martes, 28 de febrero de 2017

Los hijos ilegítimos de Carlos V

Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558)

Carlos I de España y V de Alemania se casó el 11 de marzo de 1526 en los Reales Alcázares de Sevilla con su prima, Isabel de Portugal (hija de María de Aragón, cuarta hija de los Reyes Católicos). Fue, como era habitual en las casas reales por aquellos tiempos, un enlace concertado, para fortalecer los lazos entre la Casa de Austria y la dinastía portuguesa de los Avís. En virtud del mismo pacto, el rey portugués Juan III el Piadoso, hermano de Isabel, se había casado un año antes en Salamanca con Catalina de Austria, hermana menor de Carlos.
El de Carlos e Isabel fue un matrimonio feliz, a pesar de que los novios se habían visto por primera vez dos horas antes de su enlace. Ambos llegaron a estar profundamente enamorados el uno del otro, y Carlos le fue fiel a pesar de las largas ausencias a las que se veía obligado por sus deberes como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y a las múltiples guerras en las que anduvo envuelto por toda Europa. Cuando Isabel murió, el 1 de mayo de 1539, dando a luz a su sexto hijo, su muerte afectó tanto al emperador que se recluyó durante dos meses en el convento toledano de Santa María de Sisla, y juró no volver a casarse.
No obstante, y pese a la religiosidad de Carlos I, antes y después de su matrimonio tuvo numerosos escarceos amorosos, como la mayoría de los reyes de su época, fruto de los cuales nacieron cinco hijos extramaritales, aunque algunos de ellos fueron reconocidos por su padre, que tendrían desigual fortuna.

Germana de Foix (1488-1538)
La primera de sus hijas naturales fue Isabel de Castilla, que nació en 1518, fruto de la relación que mantuvo Carlos nada menos que con su abuelastra, Germana de Foix, viuda del rey Fernando el Católico. Ambos se habían conocido en Valladolid en 1517; Carlos era un adolescente de 17 años que pisaba por primera vez Castilla para ser proclamado rey, y Germana, enviudada el año anterior, era una atractiva mujer de 29, afectuosa y discreta. La relación amorosa entre ambos duró hasta 1519, año en el que Carlos, para evitar un escándalo ante la opinión pública, decidió casar a Germana con Juan de Brandenburgo-Ansbach, uno de los nobles alemanes de su séquito, y a la muerte de éste, con Fernando de Aragón, duque de Calabria. De Isabel se sabe poco; se cree que vivió y fue educada en la corte castellana. Durante un tiempo residió en el convento de Nuestra Señora de Gracia el Real, en Madrigal de las Altas Torres (Ávila), donde coincidió con dos hijas naturales de Fernando el Católico: María (hija de Toda de Larrea) y María Esperanza (hija de la noble portuguesa Juana Pereira). Pedro Girón, cronista de la corte de Carlos V, la menciona en 1537 en uno de sus diarios, y a la muerte de Germana en 1538 aparece citada en su testamento como "Ysabel, Ynfanta de Castilla (título al que, por su nacimiento, no tenía derecho), hija del Emperador".

Margarita de Parma (1522-1586)
La segunda de las hijas extramatrimoniales de Carlos V nació el 28 de diciembre de 1522 en Oudenaarde (Flandes). El emperador había conocido en 1521 a Johanna Maria van der Gheynst, una atractiva joven hija de un tapicero y sirvienta en la casa de Charles de Lalaing, señor de Montigny y gobernador de Oudenaarde, con la que comenzó un idilio del que nació una niña que recibiría el nombre de Margarita. La pequeña fue criada y educada por la archiduquesa Margarita de Austria, tía de Carlos V y gobernadora de los Países Bajos, y a la muerte de ésta en 1530 pasó a estar bajo la tutela de María de Austria, hermana de Carlos V y sucesora de su tía como gobernadora. Carlos V, que la había reconocido como hija en 1529 a petición de su tía, la casó en 1536 con Alejandro de Médici, duque de Florencia; y, tras el asesinato de éste un año después, con Octavio Farnesio, duque de Parma, en 1539. De este matrimonio, que la llevó a ser conocida como Margarita de Parma, nacería Alejandro Farnesio, el gran militar que lideró el Ejército de Flandes con sus legendarios Tercios. En 1559 su hermanastro Felipe II la nombró gobernadora de los Países Bajos, cargo que desempeñó hasta que fue sustituida por el Duque de Alba en 1567. Después de eso, se retiró a Italia hasta su muerte, acaecida en Nápoles en 1586.
También en 1522 nació Juana de Austria, hija de Carlos V y de una dama alemana cuyo nombre se desconoce, pero que se cree pertenecía al entorno de Luis I, conde de Nassau. La niña y su madre fueron llevadas al convento de Nuestra Señora de Gracia el Real, quedando al cuidado de las dos tías de su padre, pero la pequeña falleció cuando apenas contaba tres años de edad.
La última de sus hijas naturales nacida antes de su matrimonio con Isabel de Portugal fue Tadea de Austria. Su madre, Ur­so­li­na della Penna, era conocida como "la bella di Perugia" por su belleza y había viajado a la corte de Bruselas acompañando a su marido. Tras quedar viuda, el emperador se interesó por ella y de sus "atenciones" nacería Tadea en Perugia, en 1522 o 1523. Carlos V se preocupó por Tadea en varias ocasiones, e incluso estuvo con ella en 1536 en Roma, tras volver de su campaña militar en Túnez. Cuando supo que se había casado con un tal Sinidaldo Copeschi di Montefalcone le envió 3000 escudos como dote y una carta de reprimenda por no haberle pedido permiso. Llevó una vida discreta en Roma, solo enturbiada por los problemas que le causaban sus hermanastros, broncos y pendencieros. En 1562 envió un emisario a su hermanastro Felipe II pidiendo ser reconocida como hija de Carlos V. No se conservan referencias posteriores, por lo que se cree que pudo morir en torno a ese año.

Don Juan de Austria (1547-1578)
En 1546, siete años después de enviudar el emperador conoció en la ciudad bávara de Ratisbona a Bárbara Blomberg, una joven de diecinueve años de aristocrática familia, con la que tendría en febrero de 1547 un hijo que sería conocido como Jerónimo o Jeromín. El niño, por decisión de su padre, fue separado de su madre (no volvería a verla hasta su mayoría de edad) para ser criado en España, primero por Francisco Massy, músico de la corte, y luego por Luis de Quijada, mayordomo del emperador. En su testamento, fechado en 1558, Carlos reconocía oficialmente al chico como hijo suyo estableciendo que pasase a ser conocido como Juan de Austria. Su hermanastro Felipe II lo acogió como miembro de la familia real, y al crecer mostró grandes aptitudes como militar, por lo que fue nombrado Capitán General de la Mar. Hasta su temprana muerte en 1578, a causa del tifus, prestó grandes servicios a la corona española: sofocó el levantamiento morisco en las Alpujarras, comandó la flota cristiana que batió a la turca en Lepanto (acción que lo hizo célebre y admirado en toda Europa) y realizó exitosas campañas en Italia, África y Flandes.

sábado, 25 de febrero de 2017

Badfinger

La formación más característica de Badfinger. De izquierda a derecha, Michael George "Mike" Gibbins (1949-2005), Peter William "Pete" Ham (1947-1975), Thomas "Tom" Evans Jr. (1947-1983) y Joseph Charles "Joey" Molland (1948-)

