hasta Gibraltar, pero el mal tiempo provocó que el barco se hundiera en el Atlántico el 27 de octubre. 159 hombres de su tripulación, incluyendo a su capitán Edward Lyon Berthon, murieron, pero Oscar pudo ser puesto a salvo en uno de los botes salvavidas y rescatado, junto al resto de los supervivientes, por el HMS Legion.
Como el gato, por aquel entonces ya rebautizado como Sam, ya era a todos los efectos un miembro de la Marina británica no tardó en hallar un nuevo "destino" a bordo del portaaviones HMS Ark Royal (conocido como "el barco con suerte" porque había sobrevivido a varios ataques e incluso los alemanes habían creído varias veces que lo habían hundido)... donde apenas estuvo un par de semanas. Porque el 13 de noviembre, de vuelta de una misión en Malta para entregar un envío de aviones, el Ark Royal fue torpedeado por el U-81 (mandado por el capitán Friedrich Guggenberger), abriendo un boquete de casi cuarenta metros en el costado de estribor del buque e inundando sus calderas. Pese a los intentos de remolcarlo hasta Gibraltar, acabó escorando y hundiéndose al día siguiente, a menos de sesenta kilómetros de la base británica. Sin embargo, casi toda la tripulación pudo ser evacuada (sólo un marinero murió como consecuencia del impacto del torpedo), y Sam, al que se daba por desaparecido, fue rescatado por una lancha que lo encontró flotando sobre una tabla. "El gato antes conocido como Oscar" sobrevivía así a su tercer naufragio en menos de seis meses, ganándose el apodo de Unsinkable Sam (Sam el insumergible). Los náufragos del Ark Royal fueron recogidos por el HMS Lightning y (de nuevo) por el HMS Legion. Extrañamente, la aparente mala suerte que el gato parecía atraer se extendió a ambos buques, ya que tanto el Lightning como el Legion acabaron siendo hundidos por los alemanes: el Lightning fue torpedeado el 12 de marzo del 43 y el Legion, bombardeado el 26 de marzo del 42.
Sam acabaría por encontrar un nuevo destino, esta vez en tierra, en la residencia del gobernador británico de Gibraltar. Después de la guerra, Sam fue adoptado por un marinero quien se lo llevó con él a las islas británicas. Sam el insumergible acabó sus días apaciblemente, como mascota de una residencia para marineros en Belfast (Irlanda del Norte), donde murió en 1955. Existe un retrato suyo en el Museo Marítimo de Greenwich.

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