jueves, 29 de agosto de 2013

La batalla de El Carrizal

Félix Uresti Gómez (1887-1916), el "Héroe del Carrizal"

Tras el ataque a Columbus por parte de las tropas de Pancho Villa, el gobierno norteamericano reaccionó de inmediato enviando una fuerza militar de 10000 hombres, al frente de la cual iba John Joseph Pershing, un general veterano de las guerras indias y de la guerra hispano-norteamericana de 1898, apodado "Black Jack" por haber sido oficial en el 10º Regimiento de Caballería (compuesto íntegramente de soldados negros). A esta fuerza militar se la llamó Expedición Punitiva.
Después de que la Expedición cruzara la frontera sin ningún tipo de autorización, el presidente Venustiano Carranza prohibió que las tropas norteamericanas se adentraran en territorio mexicano y les ordenó que regresaran a EEUU, advirtiéndoles que si no lo hacían el ejército mexicano los obligaría; pero Pershing continuó su avance hacia Villa Ahumada (Chihuahua).
El 18 de junio de 1916, los norteamericanos llegaban a Villa Ahumada y al cercano Rancho de Santo Domingo, propiedad de un estadounidense, donde les llegó el rumor de que Villa podría estar escondido en el cercano pueblo de El Carrizal. En realidad, Villa, herido en una rodilla, se había refugiado en una cueva de la sierra Tarahumara. Quienes si estaban en las inmediaciones de El Carrizal eran unos 260 soldados de un destacamento del ejército federal mexicano, al mando del joven general Félix Uresti Gómez (quien aún no había cumplido los 29 años), con la misión de evitar el avance de los norteamericanos. Dos compañías, la C y la K del 10º de Caballería (unos 100 hombres), a las órdenes de los capitanes Charles Turnbull Boyd y Lewis Sidney Morey, enviadas para investigar la supuesta presencia de Villa, se toparon con los mexicanos al amanecer del miércoles día 21.
Gómez envió a parlamentar al teniente coronel Genovevo Rivas, que interpeló al capitán Boyd por sus intenciones. Boyd le respondió primero que buscaban a unos bandidos y, tras decirle que no había bandidos por aquellos parajes, que buscaban a un desertor, mostrando su intención de seguir avanzando. El general Gómez se negó en redondo, y ofreció a Boyd esperar a pedir nuevas instrucciones a sus superiores para evitar un conflicto diplomático; una proposición que Boyd rechazó de bastante mala manera. Se cruzaron entonces palabras fuertes y desafíos entre Gómez y Boyd. Ambos oficiales volvieron con sus tropas y poco después, comenzaba la lucha.
El combate duró unas dos horas y fue muy intenso. Finalmente, el empuje de los mexicanos hizo retirarse en desbandada a los norteamericanos. Éstos habían tenido 14 muertos (incluídos el capitán Boyd y el teniente Henry Rodney Adair), numerosos heridos (entre ellos Morey) y 23 prisioneros, mientras que los mexicanos habían perdido 27 hombres (incluídos el general Gómez, el capitán Francisco Rodríguez y los tenientes Daniel García y Evaristo Martínez) y 39 habían resultado heridos. Los prisioneros norteamericanos y el equipamiento militar capturado fueron devueltos días después a su país en el puente internacional de Ciudad Juárez.
Aunque el presidente Wilson protestó oficialmente por el ataque (se llegó a temer que los norteamericanos invadiesen el norte de México como represalia, lo que provocó un alistamiento masivo en el ejército mexicano), finalmente se optó por una solución diplomática, y en septiembre representantes de ambos gobiernos se reunieron en Atlantic City, donde el 26 de octubre se firmó un acuerdo para que las tropas norteamericanas abandonaran el territorio mexicano. Aún así, la Expedición Punitiva no se dio por finalizada hasta febrero de 1917 (poco antes de que EEUU entrase en la Primera Guerra Mundial), en que los últimos soldados salieron de México, tras once meses de correr inútilmente tras la pista de Villa, con el escaso logro de 33 hombres de Villa arrestados.
Pese a sus escasos logros, la Expedición fue un excelente banco de pruebas para el nuevo material bélico norteamericano. Las tropas iban equipadas con el armamento más moderno del Ejército: camiones, vehículos blindados, aviones, dirigibles. Sin embargo, todos esos avances resultaron ineficaces para atrapar a Villa. Muchos de esos novedosos aparatos se averiaban constantemente, su mantenimiento era complicado (hasta el punto de que el combustible era transportado a lomos de mulas) y resultaron poco útiles en la persecución. No obstante, se extrajeron numerosas lecciones útiles durante la Expedición que luego se aplicarían durante la Primera Guerra Mundial. Por ejemplo, los norteamericanos llevaban 550 camiones de ¡128! modelos diferentes, todos con motores distintos, lo que convertía en un infierno encontrar piezas de repuesto cuando alguno se averiaba. Por ello, Pershing sugirió que el Ejército adoptase un único modelo estándar de camión, para facilitar y agilizar las reparaciones. Todas las mejoras se pondrían en uso apenas unos meses después, cuando EEUU entrase en la Primera Guerra Mundial, con Pershing como comandante en jefe de sus tropas.

lunes, 26 de agosto de 2013

El día que Pancho Villa invadió los Estados Unidos

José Doroteo Arango Arámbula, "Pancho Villa" (1878-1923)