La historia de una de las bandas más prometedoras de los años 60-70, pero que desgraciadamente nunca llegó a la altura que muchos habían pronosticado, empieza en 1961 en la ciudad galesa de Swansea. Ese año, un grupo de adolescentes aficionados a la música crean un grupo que, tras varios cambios de nombre (se hicieron llamar The Panthers, The Black Velvets y The Wild Ones) y de componentes, adoptaría en 1965 el nombre de The Iveys (nombre tomado de una calle de Swansea llamada Ivey Place). Formaban el grupo Pete Ham y Dai Jenkins, como guitarras, y Ron Griffiths como bajo. A ellos se les uniría poco después Mike Gibbins como batería. Ham era el miembro con más talento del grupo; un excelente compositor y guitarrista, que luego sería señalado como pionero del power pop.
A finales de 1966 la banda se trasladó a Londres buscando fama y fortuna, y comenzaron a tocar en distintos locales de la escena musical de la ciudad. Su repertorio era amplio y heterogéneo: blues, soul, rock psicodélico, versiones de éxitos del momento y de canciones los Beatles... Poco a poco empezaron a hacerse un hueco en el circuito londinense e incluso Ray Davies, líder de The Kinks, les grabó una maqueta con tres canciones compuestas por ellos. En julio de 1967, Jenkins fue "invitado" a dejar el grupo; al parecer, le importaban más las chicas que la música. Para buscarle un reemplazo, el resto del grupo viajó hasta Liverpool, y allí les llamó la atención Tom Evans, cantante y guitarrista de un grupo llamado Them Calderstones. Hizo una prueba con ellos y lo invitaron a unirse a los Iveys en agosto de 1967. Evans no sólo se reveló como un gran compositor y músico, sino que pronto forjó una estrecha amistad con Ham.
Su gran oportunidad llegó en 1968. Mal Evans, asistente de los Beatles, y Peter Asher, presidente de la Apple Records, la discográfica que el cuarteto de Liverpool acababa de crear para editar sus propios discos, asistieron a una de las actuaciones de los Iveys. Convencido de su talento, Evans hizo que los Beatles escucharan las maquetas del grupo. A todos les gustó mucho su música, y dieron su aprobación para contratarlos. El 23 de julio de 1968 los Iveys se convertían en el segundo grupo (después de los propios Beatles) del catálogo de Apple Records.


Su primer single  se llamó Maybe Tomorrow (compuesto por Tom Evans y dedicado a su entonces novia, Leslie Sandton) y salió al mercado el 15 de noviembre. Alcanzó cierta popularidad en Europa y en Japón, pero apenas tuvo repercusión ni en EEUU ni en el Reino Unido. Su primer álbum se llamó igualmente Maybe Tomorrow y se publicó en julio de 1969, pero sólo en Japón, Alemania e Italia. Este relativo revés no enfrió los ánimos del grupo. A continuación compusieron y grabaron varias canciones para la banda sonora de The Magic Christian, una comedia protagonizada por Peter Sellers y Ringo Starr. Y poco después decidían, de acuerdo con su compañía, cambiar de nombre. The Iveys sonaba demasiado corriente y poco llamativo; además, en ocasiones los confundían con otro grupo llamado The Ivy League. Tras algunas discusiones, decidieron homenajear a los Beatles y hacerse llamar Badfinger (Bad Finger Boogie era el título original de la canción With a Little Help from my Friends).


Su primer disco bajo el nombre de Badfinger se tituló Magic Christian Music y salió al mercado el 9 de enero de 1970. Para aquel entonces Ron Griffiths ya había dejado la banda (según él, porque se había casado y había tenido un hijo, lo que hacía pensar a los demás que ya no tenía el mismo compromiso con el grupo). En su lugar incorporaron al guitarrista Joey Molland, ex-miembro de grupos The Masterminds o The Merseys, lo que hizo que Evans dejara la guitarra para ocuparse del bajo. El disco incluía algunas de las canciones de Maybe Tomorrow, las canciones que habían compuesto para The Magic Christian, algunos temas nuevos y sobre todo el primer gran éxito de la banda: Come and Get It, una canción compuesta por Paul McCartney y que como single vendió más de un millón de copias y alcanzó el puesto 4 en la lista de éxitos en el Reino Unido y el 7 en EEUU.


El siguiente trabajo de Badfinger, No Dice, publicado en noviembre de 1970, es para muchos el mejor disco de la banda, el mejor construido y más elaborado. Incluía además dos auténticos bombazos: No Matter What y Without You. No Matter What, compuesta y cantada por Ham, era una canción que encantaba al grupo, pero no tanto a su discográfica. A pesar de las reticencias, Badfinger insistió en publicarla como single, y el éxito fue inmediato, alcanzando el 4º puesto en las listas británicas y el 8º en las norteamericanas. Hoy en día se la considera una de las primeras canciones plenamente atribuibles al género power pop. En cuanto a Without You, nació de la unión de sendas canciones compuestas por Ham y Evans. Dos años después de su publicación, el cantante norteamericano Harry Nilsson grabó una versión, más edulcorada y emocional que la original, que se convertiría en uno de los mayores éxitos de la década de los 70.


Fue el mejor momento de Badfinger, con éxito de ventas y de crítica, y una excelente relación con los Beatles, pese a la ruptura del cuarteto de Liverpool, hasta el punto de que hubo quien vio en ellos a los herederos del legendario grupo. Colaboraron con John Lennon en su álbum Imagine, y con George Harrison en All Things Must Pass. En 1971 el propio Harrison produciría el tercer disco de Badfinger, Straight Up, que tuvo también una muy buena acogida y del que se publicaron como singles Day After Day (4º en las listas de EEUU y 10º en Reino Unido) y Baby Blue (14º en EEUU).


A partir de ese momento, las cosas comenzaron a torcerse para el grupo. La complicada situación financiera de Apple Records, con grandes pérdidas, retrasaba el pago de los derechos de autor que les correspondían. Además, algunas tensiones dentro del grupo llevaron a Gibbins a dejarlo durante unos meses, aunque regresó a finales de 1972. La falta de liquidez y algunos problemas acerca de la titularidad de los derechos provocaron un retraso en la publicación del cuarto álbum de Badfinger, Ass, que pese a comenzar a grabarse a principios de 1972 no se editó hasta noviembre de 1973, tras cambiar varias veces de productor y de estudio de grabación. No tuvo tan buena acogida como los anteriores discos, y, ante los problemas económicos de la discográfica (que entorpecerían el cobro de sus derechos de autor durante años) el grupo decidió buscarse otra compañía.


En aquel entonces el encargado de gestionar las finanzas de Badfinger era Stan Polley, un empresario norteamericano al que habían contratado en 1970, del que corrían rumores que lo vinculaban con el crimen organizado y al que algunos artistas que había representado acusaban de haberles robado. No obstante, los miembros del grupo se fiaban de él, y, pese a la recomendación de otro de sus mánagers, Stan Poses, de que no lo hicieran, firmaron un contrato que Polley les había conseguido con la Warner Bros Records para grabar dos discos anuales durante tres años. Su primer disco para la Warner, titulado sencillamente Badfinger, se publicó en febrero de 1974, y tuvo una pobre acogida de crítica y público.
Una vez editado Badfinger, la banda se puso manos a la obra para grabar el siguiente disco, Wish You Were Here. Durante la grabación las tensiones existentes en el seno del grupo se agudizaron, especialmente entre Ham y Molland, cuya esposa, Kathie, se entrometía cada vez mas en la actividad de Badfinger. Al terminar la grabación, en mayo de 1974, Ham abandonó el grupo durante algunas semanas, siendo sustituido por el guitarrista y teclista Bob Jackson. Posteriormente, Ham regresaría (Jackson permaneció como teclista, pasando así el grupo a ser un quinteto) y finalmente sería Molland el que abandonaría de manera definitiva la banda en diciembre, un mes después de la publicación de Wish You Were Here, que fue bastante bien recibido por la crítica musical.


Fue en diciembre de 1974, concretamente el día 10, cuando saltaba la noticia: Warner Bros presentaba en un juzgado de Los Angeles una demanda contra Stan Polley y Badfinger. Al parecer, el gestor de la banda se había apropiado del dinero de los adelantos que la discográfica había consignado para los siguientes álbumes que todavía estaban por grabar. Fue entonces cuando los miembros de Badfinger descubrieron que Polley llevaba años robándoles y los había dejado prácticamente en la ruina. La demanda, además, paralizó la venta y promoción de Wish You Were Here y dejó en suspenso la grabación del siguiente disco del grupo, Head First (que finalmente no se editaría hasta el año 2000).
Fue un golpe durísimo para la banda. Polley se había llevado su dinero y estaba en paradero desconocido. Pete Ham quedó especialmente afectado  por los problemas económicos; acababa de comprarse una casa, tenía un hijo pequeño y su novia, Anne Herriot, estaba embarazada. A ello se sumó que la carrera de Badfinger había quedado paralizada y eran incapaces de encontrar nuevos representantes; nadie se atrevía a trabajar con ellos por sus problemas legales. El estado anímico de Ham se volvía más y más sombrío cada día que pasaba. El 23 de abril de 1975 las autoridades norteamericanas comunicaban a la banda que todo su dinero se había esfumado y no había expectativas de que fueran a recuperarlo en un plazo corto de tiempo. Esa noche, Ham y Evans salieron a ahogar sus penas en alcohol. Evans dejó a Ham en su casa a las 3 de la mañana del día 24. A la mañana siguiente, su novia Anne encontraba su cadáver en su estudio. Se había ahorcado y había dejado una nota de suicidio dirigida a su novia y a su hijo Blair que decía "Anne, te quiero. Blair, te quiero. No podré amar y confiar en todo el mundo. Esto es lo mejor. Pete. PD Stan Polley es un bastardo desalmado. Me lo llevaré conmigo" Le faltaban tres días para cumplir 28 años. Un mes después de su muerte nacería su hija Petera.
Tras la muerte de Ham, y la ruptura del contrato con la Warner en mayo, el grupo se disolvió y sus componentes tomaron distintos caminos. Polley sería condenado en 1978 a devolver una importante suma de dinero a la Warner, pero no sería juzgado por apropiarse del dinero de Badfinger, aunque si sería condenado en 1991 por malversación y lavado de dinero en otro caso.


