jueves, 10 de diciembre de 2015

El fiasco de las patatas Walkers


Corría el otoño de 2010 y la compañía británica Walkers, fabricante de patatas fritas y otros snacks desde 1948 (y propiedad de PepsiCo desde 1989), lanzó una peculiar promoción. Se trataba de un concurso en el que los consumidores podían ganar pequeñas cantidades de dinero adivinando en qué lugares del Reino Unido iba a llover.
La mecánica del concurso era sencilla. Con los códigos que se entregaban en las bolsas de patatas fritas Walkers se entraba en la web de la promoción. Allí, los concursantes disponían de un mapa del Reino Unido dividido en 21000 pequeñas cuadrículas. Cada código permitía "reservar" una de aquellas cuadrículas un día concreto, durante tres horas. Y si en ese intervalo de tiempo llovía en ese lugar (según los datos del Servicio Meteorológico británico) el concursante obtenía un premio de 10 £. Además, cada bolsa de patatas (que se vendía al precio de unos 40 peniques) tenía dos códigos, lo que doblaba las posibilidades de acertar.


Obviamente, desde la empresa esperaban una baja cantidad de acertantes, y siendo los premios tan pequeños, tampoco suponían que iban a tener que pagar demasiado. Pero cometieron un grave error: subestimar el clima británico. Nadie pareció considerar arriesgado un concurso que premiaba según lo que lloviese en Gran Bretaña, donde la media es de unos 140 días de lluvia al año. Y además, en pleno otoño.

El ex-futbolista Gary Lineker fue una de las imágenes promocionales del concurso
Y sucedió lo que tenía que suceder: los concursantes de la promoción empezaron a ganar de manera masiva. Un estudio estadístico calculó que las posibilidades de ganar eran de una contra ocho, mientras que en la Lotería británica las posibilidades de ganar 10 £ eran de 1 a 57. Walkers perdía dinero a manos llenas; un cálculo superficial demostró que, durante el momento álgido del concurso, la empresa estaba dando 10 £ en premios por cada 3.20 £ de patatas vendidas.
Finalmente, tras varias semanas, y justo antes de una semana que se preveía extremadamente lluviosa en la que la empresa se arriesgaba a sufrir graves pérdidas, la web del concurso apareció fuera de servicio debido a "problemas técnicos". Ya no volvería a estar activa y poco después Walkers dio por finalizada la promoción. El concurso le había supuesto a la empresa grandes pérdidas (se especula que perdió más de un millón de libras) y pasaría a la posteridad como uno de los mayores desastres publicitarios de la historia.


2 comentarios:

  1. Je, je. Supongo que el consejero delegado de la empresa aún está corriendo detrás del director de marketing con una estaca en la mano.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anda que no había cosas con las que podían hacer un concurso, que tuvieron que elegir la lluvia.
      Un abrazo, Rodericus.

      Eliminar