jueves, 27 de febrero de 2014

La Batalla de Alcatraz




La prisión de la isla de Alcatraz se ganó en los apenas treinta años que estuvo en funcionamiento la fama de ser a prueba de fugas. Ninguno de los varios intentos de fuga producidos llegó a buen término (al menos oficialmente). La más importante de estas tentativas tuvo lugar en 1946 y derivó en un enfrentamiento tan violento que acabó siendo conocida como la Batalla de Alcatraz.
Desde su inauguración, la prisión se caracterizó por acoger entres sus muros a lo más selecto del sistema penitenciario norteamericano. A Alcatraz sólo iban a parar presos especialmente peligrosos, problemáticos o conocidos. Aquellos que hubiesen protagonizado fugas, que hubieran agredido a un guarda o a otro preso, que hubieran organizado motines o simplemente tuvieran un comportamiento desafiante o rebelde, tenían muchas papeletas para acabar siendo huéspedes de la Roca. Uno de aquellos presos era Bernard Coy, condenado a 25 años de prisión por robar bancos y que había llegado a Alcatraz en 1937. Coy, inteligente y violento, llevaba tiempo estudiando cuidadosamente a los guardias y sus horarios, planeando su fuga, en la que acabaría involucrando a otros cinco presos: Marvin Hubbard, Joseph Cretzer, Clarence Carnes, Sam Shockley y Miran Thompson.
El 2 de mayo de 1946, después de la comida, mientras la mayoría de los presos y los guardias estaban en los talleres, Coy barría el suelo del Bloque C de celdas cuando Hubbard llamó al guardia del bloque, William Miller, para que le dejara entrar, ya que había terminado su labor limpiando la cocina. Cuando Miller fue a cachear a Hubbard, buscando objetos robados, Coy aprovechó para atacarlo por la espalda y dejarlo sin sentido. A continuación, liberaron a Cretzer y Carnes de sus celdas.
El bloque poseía una galería elevada, protegida con barrotes, desde donde guardias armados vigilaban a los presos. Cuando tuvo lugar el ataque, el guardia de patrulla en dicha galería, Bert Burch, estaba ausente; Coy había controlado minuciosamente los tiempos empleados en sus rondas para comenzar su fuga cuando no estuviera en el bloque. A continuación, Coy se desnudó, se untó el cuerpo de grasa y trepó por la puerta de una celda hasta alcanzar la galería. Allí, gracias a un rudimentario dispositivo mecánico que había construido en los talleres, logró separar los barrotes que protegían la galería lo suficiente para poder colarse entre ellos (también llevaba varios días sin apenas comer, para pasar con más facilidad). Esperó agazapado el retorno de Burt, lo dejó sin sentido y cogió sus armas (un rifle Springfield, una pistola M1911, granadas de gas y varias porras) y sus llaves.
Con las llaves, pasaron al bloque de celdas contiguo, el D. Allí estaban los presos en régimen de aislamiento. Tras tomar como prisionero a un tercer guardia, Cecil Corwin, liberaron a todos los presos (aunque sólo Shockley y Thompson se unieron a ellos, los demás prefirieron no involucrarse y quedarse en sus celdas) y encerraron en una celda a los guardias que tenían como rehenes.
El plan de los presos era salir al patio de la cárcel y de allí abrirse paso hasta el embarcadero, usando como escudo a los guardias, y hacerse con el control del barco que diariamente, entre las dos y las dos y media, atracaba procedente de San Francisco. Desafortunadamente para ellos, no fueron capaces de encontrar la llave de la puerta del patio, que no estaba en su lugar correspondiente: Miller, contraviniendo las ordenanzas de la prisión, la llevaba en el bolsillo para no tener que ir a por ella cada vez que tenía que abrir la puerta del patio. Aprovechando un momento en que no estaba vigilado, la escondió en el baño de la celda donde estaba encerrado. Los presos finalmente la encontraron, pero descubrieron que la cerradura estaba atascada por haber intentado abrirla con otras llaves. Estaban atrapados sin salida. Mientras, varios guardias que iban accediendo al bloque caían en sus manos, hasta sumar nueve rehenes, en dos celdas.
Los presos no tenían salida ni sabían qué hacer. En una muestra de su desesperación, Coy disparó contra los guardias de las torres de vigilancia, hiriendo a uno. Cuando el director adjunto Ed Miller fue a investigar qué estaba pasando, Coy lo recibió a tiros, sin herirlo.
De inmediato se dio la alarma. Cretzer, enfurecido y frustrado, disparó contra los rehenes, hiriendo a cinco (William Miller moriría a causa de sus heridas). Carnes, Shockley y Thompson volvieron a sus celdas, mientras Coy, Hubbard y Cretzer decidieron resistir. Un guardia llamado Ernie Lageson, por si acaso morían todos, apuntó disimuladamente los nombres de los amotinados rodeando con un círculo el nombre de los líderes de la revuelta.
A eso de las seis, un grupo de guardias armados trató de retomar el control de los bloque entrando por la galería de vigilancia, pero fueron recibidos a tiros; un guardia llamado Harry Stites murió y otros cuatro resultaron heridos. Esto llevó al alcaide Johnson a ordenar cortar la electricidad de las celdas y pedir ayuda.
La ayuda no tardó en llegar: dos pelotones de marines a las órdenes del general Joe Stilwell. Además, todos los guardias que estaban de permiso fueron llamados inmediatamente a sus puestos y varios barcos de los Guardacostas comenzaron a patrullar las aguas cercanas a la isla.
Una nueva incursión de un grupo de guardias tuvo lugar a las ocho de la noche, en plena oscuridad. Lograron descubrir el paradero de los rehenes y cerrar la puerta que comunicaba los bloques C y D, antes de que los presos abrieran fuego contra ellos (otro guardia resultó herido). Una vez se hubieron retirado, los marines lanzaron un ataque contra el Bloque D, creyendo erróneamente que uno o varios de los amotinados armados se habían refugiado allí. El ataque fue brutal, usando morteros, granadas de mano y armas de gran calibre. Los presos de aislamiento tuvieron que refugiarse en sus celdas, escondidos bajo sus colchones, hasta que uno de ellos, Robert Stroud, el famoso "hombre de Alcatraz", logró con gran riesgo advertir a las autoridades de que ninguno de los cabecillas de la fuga estaban allí.
Impactos de morteros en la pared del Bloque C
Al día siguiente, el ataque se centró en el Bloque C, procurando alejar el fuego de las celdas de los rehenes. A eso del mediodía, los presos llamaron al alcaide Johnson, pidiendo negociar una tregua; Johnson les respondió que sólo aceptaría su rendición. El incesante tiroteo, respondido desde el interior, continuó hasta las nueve de la noche. Una de las técnicas usadas por los marines, aprendida durante la guerra en el Pacífico en su lucha contra la resistencia japonesa, consistía en practicar agujeros en el techo del bloque por donde descolgaban granadas atadas con un cordel, para hacerlas estallar en el suelo cerca de donde creían se refugiaban los presos, tratando de acorralarlos en un pasillo de servicio.
A la mañana siguiente, grupos de guardias armados hicieron incursiones a través de la galería, sin hallar resistencia. A eso de las 9:40, finalmente, entraron en el bloque y hallaron los cuerpos de Coy (vestido con un uniforme de guardia), Hubbard y Cretzer, muertos por efecto de las balas y la metralla.
El resultado final fue de dos guardias y tres presos muertos, además de 12 heridos (once guardias y un preso no implicado en el motín). Shockley, Thompson y Carnes fueron juzgados como cómplices por las muertes de los dos guardias y condenados a muerte, aunque a Carnes se le conmutó la pena por una de 99 años porque los guardias que habían sido rehenes testificaron que se había negado a hacerles daño (saldría en libertad en 1973). Shockley y Thompson fueron ejecutados en la cámara de gas el 3 de diciembre de 1948, en la prisión de San Quintín.
Los bloques C y D tardaron meses en volver a acoger prisioneros. Algunas de las huellas de los combates en sus paredes son visibles aún hoy en día. Tras este intento de fuga, se extremaron tanto las medidas de seguridad que no volvió a producirse ninguna otra tentativa hasta 1956.

