domingo, 23 de junio de 2024

Anécdotas de cine


El gato al que Marlon Brando acaricia en una de las escenas más recordadas de El Padrino no formaba parte del rodaje. Era un gato callejero que se coló en el estudio y al que el director Francis Ford Coppola puso en los brazos de Brando de manera improvisada. Durante la escena el gato ronroneaba tan fuerte que hubo que volver a grabar parte del diálogo.



En Django desencadenado (2012) hay una escena en la que Calvin J. Candie, el personaje al que da vida Leonardo DiCaprio, se corta en la mano al golpear una mesa y continúa la escena con la mano ensangrentada. Eso no estaba en el guión; la herida es real, DiCaprio se cortó con una taza de porcelana al golpear la mesa, pero siguió actuando como si todo fuera parte de la escena.


Audrey Tatou no sabía hacer que las piedras rebotaran sobre la superficie del agua, así que esta escena de Amelie (2001) tuvo que ser creada con CGI.



El clásico de la ciencia-ficción Tron (1982) no fue nominado al Oscar a los mejores efectos especiales porque, según su director Steven Lisberger, la Academia de Cine consideraba que utilizar ordenadores para crear los efectos era "hacer trampas".


Esta escena, que con el paso del tiempo se ha convertido en una de las más recordadas de Pretty woman (1990) no estaba en el guión. Richard Gere la improvisó en el momento y la reacción de Julia Roberts es auténtica.


La escena final de El retorno del rey en la que Frodo se despide de sus amigos en los Puertos Grises para partir rumbo a las Tierras Imperecederas tuvo que ser rodada no una, ni dos, sino tres veces. La primera grabación se descartó porque, una vez terminada, se dieron cuenta de que Sean Astin (Samsagaz Gamyi) se había olvidado de ponerse el chaleco después de un descanso, rompiendo la continuidad y haciendo que a lo largo de la escena apareciese con y sin chaleco. La segunda vez que se grabó tampoco sirvió, ya que el celuloide se estropeó accidentalmente durante el procesado. La tercera vez, ya, fue la definitiva.


Tras el final del rodaje de 2001: una odisea del espacio, el director Stanley Kubrick ordenó que todos los decorados construidos para la película fueran destruidos, para asegurarse de que no fueran utilizados para otro filme de menor calidad.


El collar que luce Nicole Kidman en la película Moulin Rouge (2001) es auténtico y fue fabricado por la casa australiana de joyería Canturi Jewels específicamente para la película. Está fabricado con oro blanco de 18 quilates y lleva engarzados más de 1300 diamantes, con un peso total de 134 quilates. Recibió el nombre de "Satine" (el del personaje de Kidman en la película) y su valor supera el millón de dólares.


La alfombra del comedor de primera clase de la película Titanic (1997) fue fabricada por la misma empresa que había fabricado las alfombras del auténtico Titanic, la escocesa BMK/Stoddard, siguiendo los mismos diseños que las originales.


Durante el rodaje de la película Wimbledon (2004), ambientada en el célebre torneo, el actor Paul Bettany golpeó al cámara con una pelota de tenis en tres ocasiones diferentes. Después de la tercera le regaló una botella de whiskey como disculpa.


La película The French Connection (1971) tenía un presupuesto bastante limitado de apenas 1'5 millones de dólares, por lo que el director William Friedkin tuvo que economizar todo lo posible. Entre otras cosas, las escenas de persecuciones en coche se rodaron sin pedir permiso a las autoridades, en calles abiertas al tráfico normal, y para rodar el atasco en el puente de Brooklyn, varios agentes de policía fuera de servicio, que colaboraban en el rodaje, pararon sus coches en mitad del puente, cortando el tráfico en ambas direcciones. El propio Friedkin reconocería años más tarde que "fue un milagro que nadie, ni miembros del equipo ni transeúntes, resultara herido o muriera".


