Bladenboro es un tranquilo pueblo de Carolina del Norte, situado a unos 60 kilómetros al oeste del puerto de Wilmington, cuya población no llega a las 2000 personas. Una localidad rodeada por bosques y pantanos, sin mucha historia, pero que en el invierno del 53-54 pasó unos días de miedo y angustia por la presencia de un animal desconocido que acabaría siendo conocido como la bestia de Bladenboro.
Todo comenzó el 29 de diciembre de 1953. Ese día, un perro murió en Clarkton (a apenas doce kilómetros de Bladenboro) atacado por un animal desconocido que los testigos describieron como "estilizado, negro y de unos 1'5 metros de largo". El 31 de diciembre, dos perros propiedad de un vecino de Bladenboro llamado Johnny Vause fueron atacados y muertos junto a su casa en dos ataques sucesivos que tuvieron lugar a las 22:30 PM y la 1:30 AM. Vasue no pudo ver al responsable, pero según su propia descripción los cuerpos de ambos animales estaban literalmente hechos trizas. Al día siguiente, otros dos perros (uno de ellos, parcialmente devorado) aparecían muertos en la granja de Woodie Storm. Y un quinto perro, propiedad de un granjero llamado Gary Callahan apareció muerto en las mismas circunstancias el día 2.
Ante la inquietud que estas muertes provocaron en el pueblo, el jefe de Policía Roy Fores salió en busca del misterioso animal el día 3, acompañado por sus tres perros de caza. Sin embargo, los perros, pese a tratarse de sabuesos de la raza coonhound, cazadores expertos, se mostraron inquietos y asustados y se negaron a seguir el rastro. Ese mismo día, dos nuevos perros aparecían muertos, desangrados y con sus cráneos destrozados. Y en los siguientes días continuaron apareciendo animales domésticos muertos: cabras, cerdos, conejos, más perros... Casi todos, de la misma manera, con sus cráneos destrozados, prácticamente desangrados y con profundas heridas por todo el cuerpo.
También empezaron a circular los testimonios de personas que decían haber visto al misterioso animal. Unas declaraciones que, como suele ser habitual en casos parecidos, diferían bastante unas de otras. Un ciudadano llamado Malcolm Frank lo vio la tarde del día tres cruzando una carretera y lo describió como "de unos cuatro pies de largo (unos 1'2 metros), peludo y parecido a un oso o a una pantera". Pero un joven que afirmó haberlo visto esa misma noche lo describió como bastante más pequeño y acompañado de una cría. Un tercer testigo llamado James Pittnam afirmó haber escuchado esa misma noche junto a su casa un escalofriante rugido similar al lloro de un bebé (varios testigos más afirmarían haber oído a la bestia proferir un sonido similar los siguientes días) y estimaba que el animal pesaría no menos de 150 libras (unos 70 kilos). Sobre las ocho de la tarde del día 4, Lloyd Clemmens vió a la criatura en su patio, acechando a sus perros. Lo describió como grande, oscuro, con una larga cola y el rostro de un gato enorme. Quiso dispararle con su escopeta, pero el animal desapareció silenciosamente en la oscuridad. La mañana del día 5, el jefe Fores y un ayudante pudieron ver al animal atacando a un perro a escasos cien metros de donde se encontraban. También encontraron huellas del animal cerca de allí junto a otras similares pero de menor tamaño. Y esa misma tarde, una mujer llamada C. E. Kinlaw afirmó haber sido perseguida cerca de su casa por un animal similar a un puma, que luego huyó dejando unas grandes huellas en su patio.
Los habitantes de Bladenboro estaban comprensiblemente asustados. Aquel feroz depredador no parecía temer a los humanos, ni siquiera evitaba su presencia. Los cazadores locales no tardaron en organizar batidas por los bosques, las primeras de las cuales tuvieron lugar el día 4. El día cinco ya había unos 400 hombres armados buscando al animal, incluidos varios cazadores expertos llegados de Wilmington (cuyos periódicos habían publicado la noticia de los ataques ese mismo día), que siguieron el rastro del animal a lo largo de tres kilómetros y calcularon que pesaría en torno a 80-90 libras (unos 45 kilos). El día seis ya había 800 cazadores registrando los bosques y el jefe Fores planeaba atar perros en el bosque para usarlos como cebo (idea que al final se desechó). El siete se calcula que unos 1000 hombres participaron en las batidas, mientras la noticia era publicada en medios de todo el país. Finalmente, el día nueve el alcalde Woodrow Fussell prohibió las partidas de caza hasta que se tuviera algún dato fiable sobre el paradero del animal. Una medida tomada por precaución; tantas personas armadas dando vueltas por los bosques, inquietas y asustadas, esperando el menor indicio para abrir fuego... era cuestión de tiempo que se produjera algún trágico accidente.