Mapa de los dos pabellones donde se atrincheraron los presos (boceto dibujado a mano por el capitán de los guardias de Alcatraz Philip Bergen)

Los seis presos participantes en la Batalla de Alcatraz

lunes, 24 de febrero de 2014

La maldición del Pequeño Bastardo

James Dean junto a Little Bastard
El actor James Dean siempre fue un gran aficionado a la velocidad y a los coches deportivos. Por eso, cuando alcanzó la fama y la fortuna en Hollywood, una de las primeras cosas que se compró fue un Porsche 356 Super Speedster. Pero Dean ambicionaba más, y así, mientras rodaba la que sería su última película, Gigante, vendió su Speedster y se compró un Lotus Mark X, un potente y lujoso coche de carreras del que sólo se fabricaron 6 unidades. Pero como el Lotus iba a tardar varias semanas en serle entregado y Dean deseaba participar en varias carreras, el 21 de septiembre de 1955, adquirió otro coche: un Porsche 550 Spyder. El Spyder de Dean era un vehículo muy exclusivo, una de las primeras 90 unidades del modelo que habían salido de fábrica. El motor, de 110 caballos y doble carburación, permitía al coche alcanzar la insólita velocidad de 225 km/h. para mover un chasis y una carrocería hechos de aluminio que pesaban sólo 550 kilos. Un coche concebido para la competición y al que esa combinación de potencia y poco peso hacía bastante complicado de controlar. Fue por ello que Bill Hickman, amigo de Dean y también aficionado a los coches de carreras, lo bautizó como Little Bastard, Pequeño Bastardo.
Tras comprarlo, Dean entregó el coche a George Barris, mecánico amigo suyo y creador de numerosos vehículos para cine y televisión (entre otros, creó el Batmóvil de la serie de los sesenta) para que le hiciera algunas modificaciones: tapizó los asientos con tela escocesa, le pintó el número 130 en el capó y las puertas, así como dos líneas rojas sobre las ruedas traseras. También hizo grabar el apodo del vehículo en la carrocería. Pero no todos compartían el entusiasmo de Dean por el coche. El actor británico Alec Guinness, a quien Dean mostró el coche el día 23 al coincidir con él en un restaurante, tuvo un mal presentimiento y le dijo que el coche tenía un aspecto "siniestro" y que si conducía aquel automóvil moriría en él en una semana. El propio Barris y las actrices Eartha Kitt y Ursula Andress, amigas de Dean, también se expresaron en parecidos términos.
El 30 de noviembre, Dean partió con su coche nuevo camino de una competición en Paso de Robles (California). Llevaba a Little Bastard en un remolque enganchado a una camioneta y le acompañaban Hickman, su mecánico Rolf Weutherich y el fotógrafo Sanford Roth. Sin embargo, antes de llegar, Dean decidió hacer el resto del trayecto conduciendo el Porsche por la Ruta 466 (menos transitada que las autopistas) para familiarizarse con él. Weutherich le acompañó como copiloto mientras Hickman y Roth los seguían en la camioneta. Dean conducía bastante rápido, lo que le valió una advertencia de una patrulla de carretera. En una parada que hicieron en una gasolinera, se encontraron con un par de conocidos del ambiente de las carreras automovilísticas, que le aconsejaron conducir con prudencia, porque su coche, bajo y gris como el asfalto, no era fácil de ver para los otros conductores.
Unos kilómetros más adelante, en el cruce de las Rutas 466 y 41, a la altura del pueblo de Cholame (un punto negro donde se habían producido varios accidentes), el Spyder de Dean, que no circulaba a una velocidad excesiva, fue embestido por un Ford Custom Tudor Coupé conducido por un joven estudiante de 23 años. Aunque hay varias teorías sobre los motivos del accidente, lo más probable es que el conductor del Custom efectuara un giro sin ver que el Spyder se aproximaba. Pasaban unos minutos de las cinco y media de la tarde.
El impacto fue brutal. El liviano Porsche salió violentamente despedido (el Custom pesa tres veces mas que el Spyder) y se empotró contra un poste de teléfono. Dean, que no llevaba el cinturón de seguridad puesto, se partió el cuello y murió poco después. Weutherich salió despedido; se rompió una pierna, la mandíbula y una clavícula, pero sobrevivió. Y el conductor del Ford se rompió la nariz y se dislocó un hombro. Irónicamente, sólo unos días antes, el 17, Dean había rodado un anuncio televisivo en el que advertía a los jóvenes de los peligros de la conducción temeraria y el exceso de velocidad. Según Weutherich, sus últimas palabras antes del accidente fueron Ese tipo va a parar... nos va a ver.
Los restos del Porsche 550 Spyder tras el accidente
Esa fue la primera desgracia relacionada con un coche que posteriormente se ganó la fama de atraer la mala suerte a quien estaba cerca de él. Los restos del Spyder fueron comprados, una vez terminada la investigación del accidente, por George Barris, que tenía intención de vender las piezas que pudiera recuperar. Nada más llegar a su taller, se rompieron las cuerdas que sujetaban los restos, que cayeron sobre uno de los mecánicos, fracturándole ambas piernas.
Barris extrajo, entre otras piezas, el motor, la caja de cambios y las ruedas, que vendió a varios pilotos de carreras. El motor lo compró Troy McHenry, quien poco después murió durante una carrera en Pomona el 24 de octubre de 1956, al salirse de la carretera y estrellarse contra un árbol. La caja de cambios la compró William Eschrid, el cual tuvo un accidente al salirse de una curva en la misma carrera en la que se mató McHenry, quedando gravemente herido. Barris también vendió dos neumáticos del Porsche a otro piloto... quien tuvo un accidente por culpa del reventón simultáneo de esos mismos neumáticos y permaneció varios días en coma. Por si fuera poco, dos ladrones que trataron de robar piezas del coche también resultaron heridos de gravedad: uno se hizo un profundo corte en el brazo tratando de robar el volante (estuvo a punto de desangrarse) y otro se hirió tratando de desmontar el asiento, aún manchado con la sangre de Dean.
Ante tantos desastres, Barris acabó por creer que el coche estaba maldito y decidió enviarlo al desguace. Pero antes de que lo hiciera, la Policía de Tráfico de California le pidió prestados los restos, para una serie de conferencias sobre seguridad vial, y Barris aceptó. La primera de las conferencias tuvo que suspenderse porque un incendio arrasó el garaje de Fresno donde el coche estaba guardado; varios coches quedaron calcinados, pero el destrozado Porsche apenas sufrió daños. En la siguiente conferencia, en un instituto de Sacramento, el coche se cayó de su soporte al romperse los tornillos que lo sujetaban, cayendo sobre un estudiante de quince años y rompiéndole la cadera.
Durante otro traslado, un coche chocó contra el camión que lo transportaba y su conductor murió aplastado por los restos del Pequeño Bastardo. Posteriormente, volvería a caerse otras dos veces de dos camiones diferentes, una en plena autopista y otra en una carretera de Oregón, aunque sin causar víctimas.
Barris, harto de tantos accidentes, decidió recuperar el coche y llevarlo al desguace de una vez. El coche viajó en tren desde Florida hasta California. A partir de ese momento, la pista de Little Bastard se pierde. Barris afirmó que los restos habían desaparecido durante el traslado y no sabía dónde podían estar (ni quería saberlo). Hay quien dice que fue desguazado y sus restos vendidos como chatarra. También se rumorea que están ocultos en un contenedor en el sótano del Historic Auto Attraction Museum (Illinois), donde nadie se atreve a tocarlos.
Memorial en el lugar del accidente donde murió James Dean

