Verba volant, scripta manent

domingo, 26 de mayo de 2024

El caso Caillaux

Henriette Caillaux, n. Rainouard (1874-1943)

Joseph Marie Auguste Caillaux nació en Le Mans en 1863, hijo del político monárquico Eugène Caillaux, que fue parlamentario, senador y ministro de Obras Públicas (1874-76) y Hacienda (1877). Estudió derecho y ciencias políticas y fue inspector de Hacienda durante una década antes de dar el salto a la política como republicano moderado en 1898, cuando consiguió un escaño en el Parlamento en representación del departamento de Sarthe, derrotando al gran favorito, el monárquico Sosthène II de La Rochefoucauld, duque de Doudeauville y Bisaccia, que llevaba casi tres décadas ocupando aquel escaño. Sería reelegido varias veces, ocupando el escaño de Sarthe ininterrumpidamente hasta 1919.

Ya miembro del Parlamento, su experiencia como inspector le hizo progresar rápidamente. Nombrado ministro de Hacienda en 1899, permaneció en el cargo hasta 1902, y volvería a serlo varias veces más, entre 1906-1909, en 1911 y en 1913-14. También fue, brevemente, primer ministro y ministro del Interior durante apenas seis meses, entre junio de 1911 y enero de 1912. Sus ideas políticas también habían evolucionado, inclinándose hacia la izquierda y pasando de militar en la Alianza Democrática (centroderecha) a hacerlo en el Partido Radical (izquierda).

Joseph Marie Auguste Caillaux (1863-1944)

En lo personal, Caillaux se casó en 1906 con Berthe Gueydan, de la que se divorció en 1911 para casarse casi de inmediato con Henriette Caillaux, una guapa y acaudalada heredera, once años más joven que él, que también se había divorciado hacía poco del escritor Léo Claretie, con el que había tenido dos hijos. Juntos formaban uno de los matrimonios más famosos de la socialité parisina, ricos, influyentes y conocidos, y eran además un matrimonio muy unido; la propia Henriette había dicho que había encontrado "la más completa felicidad" en su segundo matrimonio.

Gaston Calmette (1858-1914)

Joseph había tenido que dimitir del cargo de primer ministro a principios de 1912, tras ser acusado de negociar en secreto con el gobierno alemán durante la reciente Crisis de Agadir, a espaldas del presidente Armand Fallières, pero había regresado al gobierno a finales de 1913 como ministro de Hacienda. A raiz de ello sus enemigos políticos habían lanzado una campaña de desprestigio contra él cuya cara más visible era el periodista Gaston Calmette, director del periódico conservador Le Figaro. Calmette, a través de su periódico, lanzó una serie de virulentos ataques contra Caillaux en los que se le acusaba de haber saboteado la aprobación de una ley para el establecimiento de un impuesto sobre la renta (que había apoyado en público), de haber recibido dinero de forma ilegal para sus campañas electorales o se recordaba su implicación en el caso Rochette (un especulador financiero acusado de varias estafas, que supuestamente había usado su dinero e influencia para evitar su procesamiento, y que tenía amigos en común con Caillaux). El encono de Calmette hacia el ministro llegó hasta el punto de que Le Figaro publicó varias cartas personales de Caillaux, conseguidas de manera poco clara (aparentemente, sobornando a una de sus doncellas para que la robara), para reforzar sus acusaciones. Entre las cartas publicadas había una que, si bien no tenía interés político, si resultó perjudicial para su reputación pública, ya que revelaba que Joseph y Henriette habían comenzado su relación en 1907, cuando todavía estaban casados con sus respectivas parejas, generando un notable escándalo en los círculos sociales en los que ambos se movían.

