Lo malo de vivir en una sociedad avanzada es que a menudo nos lo creemos demasiado. Cuantas veces hemos oido historias de personas que, intentando mejorar las condiciones de vida de otras sociedades más atrasadas, aún con la mejor de las intenciones, lo que realmente consiguieron fué empeorarlas. Y una de ellas es la que hoy os voy a contar: la de Jimmy Button.
Allá por el año de 1830, llegaba a las costas de la Tierra del Fuego el bergantín británico HMS Beagle, bajo el mando del teniente FitzRoy. Este peculiar personaje, profundamente religioso, estaba convencido de que el conocimiento de la Biblia y la cultura occidental podría sacar a los habitantes de aquellas tierras de su miserable situación. Y por ello se le ocurrió la peregrina idea de llevarse de vuelta con él a Inglaterra a varios de aquellos indígenas, darles una educación occidental y convertirlos al cristianismo, para que luego al volver a su tierra natal extendiesen aquellos conocimientos entre los suyos.
Y así, "convenció" a cuatro indígenas, tres jóvenes y una chica, para que le acompañasen de vuelta. A estos jóvenes los rebautizó como York Minster, Boat Memory, Jemmy Button (sus padres lo habían dejado con los ingleses a cambio de un botón de nácar) y Fuegia Basket. Ya en Inglaterra, se les enseñó a hablar inglés, a trabajar la tierra y otras labores, y por supuesto, a conocer la Biblia y las "verdades de la fe". Se convirtieron en auténticas celebridades, llegando a ser presentados al mismísimo rey Guillermo IV. Después, en el siguiente viaje del Beagle, en 1832, con FitzRoy ya nombrado capitán, Minster, Button y Basket (Memory había muerto de viruela al poco de llegar) fueron llevados de vuelta a Sudamérica. En ese viaje iba entre la tripulación un joven naturalista llamado Charles Darwin, quién más tarde cambiaría el curso de la ciencia con su teoría sobre la evolución de las especies. El propio Darwin dejó constancia en sus diarios del escepticismo que le producía el experimento de FitzRoy al arrancarlos de su entorno, hacerles olvidar su lengua y costumbres y devolverles sin saber si serían capaces de sobrevivir: "Se les había privado de su cultura y dotado de otra que no les permitiría sobrevivir en ese entorno que, de repente, les era hostil".
Los tres patagones fueron desembarcados en la zona de la bahía de Wulaia, donde construyeron para ellos cabañas y huertos y los dejaron esperando que les fuera bien. Cuando el Beagle volvió al lugar, en 1834, encontraron el lugar desierto. Poco después hallaron a Jemmy, que para sorpresa de casi todos había vuelto a sus costumbres originales, incluída la semidesnudez. Contó a los ingleses que Minster y Basket se habían ido tras robarle sus pertenencias, y que había sufrido el ataque de otras tribus locales. Rechazó más ayuda de los ingleses y se fue con su familia.
Pero los misioneros ingleses no estaban dispuestos a dejar en paz a Jemmy. La llamada Sociedad Misionera de la Patagonia envió varias misiones a la zona a partir de 1855, tratando de conseguir la ayuda de Jemmy, convertido en un hombre importante en su tribu, pero este se negó en todas las veces, harto ya de misioneros. Sin embargo, estos insistieron hasta que en 1859, ocho misioneros y marineros que les acompañaban murieron asesinados por los indígenas, al parecer alentados por Jemmy. Jemmy fué llevado a las Malvinas para ser juzgado como responsable, pero tuvo la relativa fortuna de encontrarse con un juez que ya estaba harto de los dichosos misioneros y los problemas que le daban, y que concluyó que, al haberse producido los hechos en tierra que no era soberana de ningún país, no era de su jurisdicción. Jemmy fué devuelto a su tierra, donde moriría años después, en una epidemia de viruela que acabaría también con la mitad de su tribu.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
sábado, 11 de septiembre de 2010
Fritz Zwicky: la materia oscura y los cabrones esféricos

De cuando en cuando surgen en el mundo de la ciencia transgresores que son recibidos escépticamente, en el mejor de los casos, o ridiculizados, otras, y que más tarde acaban revelándose como pioneros o visionarios. Uno de los casos más curiosos, por la propia personalidad del protagonista, es el del astrofísico Fritz Zwicky (1898-1974).