viernes, 21 de febrero de 2014

La revuelta de los bagaudas


Hacia finales del siglo III d. C. el Imperio Romano languidecía y se encaminaba lentamente hacia su decadencia. Tras la muerte del emperador Alejandro Severo (235 d. C.) se sucede un período de crisis militar, política, económica y social que hace tambalearse la estabilidad del Imperio. Las guerras continuas contra los pueblos de allende sus fronteras (godos, vándalos, persas) y las luchas internas por el poder (en un lapso de cincuenta años se sucedieron hasta quince emperadores, la mayor parte de los cuales acabó asesinado o caído en combate), provocaron una profunda herida en el seno mismo del Imperio. La elevada necesidad de dinero para pagar los gastos de los múltiples conflictos llevó a la devaluación de la moneda, lo que perjudicó el comercio y llevó al desabastecimiento y el hambre, sobre todo en poblaciones aisladas que dependían del comercio para abastecerse. Docenas de ciudades quedaron despobladas y sus habitantes emigraron masivamente hacia el campo, donde podían hallar alimento. Los grandes terratenientes rurales pasaron entonces a ostentar una gran autoridad, dado que el gobierno de Roma ya no tenía soldados para mantener el orden y hacer cumplir las leyes en todas las regiones y ellos eran los únicos capaces de mantener pequeños ejércitos privados que ocupasen el vacío dejado por la autoridad imperial. Una situación que acabaría desembocando en la Edad Media en el feudalismo.
Es en este contexto donde surgen los llamados bagaudas. Las condiciones de vida en el campo tampoco eran las mas deseables para los campesinos. Los que eran dueños de las tierras que cultivaban a menudo se veían obligados a venderlas para subsistir y para pagar los onerosos impuestos imperiales. Y tampoco estaban mejor los que cultivaban las grandes posesiones de los terratenientes, ya fuesen esclavos o colonus (hombres libres, pero obligados a trabajar para un propietario). El hambre, la miseria, las enormes cargas fiscales, las injusticias que tenían que soportar llevó a algunos de estos campesinos desposeídos y colonos (junto a esclavos huidos, bandidos y desertores) a organizarse y a sublevarse contra los terratenientes y las autoridades formando bandas armadas que saqueaban y destruían granjas y grandes latifundios, combatiendo a sus propietarios (ya fueran terratenientes, prelados o monasterios). Enfrentados a la oligarquía política y económica que los gobernaba, buscaban acabar con los abusos y liberarse de la autoridad imperial.
A estos rebeldes se les llamó "bagaudas" (derivado del celta bagad, tropa) y la primera vez que se les menciona es es el 285 d. C., al año siguiente de llegar al poder Diocleciano, el emperador que contuvo (temporalmente) la decadencia romana. Un ejército de campesinos de la provincia de la Galia Lugdunense se levantaron dirigidos por dos caudillos llamados Aeliano y Amando. La revuelta fue especialmente cruenta en la región comprendida entre los cauces del Sena y el Loira, sobre todo en la región de Armórica (Bretaña). Debió ser una revuelta muy seria, ya que el emperador envió a su César (y futuro emperador de Occidente) el general Maximiano a sofocarla. Durante esta campaña surge la historia legendaria de la "legión tebana", una legión procedente de Oriente que se negó a combatir contra cristianos y que fue por ello masacrada por los propios romanos (lo que les valió ser declarados "mártires" y a su líder, un general tebano llamado Mauricio, la santificación como San Mauricio); aunque posiblemente sea una invención, ya que la única fuente es varios siglos posterior y ningún autor de la época hace referencia a ella. Sea como fuere, las tropas romanas aplastaron a los sublevados y Aeliano y Amando fueron ejecutados.
Sin embargo, la represión no bastó para borrar completamente el rastro de los bagaudas, especialmente en regiones periféricas y poco romanizadas, como la Armórica. Las condiciones que los habían originado no hicieron sino empeorar y la rebelión resurgió a principios del siglo V, de nuevo propiciada por la inestabilidad política y las invasiones bárbaras. A un primer levantamiento en la región alpina le sucedió una nueva revuelta en Armórica en el 409, duramente reprimida por un ejército enviado por el emperador de Occidente, Honorio, y mandado por un general llamado Exuperancio, en 417. Pero la situación estaba lejos de calmarse y no tardaron en producirse nuevos levantamientos. En 435, un nuevo ejército campesino se movilizó en la Galia, dirigido por un caudillo llamado Tibatón, derrotado en 437. Y dos nuevas rebeliones con el mismo resultado se produjeron en 445 y 448.
Pero para entonces el movimiento bagauda había dejado de ser exclusivo de las Galias y se había extendido a Hispania, donde los sublevados pronto obtuvieron ayuda de vascones y astures, apenas romanizados. Las primeras noticias de revueltas en Hispania datan del 441, cuando el magister militum Asturio es enviado para sofocar el levantamiento. Pese a que los bagaudas sufrieron derrotas en 441 y 443, la revuelta no fue sofocada de inmediato, ya que en 449, los bagaudas, bajo el mando de un caudillo llamado Basilio y aliados con el rey suevo Requiario, saquearon la provincia Tarraconense (con especial incidencia en la región entre los Pirineos y el Ebro), tomando Zaragoza, saqueando Lérida y matando a León, obispo de Tarazona. Su estilo de lucha, agrupados en pequeñas bandas que recurrían a la guerra de guerrillas y eludiendo el combate en campo abierto, resultaba sumamente incómodo para las tropas romanas. No fue hasta 454 en que un ejército visigodo, a las órdenes de Frederico, hermano de Teodorico II, rey de los visigodos y aliado de Roma, aplastó definitivamente al ejército bagauda, aunque quedaron reductos en otras provincias (en torno a 456 están documentadas actividades de los bagaudas en las cercanías de Brácara Augusta, capital de la Gallaecia).
Paralelamente, en el norte de África surgió un movimiento parecido, el de los circunceliones, campesinos y temporeros que atacaban y saqueaban granjas, iglesias y sedes de las autoridades romanas. Este movimiento fue especialmente activo durante el siglo IV y tuvo además un componente religioso, ya que la mayoría de sus miembros eran donatistas (seguidores de Donato, obispo de Cartago, que tenía una visión extremadamente rigurosa del cristianismo) y a menudo actuaban siguiendo las órdenes del obispo contra religiosos opuestos a sus ideas. Tras el destierro y muerte de Donato, el movimiento fue radicalizándose y perdiendo seguidores, quedando reducido en la práctica a una banda de maleantes a las órdenes de los herederos de Donato, hasta que en 412 Honorio proscribió el donatismo.
Y así terminó aquella revuelta campesina contra los abusos de los poderosos. Aunque hasta el siglo VIII hubo pequeños levantamientos populares cuyas motivaciones no distaban mucho de las de los bagaudas.

martes, 18 de febrero de 2014

La bestia de Bladenboro



Bladenboro es un tranquilo pueblo de Carolina del Norte, situado a unos 60 kilómetros al oeste del puerto de Wilmington, cuya población no llega a las 2000 personas. Una localidad rodeada por bosques y pantanos, sin mucha historia, pero que en el invierno del 53-54 pasó unos días de miedo y angustia por la presencia de un animal desconocido que acabaría siendo conocido como la bestia de Bladenboro.
Todo comenzó el 29 de diciembre de 1953. Ese día, un perro murió en Clarkton (a apenas doce kilómetros de Bladenboro) atacado por un animal desconocido que los testigos describieron como "estilizado, negro y de unos 1'5 metros de largo". El 31 de diciembre, dos perros propiedad de un vecino de Bladenboro llamado Johnny Vause fueron atacados y muertos junto a su casa en dos ataques sucesivos que tuvieron lugar a las 22:30 PM y la 1:30 AM. Vasue no pudo ver al responsable, pero según su propia descripción los cuerpos de ambos animales estaban literalmente hechos trizas. Al día siguiente, otros dos perros (uno de ellos, parcialmente devorado) aparecían muertos en la granja de Woodie Storm. Y un quinto perro, propiedad de un granjero llamado Gary Callahan apareció muerto en las mismas circunstancias el día 2.
Ante la inquietud que estas muertes provocaron en el pueblo, el jefe de Policía Roy Fores salió en busca del misterioso animal el día 3, acompañado por sus tres perros de caza. Sin embargo, los perros, pese a tratarse de sabuesos de la raza coonhound, cazadores expertos, se mostraron inquietos y asustados y se negaron a seguir el rastro. Ese mismo día, dos nuevos perros aparecían muertos, desangrados y con sus cráneos destrozados. Y en los siguientes días continuaron apareciendo animales domésticos muertos: cabras, cerdos, conejos, más perros... Casi todos, de la misma manera, con sus cráneos destrozados, prácticamente desangrados y con profundas heridas por todo el cuerpo.
También empezaron a circular los testimonios de personas que decían haber visto al misterioso animal. Unas declaraciones que, como suele ser habitual en casos parecidos, diferían bastante unas de otras. Un ciudadano llamado Malcolm Frank lo vio la tarde del día tres cruzando una carretera y lo describió como "de unos cuatro pies de largo (unos 1'2 metros), peludo y parecido a un oso o a una pantera". Pero un joven que afirmó haberlo visto esa misma noche lo describió como bastante más pequeño y acompañado de una cría. Un tercer testigo llamado James Pittnam afirmó haber escuchado esa misma noche junto a su casa un escalofriante rugido similar al lloro de un bebé (varios testigos más afirmarían haber oído a la bestia proferir un sonido similar los siguientes días) y estimaba que el animal pesaría no menos de 150 libras (unos 70 kilos). Sobre las ocho de la tarde del día 4, Lloyd Clemmens vió a la criatura en su patio, acechando a sus perros. Lo describió como grande, oscuro, con una larga cola y el rostro de un gato enorme. Quiso dispararle con su escopeta, pero el animal desapareció silenciosamente en la oscuridad. La mañana del día 5, el jefe Fores y un ayudante pudieron ver al animal atacando a un perro a escasos cien metros de donde se encontraban. También encontraron huellas del animal cerca de allí junto a otras similares pero de menor tamaño. Y esa misma tarde, una mujer llamada C. E. Kinlaw afirmó haber sido perseguida cerca de su casa por un animal similar a un puma, que luego huyó dejando unas grandes huellas en su patio.
Los habitantes de Bladenboro estaban comprensiblemente asustados. Aquel feroz depredador no parecía temer a los humanos, ni siquiera evitaba su presencia. Los cazadores locales no tardaron en organizar batidas por los bosques, las primeras de las cuales tuvieron lugar el día 4. El día cinco ya había unos 400 hombres armados buscando al animal, incluidos varios cazadores expertos llegados de Wilmington (cuyos periódicos habían publicado la noticia de los ataques ese mismo día), que siguieron el rastro del animal a lo largo de tres kilómetros y calcularon que pesaría en torno a 80-90 libras (unos 45 kilos). El día seis ya había 800 cazadores registrando los bosques y el jefe Fores planeaba atar perros en el bosque para usarlos como cebo (idea que al final se desechó). El siete se calcula que unos 1000 hombres participaron en las batidas, mientras la noticia era publicada en medios de todo el país. Finalmente, el día nueve el alcalde Woodrow Fussell prohibió las partidas de caza hasta que se tuviera algún dato fiable sobre el paradero del animal. Una medida tomada por precaución; tantas personas armadas dando vueltas por los bosques, inquietas y asustadas, esperando el menor indicio para abrir fuego... era cuestión de tiempo que se produjera algún trágico accidente.
Mientras, la gente del pueblo seguía atemorizada. Mujeres y niños no se atrevían a salir solos y muy pocos osaban salir después de anochecer. Un vecino que oyó a sus perros ladrar disparó con su escopeta contra una sombra que vió en su jardín y que resultó ser... la bicicleta de su hija pequeña. Y los avistamientos de la bestia se seguían produciendo. El día seis, un joven llamado Dalton Norton vio a un "enorme gato" rondando el porche de su casa. Y el día 11, el animal volvió a ser visto cruzando tranquilamente la carretera, obligando a dos coches a parar. Uno de los ocupantes describió al animal como de color parduzco y atigrado, con orejas pequeñas y aspecto de felino.
Finalmente, el día 13 el alcalde Fussell anunció oficialmente la muerte de la "bestia de Bladenboro": esa mañana, un granjero llamado Luther Davies había encontrado a un lince rojo o bobcat (Lynx rufus) atrapado en una trampa y lo había matado de un disparo. Y como no se volvieron a denunciar mas muertes, la gente se fue calmando y el pueblo volvió poco a poco a la normalidad...
Luther Davis y el alcalde Fussell sostienen el cadáver de la supuesta bestia

