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domingo, 24 de noviembre de 2024

Mary Fields

Mary "Stagecoach Mary" Fields (1832?-1914)

De entre los numerosos personajes poco comunes que pulularon por el Salvaje Oeste uno de los más singulares fue Mary Fields. Una mujer que transgredió muchas de las convenciones de su época y se ganó la admiración, el respeto y el cariño de sus conciudadanos a pesar de las críticas que algunos hacían a su peculiar carácter.

Mary nació siendo esclava, y como la mayoría de los esclavos de su época, no hay constancia del momento y lugar exactos en los que vino al mundo, aunque la mayoría se inclinan por el condado de Hickman (Tennessee) en torno a 1832. Se sabe que fue propiedad de una familia apellidada Warner en Virginia Occidental hasta que fue emancipada al final de la Guerra Civil norteamericana, tras lo cual abandonó Virginia y acabó trabajando como camarera en el Robert E. Lee, uno de los muchos barcos de vapor que recorrían por aquel tiempo el río Mississippi. Fue allí donde conoció al que sería su siguiente empleador, un juez llamado Edmund Dunne, quien casualmente estaba casado con Josephine Warner, miembro de la familia que en tiempos había sido la propietaria de Mary.

Mary Fields se convirtió en criada de la familia Dunne, y cuando Josephine falleció de neumonía en 1883, el juez Dunne envió a sus cinco hijos, acompañados por Mary, a la ciudad de Toledo (Ohio), donde quedaron al cuidado de la hermana del juez, la madre Mary Amadeus del Corazón de Jesús (nacida Sarah Dunne), que era la superiora del convento de las monjas ursulinas en la ciudad. Mary Fields pasó a trabajar en el convento como criada y jardinera, aunque tuvo algún que otro problema con las monjas por su carácter "temperamental".

En 1884 la madre Mary Amadeus, acompañada de cinco de sus monjas, dejó el convento a petición de Jean-Baptiste Brondel, obispo de la diócesis de Helena (Montana), y viajó a la villa de Cascade (también en Montana) donde fundó un nuevo convento y ayudó a los jesuitas de la Misión de San Pedro a fundar una escuela para niñas, que aceptaba tanto a niñas blancas como a nativas americanas. En 1885, tras saber que Mary Amadeus estaba gravemente enferma, Mary Fields viajó a Montana para cuidar de ella.

Así fue como Fields llegó al Salvaje Oeste, donde muy pronto se encontró a sus anchas. Cuidó de Mary Amadeus hasta que se restableció y luego se quedó a trabajar en su convento, dedicándose a labores tales como cuidar del jardín, cultivar verduras y criar pollos, hacer reparaciones, encargarse de la lavandería y de reponer las existencias de la despensa, y en general, de todas las labores necesarias para el día a día del convento. No obstante, algunas de sus costumbres incomodaban no poco a la comunidad religiosa. En efecto, Mary era todo un personaje. De elevada estatura (superaba el metro ochenta) y con una fuerza física sobresaliente, a Mary le gustaba beber y fumar, y era terriblemente mal hablada. Solía frecuentar los saloons y charlar con hombres, vestía ropas masculinas y a menudo iba armada. La gota que colmó el vaso sucedió en 1894, cuando se enzarzó en una violenta discusión con uno de los empleados del convento en la que al parecer ambos acabaron exhibiendo sendas pistolas, aunque no llegaron a utilizarlas. Era más de lo que el obispo estaba dispuesto a aceptar, y ordenó a las monjas que echaran a Mary del convento.

Después de aquello, Mary se instaló en Cascade, donde ejerció diversos trabajos e incluso abrió un pequeño restaurante que tuvo que cerrar a los pocos meses, en buena parte debido a su generosidad, ya que daba de comer y de beber gratis a los que no podían permitirse pagarle. En 1895, ya pasados los sesenta años, Mary consiguió un trabajo como "star route carrier". Estos eran contratistas independientes a los que el servicio de Correos asignaba una ruta de reparto de correo por un tiempo determinado. Mary se convirtió en la segunda mujer (y la primera afroamericana) en ejercer como tal en los Estados Unidos, y según cuentan, consiguió el empleo porque de todos los aspirantes fue la más rápida en enganchar un tiro de seis caballos a una carreta.

Mary recogía el correo en la estación de tren y luego lo repartía utilizando una diligencia (comprada con la ayuda de la hermana Mary Amadeus); a veces lo hacía a caballo, o montada en una mula llamada Moses. "Stagecoach Mary" ("Mary Diligencia") o "Black Mary" ("Mary la Negra") como era apodada por los habitantes de Cascade (los nativos americanos la llamaban "Cuervo Blanco" porque decían que pese a tener la piel negra se comportaba como una persona blanca) se ganó muy pronto fama de intrépida y esforzada. Repartía el correo independientemente del tiempo y no faltó a su deber ni un solo día. En ocasiones, cuando había demasiado nieve para que los caballos pudieran caminar, Mary hacía el reparto a pie, con raquetas en los pies y la saca con el correo sobre los hombros. Eso si, siempre armada con un rifle y un revólver del calibre 38 bajo su delantal, para protegerse de bandidos y lobos. 

La noticia del funeral de Mary Fields en el Great Falls Tribune, 9 de diciembre de 1914

Mary Fields repartió el correo durante dos periodos consecutivos de cuatro años, de 1895 a 1899 y de 1899 a 1903. Después de eso, y notando ya el peso de los años, se retiró y se instaló en Cascade, donde se había ganado el aprecio y el cariño de sus habitantes por su generosidad y su amabilidad con los niños. Fundó un negocio de lavandería en su casa, donde también cuidaba de muchos de los niños de la ciudad mientras sus padres trabajaban. A pesar de su edad siguió frecuentando los saloons hasta que una ley del estado de Montana prohibió a las mujeres entrar en esa clase de establecimientos. El cariño que le tenían en Cascade era tan grande que después de que en 1912 su casa resultara destruida en un incendio fue reconstruida por completo gracias al trabajo de numerosos voluntarios. 

Mary Fields murió el 5 de diciembre de 1914 en el hospital de la ciudad de Great Falls a causa de un fallo hepático. La gente de Cascade reclamó su cuerpo para sepultarlo en el cementerio local, e incluso recaudó dinero para costear su entierro. Dicen que su funeral fue uno de los que contó con más asistentes en toda la historia de Cascade.

2 comentarios:

  1. Una mujer de armas tomar. Qué remedio, con una vida tan dura! Una historia muy interesante, como siempre.

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    1. Si, sin duda, una mujer impresionante que supo abrirse camino en una época que no perdonaba la debilidad.

      Gracias, Manuel. Saludos.

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