En 1977 Tom Evans y Joey Molland, que llevaban algún tiempo apartados de la música, se reunieron de nuevo bajo el nombre de Badfinger, acompañados del batería Kenny Harck y el guitarrista Joe Tansin, para grabar dos nuevos discos para el sello Elektra: Airwaves (1979) y Say No More (1981). El rotundo fracaso de Say No More provocó que Evans y Molland volvieran a separarse; cada uno reclutó nuevos músicos y comenzó a dar conciertos bajo el nombre de Badfinger, lo que los llevó a un enfrentamiento personal y legal. El 18 de noviembre, ambos tuvieron una fuerte discusión por teléfono, a cuenta del reparto del dinero que Apple Records debía aún al grupo y de los derechos de autor de Without You, de los que Molland reclamaba una parte. La mañana siguiente, Tom Evans era encontrado ahorcado en un árbol del jardín de su casa en Richmond (Surrey). Sus problemas personales y económicos, su enfrentamiento con Molland y el recuerdo de la muerte de Pete Ham (que nunca llegó a superar completamente) le llevaron a tomar tan drástica decisión.
Tras la muerte de Evans, Joey Molland, Mike Gibbins y Bob Jackson formaron una nueva versión de Badfinger que dio una serie de conciertos entre 1984 y 1986. En la actualidad, tanto Joey Molland (bajo el nombre Joey Molland's Badfinger) como Bob Jackson siguen interpretando los viejos temas de la banda en conciertos por EEUU y el Reino Unido.

Los miembros de badfinger junto a George Harrison
A partir de la década de los 90 el interés por Badfinger creció entre los aficionados. Se reeditaron los álbumes de su etapa en Apple (incluido el Maybe Tomorrow que grabaron siendo todavía The Iveys), que estaban descatalogados, y se editó material nuevo, como recopilaciones y grabaciones en directo o canciones de los Iveys, así como el Head First, inédito desde hacía 25 años.

miércoles, 22 de febrero de 2017

El teniente Walter Merritt

Walter Leslie Schwarz (1896-1969)

Walter Leslie Schwarz vino al mundo el 17 de abril de 1896, en Toowoomba, una ciudad del estado australiano de Queensland. En Toowomba había una nutrida colonia de inmigrantes de origen alemán, entre ellos los padres de Walter. Su padre, Heinrich Schwarz, había nacido en alta mar, durante la travesía que había llevado a sus padres a Australia, y su madre, Augusta Wilhelmina Otto, era ya una inmigrante de segunda generación. La comunidad alemana de Toowomba estaba orgullosa de sus orígenes, tenía incluso escuelas en alemán y celebraba sus fiestas tradicionales y homenajes al Káiser.
Walter comenzó a trabajar en una tienda de comestibles tras dejar los estudios, pero siempre le había atraído todo lo relativo al ejército (de adolescente había formado parte de los Commonwealth Cadets, una organización juvenil de inspiración militar) y en junio de 1914 se alistó en el ejército australiano, siendo destinado a la base de Fort Lytton como artillero.
Y entonces estalló la Gran Guerra, y el Reino Unido entró en guerra con Alemania. Y los australianos de origen alemán pasaron a ser vistos como sospechosos, como potenciales espías o traidores, teniendo que soportar la desconfianza de los que hasta entonces habían sido sus amables vecinos. Walter tampoco se libró de comentarios hirientes y burlas de sus compañeros por su origen. Queriendo demostrar su lealtad, trata de alistarse en la Australian Imperial Force, el contingente militar australiano enviado a combatir en Europa, pero su petición es rechazada. Decidido a ir al frente, no ceja en su empeño y vuelve a solicitar ser enviado a Europa. Esta vez si consigue su objetivo y el 17 de junio de 1915 embarca en el puerto de Melbourne con la 55 Brigada de Artillería rumbo al campo de entrenamiento de Lydd, en Inglaterra.
Pero en Inglaterra se encuentra con la misma situación: desconfianza y hostigamiento a causa de su apellido alemán. Pese a su esfuerzo y aplicación, Walter ve como se le niega la promoción en varias ocasiones y cómo, mientras sus compañeros son enviados a combatir, él en cambio permanece en el campamento. Sus quejas y solicitudes caen en saco roto. Llega un momento en el que se convence de que apellidándose Schwarz jamás será enviado al frente. Y toma una decisión drástica: para poder participar en la guerra, antes deberá desertar.

Schwarz, recién alistado en el ejército, junto a su madre
El 23 de octubre de 1915 Schwarz abandona sin permiso el campamento y viaja en tren hasta Londres. Tres días más tarde, tras haber conseguido ropa de civil, se dirige a una oficina de reclutamiento de los Fusileros Reales y se alista bajo el nombre de Walter Lancelot Merritt (el apellido de casada de una de sus hermanas), diciendo ser hijo de Henry Merritt, un británico afincado en Australia. Es asignado al 23º Batallón de los Fusileros Reales, uno de los Batallones de Deportistas, llamados así porque en ellos figuraban conocidos nombres del deporte británico.
Por fin, libre de la carga que suponía su apellido, Walter es tratado igual que sus compañeros y muy pronto comienza a destacarse. En marzo de 1916 su unidad es enviada a combatir en Francia. Poco después Merritt es ascendido a cabo, y el 1 de mayo es herido de gravedad en brazos, piernas y cara en un combate cerca de Vimy. Evacuado a Inglaterra para ser atendido, se reincorporará a su batallón en septiembre, ya con el rango de sargento.
Su valor y talento hace que sea enviado a una escuela de oficiales en Moore Park (Irlanda) donde obtiene el ascenso a teniente en abril de 1917. De vuelta en Francia, en octubre vuelve a resultar herido en Ypres, pero al mes siguiente ya está de nuevo en el frente en Cambrai. Comienza a recibir distinciones, es mencionado en los informes oficiales y recibe recomendaciones. Participa en abril de 1918 en la batalla de Lys (una nueva mención oficial) y finalmente es condecorado con la Military Cross por su heroica actuación en un combate en Ploegsteert (Bélgica) en agosto; siendo oficial de inteligencia de la 86ª Brigada de Infantería, ante el caos y la confusión que reinaba en las filas británicas, se encarga de reorganizar a la unidad enarbolando, bajo un intenso fuego enemigo, una gran bandera roja que sirve de referencia a sus compañeros.
El 28 de septiembre Merritt repite su acción en Ledeghem: en un día de espesa niebla, de nuevo con una bandera roja y un parche del mismo color en la espalda, guía una avanzadilla en la toma de una posición enemiga. La posición es conquistada, y los británicos capturan 28 prisioneros, pero Merritt es alcanzado por fuego de mortero y su pierna derecha, gravemente dañada, tiene que serle amputada. Esta acción le valdría su segunda condecoración.
Tras ser herido, inicia una larga peregrinación por diferentes hospitales. En uno de ellos, en febrero de 1919, está a punto de ser descubierto por un soldado australiano que lo reconoce y se extraña de verlo allí. Él finge no saber de qué está hablando y evita así el problema, pero este primer susto le sirve de aviso.
El 20 de abril de 1920 Merritt es condecorado en el Palacio de Buckingham por el mismísimo rey Jorge V, junto a otros soldados y oficiales del ejército británico, y poco después es licenciado con honores por razones médicas.
Merritt/Schwarz se ve entonces en una disyuntiva de difícil solución. Desea recuperar su identidad y regresar a casa con su familia; pero Walter Schwarz sigue estando buscado por desertor. Por otro lado, seguir siendo Merritt también es complicado, ya que Walter Merritt no existe fuera del ejército británico, y las autoridades ya le han pedido sus datos personales para tramitar la pensión a la que, como mutilado y receptor de una condecoración, tiene derecho. Decide confesar la verdad y escribe una carta al rey contándole su historia y solicitando un perdón real. Jorge V siente cierta afinidad con el joven australiano. A él, pese a ser el rey, algunos de sus súbditos también le habían reprochado su origen alemán (era nieto del príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha y estaba casado con la princesa alemana María de Teck). Incluso, para acallar las críticas, decidió cambiar el apellido de la familia real, renunciando al Sajonia-Coburgo-Gotha para adoptar el apellido inglés Windsor, que se remonta a Eduardo III en el siglo XV. Tras consultar con la Oficina de Guerra y las autoridades australianas, el rey concede un perdón completo al teniente, que puede recuperar su identidad y volver a su casa.
De regreso en Australia, Walter Schwarz llevó una vida corriente. Fue agente de bienes raíces y gerente de un almacén antes de ser contratado por la filial australiana de la petrolera Shell, donde trabajó hasta su retiro. Se casó en 1938, aunque no tuvo hijos, y durante la Segunda Guerra Mundial formó parte brevemente de un regimiento de reserva, con el rango de teniente. Falleció, a causa de un cáncer, el 9 de enero de 1969.