La tarde del 16 de marzo de 1914 Henriette acudió a las oficinas de Le Figaro vestida con un largo abrigo y las manos metidas en un manguito de piel, pidiendo hablar con Calmette. Allí le dijeron que no estaba, pero que no tardaría en volver, así que decidió esperarlo. Una hora más tarde Calmette entraba en la redacción acompañado de su amigo el novelista Paul Bourget y se sorprendía al ver a la señora Caillaux esperándole. Tras invitarla a pasar a su despacho, ella le preguntó si sabía por qué estaba allí. El le respondió que no; acto seguido, ella sacó de su manguito una pistola Browning modelo 1906 del calibre 32 que había comprado ese mismo día y disparó en seis ocasiones contra el periodista, alcanzándolo en cuatro. Henriette Caillaux fue de inmediato desarmada y reducida (aunque no había mostrado intención alguna de huir) mientras Calmette era llevado al hospital, donde moriría seis horas más tarde. La policía acudió de inmediato y trató de llevarse a Henriette a comisaría, pero ella se negó a subir a un coche policial y exigió que su chófer la llevara en su propio coche, que seguía aparcado frente al periódico. La policía acabó por aceptar y Henriette, tras ser fichada, fue conducida a la cárcel de mujeres de Saint-Lazare.

Como era de esperar, el escándalo fue monumental, acaparando portadas de la prensa nacional e internacional, desplazando incluso a las noticias sobre la tensa situación política en Europa que desembocaría poco después en el estallido de la Primera Guerra Mundial. Joseph Caillaux dimitió de todos sus cargos al día siguiente del asesinato, y se mantuvo en todo momento al lado de su esposa. Inevitablemente, las opiniones sobre el crimen se dividieron según creencias políticas: para los correligionarios izquierdistas de Caillaux se había tratado de un crimen pasional, una venganza por la publicación de sus cartas íntimas; mientras que para la derecha era un crimen de cariz político, en el que Henriette buscaba (por iniciativa propia o instigada por su marido) eliminar a uno de sus más feroces rivales políticos.

Mme. Caillaux durante su juicio

El juicio comenzó el 20 de julio. Henriette se enfrentaba a una condena de cadena perpetua o incluso a la pena de muerte; pero su abogado Fernand Labori, muy inteligentemente, supo explotar a su favor los prejuicios y el machismo imperantes en la Francia de principios del siglo XX. Desde un primer momento señaló el suceso como un crimen pasional cometido por impulso, y dado que las mujeres eran "emocionalmente más débiles que los hombres" y por su naturaleza estaban "más inclinadas a realizar actos irracionales", Henriette debía ser absuelta ya que "sus emociones no podían ser controladas por su débil razón". La Fiscalía incluso aceptó parte de este razonamiento, descartando la premeditación y pidiendo una pena de solo cinco años de cárcel. Sin embargo, la hábil defensa de Labori logró convencer al jurado (íntegramente masculino) que en su veredicto leído el 28 de julio (el mismo día que estallaba la guerra en Europa) declaraba a Henriette Caillaux inocente de todo cargo, con once votos a favor y uno en contra. Algunos criticaron la sentencia, argumentando que Joseph Caillaux había usado su influencia sobre la fiscalía y el juez Boucard para obtener un trato de favor, e incluso de que varios miembros del jurado eran miembros de su partido.

Durante la guerra Caillaux, convencido pacifista, fundó un partido antiguerra abogando por llegar a una paz negociada al conflicto, lo que le valió numerosas críticas e incluso ser acusado de traidor. En 1918 fue arrestado acusado de connivencia con el enemigo, después de que el Parlamento votara masivamente a favor de retirarle su inmunidad. Pese a que contra él solo se pudo alegar su actividad como pacifista, fue condenado en febrero de 1920 a tres años de cárcel y cinco de destierro, una sentencia que levantó grandes críticas en un amplio sector de la política francesa e incluso una protesta oficial por parte de la Liga de Derechos Humanos.

En 1925, tras la llegada al poder del izquierdista Édouard Herriot, Caillaux fue indultado y rehabilitado y regresó a la política. Recuperó su escaño por Sarthe e incluso volvió a ejercer como ministro de Hacienda en 1925 y 1926. Permaneció en política hasta 1940, poco después de la invasión alemana y el establecimiento del régimen del mariscal Petain, retirándose con su esposa a su casa de Mamers para escribir sus memorias, y moriría en noviembre de 1944, con 81 años.