Era la madrugada del día 9 de marzo de 1916. El pueblo de Columbus (Nuevo México) dormía tranquilamente esperando el amanecer, sin imaginar la amenaza que se cernía sobre él. Hombres armados procedentes de México se acercaban a la localidad, dispuestos a caer sobre ella.
Las turbulencias de la Revolución mexicana habían visto sucederse en pocos años a varios presidentes: Porfirio Díaz (derrocado en 1911) dio paso a Francisco Madero, derrocado y fusilado en 1913 tras un golpe de estado dirigido por el general Victoriano Huerta. Y cuando, a su vez, Huerta fue derrocado en 1914, se creó un vacío de poder. Los principales líderes revolucionarios se reunieron en Aguascalientes a partir del 1 de octubre de 1914 y de las conversaciones salió elegido presidente el general Eulalio Gutiérrez y jefe del ejército Pancho Villa; pero Venustiano Carranza, que aspiraba a ser reconocido presidente, no acató la decisión y volvió a su cuartel general en Veracruz, donde levantó a sus tropas contra el nuevo gobierno, apoyado por buena parte del ejército.
Pancho Villa dominaba la mayor parte del norte del país con sus tropas. Al principio de la Revolución, su relación con las autoridades norteamericanas era excelente: frecuentaba los pueblos de la frontera, donde lo recibían como a una celebridad y se detenía a comer helados de fresa (una de sus debilidades), compraba armas y suministros a comerciantes yanquis e incluso se entrevistó en alguna ocasión con altos cargos militares, como el general Hugh Lennox Scott, Jefe de Estado Mayor del Gobierno de los EEUU.
Sin embargo, las cosas pronto empezaron a cambiar. El gobierno del presidente Woodrow Wilson empezó a mostrar sus preferencias por Carranza, quien no sólo era considerado un aliado más fiable que Villa, sino que además estaba dispuesto a negociar la cesión a los EEUU del territorio de Baja California, algo que Villa había rechazado totalmente. Por eso, poco a poco, los envíos de armas norteamericanas se fueron reduciendo. La gota que colmó el vaso fue la severa derrota que las tropas de Pancho Villa sufrieron en su asalto a la localidad de Agua Prieta (Sonora) el 1 de noviembre de 1915. Allí, el asalto nocturno de los villistas fracasó completamente porque los defensores disponían de reflectores eléctricos, proporcionados por los norteamericanos. Además, las tropas de Villa habían recibido una remesa de munición defectuosa vendida por un comerciante llamado Samuel Ravel, que actuaba siguiendo las órdenes de las autoridades norteamericanas. Y por si fuera poco, más tarde Villa averiguaría que las tropas carrancistas habían viajado desde Texas hasta Douglas (Arizona), ciudad a apenas unos kilómetros de Agua Prieta, en trenes norteamericanos con el permiso del gobierno de Wilson. Villa, enfurecido, juró tomarse venganza de tan gran traición.
A partir de entonces, se sucedieron los conflictos entre Villa y los norteamericanos. Poco después de Agua Prieta, el gobierno de Wilson reconocía a Carranza como legítimo presidente de México. Los hombres de Villa empezaron a atacar a norteamericanos residentes en México. En enero, hombres de Villa a las órdenes del general Ramón Banda Quesada asaltaron un tren de la México North Western Railway y asesinaron a 18 empleados norteamericanos de la empresa minera Asarco. Más tarde, un carcelero de El Paso asesinaba a un grupo de prisioneros mexicanos, quemándolos vivos.
Pero la chispa que verdaderamente incendió a Villa fue Samuel Ravel. Villa había enviado a uno de sus hombres de confianza, el coronel Cervantes, a Columbus (Nuevo México), donde vivía Ravel, a reclamarle el dinero que había pagado por las municiones defectuosas o que, en compensación, le proporcionara una remesa nueva. Ravel, confiado y displicente, le respondió que él "ya no negociaba con bandidos mexicanos". Cuando Cervantes volvió junto a Villa, acampado en la Hacienda San Jerónimo, el Centauro del Norte montó en cólera e inmediatamente se puso en marcha con 589 de sus soldados en dirección a Columbus. Los hombres de Villa cruzaron la frontera a la altura de la localidad mexicana de Palomas, comandados por el general Banda Quesada, mientras que Villa, acompañado de unos pocos hombres, se quedaba en el lado mexicano de la frontera. Quesada dividió a sus tropas en dos grupos; uno se dirigió hacia Columbus y el otro hacia Camp Furlong, un asentamiento militar cercano que servía de base a las patrullas fronterizas.
El ataque comenzó antes del amanecer; las 4:11 am es la hora que tradicionalmente se ha señalado. El resultado fue adverso para los mexicanos, que perdieron a 80 hombres en el combate (73 muertos y 7 prisioneros). Buena parte de ellos, caídos al quedar atrapados entre el fuego cruzado de dos ametralladoras en pleno centro del pueblo. Por su parte, los norteamericanos tuvieron 18 bajas (8 militares y 10 civiles). Samuel Ravel se libró porque estaba en El Paso curándose un dolor de muelas; sin embargo, su hermano mayor fue tomado prisionero y llevado a Chihuahua, donde sería fusilado. Además, los hombres de Villa incendiaron su casa, su tienda y un hotel de su propiedad (el fuego se extendió destruyendo buena parte del centro de Columbus), saquearon las tiendas del pueblo y se llevaron como botín un centenar de caballos y mulas y trescientos rifles.
El gobierno norteamericano reaccionó con rapidez. Era la primera vez que tropas extranjeras invadían territorio norteamericano desde 1812, durante la guerra anglo-norteamericana, cuando tropas británicas procedentes de Canadá llegaron hasta Nueva York y Baltimore. En apenas unos días, una fuerza de 10000 soldados al mando del general John J. Pershing (antiguo amigo de Pancho Villa) llegó a Columbus, y el 14 de marzo cruzaban la frontera en busca de Villa, en la llamada "Expedición Punitiva". La Expedición fue un rotundo fracaso; tras once meses corriendo tras Villa (que se había refugiado en la sierra Tarahumara), sin encontrarlo, se dio por concluída en febrero de 1917, ya que EEUU había entrado en la Primera Guerra Mundial y las tropas eran necesarias. Eso si, estuvieron a punto de provocar una guerra entre México y EEUU por un enfrentamiento en el pueblo de El Carrizal entre tropas estadounidenses y el ejército federal mexicano (del que hablaré en mi siguiente artículo). El único resultado de la Expedición fue la captura de 33 hombres de Villa, que fueron encarcelados en Deming (Nuevo México) en condiciones atroces; varios murieron de hambre en prisión y sólo pasados varios años obtuvieron un indulto que les permitió volver a sus hogares. Pancho Villa moriría asesinado el 20 de julio de 1923, en Hidalgo del Parral (Chihuahua), por orden del general Plutarco Elías Calles, quien temía que Villa se levantara en armas contra él.