lunes, 20 de febrero de 2017

El robo de las Joyas de la Corona irlandesa


En el año 1783 el rey británico Jorge III, en calidad de rey de Irlanda, creaba la Ilustrísima Orden de San Patricio, una orden de caballería a semejanza de las ya existentes en Inglaterra, como forma de distinguir y recompensar a aquellos nobles irlandeses que habían apoyado a la corona británica. Quedó establecido que el rey del Reino Unido fuese el Soberano de la orden, y el Lord Teniente de Irlanda (su representante en la isla y jefe del gobierno irlandés) ejerciese como Gran Maestro. Se escogió como lema de la Orden Quis separabit? (en latín, ¿Quién nos separará?), una cita tomada de la Carta de San Pablo a los Romanos, y como símbolo la cruz de San Patricio (un aspa roja sobre fondo blanco). En la actualidad, la Orden, pese a existir todavía sobre el papel, lleva décadas inactiva. Tras la independencia irlandesa en 1922 ya no se nombraron más caballeros irlandeses. La última persona en ser nombrada miembro de la Orden fue el príncipe Alberto, Duque de York (quien luego subiría al trono como Jorge VI), en 1936, y el último miembro superviviente, el príncipe Enrique de Gloucester (hermano menor de Eduardo VIII y Jorge VI), falleció en 1974.

Collar de la Orden de San Patricio
En las ceremonias señaladas los caballeros de la Orden usaban la vestimenta de gala: traje blanco, manto de seda azul celeste con la insignia de la Orden bordada, y un sombrero de terciopelo negro con tres plumas caídas (una roja, una azul y una blanca). Y lucían además las insignias que les identificaban como miembros: un collar de oro, formado por rosas Tudor y arpas, y una medalla con la cruz de San Patricio (que podía colgar del collar o ir prendida a la ropa). Pero las posesiones más valiosas de la Orden eran las llamadas Joyas de la Corona irlandesa: dos preciadas y valiosísimas joyas, una estrella y una medalla, cuajadas de piedras preciosas y entregadas a la Orden en 1831 por Guillermo IV como iura regalia (símbolos de poder), y era costumbre que fueran lucidas por el Soberano en las ceremonias de ingreso de nuevos miembros, y por el Gran Maestro en otras celebraciones importantes. Ambas joyas habían sido confeccionadas con piedras del tesoro real británico, procedentes de joyas que habían pertenecido a la reina Charlotte (esposa de Jorge III). La estrella, de ocho puntas (cuatro grandes y cuatro pequeñas), tenía en su centro una cruz de rubíes y un trébol de esmeraldas, rodeados por un círculo de esmalte azul cielo con la inscripción Quis Separabit MDCCLXXXIII escrita con diamantes rosa. El resto de la estrella estaba cubierta con diamantes brasileños de la mayor pureza. En cuanto a la medalla, sus motivos eran muy parecidos: un trébol de esmeraldas sobre una cruz de rubíes, rodeados de un círculo de esmalte azul con la misma inscripción, rodeado a su vez por un círculo de diamantes brasileños de gran tamaño y pureza, y rematada con un arpa coronada y un lazo también con diamantes. Ambas joyas tenían en total casi 400 gemas engastadas y su valor conjunto se estimaba en 30000 libras de la época; hoy seguramente no valdrían menos de 15 millones de euros.

Las joyas robadas
Cuando las joyas no eran utilizadas, quedaban bajo la custodia del Rey de Armas del Ulster, el oficial de armas (algo así como un oficial encargado de asuntos de heráldica y ceremonias) de mayor rango de Irlanda, quien las guardaba en la cámara acorazada de un banco. Hasta que en 1903 se decidió que fueran trasladadas al Castillo de Dublín, sede del gobierno británico de Irlanda, donde acababa de construirse una cámara acorazada. Se adquirió una caja fuerte especialmente para guardar las joyas... pero cuando llegó el momento de instalarla resultó que era demasiado grande y no cabía por la puerta de la cámara, así que el entonces Rey de Armas del Ulster, sir Arthur Vicars, decidió que la caja fuerte con las joyas fuese llevada a su despacho. De la puerta del despacho de Vicars existían siete llaves, que estaban en poder de él y de sus ayudantes, pero de la caja fuerte sólo había dos, ambas en poder del Rey de Armas: una la llevaba encima siempre y otra permanecía en su casa, guardaba bajo llave en un escritorio.

Sir Arthur Vicars (1862-1921)
Vicars, nombrado Rey de Armas en 1893, era un experto en heráldica y genealogía, procedente de una familia ilustre (su padre era coronel del ejército). No obstante, su papel como guardián de las joyas fue cuestionado en más de una ocasión por su carácter un tanto descuidado y negligente, además de su excesivo amor por la botella. En una ocasión, tras una de sus grandes borracheras, se despertó en su despacho llevando puestas las joyas. Y en otra ocasión, inadvertidamente dejó la llave de la caja fuerte abandonada junto a las de su oficina en un llavero que luego encontró una criada. El 28 de junio de 1907 Vicars informó de que había perdido su llave de la entrada principal de la Torre Bedford, en la que se hallaba su despacho, pero nadie pareció darle importancia.
La mañana del 6 de julio de 1907 una limpiadora del castillo encontró la puerta del despacho de Vicars abierta de par en par, con una llave todavía en la cerradura, lo que le pareció extraño, pero a Vicars no le preocupó demasiado. Esa misma tarde, Vicars entregó la llave de la caja fuerte a un empleado del castillo, un portero apellidado Stivey, encargándole que guardara en ella uno de los collares de la Orden, perteneciente a un miembro recién fallecido, que Vicars y su ayudante personal, su sobrino Pierce O'Mahony, habían estado examinando. Poco después, Stivey regresaba muy alarmado para informar a Vicars de que la caja fuerte no estaba cerrada con llave. Vicars acudió de inmediato a su despacho y descubrió que las Joyas de la Corona, así como los collares de cinco de los miembros de la Orden, que también se custodiaban allí, habían desaparecido.