Jimmy fue un cuervo amaestrado propiedad del entrenador de animales Curly Twiford que entre las décadas de 1930 y 1950 participó en el rodaje de al menos un millar de películas. Era un animal extremadamente inteligente, capaz de entender centenares de órdenes, y el director Frank Capra (Qué bello es vivir) estaba tan convencido de que le traía suerte que lo hizo participar en todas las películas que rodó entre 1938 y 1946.

lunes, 17 de junio de 2024

El homenaje a los músicos del Titanic



Tras el hundimiento del Titanic la madrugada del 15 de abril de 1912 y la llegada a Nueva York de los supervivientes a bordo del Carpathia, comenzaron de inmediato a circular relatos sobre los últimos momentos del transatlántico. Muchos de esos relatos hablaban de comportamientos heroicos o de personas que se enfrentaban a la muerte con calma y dignidad. Personas como el millonario norteamericano Benjamin Guggenheim, quien tras asegurarse de que su amante, Mme. Aubart, y la criada de esta se subían a uno de los botes salvavidas, estuvo ayudando a otras mujeres y niños a subirse a los botes, y luego se vistió de etiqueta y se negó a subir a un bote diciendo que "Ninguna mujer se quedará a bordo de este barco porque Ben Guggenheim fuera un cobarde" y que "Nos hemos vestido con nuestras mejores galas y estamos preparados para hundirnos como caballeros" (su cuerpo nunca fue recuperado). O como la orquesta del Titanic.

La orquesta del Titanic estaba formada por ocho músicos: los violinistas Wallace Hartley (que también ejercía como director), Jock Hume, Georges Krins y John Clarke; los violoncelistas Percy Taylor, John Wesley Woodward y Roger Bricoux; y el pianista Theodore Brailey. No eran empleados de la White Star Lane, propietaria del barco, sino que trabajaban para la C.W. & F.N. Black de Liverpool, que surtía de músicos a los navíos de varias navieras. Generalmente, tocaban divididos en dos grupos: un quinteto que actuaba en la sobremesa, a la hora del té y en ceremonias religiosas, y un trío que actuaba en el restaurante a la carta y en el café parisien. Según contaban los supervivientes, los miembros de la banda habían seguido tocando mientras el barco se hundía y la gente trataba de ponerse a salvo, sin dejar de hacerlo haste el mismo momento del hundimiento. Ninguno de ellos sobrevivió, y solo se recuperaron los cuerpos de Hartley, Hume y Clarke.

Casi desde el momento del hundimiento se empezó a hablar de organizar un concierto de homenaje, que sirviera tanto para reconocer el valeroso comportamiento de la banda como para recaudar fondos para sus familias. The Orchestral Association, un sindicato dedicado a defender los derechos de los músicos británicos, asumió la responsabilidad de la organización del concierto, que se hizo con gran rapidez; todo el mundo se mostraba dispuesto a ayudar para una causa tan noble. La fecha del concierto quedó pronto establecida el 24 de mayo de 1912, poco más de un mes más tarde del hundimiento, haciéndolo coincidir con la festividad del Día del Imperio, para asegurarse de que todo el que quisiera pudiera asistir. El lugar escogido, la célebre sala de conciertos londinense del Royal Albert Hall.

Para el concierto se congregó la que fue anunciada como "la mayor orquesta profesional jamás reunida". Nada menos que 473 músicos, procedentes de siete de las orquestas más reputadas de Londres, The Philharmonic Orchestra, The Queen's Hall Orchestra, The London Symphony Orchestra, The New Symphony Orchestra, The Beecham Symphony Orchestra, The Royal Opera Orchestra y The London Opera House Orchestra, además de algunos músicos de The Orchestral Association y la famosa contralto australiana Ada Crossley como solista. Especialmente emotiva fue la presencia de miembros de la London Symphony Orchestra, cuyos componentes se habían salvado por poco de la catástrofe: contratados para una gira de tres semanas por Estados Unidos y Canada, tenían billetes reservados en el Titanic pero un cambio de fechas de última hora les hizo tener que partir una semana antes, a bordo de otro trasatlántico, el SS Baltic.

El concierto comenzó a las tres de la tarde. La sala estaba a rebosar, con sus más de 5200 asientos ocupados por gente de toda condición, que habían pagado desde un chelín por las entradas más económicas hasta tres guineas por un asiento en los palcos más exclusivos. Además, los organizadores decidieron dejar las puertas de la sala abiertas, para que los transeúntes pudieran disfrutar también de la música. 

A lo largo de la actuación siete directores diferentes se fueron turnando para dirigir la orquesta. La mayoría eran los titulares de las orquestas que aportaban músicos al concierto, como sir Edward Elgar (London Symphony Orchestra) o sir Henry J. Wood (Queen's Hall Orchestra). también contaron con un invitado de excepción, el holandés Willem Mengelberg, uno de los directores de orquesta más prestigiosos de Europa, que fue director de la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam durante cincuenta años.