En cuanto a Henriette, tras ser absuelta procuró llevar una vida discreta. A principios de la década de 1930 se graduó en la École du Louvre con una tesis sobre el escultor Jules Dalou (1838-1902). En 1935 publicó un libro sobre la vida y la obra de Dalou, que incluía un catálogo de su obra conocida, y que se convertiría en un libro de referencia sobre el escultor. Murió en enero de 1943 en Mamers, a los 68 años de edad

domingo, 19 de mayo de 2024

Kingo Nonaka, un japonés en la Revolución mexicana

Kingo Nonaka (1889-1977)

Kingo Nonaka nació en 1889 en la prefectura de Fukuoka, al norte de la isla japonesa de Kyūshū. Trabajó como agricultor y pescador de perlas hasta que con 17 años emigró a México acompañando a su hermano mayor y a su tío. Su hermano, sin embargo, enfermó durante el viaje y tuvo que ser desembarcado en Hawai. Kingo y su tío se establecieron en Salina Cruz (Oaxaca), donde encontraron trabajo en una plantación de café. Lamentablemente, su tío murió de malaria, y como el trabajo en la plantación era agotador, Kingo decidió buscar nuevos horizontes y viajar a Estados Unidos, aunque fue incapaz de cruzar la frontera en Ciudad Juárez.

En Ciudad Juárez fue acogido por una familia local, los Cardón, quienes incluso lograron que se bautizara, adoptando el nombre de José Genaro Kingo Nonaka. En un hospital local estudió enfermería y consiguió una licencia para trabajar como enfermero. El 6 de marzo de 1911 se encontraba de vacaciones visitando a un compatriota llamado Ricardo Nakamura cuando se produjo la batalla de Casas Grandes, en la que las tropas rebeldes que se habían levantado contra el dictador Porfirio Díaz a las órdenes del futuro presidente Francisco Madero atacaron a la guarnición federal de la localidad. Durante el enfrentamiento Madero resultó herido en una mano y sus hombres buscaron atención médica para él, encontrando a Kingo, quien curó sus heridas. A Madero le cayó simpático y lo reclutó para su ejército. 

Francisco Madero (1873-1913), con la herida recibida en Casas Grandes

Kingo permaneció a sus órdenes hasta que en 1913, ya convertido en presidente, Madero fue derrocado y asesinado en un golpe de estado a manos de Victoriano Huerta. Después de eso se unió a las fuerzas de otro de los grandes líderes revolucionarios, Pancho Villa, el Centauro del Norte, con el que alcanzó el rango de capitán en el Batallón de Sanidad de la División del Norte, donde era apodado "el samurai". En total, participó en 14 operaciones militares durante la Revolución, 2 a las órdenes de Madero y 12 a las de Villa, y en octubre de 1915 colaboró, gracias a sus habilidades como buzo, en el rescate del cuerpo del general revolucionario Rodolfo Fierro, ahogado en la laguna de Casas Grandes.

Kingo Nonata, señalado con un círculo rojo, conduce una carreta. En primer término, Pancho Villa.

En 1915 dejó el ejército revolucionario. Se casó con una enfermera llamada Petra García Ortega, con la que tendría cinco hijos (José, Virginia, María, Uriel y Genaro) y se instaló en Ciudad Juárez, de cuyo Hospital Civil llegó a ser jefe de Enfermería. En 1919 dejó el Hospital y empezó a dedicarse a la fotografía. En 1921 se instaló con su familia en Tijuana, donde abriría dos estudios fotográficos (Fotografía La Moderna y Fotografía Nonaka), además de trabajar para el cuerpo de policía de la ciudad. En 1924 adquirió la nacionalidad mexicana.

Con el tiempo, Kingo Nonaka se convertiría en cronista no oficial de Tijuana, fotografiando numerosos eventos sociales, deportivos y culturales, y retratando año tras año el crecimiento de la ciudad. Años más tarde donaría más de 300 negativos tomados en las décadas de 1920, 30 y 40 al Archivo Histórico de Tijuana. 

Kingo Nonaka y su familia, durante la Navidad de 1940

En 1942, tras el ataque a Pearl Harbor y de que México declarara la guerra a Japón, el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho clausuró todas las asociaciones japonesas existentes en el país y obligó a todos los ciudadanos de origen japonés a instalarse en Guadalajara o en Ciudad de México, para poder ser vigilados por el ejército. La mayoría eligió Ciudad de México, donde ya existía una colonia de inmigrantes japoneses, y también Kingo Nonaka, que se mudó con su familia. Este confinamiento no fue demasiado severo con los japoneses; aunque sometidos a ciertas restricciones (se les prohibía reunirse en un número mayor de 10 personas o viajar de noche), pudieron seguir trabajando, fundar una escuela en lengua japonesa para sus hijos e incluso una asociación de asistencia (el Comité Japonés de Ayuda Mutua) para ayudar a los recién llegados.