El Castillo de Dublín
El robo había tenido lugar en un momento un tanto inoportuno. Solo cuatro días después, el rey Eduardo VII y su esposa la reina Alexandra tenían previsto visitar Dublín para visitar la Exposición Internacional Irlandesa, que se estaba celebrando allí, y de paso el rey presidiría una reunión de la Orden en la que se admitirían nuevos miembros. Eduardo VII montó en cólera cuando supo del robo, pero mantuvo su visita, aunque los actos de la Orden de San Patricio fueron cancelados.
Se inició de inmediato una gran investigación, para la cual el Detective Jefe de Scotland Yard, John Kane, se desplazó a Dublín para colaborar con su Policía Metropolitana. La opinión de los agentes que investigaban el caso era que se había tratado de un trabajo desde dentro; alguien del castillo, muy posiblemente del entorno del Rey de Armas, había sido el autor del robo, dadas las dificultades que entrañaba para un extraño estar al tanto de la situación de las joyas y de las llaves necesarias para llegar a ellas. Las joyas habían sido utilizadas por última vez el 17 de marzo, durante la fiesta de San Patricio, y la última vez que se comprobó que estaban en la caja fue el 11 de junio, cuando Vicars se las mostró a un visitante. Se inició una exhaustiva investigación de todas las personas que habían podido tener acceso a las joyas, sin éxito. Después de muchas pesquisas, la Comisión formada para la investigación no pudo señalar al culpable; aunque se dijo que Kane había hecho su propio informe, en el que señalaba a un posible responsable, que entregó a la Real Policía Irlandesa, pero que dicho informe fue desestimado, y Kane reclamado de vuelta a Londres. Eso si, la Comisión encontró que el proceder de Vicars había sido "impropio e inadecuado" a la hora de custodiar las joyas, y fue forzado a renunciar a su cargo, lo mismo que todos los demás miembros de su equipo. Las investigaciones policiales continuaron durante algún tiempo hasta que fueron suspendidas bruscamente, según algunos por orden directa de Eduardo VII. El rumor que circuló con insistencia era que las indagaciones habían descubierto una gran cantidad de comportamientos inadecuados entre los empleados y funcionarios del Castillo de Dublín (que incluían alcoholismo, orgías y relaciones homosexuales) y el rey Eduardo temió que si llegaran a ser de dominio público el escándalo resultante sería mayor que el que había provocado el robo.
La lista de sospechosos no es muy larga. El primero y más obvio, el propio Vicars. No sólo tenía acceso a las joyas, también resultaba sospechoso su negligente proceder y el hecho de que se hubiese negado a comparecer ante la Comisión. No obstante, dicha Comisión no halló indicios de su culpabilidad y él negó su implicación en el robo hasta el día de su muerte, sucedida en 1921 a manos del IRA, que lo consideraba un informador. En 1912, el Daily Mail publicó un artículo en el que acusaba a Vicars de haber cometido el robo en complicidad con una mujer desconocida de la que sería amante y que había huido con las joyas a París. Vicars demandó al periódico, que hubo de reconocer que la noticia era falsa y tuvo que indemnizarlo con 5000 libras.
Otro nombre sospechoso fue el del ayudante y sobrino de Vicars, Pierce O'Mahony, que también tenía acceso al despacho de Vicars y cuyo padre era un notorio simpatizante del nacionalismo irlandés. Tampoco se hallaron pruebas contra él antes de su muerte en 1914, en un accidente mientras practicaba tiro.
Un tercer sospechoso que sonó con mucha fuerza fue el del segundo ayudante de Vicars, Francis Shakleton, hermano del legendario explorador sir Ernest Shackleton. Varias personas, incluido el propio Vicars, le señalaron como el principal sospechoso, pero el detective Kane negó su implicación ante la Comisión y ésta exoneró a Shackleton. Posteriormente, en 1913 Francis fue arrestado y condenado por fraude bancario al cobrar un cheque robado. Cuando fue puesto en libertad se cambió el nombre y no se supo más de él.

Francis Bennett-Goldney (1865-1918)
Un cuarto nombre que no salió a la luz hasta años después fue el de Francis Bennet-Goldney, nombrado Pursuivant de Athlone (un oficial de armas de bajo rango) unos meses antes del robo. Tras su muerte en 1918 en un accidente de tráfico en Francia, en los estertores de la Primera Guerra Mundial, se descubrieron en su casa numerosos objetos sustraídos del Castillo de Dublín y de otros edificios públicos donde había prestado servicio, aunque no se halló prueba alguna que lo vinculara directamente con el robo de las Joyas.
Tampoco faltaron otras teorías más sensacionalistas sobre la autoría del robo, surgidas en su mayor parte de las especulaciones de la prensa. Se acusó tanto a sociedades nacionalistas irlandesas como la Hermandad Republicana Irlandesa, como a grupos unionistas (leales a la Corona británica) que querían debilitar al gobierno liberal presidido por sir Henry Campbell-Bannerman y que luego habrían devuelto las joyas en secreto a la familia real. Algunos periódicos consideraron sospechoso a George Gordon, lord Haddo, hijo del entonces Lord Teniente, John Hamilton-Gordon, pero que en el momento del robo se encontraba en Inglaterra.
Las Joyas de la Corona irlandesa jamás se hallaron. Su destino permanece envuelto en la bruma de lo desconocido.

viernes, 17 de febrero de 2017

El Incidente Vela


El Proyecto Vela fue un proyecto de vigilancia y seguimiento lanzado por el gobierno estadounidense en los años 60 para vigilar el cumplimiento del Tratado de Prohibición Parcial de Ensayos Nucleares (TPPEN) firmado en 1963, que prohibía los ensayos nucleares en superficie. Dicho proyecto incluía una red de satélites lanzados al espacio entre 1963 y 1970, y que estuvieron activos hasta la década de 1980. Fue uno de estos satélites, el Vela 6911, el protagonista del enigmático suceso conocido como Incidente Vela.
El 22 de septiembre de 1979, a las 00:53 GTM, el Vela 6911 detectaba un destello luminoso en una zona del sur del océano Índico, en una región situada entre las islas del Príncipe Eduardo (pertenecientes a Sudáfrica), las Crozet (francesas) y la isla Bouvet (bajo soberanía noruega). El satélite informó de un doble flash (un primer destello breve y muy brillante, seguido de otro más atenuado y duradero), un fenómeno típico de las explosiones nucleares y que no se ha observado en ningún fenómeno natural. Por la intensidad del brillo, se calculó una explosión de uno o dos kilotones (aproximadamente una décima parte de la bomba que arrasó Hiroshima), aunque no se pudo comprobar dado que el sensor electromagnético del satélite estaba estropeado.
Varios aviones WC-135 de vigilancia del ejército norteamericano fueron enviados a la zona para investigar, llevando a cabo hasta 25 misiones, sin detectar indicios de radiactividad ni restos de una posible prueba nuclear. Sin embargo, esa misma noche el observatorio de Arecibo (Puerto Rico) detectó una serie de anomalías en la ionosfera que parecían proceder de dirección sudeste (un fenómeno no observado con anterioridad) y unos meses más tarde se detectó un extraño aumento de la radiactividad ambiental en Tasmania y Australia occidental.