Sin embargo, la solución del misterio no parece estar tan clara. Para empezar otras dos personas afirmaron haber matado a la bestia aquel mismo día: un experto cazador llamado Berry Lewis afirmó haber cazado otro lince esa misma mañana que él creía que era la auténtica bestia. Y un habitante de Tabor City (a unos 45 kilómetros del pueblo) llamado Bruce Soles anunció haber atropellado con su coche, saliendo de Blandeboro, "un gran gato moteado como un leopardo" que resultó ser otro lince. De todos modos, muchos pusieron en duda que un lince pudiera haber sido el responsable de los ataques, ni por su tamaño ni por sus costumbres. La bestia de Bladenboro era mayor que ningún lince conocido y mucho más fuerte y agresiva.
Las especulaciones y teorías fueron muchas. La más obvia, que se tratase de algún gran felino, quizá una pantera, que se hubiese escapado de un circo o un zoológico, pero no se había denunciado nada parecido en la región desde hacía años. El jefe Fores creía que podía tratarse de un lobo, pero los testigos mayoritariamente hablaban de un animal similar a un gran gato, lo que también parece descartar a otra de las posibilidades que se barajaron, el coyote (Canis latrans).
Otra hipótesis que se manejó fue la de que se tratase de un perro asilvestrado. Un vecino de Lumberton (a 20 kilómetros de distancia de Bladenboro) afirmó que creía que la bestia era su perro Big Boy, un cruce de pastor alemán y sabueso que había regalado a un joven nativo americano de la zona tiempo atrás. Un veterinario afirmó que podría haber sido un perro el autor de las muertes, pero tampoco coincide con el "retrato robot" de los testigos, ni con el grito agudo que profería la bestia.
También se especuló con que se tratase de un wolverine o glotón (Gulo gulo), que encaja en cuanto a tamaño, fuerza y ferocidad; pero no hay registros de ejemplares tan al sur (su hábitat son la taiga y la tundra de Alaska y el norte de Canadá). Por supuesto, no faltaron los "expertos en críptidos" que años mas tarde vincularon el caso al famoso "chupacabras".
Entonces, ¿qué era realmente aquel animal? La mayoría de los expertos tienen un sospechoso principal: la bestia de Bladenboro era en realidad un puma o león de las montañas (Puma concolor). El puma es un fenomenal cazador, que puede alcanzar los 2'75 metros de largo y los 120 kilos de peso, dotado de una enorme fuerza (su presa favorita son los grandes ungulados, como los ciervos y los alces). Antaño, se extendía por toda América, desde Canadá hasta Tierra de Fuego; aunque hoy en día su hábitat se ha reducido mucho. En Norteamérica actualmente sus principales poblaciones están en la mitad occidental del continente; en la costa Este no quedan ya poblaciones estables (excepto una prácticamente residual en Florida) pero es relativamente frecuente el avistamiento de ejemplares solitarios procedentes de poblaciones del oeste. Numerosos zoólogos opinan que el comportamiento y las descripciones de la bestia de Blandeboro se ajustan bastante bien al puma. Y de hecho, la señora Kinlaw, que fue perseguida por el animal, siempre había dicho que le había parecido un puma.
Puma (Puma concolor), también llamado león de montaña, cougar o catamount
En 2007 volvieron a producirse una serie de muertes de animales domésticos en Carolina del Norte que guardaban cierta semejanza con los de este caso; nunca se atrapó al responsable.

viernes, 14 de febrero de 2014

¿Sabías que...

- ... el apellido original de Luke Skywalker era Starkiller? Lo cambiaron para que sonara menos violento.
- ... el fruto del kakadu australiano (Terminalia ferdinandiana) tiene cien veces mas vitamina C que la naranja?
- ... en 2001, Yahoo pudo comprar Google? Pero a su presidente, Terry Semell, le pareció que el precio que pedían, 3000 millones de dólares, era ridículo, y no lo aceptó. Hoy en día, su valor ronda los 100000 millones de dólares.
- ... el patrón de rayas blancas y negras de cada cebra es exclusivo de cada animal?
- ... en el escudo de Colombia figura el mapa de Panamá? El escudo data de 1834, cuando ambos países eran uno sólo; Panamá se independizó en 1903.
- ... el Pentágono (sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos) tiene el doble de baños de los necesarios? Cuando se construyó, entre 1941 y 1943, la ley obligaba a que hubiera baños diferentes para blancos y para negros.
- ... en la Luna también se producen temblores sísmicos? No se sabe muy bien su causa, ya que en la Luna no hay placas tectónicas activas, pero se cree que pueden ser debidos a la atracción gravitacional de la Tierra.
- ... el hechicero de la película Fantasía se llama Yensid? Es decir, Disney al revés.
- ... la bandera tricolor italiana tiene su origen en un estandarte que el mismísimo Napoleón Bonaparte entregó en 1796 a un cuerpo de voluntarios italianos de la Legión Lombarda que combatían en las filas del ejército francés?
- ... el árbol más alto jamás conocido fue un eucalipto australiano talado en 1872 que midió 132 metros?
- ... estadísticamente, hay más gente con miedo a las arañas que a la muerte?
- ... el político hondureño Juan Nepomuceno Fernández Lindo y Zelaya fue presidente de El Salvador (1841-42) y posteriormente de Honduras (1848-1852)

jueves, 13 de febrero de 2014

Palabras de otros idiomas y de difícil traducción (II)

Komorebi (japonés): es la  luz del sol que se filtra por entre las hojas de los árboles.
Bakku-shan (japonés): es la situación en la que una mujer te parece muy atractiva vista de espaldas, pero vista de frente no te lo parece tanto.
Wabi-sabi (japonés): un estilo de vida que se centra en el presente y acepta el paso del tiempo, los defectos y la decadencia.
Tatemae & Honne (japonés): "tatemae" es nuestra opinión pública sobre un asunto (generalmente, la opinión política y socialmente esperada); "honne" es lo que realmente pensamos sobre ello, que muchas veces sólo conocen los más allegados.
Pakupaku (japonés): comer a grandes bocados.
Arigata-meiwaku (japonés): cuando alguien hace algo por ti, algo que tu no querías que hiciera, y que a pesar de los problemas y molestias que te causa, debes agradecérselo igualmente por las convenciones sociales.
Ennoshitanochikaramochi (japonés): una persona que realiza de forma voluntaria un trabajo pesado o difícil sin esperar agradecimiento por ello.
Kuchisabishii (japonés): Comer sin estar hambriento, simplemente porque estás aburrido o no sabes qué hacer.
Koi no yokan (japonés): la sensación idealizada de que te vas a enamorar de alguien al que vas a conocer.
Tsundoku (japonés): comprar libros pero no para leerlos, sólo para acumularlos.
Tsujigiri (japonés): literalmente, probar una espada nueva hiriendo con ella a una persona cualquiera.
Nunchi (coreano): la habilidad de decir lo correcto en el momento adecuado.
Shānzhài (cantonés): un producto imitación de otro más famoso.
Huijijiyi (mandarín): no hacer caso de los consejos del médico por miedo a que los demás sepan que estamos enfermos.
Jayus (indonesio): broma tan poco graciosa o absurda que sólo se ríe por cortesía.
Neko-neko (indonesio): alguien que tiene una buena idea, pero que sólo consigue enredar las cosas.
Kekau (indonesio): despertarse de una pesadilla.
Jera (indonesio): estar asustado por una experiencia previa, hasta el punto de no querer volver a repetirla.
Pandir (indonesio): alguien poco inteligente, pero honrado.
Ngetem (indonesio): cuando un transporte público realiza más paradas de las que le corresponden, para conseguir más pasajeros.
Teklak-tekluk (indonesio): cabecear debido al cansancio o a la embriaguez.
Mencak-mencak (indonesio): patear el suelo repetidamente cuando estás enfadado.
Pelinti (buli): mover la comida en tu boca de un lado a otro porque está demasiado caliente.
Greng-jai (siamés): es el deseo de que alguien no te haga un favor porque eso sería perjudicial para él.
Pana po'o (hawaiano): es el gesto de rascarse la cabeza mientras tratas de recordar algo.
Goya (urdu): la sensación de que una historia está tan bien contada que podría ser real.
Zhaghzhagh (persa): temblor involuntario de los dientes causado por el frío o la ira.
Linti (persa): vago que se pasa la vida acostado bajo un árbol sin hacer nada.
Jalishgar (persa): adicto al sexo
Shitta (farsi): restos de la cena que sirven de desayuno.
Ilunga (tshiluba): hace referencia a alguien que puede perdonar una falta una o dos veces, pero nunca una tercera.
Gheegle (tagalo): es el impulso de pellizcar algo o a alguien irresistiblemente mono o adorable.
Layogenic (tagalo): algo o alguien que de lejos parece atractivo pero de cerca no lo es tanto.
Jeruhuk (malayo): tropezar con un agujero oculto por la hierba.
Manja (malayo): estrategia femenina de poner cara triste y suplicante para conseguir sus fines.
Igau (malayo): hablar durante una pesadilla.
Pisan zapra (malayo): el tiempo necesario para comerse una banana.
Ngarong (dyak): la solución o guía para resolver un problema que se aparece en un sueño o en una visión.
Mokita (kiriwana): un hecho o verdad que todos conocen pero del que nadie quiere hablar.
Itsuarpok (inuit): es la sensación de anticipación que te lleva a asomarte a ver si viene alguien.
Ayurnamat (inuit): filosofía de no preocuparse por los sucesos que están fuera de tu control.
Areodjarekput (inuit): intercambio temporal de esposas.
Kiosses (yakuto): distancia calculada en función del tiempo que tarda en cocerse un pedazo de carne.
Sitike (apache): parientes que tienen la obligación formal de ayudar en situaciones de crisis.
Tingo (pascuence): pedir cosas prestadas a un amigo hasta que no le quede nada.
Ngaobera (pascuence): inflamación de la garganta por gritar demasiado.
Anga-anga (pascuence): la sensación de que hablan de ti a tus espaldas.
Kopuhia (pascuence): alguien que cuando hay trabajo que hacer prefiere desaparecer.
Umjayanipxitütuwa (aimará): disculpa por una embriaguez. Literalmente significa "ellos me hicieron beber".
Camapotoniliztli (nahuatl): persona con mal aliento.
Yuputka (ulwa): sensación de que algo se arrastra por tu piel.
Mamihlapinatapei (yagán): cuando dos personas desean lo mismo y lo saben, pero ninguno se atreve a dar el primer paso.
Rhwe (tsonga): dormir desnudo y borracho en el suelo.
Mbuki-mvuki (bantú): desnudarse para bailar.
Yerdengh-nga (wagiman): irse sin decirle a nadie a dónde vas.



