Verba volant, scripta manent

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Construyeron los nazis platillos volantes?

Tranquilos, no me he fumado nada raro mientras veía Cuarto milenio ni me he he suscrito a Enigmas, la revista que lee el yeti cuando va al baño. Simplemente estaba curioseando por la muy recomendable página www.luft46.com y me he encontrado con esto:



Este es el Sack AS-6, uno de los muchos proyectos de la industria aeronáutica alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Surgido de la imaginación de Arthur Sack, un granjero e ingeniero aficionado que soñaba con crear un avión con este peculiar diseño. También he encontrado algunas fotos del avión una vez construido:

Lo cierto es que este avión era un auténtico cacharro. Construído a principios de 1944 en la base aérea de Brandis (utilizando piezas de otros modelos), ninguno de los cuatro intentos que se hicieron para ponerlo a volar se puede considerar un éxito, y se saldaron con diversas averías y roturas. Dañado más tarde en un bombardeo, se desguazó para aprovechar las piezas y la madera de sus alas, con lo que no quedó ni rastro de él. Visto lo curioso de su aspecto, no es de extrañar que a unos cuantos "investigadores" se les haya ocurrido relacionar proyectos como este con los OVNIs. En fin, hay gente pa tó...

sábado, 18 de septiembre de 2010

Curiosidades históricas: o Couto Mixto

El discurrir de la historia tiene a veces curiosos derroteros que dejan atrás anomalías, curiosidades o peculiares instituciones, como el Couto Mixto.
Este territorio, situado en el sur de la provincia de Ourense, lindando con Portugal, comprendía las localidades de Santiago, Rubiás y Meaus, hoy pertenecientes a los ayuntamientos de Calvos de Randín y Baltar, unos 27 km2 en total. Su origen es oscuro, pero al parecer data de la Baja Edad Media, asociado al castillo da Piconha y a la Casa de Braganza, familia reinante en Portugal desde 1640 hasta 1853. Su peculiaridad es que se trataba de un territorio que, oficialmente, no pertenecía ni a España ni a Portugal. Sus habitantes tenían el privilegio de adoptar una u otra nacionalidad, según les conviniera. Además, tenían autonomía política total. Se regían por un juez o alcalde, elegido por los ciudadanos, y ayudado por delegados locales o "homes de acordos". Estaban exentos de pagar impuestos ni a España ni a Portugal, ni aportaban hombres para sus ejércitos. Tampoco necesitaban permisos de armas, ni impresos oficiales, ni pagaban tasas ni derechos aduaneros, además de gozar de libertad de cultivo. Además, tenían derecho de negar alojamiento a las fuerzas militares que cruzasen su territorio, y para dar asilo a los perseguidos por la justicia de ambos países. Estos notables privilegios duraron hasta el Tratado de Lisboa (1864), que delimitó de manera definitiva las fronteras entre ambos reinos y provocó que el Couto Mixto quedara incluído en territorio español.
Existe una Asociación de Vecinos del Couto Mixto, encargada de perpetuar la memoria de esta curiosa institución: http://www.coutomixto.org/