jueves, 22 de agosto de 2013

El primer hincha


 
hincha
(De hinchar).
1. f. coloq. Odio, encono o enemistad.
2. com. Partidario entusiasta de un equipo deportivo.
3. com. Partidario de una persona destacada en alguna actividad.
 
El origen de la palabra "hincha" como sinónimo de seguidor de un club de fútbol se remonta a principios del siglo XX. En esa época, el Club Nacional de Football de Montevideo, decano del fútbol uruguayo, contrató a un humilde talabartero llamado Prudencio Miguel Reyes, apodado el gordo Reyes por su voluminosa constitución, como utillero. Era su deber asegurarse de que los balones estuvieran en perfectas condiciones y de inflarlos. Además, los días de partido, Prudencio se colocaba a un lado del campo y se hacía notar siempre por sus estentóreos gritos de ánimo al Nacional. Cuando alguien preguntaba quién era aquel que gritaba tan fuerte, todos le respondían "Es el hincha", queriendo decir que era el que hinchaba los balones. Poco a poco, el término se fue extendiendo a las aficiones de otros clubes uruguayos y, finalmente, al resto del mundo.

lunes, 19 de agosto de 2013

La Guerra del Cerdo


Las Islas de San Juan son un grupo de pequeñas islas (la mayor parte de ellas deshabitadas) situadas en la costa norte del Pacífico norteamericano. Su posesión dio lugar a uno de los conflictos más curiosos de la historia, aunque sin bajas (humanas)... la Guerra del Cerdo.

La disputa sobre la soberanía del territorio de Oregón entre los Estados Unidos y el Reino Unido había llevado a la firma el 15 de junio de 1846 del llamado "Tratado de Oregón", que reconocía la soberanía británica por encima del paralelo 49, con el nombre de Columbia Británica, y la estadounidense al sur, con el nombre de territorio de Oregón. Sin embargo, la cuestión de las islas costeras no quedó tan clara. El Tratado decía literalmente "a lo largo del paralelo cuarenta y nueve de latitud norte hasta la mitad del canal que separa el continente de la isla de Vancouver, y de allí hacia el sur por el centro de dicho canal, y del estrecho de Juan de Fuca, hasta el Océano Pacífico". El problema es que hay dos estrechos que podrían ser considerados "el centro" del canal: el de Haro, al oeste de las islas, y el de Rosario, en el este. Según se tome uno u otro, las islas quedarían bajo soberanía británica o estadounidense.

Durante unos años, se mantuvo la incertidumbre. Ambos países reclamaron la soberanía de las islas, y entre 1856 y 57 una comisión mixta trató de llegar a un acuerdo, sin conseguirlo. Sin esperar a que hubiera un arreglo definitivo, la Hudson Bay Company británica construyó en la isla de San Juan, la segunda mayor del archipiélago, una granja de ovejas; pero en 1859 una veintena de colonos norteamericanos se instalaron también en la isla, reclamando parcelas de terreno en ella conforme a la Ley de Donación de Tierras de 1850, promulgada para favorecer la repoblación de los territorios del noroeste.

El 15 de junio de 1859, un colono norteamericano llamado Lyman Cutlar sorprendió a un enorme cerdo negro devorando su cosecha de patatas. Cutlar, enfurecido porque no era la primera vez que esto sucedía, disparó y mató al cerdo. Desafortunadamente, el cerdo resultó ser súbdito británico. O al menos, su propietario, un irlandés llamado Charles Griffin que trabajaba para la Hudson Bay. Griffin reclamó 100$ a Cutlar por el cerdo, el cual, considerando el precio desorbitado, le ofreció 10. La negociación desembocó en una fuerte disputa (una fuente apócrifa cuenta que Cutlar dijo "Se estaba comiendo mis patatas" y Griffin respondió "Es su responsabilidad mantener sus patatas fuera de mi cerdo"). Cutlar se negó a pagar nada y Griffin y un par de amigos suyos lo encerraron en un granero como castigo y llamaron a las autoridades británicas para que lo arrestasen.