Después de la guerra, Kingo Nonata siguió viviendo en Ciudad de México, donde fue uno de los fundadores del Instituto Nacional de Cardiología. También residió durante un tiempo en Monterrey, y murió en 1977, a los 88 años de edad. Sus restos descansan en el cementerio de Panteón Jardín, en la localidad de San Ángel, famoso porque en él se encuentran las tumbas de numerosas celebridades, especialmente del mundo del espectáculo, como los actores Arturo de Córdova y Jorge Negrete.

Kingo Nonaka fue reconocido en 1963 como veterano de la Revolución por el gobierno de Adolfo López Mateos. En septiembre de 1967 fue condecorado por sus servicios por el Secretario de Defensa Marcelino García Barragán, y fue homenajeado de nuevo en 1972 por el presidente Luis Echeverría Álvarez. En 2014 Genaro, el único de sus hijos que quedaba con vida, publicó el libro Kingo Nonaka. Andanzas revolucionarias, en el que recopilaba las aventuras de su padre durante su etapa en la Revolución.

domingo, 12 de mayo de 2024

Karen Silkwood

Karen Gay Silkwood (1946-1974)

Karen Gay Silkwood, la mediana de las tres hijas del matrimonio formado por Bill y Merle Silkwood,  nació en la ciudad texana de Longview el 19 de febrero de 1946. Era una chica texana corriente, que se casó joven, con apenas 19 años, con William Meadows, empleado de un oleoducto. Siete años y tres hijos más tarde, Karen solicitó el divorcio, debido a la mala cabeza de William con el dinero (lo que había llevado a la pareja a tener que declararse en bancarrota) y a que éste mantenía una relación adúltera con otra mujer que se negaba a terminar. Tras la separación, Karen, dispuesta a cambiar de vida, dejó a sus hijos con Michael y se mudó a Oklahoma City, donde trabajó algún tiempo como recepcionista en un hospital antes de conseguir trabajo como técnico de laboratorio en la Fábrica de Combustible Cimarron, propiedad de la empresa energética Kerr-McGee Corporation y situada en las proximidades de las localidades de Crescent y Cimarron City. La fábrica se dedicaba a elaborar combustible para reactores nucleares, tanto de uranio como MOX (mezcla de óxidos, una mezcla de uranio natural, uranio empobrecido y óxido de plutonio).

Al poco de ser contratada Karen, se declaró una huelga en la factoría, reclamando mejoras en las condiciones laborales. Karen nunca había tenido una especial inclinación hacia el activismo social o político, pero acababa de afiliarse al Oil, Chemical and Atomic Workers International Union (OCAW), un sindicato que agrupaba a trabajadores de los sectores petrolífero, químico y nuclear, así que tomó parte en la huelga, tras lo cual el sindicato la nombró miembro de su comité de negociación, siendo la primera mujer en desempeñar dicho cargo. A ella le encargaría el OCAW un informe sobre posibles violaciones de las normas de seguridad y salubridad en el trabajo por parte de la empresa.

Pellets de plutonio

El resultado de las investigaciones de Karen fue demoledor. Como la propia Karen Silkwood testificaría en el verano de 1974 ante la Comisión de Energía Atómica de EEUU, en la fábrica se estaban produciendo un número muy elevado de graves infracciones, que incluían la excesiva exposición de los trabajadores a la radiación, el manejo y almacenamiento incorrecto de los residuos radiactivos, la falta de material de seguridad como trajes de protección y duchas de descontaminación, la infracualificación de algunos trabajadores (que ocupaban puestos que requerían una formación específica de la que carecían) o graves deficiencias en la seguridad. La Kerr-McGee rechazó todas las acusaciones, alegando que se trataba de exageraciones y llamando alarmista a Silkwood, pero Karen, contando con el respaldo unánime de su sindicato, se mostró dispuesta a ratificar todas y cada una de ellas.

Poco después de su declaración, Karen denunció estar recibiendo presiones y amenazas para desistir de sus reclamaciones. Algunas eran anónimas y Karen sospechaba que procedían del entorno de la directiva de la Kerr-McGee; otras procedían de algunos de sus propios compañeros, que temían perder sus empleos. Pero ella no se dejó intimidar y siguió recopilando información sobre la fábrica.

