viernes, 19 de septiembre de 2014

Los cien puntos de Wilt Chamberlain

Wilton Norman "Wilt" Chamberlain (1936-1999)


El 2 de marzo de 1962 se disputó en el Hershey Sports Arena en Hershey (Pennsylvania) un partido de la NBA que enfrentaba a los Philadelphia Warriors (franquicia que al año siguiente se trasladaría a San Francisco) con los New York Knicks. El partido no había despertado gran expectación; por aquel entonces la NBA era una liga minoritaria. El béisbol, el fútbol americano e incluso el baloncesto universitario gozaban de mayor aceptación. No fue retransmitido por televisión, sólo por alguna radio local como la WCAU, y apenas había unos cuantos periodistas (ninguno desplazado desde Nueva York), entre ellos dos fotógrafos. Además, pese a ser un viernes, la asistencia de público fue escasa, quizá por tratarse de un día frío y lluvioso; apenas la mitad del aforo. Pero las 4124 personas que, según las crónicas, asistieron al partido, fueron testigos de una de las más sonadas hazañas de la historia del baloncesto.
La estrella de los Warriors era un espigado pivot de 25 años y 2'17 metros llamado Wilt Chamberlain, formado en la Universidad de Kansas y que había jugado con los famosos Harlem Globetrotters antes de llegar a los Warriors en 1959. Su dos primeros años en la NBA habían sido espectaculares: máximo encestador y reboteador en ambas temporadas. Y aquella llevaba el mismo camino: sólo unos meses antes, el 8 de diciembre de 1961, Chamberlain había batido el record de anotación en un partido de la NBA, logrando 78 puntos en un partido entre los Warriors y Los Angeles Lakers que ganaron los de Philadelphia tras tres prórrogas. Precisamente, en los Lakers jugaba el poseedor del anterior record (71 puntos), Elgin Baylor, que al ser preguntado si le molestaba haber sido superado, contestó premonitoriamente: "Un día ese tipo anotará 100 puntos". Además, en los otros tres partidos disputados esa semana, Chamberlain había anotado 67, 65 y 61 puntos.


Chamberlain era un personaje peculiar al que le gustaba hacer las cosas a su manera. La noche anterior al partido la había pasado en un club de su propiedad, el Big Wilt's Small's Paradise, en Harlem, del que se fue a las seis de la mañana con su cita de esa noche. Por la tarde, mientras sus compañeros se desplazaban en autobús hasta Hershey, él fue por su cuenta en su flamante Cadillac nuevo.
Los Warriors empezaron muy fuertes, colocándose 19-3, gracias a 13 puntos de Wilt, que anotó los cinco primeros lanzamientos de que dispuso. Los Knicks notaban la baja de su pivot titular Phil Jordon, oficialmente enfermo de gripe (pero del que se rumoreaba que en realidad estaba con resaca), que dejaba a Darrall Imhoff como el único con capacidad para defender a Chamberlain. El primer cuarto terminó 42-29, con 23 puntos de Chamberlain, incluido un excelente nueve de nueve en tiros libres (la efectividad de Wilt en esa faceta rondaba el 50%). Al final del segundo cuarto, el resultado era de 79-68 y Chamberlain ya llevaba 41 puntos. Durante el descanso, el base de los Warriors Guy Rodgers dijo en voz alta lo que todos estaban pensando: "Démosle el balón a Dip. Veamos cuantos puede conseguir". Su entrenador, Frank McGuire, estuvo de acuerdo.
Durante el tercer cuarto, Chamberlain siguió martilleando la canasta rival. No importó los desesperados intentos de los Knicks por frenarlo, a veces defendiéndolo con tres o cuatro hombres o recurriendo al juego duro. Un rumor comenzó a recorrer por las gradas del Arena: Give it to Wilt! (¡Dádsela a Wilt!). Al final del cuarto, Chamberlain había anotado otros 28 puntos (para un total de 69, a nueve de su record) para establecer un resultado de 125-109.
El último cuarto se convirtió en una absoluta locura. Los Warriors abandonaron cualquier atisbo de estrategia y se limitaban a buscar a Wilt Chamberlain como fuese. El speaker del estadio, Dave Zinkoff, empezó a llevar la cuenta de los puntos del pivot. A falta de ocho minutos, Wilt alcanzaba los 79 puntos con un tiro libre y superaba su record. Los Knicks, dando el partido por perdido, empezaron a hacer faltas a los jugadores de Philadelphia (excepto a Chamberlain) y a perder todo el tiempo posible, intentando evitar que Wilt tuviera opciones de tiro. A su vez, los Warriors empezaron a cometer faltas sobre ellos, para recuperar pronto el balón. Durante varios minutos, ningún jugador de los Warriors excepto Chamberlain encestó una canasta. Wilt alcanzó los 96 puntos faltando algo más de dos minutos y los 98 a 1:19 del final. En el siguiente ataque de los Warriors, Chamberlain falló dos lanzamientos consecutivos. En ambos casos, su compañero Ted Luckenbill capturó el rebote y logró hacerle llegar el balón a Wilt. A la tercera, Wilt se fue de varios jugadores de los Knicks, se elevó en el aire y lanzó el balón a canasta, donde entró tras dar en el tablero. Los 100 puntos ya eran una realidad.