Los colonos norteamericanos pidieron ayuda a las autoridades ante la "agresión" de que habían sido objeto. Fue el inicio de una escalada bélica. El general Harney, comandante militar del Departamento de Oregón, envió 66 soldados del 9º de Infantería a las órdenes del capitán Pickett. Los ingleses, por su parte, enviaron tres buques de guerra bajo el mando del capitán Hornby. El 10 de agosto, ya había acantonados en San Juan 461 soldados norteamericanos, mandados por el coronel Silas Casey, oponiéndose a cinco buques británicos con 2140 hombres a bordo. El gobernador de Vancouver, James Douglas, ordenó al contraalmirante Baynes ocupar San Juan, pero éste se negó diciendo que era una tontería que "dos grandes naciones se enzarzaran en una guerra por culpa de una disputa por un cerdo". Los soldados de ambos bandos habían recibido órdenes de disparar sólo si eran atacados, y las cumplieron a rajatabla, con lo que durante esos días sólo se intercambiaron insultos.

Cuando las noticias de la crisis llegaron a los gobiernos norteamericano y británico, funcionarios de ambos países se apresuraron a negociar un acuerdo para tratar de enfriar los ánimos. El gobernador Douglas y el general Winfield Scott (enviado especial del presidente Buchanan) comenzaron a negociar en octubre y acordaron que se instalasen dos campamentos militares en San Juan, cada uno con 100 soldados: uno, británico, en el norte de la isla, y otro norteamericano en el sur, a la espera de un tratado definitivo.

Curiosamente, las relaciones entre los ocupantes de ambos campamentos fueron excelentes mientras duró la convivencia. Ambos destacamentos celebraban juntos sus fiestas nacionales, hacían competiciones deportivas y, según cuentan hoy en día los guardianes de los emplazamientos, "la mayor amenaza para la paz que hubo en aquellos años fue la gran cantidad de alcohol de que disponían". La situación no cambió ni siquiera durante la Guerra de Secesión (1861-65), a pesar de que algunos políticos y militares ingleses propusieron asumir por la fuerza la soberanía de las islas aprovechando que el interés de los norteamericanos estaba en otra parte.

Finalmente, en 1871 Estados Unidos y el Reino Unido firmaron el Tratado de Washington, que resolvía varios cabos sueltos, incluídos temas fronterizos, entre ambos. Para el caso de las islas, se decidió recurrir a un arbitraje neutral y se le pidió su intervención al káiser Guillermo I de Alemania, quien nombró una comisión que, tras estudiar el caso durante un año, falló a favor de los norteamericanos el 21 de octubre de 1872, estableciendo la frontera en el estrecho de Haro. Las tropas británicas abandonaron la isla el 25 de noviembre de 1872; los americanos permanecieron hasta julio del 74. La resolución fue muy mal recibida por las autoridades y los colonos canadienses, quienes consideraron que la metrópoli había mostrado muy poca voluntad de defender sus intereses.

Así terminó la Guerra del Cerdo, también llamada Episodio del Cerdo, Guerra del Cerdo y la Patata, Disputa Fronteriza de San Juan o Disputa Fronteriza del Noroeste. Hoy en día, la isla de San Juan tiene unos 6800 habitantes cuya principal fuente de ingresos es el turismo: avistamiento de ballenas, senderismo, piragüismo, y también un Parque Histórico Nacional que incluye los dos campamentos, el norteamericano y el británico. Como curiosidad, en el que fuera campamento británico los guardias siguen izando diariamente la Union Jack; es uno de los pocos lugares de EEUU en los que se iza una bandera extranjera sin tratarse de sedes diplomáticas.

Mapa de 1859 de la zona en disputa; se pueden observar los dos posibles trazados alternativos de la línea divisoria entre territorio británico y norteamericano