Satélite Vela
El gobierno del presidente Jimmy Carter encargó entonces un informe sobre el suceso a la Oficina de Política de Ciencia y Tecnología (OSTP), cuyo presidente, Frank Press, organizó un comité de científicos presidido por el doctor Jack Ruina, ingeniero del MIT. Su informe, concluido en el verano de 1980, destacaba una cierta desviación entre los datos del Vela 6911 y los procedentes de otros 41 ensayos nucleares en superficie (la mayoría franceses y chinos) detectados por los satélites y luego confirmados por otros medios. Dada esa diferencia y la ausencia de otras pruebas, la conclusión a la que llegaba el comité era que, sin descartar por completo que el llamado "incidente Vela" se debiera a una prueba atómica, lo mas probable era que no fuera así, proponiendo otras hipótesis alternativas como un defecto en los sensores, un fenómeno meteorológico desconocido o el impacto de un micrometeorito contra el satélite.
La conclusión del informe de los expertos (que sería desclasificado años más tarde, aunque parte de la información acerca de este caso sigue siendo considerada "secreta") no contentó a todos. Hubo sospechas de que el dictamen del comité había tenido influencias políticas; 1980 fue año de elecciones presidenciales y el control de los arsenales nucleares era uno de los puntos principales en cuestión de política internacional del programa electoral de Carter (que perdería por abrumadora mayoría contra Ronald Reagan), así que de haberse producido un ensayo nuclear imprevisto y desconocido habría perjudicado su credibilidad (sobre todo, si en él hubiera estado involucrado un país aliado). Entre los que no aceptaron la versión oficial estaba un grupo de científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos, donde se había gestado el proyecto Vela, los cuales en 1981 afirmaron estar convencidos de que los detectores del satélite habían funcionado correctamente.
¿Quienes, entonces, podían haber llevado a cabo un ensayo nuclear secreto en aquellas latitudes? La lista de sospechosos es corta, y el que más veces ha sido señalado es el estado de Israel, de cuyo ultrasecreto programa nuclear apenas se sabe nada, bien en solitario o, más probablemente, en colaboración con el gobierno sudafricano. Por aquel entonces Sudáfrica, pese a sufrir un embargo comercial de armas y haber firmado el TPPEN, había iniciado su propio programa nuclear aprovechando sus importantes reservas de uranio, y de hecho un informe de la CIA fechado en enero de 1980 señala a Sudáfrica como el responsable más probable. Documentos desclasificados a posteriori revelaron que en 1975 ambos gobiernos habían firmado un acuerdo secreto de colaboración militar y que incluso los israelíes se habían ofrecido a venderles a los africanos ojivas nucleares. Algunos testimonios refuerzan esta teoría; el comodoro Dieter Gerhardt, por aquel entonces comandante de la base naval sudafricana de Simon's Town y más tarde encarcelado por espiar para la URSS afirmó tras salir de la cárcel que el suceso de 1979 había sido una prueba nuclear cuyo nombre en clave era Operación Phoenix, aunque él no había participado directamente en su preparación. Y en 2006 un ex-agente de la CIA llamado Tyler Drumheller publicó un libro de memorias en el que decía haber recibido pruebas "incontrovertibles" de que el Incidente Vela había sido una prueba nuclear sudafricana con asistencia israelí. Por su parte, los sudafricanos siempre negaron las acusaciones. En 1993 el presidente saliente Frederik de Klerk admitió que su país había construido seis artefactos nucleares, sin mencionar para nada la ayuda israelí, pero que todos habían sido desmantelados.
Otras potencias nucleares han sido señalados como posibles responsables, pero con escasas probabilidades. La Unión Soviética había llevado a cabo ensayos nucleares en el Pacífico en los años 50, pero había respetado las condiciones del TPPEN y tenía territorio suficiente para llevar a cabo sus pruebas sin tener que irse hasta aquellas latitudes. Lo mismo se podía decir de otras dos potencias nucleares, la India y Pakistán, que en teoría tenían capacidad para llevar a cabo la prueba, pero habría sido una solución poco práctica e innecesaria. Una teoría con más peso era que se hubiese tratado de una prueba francesa; no muy lejos de allí se encuentra el archipiélago de las Kerguelen, que alberga una base científica en Port-aux-Français. Podía haber sido una prueba de una bomba de neutrones o bien de una pequeña arma nuclear táctica. Pero de nuevo encontramos la misma dificultad: una prueba en pleno Índico sur habría sido poco conveniente, sobre todo habiendo numerosos atolones en la Polinesia francesa capaces de albergar una prueba así.
A día de hoy sigue sin haber pruebas sólidas acerca de lo ocurrido en el Incidente Vela. Hay indicios, rumores, sospechas, testimonios de segunda mano, pero ninguna evidencia clara.

domingo, 12 de febrero de 2017

El incidente del puente de Selma


El 2 de julio de 1964 era promulgada la Ley de Derechos Civiles de 1964, que ponía fin (al menos sobre el papel) a décadas de segregación y desigualdad en los Estados Unidos. La ley prohibía la segregación por motivo de raza en todos los lugares públicos (incluidos centros de enseñanza y lugares de trabajo), y la aplicación de diferentes requisitos para el registro en el censo de votantes según la raza.
La ley no fue bien acogida por todos, especialmente en los estados del sur, donde la segregación estaba más arraigada. Uno de los opositores más enconados a la aplicación de la ley fue el gobernador de Alabama, el demócrata George Wallace, que se opuso frontalmente llegando a decir que "segregación hoy, segregación mañana, segregación para siempre" y movilizando a las fuerzas policiales estatales para mantener el statu quo.

Jimmie Lee Jackson (1938-1965)
Un buen ejemplo de la situación en Alabama era el condado de Dallas. Allí, pese a que el 57% de la población era negra, sólo 130 afroamericanos (menos del 1% del total de personas registradas) estaban legalmente registrados para votar. Ante esta desigualdad, grupos afroamericanos como el Dallas County Voters League (DCVL) y el Student Nonviolent Coordinating Committee (SNCC) iniciaron antes incluso de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles una serie de campañas para promover el registro de votantes negros, pese a las numerosas trabas que les imponían las autoridades. El movimiento consiguió nuevos bríos cuando a finales de 1964 el Southern Christian Leadership Conference (SCLC), la asociación pro derechos civiles encabezada por el doctor Martin Luther King, se unió a su causa. El SCLC envió voluntarios y figuras destacadas de la lucha contra la discriminación, y comenzaron una serie de protestas pacíficas que fueron duramente reprimidas por la policía, con numerosos arrestos. El 18 de febrero de 1965 se produjo una de estas movilizaciones: unas 500 personas partieron de la Iglesia Metodista Unida de Sion en Marion para manifestarse ante la cercana cárcel del condado de Perry, donde permanecía arrestado un joven activista llamado James Orange. La manifestación fue violentamente disuelta por policías locales y estatales, y un joven de 26 años llamado Jimmie Lee Jackson, diácono y activista, recibió dos disparos en el abdomen por parte de un policía estatal llamado James Bonard Fowler. Jackson moriría a causa de sus heridas el 26 de febrero y Fowler, que alegó que había intentado arrebatarle su arma, no fue enjuiciado por su muerte.
Un par de días después de la muerte de Jackson, durante una reunión, James Bevel, destacado dirigente del SCLC, propuso organizar una marcha a pie desde Selma, capital del condado de Dallas, a Montgomery, capital del estado, a unos 80 kilómetros de distancia, para intentar entrevistarse con el gobernador Wallace y pedirle explicaciones por lo ocurrido en Marion. En cambio, Wallace calificó a la marcha como una amenaza a la seguridad pública y afirmó que "No habrá marcha entre Selma y Montgomery", dando órdenes a la policía de que la impidieran, tomando cualquier medida necesaria para ello.


El 7 de marzo de 1965, un grupo de entre 500 y 600 manifestantes partieron desde Selma hacia Montgomery por la Ruta 80. Al frente de la comitiva iban dos destacados líderes del movimiento por la igualdad de derechos, John Lewis del SNCC y el reverendo Hosea Williams del SCLC. Sin embargo, las autoridades no estaban dispuestas a dejarles llegar muy lejos. Un contingente de policías locales y estatales, y voluntarios civiles (el sheriff Jim Clark había pedido la presencia de "hombres blancos mayores de veintiún años" para ser nombrados agentes provisionales) les esperaba al otro lado del puente Edmund Pettus, que cruza el río Alabama. Debido a su peculiar estructura arqueada, los componentes de la marcha no vieron a los agentes hasta que llegaron a la mitad del puente. El reverendo Williams trató de hablar con el oficial John Cloud, al mando del contingente, pero este le dijo fríamente que no había nada que discutir, y acto seguido ordenó cargar contra los manifestantes. Agentes a pie y a caballo atacaron a los participantes en la marcha con una brutalidad inusitada, utilizando porras y gases lacrimógenos. Diecisiete personas tuvieron que ser hospitalizadas, y otro medio centenar tuvo que recibir asistencia médica a raiz de los sucesos de lo que acabaría siendo conocido como el "Domingo Sangriento".


Las imágenes de la brutal represión policial conmocionaron a buena parte del país. Numerosos periódicos llevaron en sus portadas del día siguiente una de las imágenes icónicas del incidente: Amelia Boynton, una de las organizadoras de la marcha, inconsciente por causa de los golpes de la policía. El propio presidente Lyndon B. Johnson condenó la represión policial. Los principales grupos pro derechos civiles organizaron una nueva marcha para el martes 9, para la que llegaron voluntarios de todo el país. Los organizadores esta vez solicitaron a un juez federal una orden que prohibiese a la policía intervenir. El juez, sin embargo, ordenó suspender la marcha mientras no dispusiera de más información. Los líderes del movimiento se vieron así entre la disyuntiva de desobedecer una orden judicial o dejar que muchos de sus seguidores, deseosos de mostrar su condena al Domingo Sangriento, marchasen por su cuenta, y llegaron a un acuerdo con representantes del presidente Johnson. La mañana del día 9, más de 2500 personas, encabezadas por Martin Luther King, salieron de Selma, llegaron hasta el puente Pettus, donde se detuvieron, rezaron una breve oración y luego dieron media vuelta. Esa misma tarde tres activistas blancos fueron atacados y brutalmente apaleados por miembros del Ku Klux Klan en las calles de Selma. Uno de ellos, James Reeb, un pastor unitario de 38 años originario de Boston, moriría dos días después por sus heridas. Ese mismo día 11 era presentada en el Senado la Ley de Derechos de los Votantes que prohibía explícitamente cualquier tipo de discriminación hacia las minorías en lo referente al derecho al voto, Ley que el presidente Johnson firmaría el 6 de agosto.