miércoles, 12 de febrero de 2014

Palabras de otros idiomas y de difícil traducción (I)

Waldeinsamkeit (alemán): es la sensación de estar sólo en el bosque.
Kummerspeck (alemán): exceso de peso debido a problemas emocionales.
Backpfeifengesicht (alemán): alguien que merece recibir un puñetazo. 
Drachenfutter (alemán): regalo para tu pareja con objeto de hacerse perdonar una falta previa. Su traducción literal es "comida de dragón".
Verschlimmbesserung (alemán): una solución que lo único que hace es empeorar la situación.
Einfühlungsvermögen (alemán): conocimiento profundo y empático de los sentimientos y pensamientos de tu pareja.
Krawattenmuffel (alemán): persona que se niega a llevar corbata.
Neidbau (alemán): objeto o construcción cuya única finalidad es molestar a un vecino.
Aiguttoa (vótico): bostezar repetidamente.
Mangata (sueco): el reflejo de la luna en el agua, semejante a un camino.
Lagom (sueco): ni demasiado, ni demasiado poco.
Pålegg (noruego): cualquier ingrediente que pueda servir para un bocadillo.
Myötähäpeä (finlandés): sentir vergüenza por otra persona.
Matkakuume (finlandés): preocupación previa a la realización de un viaje.
Morgenflisk (danés): sentirse revitalizado tras un buen sueño.
Kaelling (danés): una mujer que grita a sus hijos en público.
Olfrygt (danés arcaico): miedo a que se acabe la cerveza.
Bjor-reifr (islandés arcaico): estar contento gracias a la bebida.
Dépaysement (francés): es el sentimiento de encontrarte fuera de tu país.
Flânerie (francés): paseo sin rumbo fijo ni destino.
Cualacino (italiano): es la huella redonda que una copa o un vaso dejan sobre la mesa.
Segatura (italiano): cigarrillo liado aprovechando los restos de tabaco de las colillas de otros cigarrillos.
Qualunquismo (italiano): una persona que no se interesa ni por la política ni por temas sociales.
Attaccabottoni (italiano): una persona triste y aburrida que se acerca a los demás para contarles historias tristes y sin sentido.
Pesmenteiro (portugués): es alguien que asiste a un funeral únicamente por la comida que sirven en el velatorio.
Desenrascanco (portugués): solución improvisada de última hora que te resuelve un problema.
Cafuné (portugués brasileño): acariciar con los dedos el cabello de la persona amada.
Donaldkacsázás (húngaro): ir por casa con camisa pero sin pantalones (como el pato Donald).
Curglaff (escocés): la intensa sensación que te sacude tras saltar al agua fría o helada.
Sgean (escocés): expresión de terror extremo en la cara de alguien.
Sgiomlaireachd (escocés): cuando alguien te interrumpe mientras estás comiendo o a punto de empezar.
Tartle (escocés): sensación incómoda de tratar de recordar el nombre de alguien a quien estás a punto de presentar.
Blart (escocés del Ulster): caer en plancha en el barro.
Sgriobn (irlandés): picor en el labio superior justo antes de beberte un whisky.
Glas wen (galés): sonrisa falsa o burlona.
Lledorwedd (galés): descansar acostado pero parcialmente incorporado apoyándose en un codo
Załatwić (polaco): conseguir algo (p.ej. un trabajo) no por méritos, sino por la influencia de amigos, por tu encanto personal o mediante soborno.
Fucha (polaco): utilizar recursos o bienes de tu empresa para tu propio provecho.
Litost (checo): el estado de depresión causado al tomar conciencia de la miseria propia.
Shemomedjamo (georgiano): es cuando estás lleno, pero la comida es tan deliciosa que no puedes evitar seguir comiendo.
Pochemuchka (ruso): es una persona que hace muchas preguntas.
Razbliuto (ruso): sentimiento que alguien conserva por una persona a la que una vez amó.
Zapoi (ruso): borrachera de varios días de duración durante los cuales una persona no hace absolutamente nada mas.
Gumusservi (turco): la luz de la luna brillando sobre el agua.
Parmaklamak (turco): comer con los dedos en lugar de utilizar cubiertos.
Ya'arburnee (árabe): es el deseo de morir antes de que lo haga una persona amada, para no tener que sufrir la muerte de ésta (literalmente significa "tú me entierras").
Taarradhin (árabe): una situación que se resuelve de manera beneficiosa para todas las partes implicadas.
Megillah (yiddish): un discurso, historia o mensaje innecesariamente largo y aburrido.
Farpotshket (yiddish): algo que se estropea irremediablemente como resultado de un intento por arreglarlo.
Agunah (hebreo): mujer cuyo marido ha desaparecido o ha huído, y por lo tanto no puede volver a casarse hasta poder probar haberse divorciado o enviudado.