viernes, 16 de agosto de 2013

Un correo que salió caro


La Cerner Corporation, fundada en 1979 en Kansas City, es una empresa dedicada a la gestión informática de servicios médicos. Miles de hospitales, clínicas, farmacias y organizaciones médicas de todo tipo utilizan sus sistemas informáticos en todo el mundo, y la empresa es considerada la primera de EEUU en su sector. Pero también es famosa por una anécdota protagonizada por uno de sus dirigentes a consecuencia de un inoportuno correo electrónico.
Corría el año 2001, Internet ya era una pujante realidad pero algunos ejecutivos de la vieja escuela todavía no acababan de comprender todas sus posibilidades (para bien o para mal). Uno de esos era Neal Patterson, cofundador y presidente ejecutivo de Cerner. Patterson llegó un día a la sede central de Cerner, y como era algo tarde, apenas había coches en el aparcamiento, puesto que la mayoría de trabajadores se había ido ya a sus casas. Patterson montó en cólera; inmediatamente, fue a su despacho y escribió el siguiente correo, que envió a cuatrocientos empleados destacados (directivos, jefes de equipo...):
Estamos recibiendo menos de 40 horas de trabajo de un gran número de nuestros EMPLEADOS. El aparcamiento está vacío a las 8:00 AM, igual que a las 5:00 PM. Como gerentes, o no sabéis lo que hacen vuestros EMPLEADOS, o no os IMPORTA. Habéis creado una serie de condiciones relativas al esfuerzo laboral que han permitido que esto sucediera dentro de Cerner, creando un ambiente insano. En cualquier caso, tenéis un problema y lo vais a resolver u os sustituiré. NUNCA en mi carrera he permitido a un equipo que trabajara para mi pensar que tenían un trabajo de 40 horas. Os he permitido a VOSOTROS crear una cultura que lo ha permitido. NUNCA MÁS. El infierno se congelará antes de que este presidente incluya más beneficios laborales en esta cultura. Voy a aplazar los ascensos hasta estar convencido de que los que sean ascendidos son la solución y no el problema. Si tu eres el problema, ve haciendo las maletas. Se que esta llamada de atención APESTA. Sin embargo, lo que estáis haciendo como gerentes con esta compañía me pone enfermo. Algo va a cambiar. Os doy dos semanas para arreglar esto. Me guiaré por la ocupación del aparcamiento. Debe estar prácticamente lleno desde las 7:30 AM hasta las 6:30 PM. El repartidor de pizzas debe llegar a las 7:30 PM para dar de comer a los hambrientos miembros de los equipos de trabajo que se quedan hasta tarde. Tenéis dos semanas. Tic tac. Terminaba con una serie de amenazas en caso de que no se tomaran las medidas que él exigía: despidos de hasta el 5% de la plantilla, reducción de salarios, supresión de vacaciones y pluses, etc.
Patterson todavía no entendía bien las posibilidades de Internet. Varios empleados, enfadados con el tono y el contenido del correo, lo subieron inmediatamente a un foro de Yahoo, desde donde lo reprodujeron numerosos medios informativos. Pese al prestigio de Cerner y a que había sido elegida por la revista Forbes como una de las 100 empresas de Estados Unidos más agradables y prometedoras para trabajar, sus acciones se derrumbaron, cayendo en apenas tres días un 22%, con una pérdida de valor estimado de unos 1500 millones de dólares. Tardaron meses en recuperarse totalmente, a pesar de que Patterson se disculpó públicamente, argumentando que todo había sido fruto de un calentón, que se había "sacado de contexto" el correo y que sus empleados sabían que estaba exagerando.
Este suceso fue un aviso muy claro para los ejecutivos de todo el mundo. Les sirvió para darse cuenta de que determinados temas conflictivos o controvertidos era mejor no tratarlos por e-mail. Y puso de relevancia la necesidad de seguir una serie de protocolos de comportamiento en la red o Netiqueta.

martes, 13 de agosto de 2013

Los Papalagi


Allá por 1920 se publicó en Alemania un curioso libro llamado Der Papalagi. La historia del libro es la siguiente: a principios del siglo XX, un jefe tribal samoano llamado Tuiavii de Tiavea había recorrido buena parte de Europa en un viaje para conocer las costumbres de los occidentales. Enormemente sorprendido por lo que vio, tras su retorno a Samoa pronunció una serie de discursos a sus súbditos para explicarles cómo vivían los papalagi (término samoano que designa a los hombres blancos). Estos discursos (en total, 11, dedicados cada uno a un aspecto determinado de la vida de los papalagi) fueron recogidos y puestos por escrito por Erich Scheurmann, un escritor y pintor alemán que por aquel entonces se hallaba en Samoa (la Samoa Occidental fue colonia alemana desde 1899 hasta 1914), quien posteriormente los publicó (sin el permiso del jefe) con el subtítulo de Los discursos del jefe de los Mares del Sur Tuiavii de Tiavea.
En sus discursos Tuiavii describe la civilización occidental desde el punto de vista de alguien ajeno, ingenuo pero crítico, con un notable sentido del humor, describiendo su extraño modo de comportarse, con sus incoherencias, contradicciones y absurdas (a su manera de ver) costumbres. Cada uno de sus once discursos está dedicado a un aspecto de la sociedad occidental (el dinero, la prensa, el trabajo, la vestimenta) y contiene advertencias a sus súbditos para que no se dejen influenciar por las costumbres occidentales. Basta con ver algunas de las lapidarias frases que contiene el libro:
- El metal redondo y el tosco papel al que llaman dinero es el verdadero Dios de los blancos.
- Donde hay muchos que toman mucho para si, también hay muchos que tienen las manos vacías.
- El aire está continuamente lleno de humo y cenizas, como durante una gran erupción en el Savaii.
- Escuchadme bien, mis avisados hermanos, creed lo que os digo, y consideraos afortunados por ignorar los males y las angustias del hombre blanco.
Una crítica muy aguda al modo de vida occidental. Pero la historia que supuestamente dio origen al libro es falsa.
En realidad, el jefe Tuiavii nunca existió, por lo que su supuesto viaje es mentira. De hecho, "tuiavii" ni siquiera es un nombre propio, sino un título tribal. En realidad, el personaje que sirvió de inspiración a Scheurmann era un "tuiavii" llamado Agaese, pero a diferencia del literario, éste era un cristiano devoto y profundamente pro-occidental (hasta el punto de alistarse en el ejército alemán) que nunca visitó Europa. El libro fué concebido y escrito íntegramente por Scheurmann, que había recibido un adelanto de su editor para escribir una novela ambientada en los Mares del Sur. Con ese fin viajó a Samoa; pero en 1914, al estallar la I Guerra Mundial, Samoa Occidental fué ocupada por las tropas neozelandesas y Scheurmann tuvo que irse; primero, a EEUU, donde pasó un tiempo encarcelado, y luego, de vuelta a Alemania, poco antes del fin de la guerra. De vuelta en casa, al escritor se le ocurrió utilizar la información recopilada para un libro crítico con la sociedad europea, escrito desde el punto de vista de alguien externo a ella. Mezclaba así el mito ilustrado del "buen salvaje" con el recurso del "observador externo", que ya habían usado otros antes que él (por ejemplo, el español José Cadalso con sus Cartas marruecas). De este modo, ponía en boca del supuesto "salvaje" las críticas que él mismo hubiera querido hacer a sus compatriotas, adornándolas para hacerlas más creíbles.
Scheurmann se inspiró en otro libro muy similar publicado por aquellos años en Alemania: Die Forschungsreise des Afrikaners Lukanga Mukara ins innerste Deutschland (La expedición de los africanos Lukanga Mukara a lo más profundo de Alemania), escrito por el político pacifista y anticolonialista Hans Paasche, aunque éste, a diferencia de Scheurmann, nunca intentó hacerlo pasar por un relato real. Las similitudes entre ambos libros eran tan notorias, que incluso las respectivas editoriales acabaron en los juzgados para dirimir si había habido plagio o no.
El libro fué bastante popular en su época, para luego caer en un cierto olvido del que fué rescatado en los años 60 y 70, donde la contracultura hippie y la filosofía new age lo pusieron de moda nuevamente. Ha sido traducido a una docena de idiomas (incluído el español), pero curiosamente, en la mayoría de sus ediciones modernas no se menciona la autoría de Scheurmann, con lo que muchos siguen creyendo en la historia del jefe Tuiavii.

