En abril de 2011, el entonces presidente de España, José Luís Rodríguez Zapatero, se embarcó en una gira por China y Singapur. La crisis económica arreciaba, la economía española estaba en retroceso, y era necesario buscar nuevos inversores, cerrar acuerdos comerciales y estrechar lazos económicos con los pujantes países de Extremo Oriente.
El presidente y su séquito de políticos, banqueros y empresarios comenzaron su visita en Pekín para luego visitar Singapur y a continuación asistir al Foro Económico de Boao, en la isla de Hainan. Fue precisamente en Singapur, en un encuentro con la colonia española en el país, en que a Zapatero se le ocurrió comparar a la economía española con el poderío y la fiabilidad de un gran trasatlántico, "España atraviesa todavía dificultades, pero el barco va a seguir navegando con fortaleza; es un poderoso transatlántico. Estad tranquilos".
Alguien debería haber revisado su discurso, al menos por encima. Quizá así habría caído en la fecha en la que se encontraban, 14 de abril de 2011... el día en que se cumplían 99 años del hundimiento del Titanic.
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