Dejemos las cosas claras. Esta película es mala. Muy mala. Malísima. Pero que muy muy muy mala. Es tan mala que ni queriéndolo podrían haberla hecha peor. Todo es horrendo: el guión, la dirección, los actores, los efectos especiales, todo, absolutamente todo. Pero, como decía Jack el Destripador, vayamos por partes.
La película es un homenaje al clásico de Alfred Hitchcock Los pájaros. Y en este contexto "homenaje" significa "plagio lamentable y descarado, indigno del original". Para acentuar el parecido con el original, incluso aparece brevemente Tippi Hedren, la protagonista de la película de Hitchcock. Una sorpresa para todos... incluída la propia señora Hedren, ya que ella no supo de su participación en el filme hasta que este se estrenó; sus escenas son descartes de un filme anterior del mismo director, James Nguyen, titulado Julie and Jack, en el que sí actuaba.
El director. El tal Nguyen es un absoluto zopenco. Dado que además de director aparece como productor y guionista, es quien debe recibir el grueso de los insultos, por ser el responsable de que esta monstruosidad fílmica haya visto la luz. Aunque hay que reconocerle sentido del humor, porque en el tráiler de la película (que seguramente, también haya hecho él) le tildan de "visionario" y "maestro del thriller romántico" (tócate los coj****).
Los actores. Malos es decir poco. En sus días buenos llegan a ser malos actores. Calificarlos de inexpresivos es quedarse corto. Steven Seagal a su lado parece Daniel Day-Lewis. El tipo de la Teletienda que nos cuenta lo maravillosa que es su vida desde que tiene la escoba extensible, la manguera plegable o la mesita individual para poder cenar en el sofá mientras ves la televisión, es un actor shakesperiano comparado con éstos.
Y los efectos especiales... Creo que son los peores que he visto en mi vida. En serio. Incluso las ingenuas transparencias de las películas mudas de Georges Méliès son mejores. Unos pájaros generados por ordenador absolutamente desastrosos, que se ve que son falsos a kilómetros (entre otras cosas, su textura es diferente a la del resto de las imágenes). Lo mismo ocurre con las explosiones (lo nunca visto; los pájaros chocan contra un surtidor de gasolina y EXPLOTAN). Da risa ver cómo los pésimos actores (que parecen mas aburridos que asustados), supuestamente rodeados de pájaros asesinos, golpean el aire justo donde no hay ninguno.
Lo mejor de todo es que Nguyen, no contento por haber perpetrado este atentado al sentido común, debió quedar tan satisfecho del resultado que rodó una secuela, estrenada este mismo año: Birdemic 2: The resurrection. Por lo pronto, esta secuela ya ha logrado algo que no logró la primera: darme miedo, porque si la 1 es tan mala, no puedo ni imaginarme cómo será la 2.
El tráiler
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