El 5 de noviembre de 1974, durante un chequeo rutinario, Karen Silkwood descubrió que su cuerpo presentaba unos niveles de plutonio que superaban en 400 veces el límite máximo permitido. Fue sometida a un proceso de descontaminación y enviada a su casa. En sus guantes de trabajo se encontraron restos de plutonio, pero curiosamente esta contaminación se localizaba en la parte interior de los guantes y estos no tenían ningún agujero. Al día siguiente fue sometida a un nuevo examen y volvió a dar positivo, a pesar de que ese día no había estado en contacto con material nuclear y solo había realizado trabajo de oficina. Al día siguiente, 7 de noviembre, Karen tenía unos niveles de plutonio tan altos en su organismo que incluso el aire que expiraba contenía trazas de plutonio. Ante la seriedad del caso, la Comisión de Energía Atómica tuvo que intervenir. Un equipo especial de descontaminación examinó la casa de Karen Silkwood, encontrando elevadas concentraciones de plutonio en varias habitaciones como el baño, la cocina y el dormitorio, así como en algunos objetos como la nevera. La casa fue sometida a una descontaminación profunda (algunos objetos estaban tan contaminados que tuvieron que ser destruidos) y Silkwood, su novio Drew Stephens y su compañera de piso Dusty Ellis fueron enviados al Laboratorio Nacional de Los Álamos y permanecieron allí durante dos días, sometidos a pruebas y procesos de descontaminación.

Pero ni siquiera este extraño incidente logró hacer vacilar a Karen Silkwood de su determinación. Según comentó a varios de sus allegados, ya había conseguido reunir suficiente documentación para respaldar sus acusaciones y demostrar además que la compañía había falsificado varios informes de inspecciones para hacer creer a las autoridades que todo discurría con normalidad en la factoría. Y estaba dispuesta a hacerlo público; un periodista del New York Times llamado David Burnham se había puesto en contacto con ella, interesándose en publicar su historia.

El 13 de noviembre de 1974 Karen Silkwood acudió a una reunión con miembros de su sindicato en el Hub Cafe de Crescent. Los que estuvieron con ella declararían más tarde que llevaba consigo un portafolios y un paquete de documentos. Tras la reunión se subió a su coche, un Honda Civic, para dirigirse a Oklahoma City, donde había quedado con Burnham y con un miembro de la directiva nacional de su sindicato llamado Steve Wodka. Sin embargo, nunca llegaría a encontrarse con ellos. Esa misma tarde el cuerpo de Karen Silkwood aparecía en el interior de su coche, en la autopista estatal 74. Se había salido de la carretera y había chocado con un tubo de drenaje de hormigón, muriendo en el acto. La policía halló en el coche cannabis y varias pastillas de Quaalude, un sedante cuyo principio activo es la metacualona. La autopsia detectó niveles altos de metacualona en el organismo de Silkwood, por lo que la conclusión oficial fue que se había salido de la carretera al quedarse dormida al volante.

El Honda Civic de Karen Silkwood, tras el accidente

Sin embargo, para mucha gente la muerte de Karen Silkwood no era en absoluto algo tan simple. El indicio más llamativo era que los documentos que Karen llevaba consigo habían desaparecido misteriosamente. No estaban en su coche, ni cerca de él, ni se mencionan en el informe oficial del accidente ni en las declaraciones de los policías presentes. Además, varios testigos declararon que poco después de que llegara la policía varios directivos de Kerr-McGee habían aparecido en el lugar del accidente, sin que nadie supiera quién los había avisado o cómo habían llegado tan rápido. Investigadores independientes contratados para revisar el caso también sacaron a la luz datos que parecían contradecir la versión oficial. En la calzada habían quedado marcas que sugerían que Karen había intentado regresar a la carretera tras salirse, y el informe de la autopsia mostraba indicios de que justo antes de la colisión había intentado protegerse, lo que indicaría que no estaba dormida.

