miércoles, 5 de junio de 2013

El Baño de Sangre de Estocolmo

Stortorget
En el año de 1363, Margarita, hija menor del rey Valdemar IV de Dinamarca se casó con Haakon VI Magnusson, rey de Noruega y correy de Suecia (junto a su padre, Magnus II Eriksson). Su único hijo, Olaf (nacido en 1370), fue coronado rey de Dinamarca en 1375 y de Noruega en 1380, con lo que su madre fue declarada regente de ambos tronos hasta su mayoría de edad. Pero Olaf murió en 1387, quedando Margarita como soberana de los dos reinos.
A todo esto, el trono de Suecia había sido usurpado en 1363 por el noble alemán Alberto III de Mecklemburgo, que tras la muerte de Olaf presentó su candidatura al trono noruego, a la vez que su hermano, Enrique III, duque de Mecklemburgo y casado con Ingeborg, hermana mayor de Margarita, optaba al trono danés. Margarita combatió a ambos y derrotó a las tropas alemanas en Åsle, el 24 de febrero de 1389, quedando como regente de los tres países.
Dado que no tenía descendientes, Margarita adoptó como hijo y heredero a su sobrino nieto Erik de Pomerania (nieto de su hermana Ingeborg y su rival Enrique III), al que nombró rey de Noruega en 1389 y de Suecia y Dinamarca en 1396. Para consolidar la unión de los tres reinos, en 1397 se firmó un tratado que daba lugar a la llamada Unión de Kalmar: los tres reinos se reunían bajo un sólo monarca, aunque conservaban cierta autonomía e instituciones propias. El reino resultante incluía Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Groenlandia y las islas Færøyane (Feroe); en total, más de 3000000 de kilómetros cuadrados.
Los suecos nunca estuvieron del todo satisfechos con la unión; ni con el papel preponderante de Dinamarca, ni con las frecuentes guerras que estos sostenían con sus vecinos alemanes. De hecho los suecos protagonizaron varios levantamientos armados y siempre existió una tensión constante entre ambos países.
Entre conflictos y discusiones llegamos a 1518. Christian II, coronado en 1514 rey de Dinamarca y Noruega, es el monarca que gobierna la Unión de Kalmar. Ese año estalla un conflicto interno entre el regente sueco Sten Sture el joven, partidario de la independencia de Suecia, y el poderoso arzobispo de Upsala, Gustav Trolle, defensor de la Unión. Christian II aprovechó la coyuntura e invadió Suecia con sus tropas. Fue derrotado en la batalla de Brännkyrka, pero logró hacer prisioneros a cinco de los principales colaboradores de Sture. Entre ellos estaba un joven de apenas 22 años llamado Gustavo Eriksson, que acabó encarcelado en Dinamarca como los demás, pero por poco tiempo: en 1519 logró huir de su confinamiento hasta la ciudad alemana de Lübeck, donde logró ganar apoyos para la causa sueca, para luego volver a Suecia en 1520.
En 1520, tras haber armado un poderoso ejército con numerosos mercenarios y haber obtenido el apoyo explícito del papa León X, Christian II volvió a invadir Suecia. Esta vez le fue mejor; en las batallas del hielo de Åsunden (tras la cual murió el propio Sture) y Tiveden, los suecos fueron derrotados. Tras ofrecer amnistía total a los partidarios de Sture, Christian II fue coronado rey de Suecia por el arzobispo Trolle el 4 de noviembre de 1520. Sin embargo, pese a las promesas de perdón, Trolle hizo arrestar de inmediato a docenas de relevantes opositores antidaneses, incluídas la viuda de Sture, Christina Gyllenstierna (moriría en prisión) y su madre, nobles, miembros del clero, el alcalde y los concejales de Estocolmo, militares, comerciantes, magistrados... hasta sumar más de un centenar de prisioneros que fueron acusados de "herejía manifiesta", juzgados y condenados.
Las ejecuciones se celebraron en el Stortorget, la gran plaza junto a la catedral de San Nicolás de Estocolmo. Comenzaron el mediodía del día 8, con la decapitación de dos obispos, Mattias y Vincent. Luego, fueron decapitados 15 nobles de alta alcurnia. El alcalde y los concejales de Estocolmo serían ahorcados más tarde. Las ejecuciones, hasta un total de 82, continuarían hasta el día 10. Los cuerpos de varios de los ejecutados serían luego quemados en hogueras. Incluso el cadáver de Sten Sture fue exhumado y quemado. Estos sucesos serían conocidos por los suecos como Stockholms blodbad (Baño de sangre de Estocolmo) y, junto a otras purgas (el total de opositores ejecutados en toda Suecia superó los 600) le valieron a Christian II el cariñoso apodo de Christian el Tirano.
Gustavo Eriksson logró salvarse de las purgas de Christian II, pero su padre Erik Johansson y su cuñado fueron ejecutados en el Baño de sangre de Estocolmo y su madre, su abuela y sus tres hermanas, encarceladas. Gustavo consiguió refugiarse en la provincia de Dalercalia, donde organizó una sublevación y fue nombrado en enero de 1521 "gobernador de Dalercalia y Suecia". En febrero la insurrección se hizo general en todo el país, alimentada por la sangrienta represión de Christian II. En agosto, Gustavo era nombrado "regente de Suecia". Finalmente, tras dos años de combates, el seis de junio de 1523 Gustavo fue nombrado rey de Suecia por el Riksdag (Parlamento), con el nombre de Gustavo I, y poco después se eliminaban los últimos focos de resistencia. Era el fin de la dominación danesa y el fin de la Unión de Kalmar. El arzobispo Trolle se vió obligado a huir del país. Gustavo I trató de que el Papa Clemente VII nombrara un arzobispo nuevo, pero cuando se negó, Gustavo dejó de obedecer las disposiciones de Roma, se incautó de los bienes de la iglesia católica y apoyó la extensión del protestantismo en el país.

                            Bandera de la Unión de Kalmar

                Escudo de armas de la familia Vasa, a la que pertenecía Gustavo I Eriksson

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