domingo, 9 de febrero de 2014

El insumergible Sam


Una de las grandes batallas navales de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el 24 de mayo de 1941, en el estrecho de Dinamarca (entre Groenlandia e Islandia). En ella, el colosal acorazado alemán Bismarck y el crucero pesado Prinz Eugen se enfrentaron a los igualmente impresionantes HMS Hood y HMS Prince of Wales, orgullo de la marina británica (de hecho, el Hood era su buque insignia), y a varios destructores que los escoltaban. Como resultado, el Hood se hundió alcanzado por los cañonazos del Bismarck y el Prince of Wales resultó seriamente dañado. Los barcos alemanes se dirigieron entonces hacia la costa francesa, para reparar sus daños en el puerto de Saint-Nazaire, mientras los británicos lanzaban contra ellos a todos los barcos disponibles: seis acorazados, dos portaaviones, trece cruceros y veintiún destructores participaron en la cacería que, finalmente, conseguiría hundir al Bismarck en mitad del Atlántico, el 27 de mayo.
La mayor parte de la tripulación del acorazado alemán murió en el hundimiento. De sus 2200 tripulantes, apenas 114 se salvaron, recogidos por los buques británicos HMS Dorsetshire (85) y HMS Maori (24); los cinco restantes fueron rescatados por un arrastrero y un submarino alemanes. El destructor británico HMS Cossack rescató en el lugar del hundimiento a un peculiar náufrago, aferrado a varios restos flotantes del acorazado: un gato, casi totalmente negro, salvo por unas manchas blancas en la cara y el cuello.
La tripulación del Cossack adoptó al gato como mascota, bautizándolo como Oscar. No tardó en ganarse el cariño de los marineros, en parte también porque para los ingleses los gatos negros traen buena suerte... se ve que Oscar era la excepción. Porque apenas cinco meses después del hundimiento del Bismarck, el 23 de octubre del 41, el Cossack se hallaba actuando como escolta de un convoy identificado con el código HG75 que iba de Gibraltar al Reino Unido, cuando fue torpedeado por el submarino alemán U-563, al mando del capitán Klaus Bargsten, a unos 270 kilómetros de Gibraltar. Un único torpedo impactó en el costado de babor del buque, destruyendo el puente de mando y partiendo prácticamente por la mitad el buque. Se intentó remolcar sus restos hasta Gibraltar, pero el mal tiempo provocó que el barco se hundiera en el Atlántico el 27 de octubre. 159 hombres de su tripulación, incluyendo a su capitán Edward Lyon Berthon, murieron, pero Oscar pudo ser puesto a salvo en uno de los botes salvavidas y rescatado, junto al resto de los supervivientes, por el HMS Legion.
Como el gato, por aquel entonces ya rebautizado como Sam, ya era a todos los efectos un miembro de la Marina británica no tardó en hallar un nuevo "destino" a bordo del portaaviones HMS Ark Royal (conocido como "el barco con suerte" porque había sobrevivido a varios ataques e incluso los alemanes habían creído varias veces que lo habían hundido)... donde apenas estuvo un par de semanas. Porque el 13 de noviembre, de vuelta de una misión en Malta para entregar un envío de aviones, el Ark Royal fue torpedeado por el U-81 (mandado por el capitán Friedrich Guggenberger), abriendo un boquete de casi cuarenta metros en el costado de estribor del buque e inundando sus calderas. Pese a los intentos de remolcarlo hasta Gibraltar, acabó escorando y hundiéndose al día siguiente, a menos de sesenta kilómetros de la base británica. Sin embargo, casi toda la tripulación pudo ser evacuada (sólo un marinero murió como consecuencia del impacto del torpedo), y Sam, al que se daba por desaparecido, fue rescatado por una lancha que lo encontró flotando sobre una tabla. "El gato antes conocido como Oscar" sobrevivía así a su tercer naufragio en menos de seis meses, ganándose el apodo de Unsinkable Sam (Sam el insumergible). Los náufragos del Ark Royal fueron recogidos por el HMS Lightning y (de nuevo) por el HMS Legion. Extrañamente, la aparente mala suerte que el gato parecía atraer se extendió a ambos buques, ya que tanto el Lightning como el Legion acabaron siendo hundidos por los alemanes: el Lightning fue torpedeado el 12 de marzo del 43 y el Legion, bombardeado el 26 de marzo del 42.
Sam acabaría por encontrar un nuevo destino, esta vez en tierra, en la residencia del gobernador británico de Gibraltar. Después de la guerra, Sam fue adoptado por un marinero quien se lo llevó con él a las islas británicas. Sam el insumergible acabó sus días apaciblemente, como mascota de una residencia para marineros en Belfast (Irlanda del Norte), donde murió en 1955. Existe un retrato suyo en el Museo Marítimo de Greenwich.

jueves, 6 de febrero de 2014

La masacre de Peterloo


Terminadas las guerras napoleónicas, en el Reino Unido se vivía una época de gran agitación social. Mientras una minoría de privilegiados controlaba la riqueza y la política, la gran masa del pueblo llano sufría hambrunas, escasez, desempleo, carencia de derechos (sólo los varones adultos con un cierto nivel económico, menos del dos por ciento de la población, tenían derecho al voto) y libertades... Una situación agravada por medidas como las Corn Laws, unas leyes proteccionistas aprobadas en 1815 que impedían la importación de cereales del extranjero, más baratos, para proteger los precios del grano inglés. Mientras las clases altas hacían oídos sordos comenzaron a surgir más y más voces exigiendo profundos cambios sociales, económicos y políticos. Unas ideas inspiradas, irónicamente, por los dos más recientes enemigos de los británicos: las colonias norteamericanas y su Constitución de 1776, y los franceses y su Revolución de 1792. Y cuando estas peticiones fueron también ignoradas, empezó a generarse una corriente contestataria y radical que cristalizaría en la creación de los primeros sindicatos, asociaciones de trabajadores y organizaciones pro-reforma, algo que preocupó de verdad a terratenientes y grandes propietarios, que procuraron sofocar todo intento de reivindicación.
El 16 de agosto de 1819, una de aquellas sociedades reformistas, la Unión Patriótica de Manchester, organizó una gran manifestación pública en favor de la reforma electoral con una serie de discursos, cuyo momento álgido iba a ser el discurso de Henry Hunt, un popular orador radical cuyo programa incluía el sufragio universal, la renovación anual del Parlamento y la "presión popular" no violenta como medio para lograr dichos fines. A dicha reunión, celebrada en las afueras de Manchester, en una explanada llamada St. Peter's Field, acudieron entre 60000 y 80000 personas, en su mayor parte obreros de las numerosas fábricas textiles de la ciudad, acompañados por sus familias, pero muchos también procedentes de localidades cercanas como Oldham, Crompton, Stockport o Royton. La concentración tenía un carácter pacífico y festivo; el propio Hunt había pedido que la gente acudiese sin más armas que la suficiente consciencia.
Henry Hunt (1773-1835)
Cuando Hunt apareció en la asamblea y comenzó su discurso sobre la reforma electoral, fue recibido con una atronadora ovación por los asistentes. Algo que al parecer enfureció a un grupo de magistrados y prohombres que vigilaban el transcurso de la concentración desde una casa cercana. Uno de ellos era William Hulton, máxima autoridad de los magistrados de Lancashire y Cheshire, con fama de severo e implacable. Hulton escribió inmediatamente dos cartas que fueron enviadas por sendos mensajeros a Thomas Trafford, oficial al mando del Regimiento de Caballería de Manchester y Salford, y al teniente coronel Guy L'Estrange, máxima autoridad militar de Manchester. En ambas notas solicitaba el envío de tropas para disolver la concentración y arrestar a Hunt y al resto de oradores.
El Regimiento de Caballería de Manchester y Salford era una milicia de voluntarios cuya organización había sido autorizada por el gobierno inglés a petición de un grupo de destacados miembros de la alta sociedad de la región, temerosos de que se produjera un levantamiento popular. Estaba formado por civiles, en su mayor parte jóvenes de ideología conservadora y pertenecientes a las familias más pudientes y poderosas de la ciudad, y el propio Trafford era un importante terrateniente.
Cuando Trafford recibió la carta del juez Hulton, dio inmediatamente a sus hombres la orden de montar y dirigirse al galope hacia St. Peter's Field, sable en mano. Uno de los jinetes, algo rezagado, arrolló a una mujer que llevaba en brazos a su hijo de dos años. El niño, llamado William Fildes, murió en el acto; fue la primera víctima de aquel aciago día.
El escuadrón, formado por unos sesenta hombres (muchos de ellos borrachos) llegó a los límites de St. Peter's Field al mando del capitán Hugh Hornby Birley, que era también propietario de una fábrica textil. Una vez allí, los magistrados le ordenaron arrestar a los oradores y disolver la concentración. Era la 1:40 de la tarde.
Birley y sus hombres avanzaron entre la multitud abriéndose paso sin miramientos, hasta llegar a la tarima desde donde se pronunciaban los discursos. Su llegada fue recibida con abucheos, protestas y alguna que otra pedrada. Llegados al lugar, arrestaron a Hunt y a los que lo acompañaban, entre ellos un periodista del The Times llamado John Tyas. Esto acabó de exacerbar los ánimos de los asistentes, que empezaron a arrojar piedras y ladrillos contra los milicianos, quienes, enfurecidos, respondieron cargando contra el gentío con sus sables.
En ese momento (sobre la 1:50), llegaba al lugar L'Estrange, al frente de un pelotón de jinetes del 15º Regimiento de Húsares, al que Hulton ordenó cargar para disolver a la multitud. Los húsares, formados en línea, cargaron desde el este contra la muchedumbre, mientras la Caballería de Manchester cargaba desde el sur, atacando sin miramientos con sus sables, provocando el pánico y convirtiendo el lugar en una ratonera de donde la gente huía despavorida. Una situación agravada porque la principal ruta de huida, Peter Street, estaba bloqueada por un batallón del 88º Regimiento de Infantería con las bayonetas caladas. Pese a los intentos de algunos oficiales de los húsares por refrenar a la milicia, totalmente fuera de control, cuando diez minutos después la mayoría de los asistentes se hubo dispersado, quedaban sobre el ensangrentado campo once cadáveres y varios centenares de heridos. Los enfrentamientos entre grupos de exaltados y soldados se sucedieron por toda la ciudad hasta el día siguiente, e incluso hubo disturbios en otras localidades como Stockport, Macclesfield y Oldham.
El número exacto de víctimas es difícil de calcular, pero las cifras mas repetidas hablan de 15 muertos (entre los caídos en el campo y los que murieron posteriormente a consecuencia de sus heridas) y entre 500 y 700 heridos de distinta consideración, la mayoría por heridas de sable o pisoteados por los caballos. Cuatro de los muertos y más de 150 de los heridos eran mujeres. Hay que decir que muchos de los heridos prefirieron no acudir a los hospitales, por temor a las represalias de las autoridades.
La masacre causó espanto en toda Gran Bretaña. La gente quedó horrorizada por la brutal acción de la caballería y la mayoría de los periódicos criticaron con dureza la actuación del ejército. Incluso a raiz de aquel suceso se fundaron periódicos, como el The Manchester Guardian, inspirados por tamaña barbaridad. Fue James Wroe, editor del Manchester Observer (uno de los impulsores de la concentración), el primero en referirse en una editorial a la masacre como "Peterloo"; una sarcástica referencia a la gloriosa batalla de Waterloo, comparándola con la bajeza injustificable de cargar contra personas desarmadas e indefensas (también porque uno de los muertos, John Lees, era un antiguo soldado que había luchado a las órdenes de Wellington en Waterloo). Aquel hecho se convirtió en un icono de los movimientos que clamaban por la reforma social y electoral.
La reacción del gobierno británico, dominado por los conservadores, fue, sin embargo, la opuesta. No sólo no se castigó a los culpables, sino que utilizó el caso como una excusa para aprobar nuevas leyes contra el radicalismo y los "movimientos sediciosos, radicales y contestatarios". Estas leyes, conocidas como las Six Acts, restringían drásticamente la libertad de prensa y daban amplios poderes a magistrados y agentes de la ley para actuar severamente contra aquellos que pudieran ser considerados sediciosos.
Los diez arrestados por los discursos de St. Peter's Field fueron juzgados en marzo de 1820, acusados de sedición. Cinco de ellos fueron declarados culpables y condenados a diversas penas de cárcel: Henry Hunt, a treinta meses de cárcel; John Knight (empresario y conocido reformista), a dos años; y Joseph Johnson (uno de los organizadores), Samuel Bamford (un reputado escritor reformista) y Joseph Healey (farmacéutico), a un año cada uno. Incluso James Wroe fue condenado a un año de cárcel por ser autor de una "publicación sediciosa"; y el Manchester Observer acabó teniendo que dejar de publicarse en febrero de 1820 tras sufrir varias denuncias y registros por parte de la policía.
Cuatro miembros del Regimiento de Manchester fueron llevados a juicio en abril de 1822: el capitán Birley, el capitán Wittington y los soldados Meagher y Oliver. El tribunal consideró su actuación como "justificada" y los cuatro fueron absueltos.