sábado, 10 de agosto de 2013

¿Sabías que...

- ... hasta el 2011, en Rusia no se consideraban bebidas alcohólicas aquellas que tuvieran una graduación menor de 10º?
- ... un gato doméstico duerme entre 12 y 18 horas al día?
- ... Will Smith rechazó el papel de Neo, protagonista de la película The Matrix? ¿Y que el papel de Forrest Gump, que luego hizo Tom Hanks, había sido ofrecido previamente a John Travolta y Bill Murray?
- ... el record atlético mundial más antiguo que permanece vigente es el de los 800 m. lisos femeninos, establecido en 1:53.28 por la atleta checoslovaca Jarmila Kratochvílová el 26 de julio de 1983?
- ... el 24 de abril de 1996, durante un partido Estonia-Islandia, el delantero islandés Arnór Guðjohnsen fue sustituído por su hijo Eiður, que debutaba en la selección islandesa?. Arnór tenía 34 años y Eiður, 17. Es la única vez en la historia que un padre y su hijo han jugado el mismo partido con una selección nacional.
- ... la Phoneutria nigriventer es una araña originaria de Sudamérica cuyo veneno, potencialmente letal, tiene el efecto de provocar en los hombres dolorosas erecciones que se prolongan durante horas?
- ... a los fuegos artificiales se les llama en japonés "hanabi", que significa "flores de fuego"?
- ... los centuriones romanos solían perforarse los pezones para colocar en ellos aros, como símbolo de valor y virilidad?
- ... la primera caja registradora la inventó el dueño de un bar... para evitar que sus empleados le siguieran robando parte de la recaudación?
- ... la isla de Queimada Grande, a unos 35 km. de la costa de Sao Paulo, es el único lugar del mundo donde se encuentra la Bothrops insularis, una de las serpientes más venenosas del mundo? Se estima que hay unos 5000 ejemplares (aproximadamente, un ejemplar cada 86 metros cuadrados) y son tan peligrosas, que sólo los investigadores autorizados pueden acceder a la isla.
- ... ninguna compañía de seguros quiso asegurar a los astronautas del Apolo 11, los primeros en llegar a la Luna? Para que nada les faltase a sus familias en caso de accidente, los tres astronautas dejaron firmados miles de autógrafos para que pudieran venderlos si algo les pasaba durante el viaje.
- ... el período de gestación más largo del que haya constancia en el reino animal es el del tiburón anguila o Chlamydoselachus anguineus, que puede alcanzar los tres años y medio?