Nacido en Bulgaria, criado en Suiza, desarrolló la mayor parte de su carrera en EEUU. En 1934, junto a su colega Walter Baade, publicó la teoría de que el último resto que quedaría de una supernova sería una pequeña estrella de neutrones, de apenas unos kilómetros de diámetro. La idea era tan rompedora para la época que Zwicky y Baade recibieron críticas y burlas por todas partes, llegando a ser protagonistas incluso, de una tira cómica del Los Angeles Times. Zwicky se cabreó bastante. Tenía una personalidad un tanto compleja y agresiva, era bastante irritable y le gustaba intimidar a los demás. Cuentan que rondaba los pasillos del Caltech (California Institute of Technology), de donde fué profesor desde 1942, dirigiéndose a los estudiantes nuevos diciéndoles: "Y tú, ¿quién demonios eres?"
Como decía, Zwicky se enfadó sobremanera con sus colegas, a los que acusaba de negarle el merecido reconocimiento, plagiar sus ideas e incluso impedirle trabajar con los telescopios. Y aún se cabrearía más cuando, estudiando las galaxias del cúmulo de Coma, se dió cuenta de que su movimiento era anómalo: las galaxias se movían demasiado deprisa y ello contravenía las leyes de Newton. Fué entonces cuando expuso la teoría de que ello era debido a la existencia de mucha más materia que no era detectada por los telescopios, materia a la que denominó "materia oscura". Una idea tan audaz fué recibida con feroces críticas por la mayoría de los astrofísicos; la gravedad de Newton no podía equivocarse, y la idea de una materia "invisible" era algo risible. La confirmación de sus teorías tardaría décadas, y hoy está asumido que alrededor del 90% de la materia total del universo es materia oscura.
El colmo fué cuando, en 1974, poco antes de morir, Anthony Hewish recibió el Nobel por el descubrimiento de los púlsares, hallazgo asociado a las teorías de Zwicky, sin que se hiciera mención de su trabajo en ningún momento.
Ese año de 1974, Zwicky había publicado su propio catálogo de galaxias, con más de 30000 identificadas, que incluía esta cariñosa dedicatoria: “Un recordatorio a los grandes sacerdotes de la astronomía americana y a sus sicofantes. Los sicofantes y ladrones puros de hoy parecen andar libres, sobre todo en la astronomía americana, para apropiarse de descubrimientos e invenciones realizados por los lobos solitarios e inconformistas”. A ellos se refería habitualmente como "cabrones esféricos", porque decía que eran cabrones independientemente de por dónde se mirasen, una expresión realmente afortunada y que se hizo popular. Un crater de la Luna y un asteroide llevan su nombre. Un brindis por los inconformistas.
miércoles, 25 de agosto de 2010
¿De donde procede...?
- SOS: La señal internacional de socorro se estableció como tal en 1906 en una conferencia internacional celebrada en Berlín, y se eligió así porque era un mensaje sencillo e inconfundible para ser transmitido por código morse: punto punto punto, raya raya raya, punto punto punto (...---...), transmitidos como un sólo código, sin separación. A posteriori se le dieron distintas interpretaciones (Save Our Souls, Save Our Ship), aunque ninguna de ellas era el sentido original del mensaje. Curiosamente, SOS sustituyó a la señal utilizada hasta entonces, CQD, de la que se decía significaba "Come Quickly Danger" (Venid Rápido, Peligro) cuando su significado real era "Copy Quality, Distress" (Llamada General, Problema).