El programa contemplaba dos partes, separadas por un intervalo de descanso. En la primera mitad se interpretaron obras de Chopin (la Marcha Fúnebre de su Sonata para piano nº2), Mendelssohn (el aria Descansa en el Señor de su oratorio Elías) o Tchaikovsky (el tercer movimiento de su Sinfonía nº6, la Patética). La segunda se dedicó casi exclusivamente a Wagner (la Cabalgata de las Walkirias, el preludio de Lohengrin o la obertura de Tannhauser). La actuación se cerró con la interpretación de un himno religioso llamado Near, my God, to thee (Cerca de ti, señor) del que se decía que había sido la última pieza que había interpretado la orquesta antes de que el Titanic se hundiera, aunque hay serias dudas de que así fuera. Fue un momento tremendamente emotivo, en el que la mayoría del público acabó entonando el himno y muchos rompieron a llorar con la emoción.

Todos los beneficios del concierto fueron entregados a las familias de los ocho músicos del Titanic.

domingo, 9 de junio de 2024

La polémica del Audi 5000

Audi 5000

Audi comenzó a vender sus modelos 100 y 200 de tercera generación (C3) en el mercado norteamericano a finales de 1982, bajo la marca común de Audi 5000. Tenía buenas perspectivas, ya que la anterior versión del Audi 5000, la C2, había vendido más de 133000 unidades de sus distintas motorizaciones en EEUU entre 1978 y 1983. Sin embargo, las ventas superaron todas las expectativas. En un mercado como el norteamericano reacio a aceptar de buen grado los coches europeos, el Audi 5000 se colocó rápidamente como uno de los líderes de su segmento, y en su momento álgido, en 1985, llegó a vender más de 74600 unidades. Hasta que sucedió algo que puso en cuestión la credibilidad de los Audi.

El 23 de noviembre de 1986 el programa informativo 60 minutes, de la cadena CBS, emitió un reportaje titulado Out of control ("Fuera de control") en el que acusaba a los Audi 5000 de sufrir bruscas aceleraciones involuntarias. Además, según aseguraban algunos de los que habían sufrido estas súbitas aceleraciones, los frenos dejaban de responder, con lo que el coche seguía acelerando sin control. Según 60 minutes, estos aceleramientos se relacionaban con al menos 700 accidentes de tráfico y siete víctimas mortales. El reportaje incluía además imágenes de un Audi 5000 que aparentemente seguía acelerando sin conductor y con el pedal de freno pisado.

Audi reaccionó de inmediato negando que sus automóviles sufrieran ninguna clase de defecto técnico y señalando que era imposible que el acelerador y el freno fallaran simultáneamente. Aún así, inició una investigación interna sobre el caso, mientras que la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), la agencia gubernamental norteamericana encargada de la seguridad en el transporte, empezó también su propia investigación. La NHTSA hizo públicas sus conclusiones, que coincidían en lo fundamental con las de Audi, tres años después. Su dictamen era que no había pruebas de ningún defecto ni disfunción en los vehículos, y que la mayoría de los incidentes de "aceleraciones repentinas" se podían explicar como errores de los conductores por su poca familiaridad con los vehículos europeos.

Habitualmente los coches americanos, mayoritariamente automáticos, tienen un pedal de freno de gran tamaño, que además está considerablemente separado del acelerador. Por el contrario, los automóviles europeos como los Audi tienen pedales de tamaño más parejo, y están más próximos entre si. Los accidentes ocurrían cuando el conductor, creyendo pisar el freno, pisaba erróneamente el acelerador. Entonces, creyendo todavía estar pisando el freno, pisaban el pedal a fondo, acelerando todavía más el coche; de ahí que creyesen que el coche aceleraba por su cuenta y los frenos no respondían. Audi había llegado a la misma conclusión, aunque apenas la publicitó, seguramente temiendo que sus clientes se sintieran ofendidos si los calificaban de malos conductores.

A pesar de ello, la CBS nunca llegó a admitir que se había equivocado ni haber hecho nada incorrecto, y se limitó a calificar de "opinión" las conclusiones de la NHTSA. Más tarde se sabría que el Audi 5000 que habían utilizado en su reportaje estaba manipulado: le habían practicado un agujero en el suelo a través del cual inyectaban aire comprimido directamente en la transmisión, lo que hacía que el coche acelerara por su cuenta. Para más inri, el autor de la manipulación había sido un experto mecánico que había declarado como testigo de la acusación en un pleito contra Audi.