Mientras, la gente del pueblo seguía atemorizada. Mujeres y niños no se atrevían a salir solos y muy pocos osaban salir después de anochecer. Un vecino que oyó a sus perros ladrar disparó con su escopeta contra una sombra que vió en su jardín y que resultó ser... la bicicleta de su hija pequeña. Y los avistamientos de la bestia se seguían produciendo. El día seis, un joven llamado Dalton Norton vio a un "enorme gato" rondando el porche de su casa. Y el día 11, el animal volvió a ser visto cruzando tranquilamente la carretera, obligando a dos coches a parar. Uno de los ocupantes describió al animal como de color parduzco y atigrado, con orejas pequeñas y aspecto de felino.
Finalmente, el día 13 el alcalde Fussell anunció oficialmente la muerte de la "bestia de Bladenboro": esa mañana, un granjero llamado Luther Davies había encontrado a un lince rojo o bobcat (Lynx rufus) atrapado en una trampa y lo había matado de un disparo. Y como no se volvieron a denunciar mas muertes, la gente se fue calmando y el pueblo volvió poco a poco a la normalidad...
Luther Davis y el alcalde Fussell sostienen el cadáver de la supuesta bestia |
Las especulaciones y teorías fueron muchas. La más obvia, que se tratase de algún gran felino, quizá una pantera, que se hubiese escapado de un circo o un zoológico, pero no se había denunciado nada parecido en la región desde hacía años. El jefe Fores creía que podía tratarse de un lobo, pero los testigos mayoritariamente hablaban de un animal similar a un gran gato, lo que también parece descartar a otra de las posibilidades que se barajaron, el coyote (Canis latrans).
Otra hipótesis que se manejó fue la de que se tratase de un perro asilvestrado. Un vecino de Lumberton (a 20 kilómetros de distancia de Bladenboro) afirmó que creía que la bestia era su perro Big Boy, un cruce de pastor alemán y sabueso que había regalado a un joven nativo americano de la zona tiempo atrás. Un veterinario afirmó que podría haber sido un perro el autor de las muertes, pero tampoco coincide con el "retrato robot" de los testigos, ni con el grito agudo que profería la bestia.
También se especuló con que se tratase de un wolverine o glotón (Gulo gulo), que encaja en cuanto a tamaño, fuerza y ferocidad; pero no hay registros de ejemplares tan al sur (su hábitat son la taiga y la tundra de Alaska y el norte de Canadá). Por supuesto, no faltaron los "expertos en críptidos" que años mas tarde vincularon el caso al famoso "chupacabras".
Entonces, ¿qué era realmente aquel animal? La mayoría de los expertos tienen un sospechoso principal: la bestia de Bladenboro era en realidad un puma o león de las montañas (Puma concolor). El puma es un fenomenal cazador, que puede alcanzar los 2'75 metros de largo y los 120 kilos de peso, dotado de una enorme fuerza (su presa favorita son los grandes ungulados, como los ciervos y los alces). Antaño, se extendía por toda América, desde Canadá hasta Tierra de Fuego; aunque hoy en día su hábitat se ha reducido mucho. En Norteamérica actualmente sus principales poblaciones están en la mitad occidental del continente; en la costa Este no quedan ya poblaciones estables (excepto una prácticamente residual en Florida) pero es relativamente frecuente el avistamiento de ejemplares solitarios procedentes de poblaciones del oeste. Numerosos zoólogos opinan que el comportamiento y las descripciones de la bestia de Blandeboro se ajustan bastante bien al puma. Y de hecho, la señora Kinlaw, que fue perseguida por el animal, siempre había dicho que le había parecido un puma.
Puma (Puma concolor), también llamado león de montaña, cougar o catamount |
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