- Mayday: Otra habitual fórmula de pedir socorro, resulta de la adaptación al inglés de la expresión francesa "M'aidez" (Ayudadme). La creó en 1923 Frederick Stanley Mockford, oficial de radio del aeropuerto inglés de Croydon, para establecer una expresión que expresara urgencia y fuera comprensible tanto para los pilotos ingleses y franceses como para el personal de tierra.
- Gringo: Tradicionalmente, el origen de esta forma algo despectiva de los latinoamericanos para referirse a los anglosajones se ha remontado a la guerrra mexicano-estadounidense de 1846, y tiene dos versiones. Una hace referencia al Batallón de San Patricio, un batallón formado por soldados de origen irlandés que combatió al lado de los mexicanos. Sus soldados solían cantar frecuentemente una canción llamada "Green Grow the Rushes Oh!" ("Verdes crecen los juncos"), hasta el punto de que los soldados mexicanos empezaron a llamarlos "gringos". La otra la hace derivar de la expresión "Green Go Home" ("Verdes, ios a casa") que los mexicanos gritaban a las tropas estadounidenses, muchos de los cuales vestían uniformes verdes. A pesar de lo simpáticas que son ambas versiones, seguramente ambas estén equivocadas: el uso de "gringo" para referirse a los extranjeros está documentada en Málaga desde 1786, probablemente como derivado de "griego".
- Estraperlo: Esta palabra que hace referencia al comercio ilegal de productos sujetos a algún tipo de tasa o control por parte del gobierno, y por extensión a todo tipo de negocios fraudulentos, proviene de Straperlo, una marca comercial que toma su nombre de los apellidos de sus propietarios, tres ciudadanos holandeses apellidados Strauss, Perle y Lowan. Los tres fueron protagonistas de un sonado escándalo durante la Segunda República, cuando consiguieron permiso para instalar en varios casinos y hoteles una ruleta electrónica de su invención que les proporcionaba grandes beneficios. Posteriormente se sabría que las máquinas estaban amañadas, con lo que la banca ganaba cuando quería, y que habían logrado sus permisos sobornando a importantes cargos del Gobierno.
- Mayday: Otra habitual fórmula de pedir socorro, resulta de la adaptación al inglés de la expresión francesa "M'aidez" (Ayudadme). La creó en 1923 Frederick Stanley Mockford, oficial de radio del aeropuerto inglés de Croydon, para establecer una expresión que expresara urgencia y fuera comprensible tanto para los pilotos ingleses y franceses como para el personal de tierra.
- Gringo: Tradicionalmente, el origen de esta forma algo despectiva de los latinoamericanos para referirse a los anglosajones se ha remontado a la guerrra mexicano-estadounidense de 1846, y tiene dos versiones. Una hace referencia al Batallón de San Patricio, un batallón formado por soldados de origen irlandés que combatió al lado de los mexicanos. Sus soldados solían cantar frecuentemente una canción llamada "Green Grow the Rushes Oh!" ("Verdes crecen los juncos"), hasta el punto de que los soldados mexicanos empezaron a llamarlos "gringos". La otra la hace derivar de la expresión "Green Go Home" ("Verdes, ios a casa") que los mexicanos gritaban a las tropas estadounidenses, muchos de los cuales vestían uniformes verdes. A pesar de lo simpáticas que son ambas versiones, seguramente ambas estén equivocadas: el uso de "gringo" para referirse a los extranjeros está documentada en Málaga desde 1786, probablemente como derivado de "griego".
