Verba volant, scripta manent

domingo, 20 de julio de 2025

El Britisches Freikorps, los voluntarios británicos del ejército nazi

Insignia del Britisches Freikorps

Durante la Segunda Guerra Mundial en torno a un millón de combatientes extranjeros lucharon en las filas del ejército alemán, encuadrados en unidades especiales de la Wehrmacht o de las Waffen-SS. Estas unidades se nombraban según el origen de los hombres que las componían; había belgas, franceses, italianos, españoles (la célebre División Azul), escandinavos, rusos, croatas, rumanos, húngaros... Había incluso una unidad formada por voluntarios indios (la Legion Freies Indien), otra de musulmanes croatas y bosnios (la 13. Waffen-Gebirgs-Division der SS Handschar) y otra de árabes de Oriente Medio y el norte de África (la Legion Freies Arabien). Algunos lo hacían porque simpatizaban con la ideología nazi; otros, porque creían que una alianza con Alemania supondría un beneficio para sus propios intereses. Y entre estas unidades hubo una, pequeña, casi insignificante, pero muy interesante: el Britisches Freikorps o Cuerpo de Voluntarios Británicos de las Waffen-SS.

John Amery (Londres, 1912) era hijo de Leo Amery, destacado político del Partido Conservador que llegó a ser Primer Lord del Almirantazgo (1922-24), Secretario de Estado para las Colonias (1924-29) y Secretario de Estado para la India (1940-45). John heredó de su padre un profundo sentimiento anticomunista, llevándolo más lejos; convencido de que la democracia y el liberalismo eran inútiles en la lucha contra el comunismo, abrazó desde muy joven el ideario fascista (a pesar de que sus abuelos maternos eran judíos de origen húngaro convertidos al protestantismo tras instalarse en el Reino Unido). Tuvo una juventud un tanto turbulenta, causando muchos quebraderos de cabeza a su padre, el cual tuvo que sacarlo de problemas en más de una ocasión. Finalmente, en 1936, tras declararse en bancarrota a causa de varios negocios fracasados, abandonó Gran Bretaña con rumbo al continente.

Se instaló en París, donde se hizo amigo del líder fascista francés Jacques Doriot. Le dijo a su familia que había participado en la Guerra Civil española, e incluso había sido condecorado por el régimen de Franco, pero era mentira; no pisó suelo español hasta que la guerra hubo terminado, y su colaboración con Franco se limitó a ejercer de intermediario entre su gobierno y grupos de la extrema derecha francesa y traficantes de armas. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión de Francia, Amery permaneció en territorio del régimen colaboracionista de Vichy, aunque su poca sintonía con el régimen le llevó a querer instalarse en Alemania, algo que no consiguió hasta 1942.

John Amery (1912-1945)

En Alemania su entusiasmo impresionó al mismísimo Adolf Hitler, quien le permitió quedarse como "invitado" del régimen nazi. Amery se dedicó a escribir y grabar mensajes que se emitían por radio y en los que exhortaba a los británicos a cesar su guerra con Alemania y unirse a ella en su lucha contra su enemigo común, la Unión Soviética. En enero de 1943, durante una breve visita a Francia, se reencontró con Doriot, que por entonces servía en la Legión de Voluntarios Franceses Contra el Bolchevismo, una unidad formada por franceses colaboracionistas. A Amery se le ocurrió que podía crear una unidad similar formada por británicos, no tanto como una unidad militarmente significativa, sino más bien como una maniobra propagandística para hacer ver al pueblo británico que era psoible que británicos y alemanes luchasen juntos contra los comunistas. Al regresar a Alemania expuso su idea a las autoridades nazis y, tras obtener el visto bueno, comenzó a reclutar miembros para su unidad, que llamó originariamente Legión Británica de San Jorge.