Otro dato que sacó a la luz la investigación independiente fue que el Honda Civic de Silkwood presentaba daños en su parte trasera que no eran explicables por un choque frontal como el que había sufrido. El Honda había sido comprado nuevo, y nadie de su entorno recordaba haber visto esos daños antes del accidente, ni ella había mencionado haber sufrido un golpe, ni se había presentado ninguna reclamación a ninguna compañía de seguros. Además, en la parte trasera del coche se encontraron restos de pintura procedentes de otro vehículo. La conclusión a la que llegaron era que el accidente se había producido porque otro coche golpeó al de Karen por detrás y lo sacó de la carretera; pero a las autoridades no les pareció suficiente para reabrir el caso y mantuvieron su dictamen inicial.

La muerte de Karen Silkwood no consiguió sin embargo echar por tierra su labor. Sus denuncias ante la Comisión de Energía Atómica provocaron la apertura de una investigación federal sobre la planta de Cimarron que no solo sacó a la luz numerosas irregularidades, sino que reveló que la compañía había "extraviado" una cantidad significativa de plutonio (se habló de entre 20 y 30 kilos) cuyo destino nunca se llegó a aclarar (circularon muchos rumores que hablaban de operaciones secretas que involucraban a la CIA o al Mossad israelí, o de tramas de contrabando de material nuclear). La Kerr-McGee perdió sus autorizaciones para manejar materiales radiactivos y tuvo que cerrar todas sus plantas de combustible nuclear en 1975.

En 1979 los padres y los hijos de Karen Silkwood demandaron a la Kerr-McGee por el episodio de contaminación con plutonio de Karen. Ella siempre había acusado a la compañía de ser la responsable de su contaminación, y la autopsia reveló que en sus órganos todavía quedaban niveles significativos de plutonio. La compañía se defendió calificando a Silkwood de "problemática" y acusándola de haberse contaminado a propósito para dañar la imagen de la compañía (aunque tiempo después se sabría que el tipo específico de plutonio que había en su organismo se producía en un área restringida de la factoría a la que Karen no había accedido en más de cuatro meses antes del suceso). La sentencia dio la razón a su familia, culpando a la empresa por negligencia y concediéndoles a sus herederos una indemnización de 505000 dólares y otros diez millones como daños punitivos. La compañía apeló y logró rebajar la indemnización a solo 5000 $. En 1984, el tribunal Supremo de los EEUU desestimaba las alegaciones de Kerr-McGee y reconocía la validez de la sentencia original. Finalmente, el litigio se resolvió con un acuerdo extrajudicial: la energética pagó a la familia de Karen Silkwood 1'38 millones de dólares sin admitir ningún tipo de responsabilidad.

El caso de Karen Silkwood, que ya tuvo bastante repercusión en su época, se hizo mucho más famoso años más tarde, cuando en 1983 se estrenó la película Silkwood, basada en la vida de Karen y dirigida por Mike Nichols y protagonizada por Meryl Streep, Kurt Russell y Cher, que fue un gran éxito de crítica y público e incluso obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar (incluuidos los de mejor actriz, mejor actriz de reparto y mejor director).

domingo, 5 de mayo de 2024

Pequeñas historias (XXXVII)

Cuenta el historiador Diodoro de Sicilia que estando el gran Alejandro Magno (356-323 a. C.) en su lecho de muerte, su amigo y general Pérdicas se acercó a él y le preguntó a quién legaba su inmenso imperio, a lo que Alejandro respondió "Tôi kratistôi" ("Al más fuerte"). Pero como no especificó quién era, tras su muerte sus generales se lo repartieron, para luego dedicarse a enfrentarse unos contra otros buscando ampliar sus dominios. Sin embargo, hay una teoría que dice que en realidad lo que dijo Alejandro fue "Tôi Kraterôi" ("A Crátero"), que se pronuncia casi igual. Crátero era uno de los generales más destacados de Alejandro, comandante de su infantería macedonia, excelente estratega y leal fuera de toda duda. Pérdicas habría malinterpretado, accidental o voluntariamente, la voluntad de Alejandro, impidiendo a Crátero ser su heredero.

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El actor Christopher Walken atribuye su peculiar dicción pausada a que la mayoría de las personas a las que trató siendo un niño (incluido su padre, un inmigrante de origen alemán) no tenían el inglés como lengua nativa, por lo que hablaban de manera lenta y dubitativa mientras pensaban la palabra inglesa adecuada.