Pero para entonces el daño ya estaba hecho. Es lo que en inglés se llama FDU: Fear, uncertainty and doubt (Miedo, incertidumbre y duda). Todo el asunto había sido una publicidad espantosamente negativa para Audi. Aunque al final habían sido exonerados de toda culpa, los automóviles de la marca quedaron marcados con la duda y la sospecha. Muchas personas que habrían considerado comprar un Audi no lo hicieron por desconfianza y acabaron decantándose por otras marcas. De los 74000 vehículos vendidos en 1985 se pasó a apenas 12000 en 1991. Audi intentó contener las pérdidas: extendió la garantía de sus vehículos, ajustó de manera gratuita la distancia entre pedales en sus modelos automáticos, incluso renunció a la marca Audi 5000 recuperando las originales de Audi 100 y 200... Pero no sirvió de nada. Sus ventas tardarían todavía una década en recuperarse, y para entonces otras marcas como la japonesa Lexus se habían hecho fuertes en el sector de los vehículos de gama alta.


domingo, 2 de junio de 2024

Curiosidades (con fotografías)

 

Yuri Valentínovich Knórozov (1922-1999) fue un lingüista y etnógrafo soviético famoso por sus fundamentales aportaciones al descifrado de la escritura jeroglífica maya. Knórozov, gran amante de los gatos, solía citar a su gata siamesa Asya como coautora en muchas de sus publicaciones, aunque sus editores borraban el nombre del felino cuando las publicaban, lo cual enfurecía al investigador. Así que Knórozov se vengaba enviando para acompañar a sus artículos únicamente fotografías suyas acompañado de Asya... aunque por lo general los editores recortaban las fotografías para que no apareciera la gata.


La iglesia de Abuna Yemata Guh, en la región etíope de Tigray, está excavada en una aguja de roca arenisca a 2580 metros de altura. A ella se accede tras sortear varios desniveles y pasos estrechos, e incluso escalando una pared de roca vertical. A pesar de las dificultades, todavía recibe fieles con regularidad.


El 17 de febrero de 1974 un soldado de 20 años llamado Robert Kenneth Preston, disgustado porque no había superado el curso de entrenamiento para convertirse en piloto de helicópteros, robó un Bell UH-1 Iroquois "Huey" en el aeródromo de Tipton Field (Maryland) y aterrizó con él en el Jardín Sur de la Casa Blanca. En el juicio Preston, que había resultado levemente herido por los disparos de los agentes del Servicio Secreto, se declaró culpable de apropiación indebida y desórdenes públicos, y fue condenado a un año de cárcel y licenciado del ejército.


El 19 de mayo de 1944, durante una misión de bombardeo sobre Berlín, el bombardero B-17G "Miss Donna Mae II", del 331º Escuadrón de Bombarderos, perteneciente al 94º Grupo de las fuerzas aéreas norteamericanas, cometió un error de navegación al situarse por debajo de otro B-17 del escuadrón 322º, el "Trudy". Las bombas de mil libras del "Trudy" golpearon al "Miss Donna Mae II" arrancándole de cuajo el estabilizador y haciendo que cayera en picado, estrellándose en Oderbergerstrasse. Ninguno de sus once tripulantes sobrevivió.


Debido a una mutación genética, algunas langostas presentan una llamativa coloración azul. Esta anomalía se produce aproximadamente en uno de cada dos millones de ejemplares.


A finales de la década de los 60 y principios de los 70 el laboratorio de física de altas energías Fermilab, situado en Batavia (Illinois), utilizó a un hurón llamado Felicia para limpiar los tubos de vacío de su acelerador de partículas, que debían estar escrupulosamente limpios. Felicia recorría los tubos arrastrando tras ella un cepillo especial que eliminaba toda la suciedad y partículas, ahorrando mucho tiempo y dinero al laboratorio. Realizó esta labor hasta 1972, año en el que fue sustituida por un robot, después de lo cual fue adoptada por uno de los investigadores del laboratorio y se convirtió en la mascota de su familia.