Amery empezó a buscar voluntarios en los campos de internamiento de civiles británicos y de la Commonwealth. Al no obtener apenas resultados, pasó luego a buscarlos en los campos de prisioneros de guerra, aunque por lo general era recibido con indiferencia, cuando no con hostilidad, por los prisioneros que lo consideraban un traidor. En octubre de 1943, tras varios meses de trabajo, la unidad de Amery contaba únicamente con ocho reclutas. Las SS, descontentas con la lentitud del proceso, pero aún convencidas de su utilidad, decidieron apartar a Amery del mando de la unidad (a partir de entonces se dedicaría exclusivamente a las emisiones radiofónicas de propaganda) nombrando como nuevo comandante al SS-Hauptsturmführer Hans Werner Roepke. En enero de 1944 la unidad pasó a llamarse oficialmente Britisches Freikorps; quedó establecido que nunca se enfrentarían a tropas británicas, ni serían utilizados en labores de espionaje; no estarían formalmente sujetos a la legislación militar alemana ni tendrían que prestar juramento de fidelidad a Hitler. En febrero fueron trasladados a Hildesheim, una localidad cercana a Hannover, donde recibieron sus uniformes, similares a los de las Waffen-SS aunque con insignias británicas.

Roy Courlander, uno de los miembros más destacados del BFC

El reclutamiento seguía avanzando poco a poco; algunos se unían voluntariamente, otros bajo amenaza (varios de ellos fueron obligados a alistarse porque mantenían relaciones con mujeres alemanas, un delito que podía haberles costado la pena capital). En mayo de 1944 la unidad constaba de 23 miembros, insuficientes incluso para formar un pelotón. En octubre fueron trasladados de nuevo, esta vez a Dresde, donde comenzaron su entrenamiento en un campamento de las Waffen-SS. En octubre Roepke fue sustituido por un nuevo líder, el SS-Obersturmführer Walter Kühlich.

Para aquel entonces los voluntarios británicos comenzaban ya a dudar de su decisión. El desembarco de Normandía les había hecho ver que el final del Tercer Reich podía estar muy próximo y temían que si eran capturados fueran acusados de traición. Varios miembros de la unidad trataron de huir, lo que les llevó de vuelta a los campos de prisioneros tras ser capturados. El número de miembros se mantuvo en torno a la veintena; los nuevos reclutas apenas compensaban las renuncias y las bajas por deserción. La falta de documentación hace difícil dar cifras concretas, pero se estima que apenas una cincuentena de miembros, británicos y de otros países de la Commonwealth, pasaron por la unidad, y que el número máximo de integrantes nunca alcanzó la treintena.

En febrero de 1945 la unidad fue enviada a Berlín para participar en la defensa de la capital ante el inexorable avance de las tropas soviéticas. En marzo fueron de nuevo recolocados, esta vez en Niemegk, como apoyo de una unidad blindada de las SS. Unas semanas más tarde fueron asignados como batallón de reconocimiento a la 11ª División de Granaderos "Nordland", una unidad formada principalmente por voluntarios escandinavos y holandeses, quedando adscritos con ella al III Cuerpo Panzer. Para entonces Kühlich ya había sido sustituido por un nuevo comandante, el SS-Hauptsturmführer Alexander Dolezalek.

El 29 de abril de 1945, ante la inminente derrota alemana, el comandante del III Cuerpo Panzer, el general Felix Steiner, ordenó a sus tropas retirarse y dirigirse al oeste, prefiriendo rendirse a las tropas británicas y estadounidenses antes que a los soviéticos. En la desbandada general los miembros restantes del Britisches Freikorps se quitaron sus uniformes y procuraron mezclarse con otros prisioneros británicos, tratando de ocultar sus acciones y evitar el castigo. Durante un tiempo circuló el rumor de que uno de los miembros del Britisches Freikorps había tomado parte en la defensa de Berlín, pero no hay pruebas de que sea cierto. Probablemente, se trataba de Wilhelm Rössler, un soldado alemán que colaboró con el BFC como traductor por su dominio del inglés, y que solía vestir un uniforme similar, aunque sin insignias británicas. En la práctica, el Britisches Freikorps nunca llegó a entrar en combate activo, ni siquiera a ser una unidad viable.