lunes, 5 de agosto de 2013

El "Especial Navideño" de La Guerra de las Galaxias


Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana... Quiero decir, allá por 1977, se estrenó una modesta película de ciencia ficción llamada Star Wars, dirigida y escrita por un tal George Lucas, que había hecho del proyecto un empeño personal. Muy pocos confiaban en el éxito del filme, ni siquiera su productora, la Twentieh Century Fox (que había aceptado el proyecto tras haber sido rechazado por varias productoras) tenía demasiadas esperanzas, hasta tal punto que accedió a ceder a Lucas el 40% de los beneficios y todos los derechos de merchandising a cambio de que renunciara a su salario como director y guionista. Un soberano error que les costó dejar de ingresar cientos de millones de dólares.
Finalmente el filme tuvo un éxito arrollador en todo el mundo. Mientras Lucas preparaba las dos siguientes entregas de la saga, a alguien de la Fox le pareció buena idea rodar un "Especial navideño" del filme para su emisión televisiva. Estos especiales son esos capítulos especiales de ambiente navideño que tanto gustan en EEUU; la mayoría de las series familiares los hacen, y también algunas películas. La verdad es que suelen ser producciones bastante ñoñas y empalagosas, con todos los tópicos posibles de las fechas navideñas encadenados: las cenas familiares, los regalos, el espíritu navideño, el verdadero significado de la Navidad, Papa Noel, los renos, etc.
A George Lucas nunca le acabó de gustar el proyecto, pero acabó aceptando que se llevara a cabo. Eso si, sin implicarse directamente. El proyecto contaba con todo el reparto original de la película: Harrison Ford/Han Solo, Mark Hamill/Luke Skywalker, Carrie Fisher/Princesa Leia, Chewbacca, los droides C3PO y R2-D2, Darth Vader... Para dirigirlo, Lucas recomendó a David Acomba, un buen amigo suyo, antiguo compañero de clases en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. Sin embargo, no tardaron en empezar los problemas en el rodaje y los desencuentros con los productores, que se entrometían continuamente en los aspectos creativos del filme. Finalmente, Acomba renunció al proyecto y los productores nombraron encargaron la dirección a Steve Binder, un veterano director y productor televisivo.
El lamentable resultado final fue una amalgama de escenas e historias sin demasiado orden ni coherencia. La línea argumental es la siguiente: Han Solo y Chewbacca huyen de las fuerzas imperiales mientras tratan de llegar a Kashyyyk, el planeta natal del wookie, donde su familia les espera para celebrar el "Life Day", una fiesta wookie con numerosas similitudes con la Navidad. Por el medio, se entrecruzan las apariciones de otros personajes de la saga; apariciones especiales de celebridades televisivas estadounidenses como Bea Arthur, Art Carney, Diahann Carroll o Harvey Korman; escenas rodadas para Star Wars y eliminadas en el montaje; números musicales (hasta la princesa Leia canta la canción que cierra el episodio); dibujos animados; e incluso un videoclip de Jefferson Starship.
Finalmente, el filme se estrenó en televisión el 17 de noviembre de 1978, emitido casi simultáneamente por la CBS en Estados Unidos y  la CTV en Canadá. Ese mismo año sería emitida en el Reino Unido (BBC1), México (Televisa XHGC Channel 5), Francia y Argentina. Posteriormente se vería en Nueva Zelanda (1979), Noruega (1979), Suecia (1979, SVT TV2), Bélgica (1979 y 80), Australia (1980, 81, 82, 83 y 84, en WIN Network y Channel Ten) y Malaysia (1981). También hay rumores (no confirmados) de su emisión en Brasil y la venezolana Venevisión.
Las críticas recibidas fueron atroces. Al público en general no le gustó nada, y los fans de Star Wars pusieron el grito en el cielo. Algunas de las lindezas que le dedicaron fueron "La mayor vergüenza de George Lucas", "Dos horas de horror", "Las dos peores horas de la historia de la televisión" o "Lo peor de Star Wars unido a lo peor de las variedades televisivas".
Ante las numerosas protestas, Lucas, que nunca había estado demasiado convencido del proyecto, decidió dar carpetazo al asunto: el especial nunca volvió a ser emitido (al menos, en Norteamérica) y ni siquiera se editó en vídeo; aunque algunas copias piratas circularon entre los grupos de fans acérrimos de la saga y en algunas páginas de intercambio de archivos. Finalmente, se editó en DVD en 2005, una decisión que le valió nuevas críticas a Lucas.
En general, casi nadie de los que participó en el rodaje se muestra demasiado orgulloso del resultado final. Harrison Ford no quiere hablar de ella, y Carrie Fisher afirma que tiene una copia que pone en sus fiestas "cuando quiero que la gente se vaya". Anthony Daniels, el actor que interpretaba a C3PO, se refirió a él en una entrevista llamándolo "el horrible especial navideño del que nadie habla". Eso si, ha pasado a la historia de Star Wars por un pequeño detalle: supuso la primera aparición (aunque no en vivo, sino como dibujo animado) de uno de los personajes más célebres de la saga, el cazarrecompensas Boba Fett. También supone el primer spin off de la saga galáctica.

                             El especial navideño de Star Wars (Imágenes en V. O. S.)
La web no oficial del especial navideño: http://www.starwarsholidayspecial.com/