James Reeb (1927-1965)
El 17 de marzo, el juez finalmente dio permiso para que se celebrara la marcha de Selma a Montgomery. El domingo 21, dos semanas después del Domingo Sangriento, más de 8000 personas, negros, blancos, asiáticos y latinos, además de representantes religiosos de las confesiones protestante, católica, ortodoxa y judía, partían de Selma, aunque sólo 300 (las que había autorizado el juez) hicieron el recorrido completo, protegidos por cerca de 4000 soldados y numerosos agentes del FBI. El 25, los participantes en la marcha, junto a miles de voluntarios que se les habían unido en Montgomery, hasta un total de 25000 personas, se plantaban delante del Parlamento de Alabama, donde un cordón policial les impidió el paso. Allí Martin Luther King daría uno de sus discursos más conocidos, How Long Not Long, y, ante la ausencia del gobernador Wallace, entregaron a uno de sus secretarios una petición en nombre de los participantes. Esta tercera marcha recibió una amplísima cobertura periodística, y en general se consideró un éxito notable para el movimiento pro derechos civiles. Esa misma noche, Viola Liuzzo, una voluntaria originaria de Detroit, madre de cinco hijos, era asesinada a tiros por miembros del Ku Klux Klan.
Las tres marchas de Selma a Montgomery supusieron un punto álgido de la lucha contra la segregación. Centraron la atención sobre el problema de la discriminación, mostraron a muchos la cara real del racismo, sacudiendo las conciencias de todo el país, y crearon un estado de ánimo general que posibilitó la aprobación de la Ley de Derechos de los Votantes. Aún faltaba mucho camino que recorrer, pero las marchas y la salvaje represión del Domingo Sangriento posibilitaron un gran avance del movimiento en pro de la igualdad de derechos.


Hoy en día, la ruta de Selma a Montgomery es considerada Ruta Histórica Nacional.

viernes, 10 de febrero de 2017

Muertes curiosas, absurdas o extrañas (II)


George Plantagenet, duque de Clarence y conde de Salisbury, hermano de los reyes de Inglaterra Eduardo IV y Ricardo III, fue condenado a muerte por traición por haber conspirado contra su hermano Eduardo. Según la tradición, fue ejecutado el 18 de febrero de 1478 mediante un método poco habitual: ahogado en un barril de vino malvasía.


El compositor italiano nacionalizado francés Jean-Baptiste Lully (1632-1687) solía dirigir orquestas marcando el compás mediante golpes en el suelo con un pesado bastón de hierro. En una de estas ocasiones se golpeó accidentalmente el pie haciéndose una herida que se gangrenó y le costó la vida.


François Vatel, cocinero y maitre al servicio del príncipe Luis II de Borbón, primo del rey Luis XIV, recibió de su señor el delicado encargo de organizar una suntuosa fiesta de tres días y tres noches de duración que el príncipe ofrecería en honor al rey y su corte, y con la que esperaba congraciarse con el rey y recuperar sus favores. Con el futuro de su señor dependiendo de su éxito, Vatel cuidó el más mínimo detalle, pero cuando supo que el pescado que había encargado para uno de los banquetes posiblemente llegaría tarde, fue presa de la desesperación y se suicidó atravesándose con una espada. Su cuerpo fue hallado por uno de sus ayudantes, que acudió a comunicarle que el pescado había llegado por fin.


En 1982, un joven de 27 años llamado David Grundman y su compañero de piso salieron al desierto a dispararle a los cactus. Uno de estos era un enorme saguaro (Carnegiea gigantea) de más de siete metros de altura, que tras recibir varios disparos se desplomó, aplastando a Grundman.


Jerome Moody se ahogó en una piscina en 1985, en el transcurso de una fiesta organizada por el Departamento de Turismo y Ocio de Nueva Orleans para celebrar que no se había producido ninguna muerte por ahogamiento durante la temporada de verano. En la fiesta se encontraban en torno a un centenar de socorristas fuera de servicio.


Michael Anderson Godwin, un preso convicto de asesinato condenado a muerte en la silla eléctrica en 1983 pero cuya pena fue más tarde conmutada por la de cadena perpetua, murió en su celda el 8 de marzo de 1989, electrocutado mientras intentaba arreglar su televisor.


El 9 de julio de 1993 Garry Hoy, abogado del bufete Holden Day Wilson de Toronto, quiso mostrar a un grupo de aspirantes a pasantes que el cristal de las ventanas de las oficinas del bufete era irrompible, lanzándose contra él. Al parecer no era la primera vez que lo hacía. En esta ocasión, el cristal tampoco se rompió, pero el golpe lo sacó de su marco, haciendo que Hoy se precipitara al vacío desde el piso 24 del edificio Toronto-Dominion Centre.


El tenor norteamericano Richard Versalle falleció de un ataque al corazón el 5 de enero de 1996 en el Metropolitan Opera, mientras interpretaba la ópera El caso Makropulos. Justo antes de sufrir el ataque había recitado una línea que decía "Sólo puedes vivir hasta ahora".


En julio de 2013, un brasileño llamado João Maria de Souza falleció cuando una vaca atravesó el tejado de su casa y cayó sobre él mientras dormía. Al parecer la vaca se había escapado de una granja cercana y había subido al tejado de la casa desde la ladera de una colina adyacente.

martes, 7 de febrero de 2017

Muertes curiosas, absurdas o extrañas (I)


Al dramaturgo griego Esquilo (525-456 a.C.) un oráculo le predijo que moriría al caerle encima una casa. Por eso decidió irse a vivir fuera de la ciudad de Gela, en Sicilia, donde entonces se encontraba. Sin embargo, un buen día un águila que llevaba una tortuga confundió su cabeza calva con una roca, y le lanzó la tortuga para romper su caparazón. La tortuga golpeó a Esquilo, matándolo en el acto.


Sigurd el Poderoso, caudillo vikingo de las islas Orcadas, falleció por una infección causada accidentalmente por los dientes de uno de sus enemigos, Máel Brigte. Sigurd había derrotado y decapitado a Brigte, y colgó su cabeza de la silla de su caballo como trofeo. Mientras cabalgaba, los dientes de la cabeza cortada rozaban su pierna, provocándole una herida que luego se infectó y le causó la muerte.


Hans Staininger, prefecto de la localidad austríaca de Braunau am Inn, estaba muy orgulloso de su barba, que alcanzaba el metro y medio de longitud. Hasta que el 28 de septiembre de 1567 se declaró un incendio y Hans, tratando de huir, olvidó recogerse la barba como hacía habitualmente, la pisó, se cayó por unas escaleras y se partió el cuello. La familia conservó su barba como reliquia hasta que en 1911 la donó a un museo local.


Sir Francis Bacon, político, escritor y científico, quiso investigar el efecto del frío sobre la descomposición, y para ello decidió congelar un pollo en la nieve. Por exponerse de tal manera al frío, enfermó de pulmonía y falleció el 19 de abril de 1626.


El rey Adolfo Federico de Suecia (1710-1771), conocido por su glotonería, falleció a causa de una indigestión el 12 de febrero de 1771. Su última comida consistió en langosta, caviar, sauerkraut, arenques ahumados y champán, finalizada con 14 porciones de su postre favorito, semla, un bollo dulce de harina relleno con pasta de almendras y servido en un tazón de leche caliente.


En 1871 el abogado Clement Vallandigham defendía a un acusado de asesinato en un tribunal de Lebanon (Ohio) cuando quiso demostrar que la víctima podía haberse disparado a si mismo sin querer mientras sacaba su arma del bolsillo estando de rodillas. Mientras mostraba cómo podía haberse producido tal accidente, Vallandigham se disparó a si mismo en el vientre y falleció. Al menos, su cliente fue declarado inocente tras la demostración.


Allan Pinkerton, el fundador de la célebre Agencia Pinkerton de detectives, murió en 1884 al resbalar en una acera y morderse la lengua, lo que le provocó una infección.