- Estraperlo: Esta palabra que hace referencia al comercio ilegal de productos sujetos a algún tipo de tasa o control por parte del gobierno, y por extensión a todo tipo de negocios fraudulentos, proviene de Straperlo, una marca comercial que toma su nombre de los apellidos de sus propietarios, tres ciudadanos holandeses apellidados Strauss, Perle y Lowan. Los tres fueron protagonistas de un sonado escándalo durante la Segunda República, cuando consiguieron permiso para instalar en varios casinos y hoteles una ruleta electrónica de su invención que les proporcionaba grandes beneficios. Posteriormente se sabría que las máquinas estaban amañadas, con lo que la banca ganaba cuando quería, y que habían logrado sus permisos sobornando a importantes cargos del Gobierno.
sábado, 21 de agosto de 2010
Timothy Treadwell, "Grizzly man"
He de reconocer que, dentro de mi curiosidad por los tipos que se salen de lo normal, Timothy Treadwell es uno de los que llama más mi atención.
Nacido en Nueva York, aficionado a los animales desde niño y con una juventud turbulenta durante la que fué adicto al alcohol y las drogas, él mismo decía que fué su pasión por la naturaleza la que le llevó a rehabilitarse y a convertirse en naturalista y documentalista aficionado, activista ecologista y defensor del oso grizzly (subespecie del oso pardo, una de las mayores del planeta).
Llevado por su pasión por los osos, Treadwell llegó al extremo de instalarse durante trece temporadas en el Parque Nacional de Katmai, en Alaska, un conocido santuario de osos. Treadwell elegía para sus estancias las épocas de desove del salmón, cuando los osos se concentran junto a los ríos para alimentarse. Allí, contraviniendo todas las recomendaciones, Treadwell se instalaba en un sencillo campamento sin medidas de protección, interactuando con los osos y buscando que éstos lo reconocieran y lo aceptaran como parte de su entorno. Durante sus campañas, consiguió rodar más de 100 horas de video sobre los osos, además de miles de fotografías.
Su peculiar forma de actuar le procuró numerosos problemas con el Servicio de Parques Naturales, que llegó a acusarle de acosar la fauna silvestre, entre otras violaciones de las normas del parque, además de negarse a portar medidas de protección como un spray de pimienta o una cerca eléctrica alrededor de su campamento. Se dice que su actitud llevó a las autoridades a promulgar una nueva norma, conocida de manera no oficial como "norma Treadwell", que obliga a los campistas a trasladar sus campamentos cada siete días al menos a una milla de distancia.
Treadwell se convirtió en una celebridad, concediendo numerosas entrevistas y dando conferencias por todo el país. Publicó un libro en el que contaba sus experiencias en Alaska y fundó Grizzly People, una organización para la protección de los osos y su hábitat.
Así hasta que llegó la desafortunada campaña de 2003. Ese año, Treadwell se instaló en Katmai más tarde de lo habitual, cuando el alimento empieza a escasear y los osos se muestran más agresivos. En esa ocasión, además, Treadwell estaba acompañado de su novia, Amie Huguenard, quien no estaba tán cómoda como él en medio de los osos. Un desacuerdo con la compañía aérea hizo que decidiese alargar su estancia unos días. El 5 de octubre se tuvo el último contacto con él; habló por teléfono vía satélite con un amigo, sin mencionar problemas. Al día siguiente, el piloto del aerotaxi que iba a recogerlos halló el campamento destrozado y los restos parcialmente devorados de Treadwell. Más tarde, los guardabosques hallaron también los restos de Huguenard, y abatieron a tiros a dos osos machos, en cuyos tractos digestivos se hallaron más restos de ambos cuerpos. Uno de ellos, el llamado "Oso 141", ya había dado muestras anteriormente de su carácter agresivo, llegando a preocupar al propio Treadwell. Paradójicamente, Treadwell y Huguenard son las dos únicas víctimas humanas por ataque de oso en los 85 años de historia del Parque de Katmai.
Además, en el campamento se encontró una cámara de video que contiene, al parecer, unos seis minutos de audio que recogen el momento de la muerte de ambos. La grabación permanece en poder de Jewel Palovak, ex-novia de Treadwell y co-fundadora de Grizzly People. Nunca ha sido hecha pública.