sábado, 1 de febrero de 2014

El Grupo Especial de Interrogatorio (SIG)

Herbert Cecil Buck (1916-1945)
De entre los numerosos grupos de operaciones especiales que los británicos pusieron en funcionamiento durante la Segunda Guerra Mundial bajo el nombre genérico de British Commandos, hubo uno cuya vida no fue especialmente larga (apenas seis meses), ni sus misiones memorables o importantes. Tampoco era una unidad demasiado numerosa (unos cuarenta hombres) pero las circunstancias de su creación y el carácter de los soldados que la componían convierten su historia en fascinante y atractiva: el Grupo Especial de Interrogatorio o SIG.
El capitán Herbert Cecil Buck nació en 1916 en la India, donde su padre, el teniente coronel Cecil Henry Buck, estaba destinado. Tras la Primera Guerra Mundial sería destinado al ejército de ocupación del Rin (1919-1929), por lo que el pequeño Herbert se crió y educó en la Alemania de posguerra, aprendiendo a hablar alemán perfectamente.
Tras estudiar en Oxford (lingüística alemana) se alistó en el ejército, siguiendo la tradición familiar. Formaría parte del Regimiento Worcestershire, del 1º Regimiento del Punjab y de la Guardia Escocesa. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue destinado al norte de África, donde fue herido y capturado por los alemanes en enero del 42, durante los combates en las cercanías de Tobruk (que acabaría siendo tomada por los alemanes el 21 de junio). Sin embargo, Buck logró huir: durante un traslado, mató al soldado que lo custodiaba, se puso su uniforme y, gracias a su perfecto alemán, cruzó las líneas enemigas sin problemas, para luego atravesar el desierto libio hasta encontrarse con las tropas británicas en Tobruk en marzo y ser trasladado a El Cairo, donde estaba el alto mando británico.
Su arriesgada fuga le sirvió de inspiración para proponer a sus superiores la formación de un cuerpo de operaciones especiales de naturaleza inédita. Buck había pensado en formar una unidad compuesta por soldados capaces de hacerse pasar por alemanes sin problemas; capaces de hablar alemán de manera fluida, de manejar las armas y vehículos del enemigo, conocedores del comportamiento de los soldados alemanes, capaces de infiltrase tras las líneas enemigas y llevar a cabo acciones de sabotaje y espionaje. Una idea que sedujo a sus oficiales al mando, preocupados por el giro adverso que la guerra en el norte de África había tomado para ellos desde la llegada del mítico mariscal Erwin Rommel. Pero para ello, Buck necesitaba un tipo determinado de soldados. Y Buck sabía donde encontrarlos: en el Comando 51.
El Comando 51 era un batallón de unos 600 soldados voluntarios alistados por los británicos en Palestina (que por aquel entonces era un protectorado británico). La mayoría eran judíos, muchos de ellos de origen centroeuropeo y huidos de las persecuciones nazis. Casi todos tenían familia y amigos en Europa, por cuya suerte temían, y odiaban profundamente a los nazis. A su campamento en Burgh el Arab, cerca del canal de Suez, llegó Buck el 17 de marzo del 42, pidiendo voluntarios para su unidad. Tras explicarles con detalle su misión y los peligros que conllevaba, obtuvo veintiocho voluntarios. Posteriormente, Buck reclutaría a algunos miembros de las Fuerzas Checas Libres, de la Legión Extranjera francesa, de grupos paramilitares judíos como el Palmach o el Irgun, y judíos enrolados en el ejército británico, hasta sumar unos cuarenta efectivos. El único requisito era ser capaces de hacerse pasar por alemanes. Es posible que la idea de su comando ya rondara la mente del capitán Buck desde tiempo atrás, ya que con el 1º del Punjab había estado estacionado unos meses en Palestina y había hecho amistad con numerosos judíos de origen alemán. Entre los reclutas, había hombres como Maurice Tiefenbrunner, un joven de 26 años huido de Alemania en 1938, y que se convertiría en uno de los hombres de confianza de Buck; Karl Kahane, héroe de la Primera Guerra Mundial, condecorado con la Cruz de Hierro y con más de 20 años de servicio en el ejército alemán; o Israel Carmi, futuro oficial del ejército israelí.
Maurice Tiefenbrunner (1916-2013)
La unidad recién formada recibió el nombre de Special Interrogation Group (SIG) o Grupo Especial de Interrogatorio. Eran hombres valerosos, entregados, decididos, dispuestos a hacer lo que hiciera falta con tal de ajustar cuentas con los nazis. Se llamaban a si mismos "los leones de Judá" y sabían perfectamente que de caer prisioneros acabarían ante un pelotón de fusilamiento (al vestir uniformes alemanes se les consideraría espías y no combatientes). Su instrucción tuvo dos partes. Por un lado, se les adiestró en todo lo necesario para un comando: tácticas, lucha cuerpo a cuerpo, explosivos, comunicaciones, supervivencia en el desierto. Pero además, se les enseñó a comportarse como soldados alemanes, a usar sus mismas expresiones, a manejar sus armas y vehículos, a conocer cada detalle de la vida cotidiana en el ejército alemán, a imitar perfectamente su comportamiento. Para ello, sus superiores les permitieron el uso de vehículos y material de guerra capturados a los alemanes en combate. Y para ayudarles en su misión, Buck reclutó a Walter Essner y Herbert Brueckner, dos prisioneros de guerra alemanes capturados en noviembre del 41, cuando servían en el regimiento 361 del Áfrika Korps. Ambos, antiguos miembros de la Legión Extranjera, se habían declarado antinazis y se habían ofrecido a los británicos como agentes dobles, convenciendo al CSDIC (Combined Services Detailed Interrogation Centre, el organismo de inteligencia encargado de interrogar a prisioneros de guerra y desertores). Lo cierto es que Tiefenbrunner y la mayoría de los miembros del SIG nunca se fiaron del todo, pero Buck confiaba en ellos y necesitaba hombres con experiencia reciente en el ejército germano.
Walter Essner y Maurice Tiefenbrunner
Algunos miembros del SIG se hicieron pasar por prisioneros de guerra en los campos de prisioneros aliados, pero los alemanes pronto empezaron a sospechar de la presencia de espías entre ellos. Un mensaje enviado por Hitler a Rommel en junio de 1942 e interceptado por la inteligencia aliada le ordenaba "aniquilar a los refugiados políticos alemanes que estaban combatiendo en el ejército británico".
Las victorias de Rommel frente al VIII ejército británico, que le llevaron a estar a apenas 150 kilómetros del canal de Suez, forzaron a los británicos a movilizar todos sus efectivos. La primera misión del SIG consistió en ayudar a otra unidad especial de reciente creación, el Special Air Sevice (SAS), a combatir la amenaza que suponían los ataques aéreos alemanes contra los convoyes que abastecían por mar a los ingleses. El 8 de junio, doce hombres del SIG (incluidos los dos prisioneros), fingiendo ser soldados alemanes, y catorce miembros de la Legión Extranjera francesa, haciéndose pasar por prisioneros de guerra, montados en dos camiones y un automóvil alemanes, partieron del oasis egipcio de Siwa. Su perfecta caracterización les hizo eludir los controles alemanes e italianos sin problemas; de hecho, incluso en alguno les advirtieron de que tuvieran cuidado porque se sospechaba que en la zona había comandos británicos con uniformes alemanes.
Su objetivo eran dos aeródromos alemanes situados cien millas al oeste de Tobruk: Martuba y Derna. La noche del 13 de junio, los miembros del comando se dividieron. Buck, Essner, tres miembros del SIG y cinco franceses se dirigieron a Martuba. Brueckner, tres británicos y nueve franceses, a Derna. Tiefenbrunner se quedó con otro compañero en el punto de reunión, como enlace entre ambos grupos. El grupo de Buck regresó de madrugada: su misión había sido un éxito, no habían tenido bajas y habían destruido veintisiete aviones en el aeródromo. Pero poco después llegaban dos soldados franceses del otro grupo; eran los únicos supervivientes. Brueckner había fingido una avería en el camión y fue a pedir ayuda a un garaje cercano; nunca regresó. Minutos mas tarde, soldados alemanes rodeaban el camión instándolos a rendirse. Tras un feroz tiroteo, sólo los dos franceses habían sobrevivido.
La traición de Brueckner fue un golpe muy duro para Buck, que se culpaba de la muerte de sus hombres por haber confiado en el alemán. El otro prisionero, Essner, pasó a ser sospechoso y estuvo vigilado de cerca todo el viaje de regreso; posteriormente, fue entregado a la Policía Militar y murió tiroteado intentando escapar. Nunca se supo si él también era un traidor como Brueckner. En julio, dos pilotos alemanes capturados informaron que los alemanes sabían de la incursión del SIG dos semanas antes de producirse y que Brueckner, cuyo verdadero nombre era Brockmann, era un agente doble alemán que había volado a Alemania para recibir la Cruz de Hierro.
A principios de septiembre, los miembros del SIG fueron enviados a la base de Kufra, en el desierto libio, donde coincidieron con otro de los cuerpos de operaciones especiales del ejército británico: el Long Range Desert Group (LRDG), una unidad especializada en el reconocimiento motorizado, labores de inteligencia y navegación a través del desierto, compuesta en su mayor parte por soldados originarios de Nueva Zelanda y Rhodesia (muchos de los cuales acabarían formando parte del SAS). Para los hombres del LRDG fue una sorpresa ver llegar a sus nuevos compañeros, vestidos con uniformes germanos y charlando en alemán.
En aquel momento, a los británicos les urgía reconquistar Tobruk. Era el puerto más importante de la costa libia, y la principal vía de aprovisionamiento del ejército alemán. Pero el puerto y la costa estaban fuertemente defendidos. Rommel contaba con 50000 hombres y 400 tanques, y numerosa artillería y defensas antiaéreas por todo el litoral. El alto mando británico preparó entonces un asalto a la ciudad, en una acción denominada Operación Agreement. Un plan concebido por el coronel John Haselden (un peculiar personaje nacido en Egipto, que hablaba árabe con fluidez y se hacía pasar por nativo para espiar a los alemanes) como una incursión con un puñado de hombres para sabotear los depósitos de combustible del puerto; pero sus superiores creyeron que era una buena oportunidad para tomar la ciudad y lo convirtieron en una operación mucho más ambiciosa.
John Edward Haselden, de uniforme y caracterizado como un pastor árabe
El plan se iniciaría con un ataque aéreo de la RAF sobre las defensas de Tobruk. A continuación, un equipo conjunto del SAS y el SIG, con el nombre clave de Fuerza B, bajo el mando de Haselden, atacaría y tomaría las defensas costeras al este de la ciudad. A la vez, 396 comandos de los Royal Marines embarcados a bordo de los destructores HMS Zulú, HMS Sikh y el crucero ligero HMS Coventry  (que bombardearían el puerto y recogerían a los hombres tras el ataque) desembarcarían al oeste de Tobruk (su nombre clave era Fuerza C). Además, los barcos estaban pintados con insignias italianas, para confundir a los aviones de la Luftwaffe en una hipotética respuesta. Por último, un grupo de buques torpederos, transportando a unos 200 soldados de los regimientos de Highlanders de Argyll y Sutherland (Fuerza A) atacarían las instalaciones del puerto, destruyendo objetivos estratégicos (depósitos de combustible, barcazas de transporte, talleres). A la vez, otros comandos atacarían otros objetivos estratégicos como el puerto de Bengasi (Operación Bigamy), el oasis de Jalo (Operación Nicety) y el aeródromo de Barca (Operación Caravan).