Kenneth Berry y Alfred Minchin, con sus uniformes del Britisches Freikorps (abril de 1944) 

A pesar de la falta de documentos y de que muchos de los miembros del Britisches Freikorps utilizaban nombres falsos mientras permanecieron en aquel cuerpo, las autoridades británicas lograron identificar a varios de ellos que fueron sometidos a consejo de guerra tras el conflicto, acusados de colaborar con el enemigo. La mayoría se defendió alegando que al unirse al Britisches Freikorps solo buscaban una oportunidad para fugarse, sabotear la unidad desde dentro o recopilar información sobre el ejército alemán, aunque los tribunales por lo general no les creyeron. Entre los antiguos miembros que fueron juzgados estaban:

- Kenneth Berry (1925-1992), marinero británico, condenado a nueve meses de trabajos forzados. El tribunal se mostró benévolo con él por su corta edad (aún no había cumplido los 18 cuando se unió a la unidad)

- Roy Courlander (1914-1979), soldado neozelandés condenado a quince años de prisión, pena luego reducida a nueve años (de los que solo cumpliría seis).

- Thomas Cooper (1919-1987?), antiguo miembro del partido fascista británico British Union of Fascists, que trabajaba en Stuttgart cuando estalló la guerra y se unió poco después a las SS. Condenado a muerte por traición, su sentencia fue luego conmutada por la de cadena perpetua, y fue puesto en libertad en 1953.

- Frank McLardy (1915-1981), también miembro de la BUF, sanitario militar británico, condenado a cadena perpetua, pena luego conmutada por la de 15 años de prisión (de los que solo cumplió siete).

- William Brittain, soldado británico, condenado a diez años de cárcel y liberado poco después por motivos de salud.

- Edwin Martin (1919-1987), soldado canadiense, condenado a 25 años de cárcel, fue indultado en 1954.

- Alfred Minchin (1917-1998), marino mercante británico, sentenciado a siete años de cárcel.

- Eric Pleasants (1913-1998), marino mercante británico, capturado por los soviéticos en 1946 y acusado de la muerte de dos soldados soviéticos, permaneció en un gulag en Siberia hasta 1954, cuando fue deportado al Reino Unido. Las autoridades británicas se limitaron a tomarle declaración, considerando que su estancia en Siberia había sido un castigo suficiente por sus crímenes.

- William Shearer (1917-1995), teniente del ejército británico, no fue sometido a juicio debido a que se le consideró mentalmente incapacitado; sufrió un colapso nervioso en marzo de 1943 y fue repatriado por la Cruz Roja poco después.

- Douglas Berneville-Claye (1917-1975), un peculiar sujeto con numerosos antecedentes penales por estafa, robo y bigamia, capturado en el norte de África en diciembre de 1942. Acusado por sus compañeros de reclusión de espiar para los alemanes, estos lo retiraron del campo en el que se encontraba ante la amenaza de que los demás presos lo ejecutaran por traidor. Durante un cierto tiempo se desconoce su paradero, hasta que en abril de 1945 se incorpora al Britisches Freikorps, solo por unos días, antes de darse a la fuga y entregarse a las tropas británicas. No fue sometido a juicio ante la ausencia de pruebas.

- Henry Symonds (1924-1994), soldado británico, condenado a 15 años de prisión.

- Douglas Mardon, Pieter Labuschagne y Lawrence Viljoen, soldados sudafricanos capturados en el Norte de África. Mardon y Labuschagne fueron condenados respectivamente a nueve y cuatro meses de cárcel, mientras que Viljoen fue absuelto tras probar que había huido sin ni siquiera llegar a integrarse de manera efectiva en la unidad.

En cuanto a John Amery, el impulsor original de la creación de la unidad, fue capturado en abril de 1945 por partisanos italianos cerca de la ciudad de Como, tras haberse trasladado a Italia para colaborar con la República de Salò, el último estertor del régimen fascista de Mussolini. Entregado a los británicos y juzgado por traición, pese a los intentos de su familia por influir en el veredicto, John se declaró culpable de todos los cargos, aunque señalando que nunca había conspirado contra el Reino Unido y que no era un nazi, sino un anticomunista. Declarado culpable y condenado a muerte, fue ahorcado en la prisión londinense de Wandsworth el 19 de diciembre de 1945, y enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio de la prisión. En 1996 su hermano menor Julian consiguió permiso para exhumar sus restos, que fueron incinerados y sus cenizas esparcidas en Francia.

1 comentario:

  1. Cómo siempre, nos cuentas una historia fascinante. No dejo de aprender cosas cada vez que visito tu blog. Gracias.

    ResponderEliminar