En 2005, el director alemán Werner Herzog rodó Grizzly Man, un documental sobre la figura de Treadwell que incluye parte de sus grabaciones y entrevistas con gente que lo conoció.

Timothy Treadwell y Amie Huguenard
Nacido en Nueva York, aficionado a los animales desde niño y con una juventud turbulenta durante la que fué adicto al alcohol y las drogas, él mismo decía que fué su pasión por la naturaleza la que le llevó a rehabilitarse y a convertirse en naturalista y documentalista aficionado, activista ecologista y defensor del oso grizzly (subespecie del oso pardo, una de las mayores del planeta).
Llevado por su pasión por los osos, Treadwell llegó al extremo de instalarse durante trece temporadas en el Parque Nacional de Katmai, en Alaska, un conocido santuario de osos. Treadwell elegía para sus estancias las épocas de desove del salmón, cuando los osos se concentran junto a los ríos para alimentarse. Allí, contraviniendo todas las recomendaciones, Treadwell se instalaba en un sencillo campamento sin medidas de protección, interactuando con los osos y buscando que éstos lo reconocieran y lo aceptaran como parte de su entorno. Durante sus campañas, consiguió rodar más de 100 horas de video sobre los osos, además de miles de fotografías.
Su peculiar forma de actuar le procuró numerosos problemas con el Servicio de Parques Naturales, que llegó a acusarle de acosar la fauna silvestre, entre otras violaciones de las normas del parque, además de negarse a portar medidas de protección como un spray de pimienta o una cerca eléctrica alrededor de su campamento. Se dice que su actitud llevó a las autoridades a promulgar una nueva norma, conocida de manera no oficial como "norma Treadwell", que obliga a los campistas a trasladar sus campamentos cada siete días al menos a una milla de distancia.
Treadwell se convirtió en una celebridad, concediendo numerosas entrevistas y dando conferencias por todo el país. Publicó un libro en el que contaba sus experiencias en Alaska y fundó Grizzly People, una organización para la protección de los osos y su hábitat.
Así hasta que llegó la desafortunada campaña de 2003. Ese año, Treadwell se instaló en Katmai más tarde de lo habitual, cuando el alimento empieza a escasear y los osos se muestran más agresivos. En esa ocasión, además, Treadwell estaba acompañado de su novia, Amie Huguenard, quien no estaba tán cómoda como él en medio de los osos. Un desacuerdo con la compañía aérea hizo que decidiese alargar su estancia unos días. El 5 de octubre se tuvo el último contacto con él; habló por teléfono vía satélite con un amigo, sin mencionar problemas. Al día siguiente, el piloto del aerotaxi que iba a recogerlos halló el campamento destrozado y los restos parcialmente devorados de Treadwell. Más tarde, los guardabosques hallaron también los restos de Huguenard, y abatieron a tiros a dos osos machos, en cuyos tractos digestivos se hallaron más restos de ambos cuerpos. Uno de ellos, el llamado "Oso 141", ya había dado muestras anteriormente de su carácter agresivo, llegando a preocupar al propio Treadwell. Paradójicamente, Treadwell y Huguenard son las dos únicas víctimas humanas por ataque de oso en los 85 años de historia del Parque de Katmai.
Además, en el campamento se encontró una cámara de video que contiene, al parecer, unos seis minutos de audio que recogen el momento de la muerte de ambos. La grabación permanece en poder de Jewel Palovak, ex-novia de Treadwell y co-fundadora de Grizzly People. Nunca ha sido hecha pública.
En 2005, el director alemán Werner Herzog rodó Grizzly Man, un documental sobre la figura de Treadwell que incluye parte de sus grabaciones y entrevistas con gente que lo conoció.

Timothy Treadwell y Amie Huguenard
jueves, 29 de julio de 2010
John Haldane, chiflado y genial
De entre la larga lista de científicos calificados de "locos" (con mayor o menor motivo) figura con letras destacadas el bioquímico inglés John Scott Haldane (1860-1936). Aunque quizá llamarlo "loco" es exagerado e injusto,no cabe duda que la suya es una de las vidas científicas más excéntricas que conozco.