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Solo dos personas en toda la historia han conseguido ganar un premio Nobel y un Oscar de la Academia de Hollywood. El dramaturgo irlandés George Bernard Shaw (1856-1950) ganó el Nobel de Literatura en 1925 y obtuvo el Oscar al mejor guión adaptado en 1938 por la película Pigmalión, basada en una obra suya (aunque, dado el escaso aprecio que tenía por Hollywood, lo consideró un insulto). El músico Bob Dylan ganó un Oscar a la mejor canción original en 2001 por Things have changed, incluida en la banda sonora de la película Jóvenes prodigiosos. Y ganaría el premio Nobel de Literatura en 2016.

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El yeongno es un ser de la mitología coreana. Son criaturas semi-divinas parecidas a dragones que viven en los cielos con los dioses. Si un yeongno comete algún desaire hacia los dioses es castigado siendo expulsado del cielo y enviado a la tierra, y no se le permite regresar hasta que haya devorado a cien yangbans (personas de clase alta, como aristócratas o funcionarios de alto rango) malvados.

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El Senado de los EEUU utilizó el mismo mazo de madera para llamar al orden ininterrumpidamente de 1789 hasta 1954, año en el que el entonces vicepresidente Richard Nixon lo rompió accidentalmente durante un acalorado debate sobre la energía nuclear. Fue sustituido luego por un mazo de marfil regalo de la India, que se usó hasta 2021, cuando la creciente concienciación acerca de la caza furtiva de elefantes y el tráfico ilegal de marfil hizo que fuera sustituido por uno de mármol.

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Pese a su enorme popularidad, los cuentos de Aladino y la lámpara maravillosa y Alí Babá y los cuarenta ladrones no formaban parte de la colección original de Las mil y una noches, sino que los añadió a principios del siglo XVIII el orientalista y traductor francés Antoine Galland, primer traductor europeo de la colección. Él, a su vez, había escuchado ambos cuentos de boca de un escritor y narrador oral maronita natural de Alepo (Siria) llamado Antun Yusuf Hanna Diyab. De Aladino no se conoce su origen; Alí Babá está inspirado en la historia de un rey sudanés del siglo IX. La traducción de Galland tuvo tanto éxito que la obra de inmediato se tradujo a otros idiomas; como la mayoría de estas traducciones tomaron como fuente la traducción francesa, ambos cuentos acabaron formando parte permanentemente de Las mil y una noches.

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Durante la ceremonia de inauguración de la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Ottawa en diciembre de 1959 un caza F-104 de la Fuerza Aérea norteamericana rompió la barrera del sonido cuando pasaba a baja altura sobre la terminal. La onda sónica resultante rompió casi todos los cristales de la terminal y dañó los paneles del techo, los marcos de puertas y ventanas e incluso varias vigas. El coste total de los desperfectos ascendió a 500000 $ y la inauguración tuvo que ser aplazada hasta abril de 1960. El ministro canadiense de transportes George Hees afirmó que la explosión sometió a la terminal a una fuerza cinco veces superior a la que el edificio había sido diseñado para soportar, y el incidente sería descrito posteriormente como "los cinco segundos más caros de la historia de la aviación civil canadiense".

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El pueblo aragonés de Trasmoz, en la comarca de Tarazona y el Moncayo, es el único pueblo español oficialmente excomulgado por la iglesia católica, cuya excomunión no ha sido revocada todavía. La excomunión data del siglo XIII, cuando Trasmoz era un próspero y rico pueblo con abundantes recursos mineros y agrícolas. Como además era territorio laico, no tenía que pagar impuestos ni diezmos al cercano monasterio de Veruela, lo que no gustaba nada a los monjes. Se dice que en aquella época los habitantes del castillo de Trasmoz se dedicaban a falsificar moneda, lo que provocó que surgiera el rumor de que los ruidos que se escuchaban día y noche en el castillo eran cosa de brujería. Cuando el abad de Veruela supo de los rumores acudió de inmediato al obispo de Tarazona para que excomulgara a todo el pueblo por ser refugio de brujas. Como el pueblo jamás se arrepintió de manera oficial (requisito indispensable para levantar el castigo), la excomunión nunca fue eliminada. Los enfrentamientos entre los habitantes del pueblo y el monasterio continuarían durante décadas.

miércoles, 1 de mayo de 2024

 David Bowie, Frank Sinatra y Life on Mars?