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La historia de Jemmy Button

Lo malo de vivir en una sociedad avanzada es que a menudo nos lo creemos demasiado. Cuantas veces hemos oido historias de personas que, intentando mejorar las condiciones de vida de otras sociedades más atrasadas, aún con la mejor de las intenciones, lo que realmente consiguieron fué empeorarlas. Y una de ellas es la que hoy os voy a contar: la de Jimmy Button.
Allá por el año de 1830, llegaba a las costas de la Tierra del Fuego el bergantín británico HMS Beagle, bajo el mando del teniente FitzRoy. Este peculiar personaje, profundamente religioso, estaba convencido de que el conocimiento de la Biblia y la cultura occidental podría sacar a los habitantes de aquellas tierras de su miserable situación. Y por ello se le ocurrió la peregrina idea de llevarse de vuelta con él a Inglaterra a varios de aquellos indígenas, darles una educación occidental y convertirlos al cristianismo, para que luego al volver a su tierra natal extendiesen aquellos conocimientos entre los suyos.
Y así, "convenció" a cuatro indígenas, tres jóvenes y una chica, para que le acompañasen de vuelta. A estos jóvenes los rebautizó como York Minster, Boat Memory, Jemmy Button (sus padres lo habían dejado con los ingleses a cambio de un botón de nácar) y Fuegia Basket. Ya en Inglaterra, se les enseñó a hablar inglés, a trabajar la tierra y otras labores, y por supuesto, a conocer la Biblia y las "verdades de la fe". Se convirtieron en auténticas celebridades, llegando a ser presentados al mismísimo rey Guillermo IV. Después, en el siguiente viaje del Beagle, en 1832, con FitzRoy ya nombrado capitán, Minster, Button y Basket (Memory había muerto de viruela al poco de llegar) fueron llevados de vuelta a Sudamérica. En ese viaje iba entre la tripulación un joven naturalista llamado Charles Darwin, quién más tarde cambiaría el curso de la ciencia con su teoría sobre la evolución de las especies. El propio Darwin dejó constancia en sus diarios del escepticismo que le producía el experimento de FitzRoy al arrancarlos de su entorno, hacerles olvidar su lengua y costumbres y devolverles sin saber si serían capaces de sobrevivir: "Se les había privado de su cultura y dotado de otra que no les permitiría sobrevivir en ese entorno que, de repente, les era hostil".
Los tres patagones fueron desembarcados en la zona de la bahía de Wulaia, donde construyeron para ellos cabañas y huertos y los dejaron esperando que les fuera bien. Cuando el Beagle volvió al lugar, en 1834, encontraron el lugar desierto. Poco después hallaron a Jemmy, que para sorpresa de casi todos había vuelto a sus costumbres originales, incluída la semidesnudez. Contó a los ingleses que Minster y Basket se habían ido tras robarle sus pertenencias, y que había sufrido el ataque de otras tribus locales. Rechazó más ayuda de los ingleses y se fue con su familia.
Pero los misioneros ingleses no estaban dispuestos a dejar en paz a Jemmy. La llamada Sociedad Misionera de la Patagonia envió varias misiones a la zona a partir de 1855, tratando de conseguir la ayuda de Jemmy, convertido en un hombre importante en su tribu, pero este se negó en todas las veces, harto ya de misioneros. Sin embargo, estos insistieron hasta que en 1859, ocho misioneros y marineros que les acompañaban murieron asesinados por los indígenas, al parecer alentados por Jemmy. Jemmy fué llevado a las Malvinas para ser juzgado como responsable, pero tuvo la relativa fortuna de encontrarse con un juez que ya estaba harto de los dichosos misioneros y los problemas que le daban, y que concluyó que, al haberse producido los hechos en tierra que no era soberana de ningún país, no era de su jurisdicción. Jemmy fué devuelto a su tierra, donde moriría años después, en una epidemia de viruela que acabaría también con la mitad de su tribu.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Fritz Zwicky: la materia oscura y los cabrones esféricos


De cuando en cuando surgen en el mundo de la ciencia transgresores que son recibidos escépticamente, en el mejor de los casos, o ridiculizados, otras, y que más tarde acaban revelándose como pioneros o visionarios. Uno de los casos más curiosos, por la propia personalidad del protagonista, es el del astrofísico Fritz Zwicky (1898-1974).
Nacido en Bulgaria, criado en Suiza, desarrolló la mayor parte de su carrera en EEUU. En 1934, junto a su colega Walter Baade, publicó la teoría de que el último resto que quedaría de una supernova sería una pequeña estrella de neutrones, de apenas unos kilómetros de diámetro. La idea era tan rompedora para la época que Zwicky y Baade recibieron críticas y burlas por todas partes, llegando a ser protagonistas incluso, de una tira cómica del Los Angeles Times. Zwicky se cabreó bastante. Tenía una personalidad un tanto compleja y agresiva, era bastante irritable y le gustaba intimidar a los demás. Cuentan que rondaba los pasillos del Caltech (California Institute of Technology), de donde fué profesor desde 1942, dirigiéndose a los estudiantes nuevos diciéndoles: "Y tú, ¿quién demonios eres?"
Como decía, Zwicky se enfadó sobremanera con sus colegas, a los que acusaba de negarle el merecido reconocimiento, plagiar sus ideas e incluso impedirle trabajar con los telescopios. Y aún se cabrearía más cuando, estudiando las galaxias del cúmulo de Coma, se dió cuenta de que su movimiento era anómalo: las galaxias se movían demasiado deprisa y ello contravenía las leyes de Newton. Fué entonces cuando expuso la teoría de que ello era debido a la existencia de mucha más materia que no era detectada por los telescopios, materia a la que denominó "materia oscura". Una idea tan audaz fué recibida con feroces críticas por la mayoría de los astrofísicos; la gravedad de Newton no podía equivocarse, y la idea de una materia "invisible" era algo risible. La confirmación de sus teorías tardaría décadas, y hoy está asumido que alrededor del 90% de la materia total del universo es materia oscura.
El colmo fué cuando, en 1974, poco antes de morir, Anthony Hewish recibió el Nobel por el descubrimiento de los púlsares, hallazgo asociado a las teorías de Zwicky, sin que se hiciera mención de su trabajo en ningún momento.
Ese año de 1974, Zwicky había publicado su propio catálogo de galaxias, con más de 30000 identificadas, que incluía esta cariñosa dedicatoria: “Un recordatorio a los grandes sacerdotes de la astronomía americana y a sus sicofantes. Los sicofantes y ladrones puros de hoy parecen andar libres, sobre todo en la astronomía americana, para apropiarse de descubrimientos e invenciones realizados por los lobos solitarios e inconformistas”. A ellos se refería habitualmente como "cabrones esféricos", porque decía que eran cabrones independientemente de por dónde se mirasen, una expresión realmente afortunada y que se hizo popular. Un crater de la Luna y un asteroide llevan su nombre. Un brindis por los inconformistas.