El 24 de noviembre de 2009, durante una cena de estado ofrecida en la Casa Blanca por el entonces presidente de los EEUU Barack Obama en honor del primer ministro de la India Manmohan Singh, tres personas, un hombre llamado Carlos Allen y el matrimonio formado por Tareq y Michaele Salahi (que participaba en el rodaje de un reality show llamado The Real Housewives of DC) lograron ser admitidos a pesar de no estar invitados y de las estrictas normas de seguridad en el evento. El incidente provocó una oleada de críticas y una profunda investigación en el seno del Servicio Secreto.


La taipán del interior (Oxyuranus microlepidotus), nativa de las regiones áridas del centro de Australia, es la serpiente terrestre más venenosa que se conoce. Su potentísimo veneno neurotóxico es de 200 a 500 veces más letal que el de las serpientes de cascabel, y 50 veces más letal que el de la cobra. Un solo mordisco puede contener veneno suficiente para matar a 125 personas adultas o más de un cuarto de millón de ratones. Sin embargo, dado lo remoto de su hábitat y su carácter tímido y huidizo, los casos de mordeduras a humanos son extraordinariamente raros. Como además existe un antiveneno muy efectivo, no hay registrada ninguna muerte causada por el mordisco de una de estas serpientes.



El 23 de mayo de 2004, durante la celebración del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, y como parte de la campaña de promoción de la película Ocean's Twelve, los dos coches de la escudería Jaguar, pilotados por el austríaco Christian Klien y el australiano Mark Webber, llevaban en sus carrocerías sendos diamantes prestados por la casa Steinmetz Diamonds, valorados cada uno en 300000 $. Klien tuvo un accidente en la primera vuelta que lo obligó a abandonar la carrera. Como su coche suponía una molestia para el resto de participantes, la organización lo retiró del circuito y lo remolcó hasta una zona de seguridad a la que los empleados de la escudería no tuvieron acceso hasta que terminó la carrera, casi dos horas más tarde. Cuando por fin pudieron revisarlo se dieron cuenta de que el diamante había desaparecido. Se registró la zona del accidente y el trayecto hasta la zona de seguridad, por si se había desprendido, sin éxito. Todo apunta a que alguien lo robó mientras el coche estuvo sin vigilancia, pero hoy en día, veinte años después, sigue sin saberse el destino del brillante.



La llamada Mina de Hielo de Coudersport es una cueva cerca de la localidad de Sweden Township (Pennsylvania) donde tiene lugar un inusual fenómeno. En verano la cueva se congela y llena de hielo, formando carámbanos que pueden llegar a medir varios metros de longitud. Sin embargo en invierno, cuando la temperatura externa cae, el interior de la cueva se calienta y el hielo se funde. No se conoce a qué se debe dicho fenómeno, pero se sospecha que tiene que ver con las corrientes de aire dentro de la cueva y el intercambio de aire frío y cálido con los terrenos circundantes. La cueva fue descubierta en 1894 y durante años se utilizó como refrigerador natural para conservar alimentos en verano; en la actualidad es una importante atracción turística.



En 1963 se encontró en una gravera cerca de la localidad de Villena (Alicante) el llamado Tesoro de Villena, un conjunto de 59 objetos hechos de oro, plata, hierro y ámbar, y datados en la Edad del Bronce Tardío (entre los años 1400 y 1200 a. C.). Llamaban la atención dos de los objetos, una semiesfera hueca y un brazalete abierto, por estar hechos de hierro, siendo los objetos hechos con este metal más antiguos hallados en la Península Ibérica y estar datados en una época en la que el hierro apenas era utilizado. Recientes análisis del metal han concluido que, por su elevado contenido en níquel, con toda probabilidad el hierro con el que se fabricaron ambos objetos procedía de un meteorito.



El vexillum era el estandarte que portaban los legionarios romanos, que servía para identificar cada cohorte y como referencia durante la batalla. Iba generalmente colgado de un travesaño horizontal montado en una asta y era portado por un soldado encargado de tal función llamado vexillarius. En la actualidad solo se conserva un vexillum de la época romana. Se encontró en Egipto en torno a 1910 y se halla en el Museo Pushkin de Moscú. Está datado en la primera mitad del siglo III y mide 47x50 centímetros, está hecho de lino y muestra a la diosa Victoria. Se desconoce a qué legión perteneció, pero por la época y el lugar pudo haber sido la Legio III Cyrenaica, la Legio XXII Deiotariana, la Legio XII Fulminata, la Legio XV Apollinaris o la Legio II Traiana Fortis.