jueves, 16 de octubre de 2014

Escritores y criminales (I)

Miguel de Cervantes

Una de las cumbres de la literatura hispana se las vio con la justicia en un par de ocasiones. En 1592 fue brevemente encarcelado en Córdoba por haber vendido trigo sin autorización y en 1597 pasó varios meses encarcelado en Sevilla, cuando era comisario de abastos, por irregularidades en sus cuentas y por haber depositado dinero público en un banco que luego quebró. Según él mismo cuenta en el prólogo del Quijote, fue precisamente en este cautiverio en el que tuvo su origen la obra capital de la literatura española.


Thomas Griffiths Wainewright

Thomas Griffiths Wainewright, nacido en 1794 en una familia adinerada, recibió una esmerada educación y se convirtió en escritor, poeta y pintor. Pero también era un dandy elegante y derrochador que dilapidó el dinero despreocupadamente, hasta quedar en una situación económica precaria. En 1828, un tío suyo con el que Thomas y su esposa acababan de instalarse murió repentinamente, dejándole una importante herencia. En 1830, su suegra también murió de improviso, al poco tiempo de cambiar su testamento para favorecer a la esposa del escritor. Poco después, las dos cuñadas de Wainewright se iban a vivir con el matrimonio y, antes de que pasara un año, una de ellas, Helene, moría también, justo después de que Thomas hubiese asegurado su vida por una importante suma. Tantas muertes repentinas hicieron crecer las sospechas y las autoridades de la ciudad italiana de Bolonia, donde el escritor se había instalado, lo arrestaron, encontrándole en posesión de una importante cantidad de estricnina. Pasó seis meses en prisión pero, al no probársele los asesinatos, lo dejaron libre. Pero al volver a Inglaterra fue arrestado, no por las muertes, sino por varios cargos antiguos de falsificación y fue desterrado a Australia, donde murió en 1846.

Karl May

El alemán Karl May (1842-1912) sumó varias condenas en su juventud por robos y estafas (en los que a menudo se inventaba identidades ficticias) hasta que, ya pasados los treinta, consiguió trabajo como periodista. Más tarde se haría tremendamente popular gracias a sus novelas de aventuras destinadas al público juvenil.







Knut Hamsun


El escritor noruego Knut Hamsun (1859-1952), premio Nobel de Literatura en 1920 y autor de obras capitales de la literatura nórdica como Hambre o Pan, fue uno de los escritores más influyentes de su época. Thomas Mann, Franz Kafka, Charles Bukowski, Ernest Hemingway, H. G. Wells, Stefan Zweig, entre otros, dejaron clara su admiración por su obra. Sin embargo, sus simpatías por los movimientos fascistas, su manifiesta admiración por el régimen nazi y por la figura de Adolf Hitler (llegó a entrevistarse personalmente con él y escribió un vibrante panegírico tras su muerte) y su apoyo al gobierno títere de Vidkun Quisling que los nazis impusieron en Noruega provocaron su caída en desgracia. Tras la guerra, fue internado en un psiquiátrico y acusado de traición, aunque se le declaró "con sus facultades mentales deterioradas" y fue absuelto. Murió en la pobreza, solo, olvidado y casi ciego, y hoy en día, pese a su importancia literaria, no hay en toda Noruega ni una sola calle que lleve su nombre.

O. Henry


Considerado uno de los maestros del relato breve de la literatura inglesa, de nombre real William Sydney Porter (1862-1910), fue acusado en 1895 de un desfalco en el First National Bank, donde trabajaba como cajero. Para evitar a la justicia, huyó a Honduras, pero al saber que su esposa estaba gravemente enferma, regresó a Estados Unidos en 1897. Poco después fue arrestado y encarcelado. Condenado en 1898 a cinco años de cárcel, cumplió tres años antes de ser liberado por buena conducta.





Alfonso Vidal y Planas

Dramaturgo, escritor, poeta y periodista, Alfonso Vidal y Planas (1891-1965) fue uno de los artistas habituales de la bohemia madrileña de principios del siglo XX. El mayor éxito de su carrera fue la novela Santa Isabel de Ceres, que sería luego adaptada al teatro y al cine. Sin embargo, Planas también era conocido por su carácter impulsivo y violento. El 2 de marzo de 1923, Planas disparó en el Saloncillo del madrileño Teatro Eslava contra Luís Antón del Olmet, periodista hasta entonces amigo suyo, sin que estén claros los motivos (se habló de un asunto de faldas o de una discusión política). Planas fue condenado por homicidio a doce años de cárcel, de los que sólo cumplió tres.

Sergiusz Piasecki

Sergiusz Piasecki, escritor de padre polaco nacido en territorio ruso en 1899 o 1901, tuvo una vida un tanto turbulenta. Se alistó en el ejército polaco siendo todavía un adolescente, más tarde trabajó para el servicio secreto polaco, de donde fue despedido (algunos dicen que por ser un agente doble al servicio de los soviéticos). Después fue contrabandista y asaltante de caminos, lo que le llevó a ser arrestado y condenado a muerte en 1926, pena que luego sería conmutada por la de 15 años de cárcel. Mientras estaba en prisión, escribió su obra más famosa, El enamorado de la Osa Mayor (1937), una novela de carácter fuertemente autobiográfico que narra la historia de un joven que se hace contrabandista y aprende a guiarse tomando como referencia la Osa Mayor.

Arthur Koestler

El escritor y periodista húngaro Arthur Koestler (1905-1983), que vivió buena parte de su vida exiliado en el Reino Unido, fue un intelectual brillante que combatió el comunismo (pese a haber sido militante comunista en su juventud) y que alcanzó una notable fama y prestigio en el ambiente intelectual británico. Sin embargo, tras su muerte, se publicaron varias biografías que sacaron a la luz su lado más oscuro: alcohólico, violento, antisemita (pese a ser él mismo de origen judío), sádico, cruel, maltratador habitual de varias de sus parejas e incluso responsable de varias violaciones.

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