Verba volant, scripta manent

jueves, 1 de abril de 2010

Black Bart, el cortés ladrón de diligencias

Entre los muchos nombres míticos que dió el salvaje Oeste, no demasiados conocen hoy el de Black Bart, pero en su época fué toda una celebridad y prácticamente un héroe popular. Cometió su primer asalto en 1875 y siguió actuando hasta su detención, en 1882, y se destacaba por su educación, caballerosidad y porque, a diferencia del común de ladrones, jamás dañó ni robó a los pasajeros, contentándose con llevarse la saca del correo y el oro transportado por la diligencia. Siguió así hasta que el caso le fué encomendado a Jim Hume, detective principal de la Wells and Fargo, el cuál, a fuerza de investigar por las cercanías de los lugares de los robos, logró la descripción de un misterios anciano de pelo blanco y perilla que había sido visto en todos ellos. Al final, un error del propio Bart facilitó su detención: se vió interrumpido en uno de sus golpes y tuvo que huir dejando atrás sus objetos personales, entre ellos un pañuelo que permitió a Hume seguir su pista hasta una lavandería de San Francisco, donde identificaron la descripción que Hume les dió como la del señor Bolton, un hombre que coincidía a la perfección, amable, educado y que, de vez en cuando, salía de viaje con la excusa de visitar una "mina" de su propiedad. Caballeroso hasta el final, Bolton confesó tras su arresto y devolvió parte del dinero robado. La Wells and Fargo se apiadó de él y sólo presentó cargos por uno de los robos. El aprecio popular y un juez generoso dejaron su condena en sólo seis años.

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