viernes, 2 de agosto de 2013

De niño de la calle a Premio Nobel

Mario Capecchi

El Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 2007 fue a para a manos de los británicos Oliver Smithies y sir Martin John Evans y el italonorteamericano Mario Renato Capecchi por sus trabajos sobre células madre y manipulación genética en modelos animales. Es precisamente la historia de la infancia de Mario Capecchi sobre la que hoy voy a escribir.
La curiosa historia de su familia se inicia con Lucy Dodd, una joven de buena familia de Portland (Oregón), que a principios del siglo XX soñaba con ser pintora. Por eso, viajó a Europa y se acabó instalando en la ciudad italiana de Florencia. En un viaje a la ciudad francesa de Niza, conoció al arqueólogo alemán Walter Ramberg, con el que se casaría en 1905. Tuvieron tres hijos: Walter, Lucy y Edward, pero, al estallar la Primera Guerra Mundial, Walter fue reclutado por el ejército alemán y murió en combate, alcanzado por fuego amigo, en 1915.
Lucy Dodd-Ramberg siguió pintando y adquirió en Florencia una villa en la que posteriormente fundaría la "Villa Rambert", un elitista colegio para señoritas norteamericanas de familias adineradas. Cuando sus hijos se hicieron mayores, Walter y Edward se fueron a estudiar a Estados Unidos, mientras que Lucy optó por estudiar Literatura en la Sorbona de París. Convertida en escritora y poetisa, viajera y con gran facilidad para los idiomas (llegó a hablar 15 diferentes), Lucy viajó por toda Europa hasta que conoció a Luciano Capecchi, un piloto italiano del que se enamoró. El 6 de octubre de 1937 venía al mundo en Verona el pequeño Mario.
El ascenso del fascismo y la proclamación de las Leyes Raciales (1938) llevaron a Lucy a involucrarse en actividades políticas. Junto a muchos otros intelectuales, criticó duramente al gobierno fascista de Mussolini, escribiendo numerosos artículos y panfletos antifascistas, pese a la preocupación de Luciano por las consecuencias de sus actividades. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Luciano fue movilizado por el Ejército italiano y enviado a África, donde sería dado por desaparecido en combate en una misión.
Mientras, en Italia, Lucy seguía con su labor de oposición, hasta que en 1941, la Gestapo la arrestó, junto a la mayor parte de los componentes de los Bohemios, un grupo de artistas e intelectuales de ideología izquierdista de los que formaba parte. Sin embargo, antes de ser enviada al campo de concentración de Dachau, Lucy logró poner a salvo al pequeño Mario, dejándolo en casa de unos campesinos de Bolzano, a los que pagó para que cuidaran de él.
Durante un año, Mario vivió sin mayores preocupaciones en aquella casa. Pero, pasado ese tiempo, la familia que lo cuidaba lo echó a la calle, alegando que no podían mantenerlo. Solo, sin nadie a quién recurrir, en un país en guerra, el pequeño Mario se unió a un grupo de niños abandonados como él que iban de un lado a otro, sobreviviendo gracias a lo que podían mendigar o robar y pasando temporadas más o menos largas en orfanatos. Una vida errante y sometida a numerosas privaciones que le acabó pasando factura: empezó a sentirse enfermo y un buen día de 1945 Mario despertó en un hospital de Reggio Emilia, sin saber cómo había llegado hasta allí, enfermo de tifus y con una severa desnutrición. Allí lo encontró su madre en 1946, el día de su noveno cumpleaños, después de buscarlo durante un año, desde que el campo de Dachau había sido liberado por los norteamericanos el 29 de abril de 1945.
Lucy se llevó a su hijo a Roma, desde donde pudo embarcar hacia Estados Unidos gracias al dinero que le había enviado su hermano Edward. Poco antes, descubrieron que Luciano, el padre de Mario, seguía con vida, pero no puso ningún impedimento a la marcha del pequeño. Mario apenas volvió a saber nada de él, sólo lo vió en una ocasión después de su marcha.
En Estados Unidos los esperaban Edward, el hermano de Lucy y profesor de Física en la Universidad de Princeton (su otro hermano, Walter, también era físico), y su esposa. Con ellos se instalaron en una comuna cuáquera en Pennsylvania llamada Bryn Gweled. Lucy Ramberg había quedado psicológicamente muy afectada por lo que había vivido durante la guerra, y fueron los tíos de Mario los que verdaderamente cuidaron de él.
Para Mario Capecchi la llegada a su nuevo hogar fue un cambio brutal. No hablaba inglés y ni siquiera sabía escribir; no había ido jamás a una escuela. Aún así, con esfuerzo y dedicación logró graduarse en 1956; alcanza el Bachelor of Science en Física y Química en el Antioch College de Ohio en 1961, para posteriormente trasladarse al MIT de Massachussets con la intención de estudiar física y matemáticas. Pero durante sus estudios quedó fascinado por la biología y pasó a la Universidad de Harvard, donde empezó a trabajar en el laboratorio de James Watson, uno de los co-descubridores de la estructura del ADN, doctorándose en biofísica en 1967. En 1971 es nombrado profesor adjunto en Harvard y en 1973, se incorpora a la Universidad de Utah. Además, desde 1988 es investigador en el Instituto Médico Howard Hughes. Una brillante carrera culminada con el Nobel en 2007.
Pero la vida aún le guardaba una sorpresa a Mario Capecchi. A raíz de recibir el Nobel, una mujer austríaca llamada Marlene Bonelli se puso en contacto con él afirmando ser hermana suya. Al parecer, Bonelli había nacido en 1939, fruto de la relación de Lucy Ramberg con un brasileño de origen alemán mientras Luciano estaba movilizado. Cuando fue arrestada, Lucy dejó a la pequeña con un matrimonio amigo, los Bonelli, quienes acabaron adoptándola, creyendo que Lucy y su hijo habían muerto durante la guerra. Mario desconocía la existencia de Marlene; era demasiado pequeño cuando se separaron para recordarla, y su madre (muerta en 1989) nunca le habló de ella, ni de por qué nunca quiso buscarla. Los hermanos, tras casi siete décadas separados, se reencontraron en Italia en mayo de 2008.