El ataque de la Fuerza B se produciría de la misma manera que el asalto a los aeródromos de Derna y Martuba. Soldados del SIG se harían pasar por guardianes de prisioneros británicos para infiltrarse en las líneas enemigas. Cada detalle se cuidó al límite; los miembros del SIG llevaban uniformes, armas, documentos, cigarrillos, chocolatinas alemanas; incluso llevaban cartas falsas de novias y esposas alemanas. El 5 de septiembre, 86 miembros del SAS y ocho "vigilantes" del SIG (Buck, seis de sus hombres y David Russell, un teniente del SAS que hablaba con fluidez seis idiomas, incluido el alemán, y se había ofrecido voluntario) partieron de Kufra (a unos 1300 kilómetros de Tobruk) en cuatro camiones alemanes.
Thomas Charles David Russell (1915-1943)
La noche del 14 de septiembre, tras dejar a unos seis kilómetros de Tobruk uno de los camiones inutilizado, por si lo necesitaban en la huída, el grupo se dirigió a su objetivo, cruzando los controles alemanes. Tras eliminar a un pelotón de soldados italianos, tomaron una casa cercana a la costa, desde donde pudieron atacar las posiciones alemanas. Durante esa noche, capturaron varias de las baterías y dieron luz verde al desembarco. Sin embargo, la mañana del 15 se vieron sorprendidos por la llegada de numerosas tropas alemanas e italianas. Aislados y en inferioridad, la Fuerza B estaba en clara desventaja; trataron de continuar su misión tomando varias baterías antiaéreas, pero la superioridad numérica enemiga era enorme. La Fuerza B pidió ayuda; desgraciadamente, las noticias que les llegaron fueron desalentadoras. El Sikh había sido inutilizado por las defensas alemanas; el Zulú fue alcanzado cuando remolcaba al Sikh; y el Coventry estaba tocado y en llamas. La Fuerza C y la Fuerza A habían fracasado totalmente, y los pocos supervivientes trataban de retirarse. Unos pocos Marines consiguieron desembarcar, pero la mayoría cayeron en combate; sólo 17 fueron capturados con vida. Haselden dio orden a sus hombres de destruir sus documentos y huir. Sólo seis soldados (Buck, Russell y cuatro miembros del SIG) lograron escapar con vida. Haselden murió combatiendo para cubrir la retirada de sus hombres. Los supervivientes, tras dos meses en el desierto, lograron volver con sus tropas el 18 de noviembre, una semana después de la toma definitiva de Tobruk por los aliados tras la Segunda Batalla de El Alamein.
Miembros de la Fuerza B. Foto tomada camino de Tobruk. En el centro, el coronel Haselden
La Operación Agreement fue un completo desastre. Los británicos perdieron 746 hombres entre muertos y prisioneros, el Sikh, el Zulú y el Coventry, además de varias embarcaciones menores. Las bajas alemanas e italianas fueron sólo 16 muertos y 50 heridos. Tampoco los otros ataques fueron exitosos. Los comandos del SAS y del LRDG que iban a Bengasi fueron descubiertos por tropas italianas antes de llegar a su destino y fueron duramente castigados por la Luftwaffe mientras se retiraban. El asalto a Jalo fue un fracaso; los alemanes descubrieron el plan británico en el cadáver de un oficial caído en la Operación Agreement; el asalto, llevado a cabo  del 15 al 19 de septiembre por tropas del Sudan Defense Force, fue rechazado por la feroz resistencia de los italianos de la División Pistoia y del 57º Regimiento Auxiliar de Bersaglieri. Sólo el asalto al aeródromo de Barca por parte del LRDG tuvo cierto éxito; se destruyeron o dañaron 32 aviones; aunque los atacantes tuvieron numerosas bajas durante la retirada, de nuevo acribillados por los aviones alemanes e italianos.
Los motivos del fracaso de estas operaciones combinadas hay que buscarlos en la mala planificación de los ataques por parte del alto mando británico, con errores de bulto como no hacer que los ataques fueran simultáneos o subestimar el número, organización y combatividad de las tropas italogermanas. Además, el bombardeo previo por parte de la RAF apenas causó daños y su único efecto fue poner en alerta a los defensores de Tobruk.
Poco después del fallido asalto a Tobruk, el SIG fue disuelto y sus miembros repartidos en otras unidades. Varios de ellos, como Buck y Tiefenbrunner, se incorporaron al SAS. Buck fue capturado en septiembre del 42 y liberado a principios de 1945; moriría en un accidente de aviación en Inglaterra en noviembre del 45. Tiefenbrunner fue capturado en diciembre de 1942 y permaneció como prisionero hasta marzo del 45; tras la guerra, se instaló en Londres, donde trabajó como encuadernador de libros, hasta los 95 años. Fue el último miembro del SIG en morir, el pasado agosto, a los 97 años. David Russell, tras pasar por el LRDG, ingresó en el servicio secreto y murió durante una misión en Rumanía, en 1943.
En 1967 se rodó un filme sobre la Operación Agreement titulado Tobruk y protagonizado por Rock Hudson, George Peppard y Nigel Green. Una adaptación bastante pobre en lo cinematográfico y poco fiel a los hechos reales.