David Bowie publicó su primer disco en solitario, también llamado David Bowie, en 1967. Hasta entonces Bowie se había hecho llamar Davie Jones (su nombre real era David Robert Jones) pero, temiendo que lo confundieran con Davy Jones, cantante del grupo The Monkees, se había cambiado el apellido tomando "Bowie" como homenaje al aventurero norteamericano Jim Bowie. El disco, que ni en estilo ni en temática tenía apenas nada que ver con lo que sería la posterior carrera del músico, fue un sonoro fracaso y apenas alcanzó el puesto 125 en la lista británica de los más vendidos, y a la postre acabaría provocando que su discográfica, Deram Records (una filial de la Decca) le rescindiera su contrato en abril de 1968.

               Anuncio de helados de la marca Lyons Maid protagonizado por David Bowie

Así que, mientras Bowie hacía cosas como protagonizar anuncios de helados y formar un grupo llamado Feathers con su entonces novia Hermione Farthingale y su amigo Josh Hutchinson, su representante Kenneth Pitt trataba de conseguirle un nuevo contrato y a la vez buscaba canciones extranjeras que Bowie pudiera versionar en inglés. Una de las canciones que llamó la atención de Pitt fue una canción francesa llamada "Comme D’Habitude" ("Como de costumbre"), interpretada por Claude François  y escrita por el propio François junto a Gilles Thibault y Jacques Revaux. La canción contaba la historia de una pareja donde con el paso del tiempo la rutina y la monotonía acaban por sustituir al amor que sentían el uno por el otro, y estaba inspirada por la reciente ruptura de François con la también cantante France Gall.


A Bowie le encantó la canción y se puso de inmediato a escribir una nueva letra en inglés para ella. Su versión se titularía "Even a fool learns to love" ("Incluso un tonto aprende a amar") y estaba protagonizada por un payaso de circo enamorado en secreto de una mujer. Estaba impaciente por interpretarla, pero sus esperanzas se vieron frustradas cuando la discográfica francesa que poseía los derechos se negó a vendérselos. Al parecer, esperaban que la canción fuera versionada por algún cantante prestigioso, más que aquel joven veinteañero londinense casi desconocido. Finalmente, el cantante norteamericano Paul Anka sería quien se hiciese con los derechos en 1969, reescribiéndola en inglés con el título "My Way", y convirtiéndola en la historia de un hombre que, viendo acercarse el final de su vida, se enorgullece de haber hecho unas cosas bien, otras mal, pero siempre "a su manera". Posteriormente Anka le ofrecería la canción a su gran amigo Frank Sinatra, quien la publicaría en su disco de 1969 My Way, convirtiéndola en uno de los grandes éxitos de su carrera.


No hace falta decir que a Bowie le sentó fatal todo aquello. Siempre sintió que el éxito de "My Way" tendría que haber sido suyo. Ni siquiera el éxito de su canción "Space Oddity", incluida en su segundo disco llamado de la misma manera y publicado en 1969, ni el buen recibimiento de su tercer album, The man who sold the world (1970), consiguieron borrar esa sombra de resentimiento. Así que para su cuarto disco, Hunky Dory (1971), decidió que escribiría su propio "My Way". Como admitiría décadas más tarde en una entrevista, "Estaba realmente enfadado. Pensé "Esa debería haber sido mi canción", ¿sabes? Así que me dije a mí mismo: "Está bien, escribiré mi propia versión de la canción"". Una especie de "venganza" o parodia, inspirada de alguna manera en la melodía de la canción de Sinatra (sin llegar nunca al plagio) a modo de "reinterpretación" que se acabaría convirtiendo en uno de los temas míticos de la carrera de Bowie: "Life on Mars?".

Para dejar todavía más claro el origen de la canción, Bowie dejó otra pista en la contraportada de Hunky Dory: en la lista con las canciones del álbum, junto a "Life on Mars?", escribió una nota de su puño y letra que decía "Inspired by Frankie" ("Inspirada por Frankie"). Solo años mas tarde se sabría que ese Frankie que había inspirado la canción era el mismísimo Frank Sinatra.

Bowie nunca llegó a grabar su "Even a fool learns to love". Tan solo se grabó a si mismo cantando su letra con la versión de François de fondo. Años más tarde se utilizaría esa grabación montando la voz de Bowie sobre la melodía original para crear una versión aproximada de lo que habría sido la canción.