Verba volant, scripta manent

domingo, 25 de noviembre de 2018

La casa de Osman Kalin

Das Baumhaus an der Mauer

La madrugada del 12 al 13 de agosto de 1961 las autoridades de Alemania Oriental comenzaban la construcción de uno de los emblemas de la Guerra Fría: el muro de Berlín, que separaba la parte de la ciudad administrada por la RDA, el llamado Berlín Oriental, de la dependiente de la RFA, Berlín Oeste. Sin embargo, quizá por las prisas con las que el muro fue levantado, sus constructores cometieron un pequeñísimo error que en un principio no fue advertido: la porción del muro que separaba los distritos de Mitte (oriental) y Kreuzberg (occidental) seguía recta en un trazado donde debería haber dibujado un ángulo, lo que provocó que un pequeño fragmento de terreno perteneciente a Mitte quedara del lado occidental del muro.


Se generó así una peculiar anomalía administrativa: un fragmento de Berlín Oriental en zona occidental, un pequeño trozo de terreno (unos 350 metros cuadrados) del que las autoridades comunistas se desentendían y en el que las autoridades capitalistas no tenían derecho legal a intervenir. El lugar quedó así abandonado, y durante dos décadas solo sirvió para que los habitantes de Kreuzberg lavaran en él sus coches y arrojaran basura. Hasta que a principios de la década de 1980 llegó al barrio Osman Kalin.

Osman Kalin era un inmigrante originario de la ciudad turca de Yozgat. Había vivido durante años en Austria, y luego en las ciudades de Stuttgart y Mannheim, y ahora, cerca ya de los sesenta años y retirado hacía poco de su trabajo en la construcción, se había instalado en 1980 en Berlín junto a su esposa Fadik y sus seis hijos, viviendo primero en el distrito de Spandau y a partir de 1982 en Kreuzberg. Al poco de llegar descubrió aquel terreno sin dueño y lleno de desperdicios, y pensó que podía ser un buen lugar donde ocupar su tiempo libre. Y así, sin pedir permiso a nadie, comenzó a limpiar aquella parcela, despejándola y retirando la basura para plantar en ella un huerto.

Osman Kalin y su esposa Fadik
Kalin plantó manzanos y melocotoneros en aquel huerto, y cultivó cebollas, ajos, tomates y girasoles. Las autoridades de Alemania Oriental sospecharon en un principio que podía ser un espía que trataba de construir un túnel, pero pronto concluyeron que era inofensivo y le permitieron seguir utilizando el terreno, con la única advertencia de que no se acercara demasiado al muro. La policía de Berlín Oeste trató de desalojarlo, pero tuvieron que asumir que técnicamente aquel huerto estaba en otro país y no podían hacer nada.


La afabilidad de Kalin le granjeó numerosas amistades. Trabó amistad con los guardias del muro, a los que regalaba ajos y cebollas de su huerto, y que a su vez le regalaban a él alguna que otra botella de vino que Osman, como buen musulmán que era, nunca se bebía (al parecer, eran sus hijos los que se las bebían a escondidas). Las mujeres de Kreuzberg empezaron a comprarle hortalizas, así que Kalin aumentó la extensión que cultivaba, e incluso llevaba sus productos con regularidad al mercado callejero del barrio. Muchos de sus vecinos se acercaban al huerto para charlar un rato con Osman, e incluso la comunidad punk de Kreuzberg se llevaba estupendamente con él, considerándolo un rebelde antisistema como ellos.

Al año siguiente de su llegada a Kreuzberg, Osman construyó en el huerto una cabaña, alrededor de un árbol ya existente y utilizando algunos de los residuos que se habían acumulado en la parcela. Lo que empezó siendo una sencilla choza acabó convertida con el tiempo en una casa de dos plantas, con electricidad y agua corriente, donde Osman se acabaría mudando con su mujer. Das Baumhaus an der Mauer, la Casa del Árbol del Muro, fue el nombre que los habitantes de Kreuzberg no tardaron en darle al lugar, y dada su peculiar situación legal, Osman incluso le dio una dirección postal inventada: Bethaniendamm número 0.


En 1989, el Muro cayó. Berlín volvió a ser una única ciudad, y eso, curiosamente, le trajo problemas a Osman. Su casa volvió a estar en Mitte. Y mientras en Kreuzberg Osman Kalin era un vecino querido y respetado, en Mitte, nadie lo conocía, ni siquiera lo habían visto jamás, y les parecía un sujeto sospechoso, prácticamente un vagabundo que ocupaba terreno público. A raíz de unas obras en el Canal de Luisenstadt, las autoridades de Mitte instaron a Osman a abandonar su casa. Cuando los vecinos de Kreuzberg lo supieron, se movilizaron de inmediato para impedirlo. Se inició una campaña ciudadana apoyada por el concejo de Kreuzberg y el párroco de la cercana iglesia de Santo Tomás, el cual incluso aportó documentos del siglo XVIII que demostraban que históricamente aquel terreno pertenecía a la iglesia, lo que le daría derecho a permitir a Osman Kalin seguir residiendo allí. Finalmente, tras años de estudios y apelaciones, el 16 de junio de 2004 el ayuntamiento de Berlín tomó la decisión de rectificar los límites de ambos distritos, asignando la controvertida parcela al recientemente creado distrito de Friedrichshain-Kreuzberg, a la vez que se le concedía a Osman Kalin un permiso especial para seguir ocupándola.

El hijo de Osman, Mehmet, y su nieta Funda
La Casa del Árbol del Muro es en la actualidad una atracción turística más de Berlín. Sufrió dos graves incendios, uno en 1991 y otro en 2003, y tras ambos Osman la reconstruyó. Pese a que recibió varias importantes ofertas para que dejara el terreno, siguió viviendo en ella hasta su muerte, el pasado abril, a los 96 años de edad. Durante sus últimos años su gran preocupación era el árbol en torno el cual había construido la casa. El árbol, un ailanto (Ailanthus altissima), es una especie que crece muy rápido, y Osman temía que llegara a socavar los cimientos de la casa y poner en riesgo la integridad del edificio. En la actualidad es su hijo Mehmet el que se encarga de cuidar la casa y atender a los turistas.