El público de Hershey, enloquecido, invadió el campo para felicitar al héroe. En la radio, el comentarista de la WCAU, Bill Campbell, repetía una y otra vez "¡Lo consiguió!¡Lo consiguió!".El partido estuvo parado casi diez minutos, hasta que pudieron jugarse los 46 segundos restantes, en los que Wilt ya no participó; más tarde diría que fue porque "100 puntos suena mejor que 102". El resultado final, que a casi nadie importó, fue de 169 a 147 a favor de los Warriors.
Curiosamente, Chamberlain nunca se sintió especialmente orgulloso de este récord. En varias ocasiones, a lo largo del último cuarto, había pedido ser sustituido, al pensar que estaba humillando a sus rivales, aunque su entrenador y compañeros lograron hacerle cambiar de opinión. Además, tampoco le gustaban sus bajas estadísticas de aquella noche: 36 de 63 en tiros de campo (57%), compensadas con un 28 de 32 (87%) en tiros libres, su mayor defecto a lo largo de su carrera. Incluso llegó a decir que, si hubiera llevado una vida más responsable, centrándose en el baloncesto, y no hubiera salido la noche anterior al partido, podía haber llegado a los 140.
Chamberlain no se mostró demasiado entusiasmado por el récord en los vestuarios, aunque sí posó para el fotógrafo Paul Vathis, de la agencia Associated Press, en la célebre fotografía en la que sostiene un cartel con el número de puntos logrados esa noche. Tras el partido, se subió a su Cadillac, acompañado por el ala pívot de los Knicks Willie Nauls, y se encaminó al Big Wilt's para celebrarlo, de donde no se fue hasta pasadas las ocho de la mañana.


La poca expectación previa al partido hizo que no estuviese presente la televisión y hubiese sólo unos pocos periodistas, por lo que apenas hay imágenes del partido. La grabación de la retransmisión radiofónica del partido por la WCAU se consideró perdida durante años; los técnicos de la emisora, como era habitual en aquellos años, reutilizaron la cinta y volvieron a grabar sobre ella. No fue hasta 1986 en que se encontró una copia del programa en un almacén. También se dice que Hal Pastner, que por aquel entonces era un joven miembro del equipo técnico de los Warriors, hizo una grabación casera del partido desde el segundo cuarto; sin embargo, esa grabación, que hoy valdría su peso en oro, está en paradero desconocido.
Wilt Chamberlain acabaría esa temporada con un asombroso promedio de 50'4 puntos por partido, cifra que todavía no ha sido superada. Es sólo uno de los 72 récords individuales de la NBA que todavía conserva (siete de ellos, conseguidos en este partido). Fue máximo anotador siete temporadas consecutivas, entre 1959 y 1966, y máximo reboteador en once. También mantiene cuatro de las cinco máximas anotaciones en un partido de la NBA; la única marca que le hace algo de sombra son los 81 puntos conseguidos por Kobe Bryant ante los Toronto Raptors en enero de 2006, situada en segundo lugar.

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