Jasper Newton "Jack" Daniel, el fundador de la destilería que fabrica el célebre whisky Jack Daniel's, falleció el 10 de octubre de 1911, a causa de una septicemia. La infección se produjo, al parecer, por una herida en un dedo del pie provocada por haber pateado su caja fuerte una mañana en la que no pudo abrirla por no recordar la combinación.


El británico Bobby Leach fue la segunda persona que logró descender por las cataratas del Niágara dentro de un barril. En 1926, quince años después de su hazaña, resbaló en una piel de naranja y se rompió un pierna. La herida se gangrenó y la pierna hubo de serle amputada. A pesar de ello, falleció dos meses después a causa de las complicaciones.


La legendaria bailarina norteamericana Isadora Duncan murió en Niza el 14 de septiembre de 1927, cuando el largo chal que llevaba se enredó en una de las ruedas del automóvil en el que viajaba, estrangulándola en el acto.

sábado, 4 de febrero de 2017

Christopher McCandless

Christopher Johnson McCandless (1968-1992)

Christopher McCandless siempre se había sentido diferente, como si no encajara. Hijo de un ingeniero especialista en antenas que había trabajado para la NASA y luego fundó una exitosa consultora, y de una secretaria, su infancia fue acomodada pero no completamente feliz. Su padre (que tenía otros seis hijos de un matrimonio previo) y su madre discutían con frecuencia, lo que sin duda afectó a la forma en la que Chris veía la vida.
Fue un estudiante brillante, y un excelente deportista, pero sus compañeros y profesores se daban cuenta de que veía el mundo de una manera distinta, de que "marchaba a un ritmo diferente" que los demás. Idealista y desinteresado, el materialismo de la sociedad lo incomodaba. Sus lecturas favoritas (Jack London, Thoreau) hablaban de hombres que vivían lejos de la sociedad, en la soledad de la naturaleza, y comenzó a creer que no sería una mala idea vivir un tiempo al margen de todo, dependiendo sólo de si mismo.
En el verano de 1986, justo antes de entrar en la universidad, Christopher viajó a su California natal (su familia se había mudado a Virginia siendo él un niño) para visitar a algunos parientes. Fue entonces cuando descubrió un "secreto familiar" que le habían estado ocultando: su padre había llevado una doble vida durante un tiempo, y Chris y su hermana Carine habían nacido cuando todavía estaba casado con su primera esposa. Se cree que esta revelación tuvo un gran impacto sobre él, volviéndolo más escéptico y desconfiado.
En 1990 Christopher se licenció en Historia y Antropología por la Universidad de Emory, con un excelente expediente. De entre todas las opciones que se le presentaban, prefirió donar la mayor parte de sus ahorros a una organización benéfica, se subió a su Datsun y se pasó un par de años recorriendo los EEUU de aquí para allá, bajo el nombre de Alexander Supertramp. Iba de un lado a otro, sin rumbo fijo. A veces, cuando se quedaba sin dinero, aceptaba algún trabajo temporal y luego seguía su camino, alternando periodos en los que vivía rodeado de gente con otros que pasaba prácticamente aislado. Cuando perdió su coche en una inundación, siguió su viaje a pie, en autostop o de polizón en trenes de mercancías. Así estuvo durante un par de años, hasta que en abril de 1992 llegó a Fairbanks (Alaska) haciendo autostop con la intención de vivir su propia aventura personal; a semejanza de lo que había hecho en su día Thoreau, viviendo en soledad, en contacto con la naturaleza, obteniendo su sustento por sus propios medios y llevando un diario personal de sus experiencias.


El 28 de abril de 1992 un electricista llamado Jim Gallien llevó en su coche a "Alex" desde Fairbanks hasta el inicio del Stampede Trail, un antiguo sendero creado a principios del siglo XX para dar acceso a algunas remotas prospecciones mineras de oro y antimonio, a unas millas del pueblo de Healy. Al saber de sus intenciones, Gallien trató de disuadirle; apenas tenía equipamiento para una aventura como la que se proponía, ni conocimientos para sobrevivir en el espeso bosque. Incluso le ofreció acompañarlo hasta Anchorage para que allí pudiera equiparse mejor. Pero Chris, confiado y seguro de si mismo, no quiso volverse atrás, y se internó en el sendero, llevando consigo únicamente un saco de arroz, un rifle del calibre 22 con munición, algunos libros (incluido uno sobre la flora local) y algo de comida que le había dado Gallien. Éste quedó preocupado viéndolo irse, pero creyó que después de unos días de pasar hambre y privaciones volvería a Healy.
Según reflejó McCandless en su diario, su plan era atravesar Alaska hasta llegar a la orilla del mar de Bering (unos 500 kilómetros al este). Sin embargo, las dificultades que encontró le hicieron cambiar de idea e instalarse en un viejo autobús abandonado a unos 45 kilómetros al oeste de Healy. El autobús llevaba allí desde 1961, y había sido utilizado como alojamiento provisional por los trabajadores de una empresa de construcción que habían hecho algunas mejoras en el sendero. Tras el fin de las obras, la empresa lo había dejado allí como refugio para cazadores y excursionistas.
En su diario, McCandless fue reflejando día a día sus esfuerzos por encontrar alimento. Recolectaba plantas silvestres y cazaba pequeños animales, como ardillas y algún ave. Incluso una vez logró abatir un alce, aunque la mayor parte de la carne se estropeó ya que no sabía cómo conservarla.

El autobús 142, "the Magic Bus", donde McCandless pasó sus últimos meses
Conforme pasaba el tiempo, Christopher se encontraba más y más débil. La comida que conseguía apenas le bastaba para mantenerse. En julio decidió regresar a la civilización, pero se encontró con que tras el deshielo el río Teklanika había aumentado mucho su caudal y era incapaz de cruzarlo. Decidió volver al autobús (al que llamaba en su diario "Magic Bus") e intentar salir adelante. En algún momento del mes de agosto, colocó una nota en la puerta del autobús que decía: Atención posibles visitantes. S.O.S. Necesito su ayuda. Estoy herido, cerca de la muerte, y demasiado débil para irme por mi propio pie. Estoy totalmente solo, no es una broma. En el nombre de Dios, quédense para salvarme. He salido a recolectar bayas cerca de aquí y volveré esta tarde. Gracias, Christopher McCandless. ¿Agosto?
El 6 de septiembre de 1992, un cazador que buscaba un refugio para pasar la noche llegó al autobús. Al entrar, notó un olor a descomposición y vio un bulto dentro de un saco de dormir, en el suelo. De inmediato avisó por radio a la policía y estos llegaron el día siguiente, hallando el cadáver de McCandless en avanzado estado de descomposición (se estimó que la muerte se había producido varias semanas antes). El examen forense determinó como causa de la muerte la inanición. Su diario abarcaba un total de 113 días, hasta el 17 de agosto. La última entrada escrita data del día 12, en la página 108 del diario; las páginas del 108 al 113 sólo tenían rayas y tachones.


La historia de Christopher McCandless se hizo conocida cuando en enero de 1993 el escritor y montañero John Krakauer la publicó en la revista Outside. Cuatro años después, en 1997, el propio Krakauer publicó un libro mucho más documentado y minucioso sobre la vida y los viajes de McCandless, Into the wild, que sería llevado al cine por Sean Penn en 2007, lo que aumentó mucho más su popularidad. En su libro, Krakauer proponía una hipótesis alternativa para la muerte de McCandless, sugiriendo que podía haberse debido a una intoxicación por consumir semillas de Hedysarum alpinum, una planta local. Gracias a la fama de McCandless, el número de personas que recorren el Stampede Trail se disparó, y el autobús donde vivió sus últimos días se ha convertido en una suerte de lugar de peregrinación.
La figura de Christopher McCandless ha generado multitud de artículos, libros y documentales, hasta volverse casi mítica. Para algunos, incluido Krakauer, se trató de un genuino aventurero, una figura romántica y espiritual. Otros en cambio (incluidos buena parte de los habitantes de Alaska) le consideran sencillamente un insensato, que se embarcó en una aventura arriesgada sin el equipamiento ni los conocimientos necesarios. Por no tener, McCandless ni siquiera tenía un mapa de la zona, un simple mapa que le podía haber salvado la vida. A apenas unos cientos de metros del lugar por donde trató de cruzar el Teklanika había un paso colgante construido precisamente para aquel tipo de situaciones, y a unas seis millas al sur del autobús había varias cabañas usadas por los cazadores de la zona, con alimentos y suministros para casos de emergencia.