domingo, 15 de diciembre de 2019

La respuesta más grosera de la historia

"Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán Mehmet IV de Turquía" (Iliá Repin, 1880-1891) 

Durante el reinado del sultán Mehmed IV el Cazador el imperio otomano recuperó parte de su esplendor perdido anteriormente por culpa de gobiernos incapaces o corruptos. Se recuperaron las islas Egeas y se llevaron a cabo exitosas campañas militares contra Transilvania o Polonia. Y llegó un momento en el que el sultán quiso aumentar más sus dominios a costa de la región de Zaporozhia, en la actual Ucrania, habitada por cosacos. Lo cual al final se reveló como una mala idea, ya que en 1676 los cosacos, liderados por su koshovyi otamán Iván Sirkó, infligieron al ejército otomano una severa derrota.

Después de eso, el sultán no quiso darse por vencido, y trató por otros medios de imponerse a los cosacos: les envió una carta, un tanto pretenciosa y altanera, exhortándolos a aceptar la soberanía otomana. La carta de Mehmed IV a los cosacos decía así:

"Sultán Mehmed IV a los cosacos de Zaporozhia:

Como sultán; hijo del profeta Mahoma, hermano del sol y de la luna, nieto y virrey de Dios, regente de los reinos de Macedonia, Babilonia, Jerusalén y Alto y Bajo Egipto, emperador de emperadores, soberano de soberanos, extraordinario caballero jamás vencido, firme guardián de la tumba de Jesucristo, fideicomisario y elegido del mismísimo Dios, esperanza y confort del pueblo musulmán, confundidor y gran defensor de los cristianos... Os ordeno, cosacos de Zaporozhia, que os subyuguéis a mí de manera voluntaria y sin resistencia alguna, y a desistir de seguir incomodándome con vuestros ataques.

Sultán Mehmed IV."

Mehmet IV Avci (Cazador) (1642-1693)
Obviamente, el sultán no conocía demasiado el carácter de los cosacos. Porque una carta así, justo después de su victoria, lejos de impresionarlos, les causó una profunda hilaridad. Y decidieron responderle con otra carta, poniendo todo su empeño en que fuera lo más ofensiva e insultante posible. Lo cual, viniendo de los cosacos, es decir mucho.

Así quedó, finalmente, la respuesta de los cosacos:

"¡De los cosacos de Zaporozhia al sultán turco!

Oh sultán, demonio turco, maldito hermano y amigo del demonio, secretario del mismo Lucifer. ¿Qué clase de caballero del demonio eres tú, que no puedes matar un erizo con tu culo desnudo?. El demonio caga, y tu ejército se lo come. Nunca podrás, hijo de puta, hacer tus súbditos a hijos de cristianos; no tenemos miedo de tu ejército, por tierra y por mar te combatiremos, jódete.

¡Pinche de Babilonia, carretero de Macedonia, tabernero de Jerusalén, follacabras de Alejandría, porquero del Alto y Bajo Egipto, cerdo de Armenia, ladrón de Podolia, sodomita tártaro, verdugo de Kamyanéts, tonto de todo el mundo y el inframundo, idiota ante Dios, nieto de la serpiente y calambre en nuestros penes. Hocico de cerdo, culo de yegua, perro de matadero, rostro de los no bautizados, ¡fóllate a tu propia madre!.

Así los zaporogos declaran, escoria. Ni siquiera serás capaz de pastorear los cerdos para los cristianos. Y ahora terminamos, porque ni sabemos la fecha ni tenemos calendario; la luna está en el cielo, es el año del Señor, el mismo día es aquí que allá; ¡así que bésanos el culo!.

El Koshovýi Otamán Iván Sirkó y toda la hueste zaporoga."

Algunos historiadores ponen en duda la veracidad de esta historia. La carta original no se conserva, pero si una copia del siglo XVIII, hallada en torno a 1870 en Yekaterinoslav. Una de las primeras personas en conocerla fue el artista ruso Iliá Repin, al que la carta le sirvió de inspiración para una de sus obras más conocidas: el cuadro que encabeza este post, Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán.

2 comentarios:

  1. Cuesta creer que los cosacos por muy brutos que fueran se expresaran en esos términos, pero quién sabe…
    Saludos.

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    1. Nunca hay que subestimar la capacidad de un cosaco para insultar a un enemigo.

      Saludos.

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