Haldane, de origen aristocrático y miembro de una saga de científicos, eligió como tema de estudio los gases. Y no encontró mejor manera que usarse a si mismo como conejillo de indias. Probó los efectos de los gases que investigaba en sus propios pulmones. Durante la Primera Guerra Mundial, no tuvo mejor ocurrencia que pasarse a dar una vuelta por las trincheras para probar los gases que empleaban los alemanes como arma. Se expuso al cloruro de amonio y por poco no lo cuenta, aunque la experiencia le sirvió para diseñar la primera máscara antigás de la historia.
Otra de sus aficiones era comprobar los efectos de la descompresión sobre el organismo. Para ello, construyó una cámara hiperbárica donde se sometía a diversos cambios de presión. No sólo se reventó los tímpanos en varias ocasiones, sino que en una ocasión, tuvo unas convulsiones tan fuertes que se rompió varias vértebras. Sin embargo, sus estudios y las tablas que estableció gracias a ellos han salvado la vida a muchos buceadores y alpinistas. Sobre la rotura de sus tímpanos, les quitaba importancia con un humor típicamente británico: "La membrana se suele curar en pocos meses, y si aún queda un agujero, aunque te quedes algo sordo, cuando fumas puedes expeler el humo por la oreja en cuestión, una hazaña que causa sensación en las reuniones."
Haldane, de origen aristocrático y miembro de una saga de científicos, eligió como tema de estudio los gases. Y no encontró mejor manera que usarse a si mismo como conejillo de indias. Probó los efectos de los gases que investigaba en sus propios pulmones. Durante la Primera Guerra Mundial, no tuvo mejor ocurrencia que pasarse a dar una vuelta por las trincheras para probar los gases que empleaban los alemanes como arma. Se expuso al cloruro de amonio y por poco no lo cuenta, aunque la experiencia le sirvió para diseñar la primera máscara antigás de la historia.
Otra de sus aficiones era comprobar los efectos de la descompresión sobre el organismo. Para ello, construyó una cámara hiperbárica donde se sometía a diversos cambios de presión. No sólo se reventó los tímpanos en varias ocasiones, sino que en una ocasión, tuvo unas convulsiones tan fuertes que se rompió varias vértebras. Sin embargo, sus estudios y las tablas que estableció gracias a ellos han salvado la vida a muchos buceadores y alpinistas. Sobre la rotura de sus tímpanos, les quitaba importancia con un humor típicamente británico: "La membrana se suele curar en pocos meses, y si aún queda un agujero, aunque te quedes algo sordo, cuando fumas puedes expeler el humo por la oreja en cuestión, una hazaña que causa sensación en las reuniones."
miércoles, 21 de julio de 2010
El descubrimiento del celacanto

Celacanto de las Comores (Latimeria chalumnae)
La historia de uno de los descubrimientos zoológicos más asombrosos del siglo XX comienza el 22 de diciembre de 1938, frente al estuario del rio Chalumna, en la costa sudafricana del Índico. Ese día, el barco de pesca Nerine, con base en el cercano puerto de East London, largaba sus redes como de costumbre cuando, al subirlas, sus tripulantes descubrieron asombrados en ellas un pez para ellos desconocido.
El pez tenía cierta semejanza en forma y tamaño a un mero, pero tenía unas extrañas aletas lobuladas. Además, les sorprendió el tiempo que tardó en morir. La mayoría de los peces mueren a los pocos minutos de sacarlos del agua. Algunas especies, como las anguilas, llegan a resistir hasta un cuarto de hora fuera del agua. Pero este pez estuvo cuatro horas paseándose por la cubierta del barco hasta que murió. Tanto llamó la atención su aspecto al capitán Hendrik Goosen que decidió que al llegar a tierra lo entregaría para su estudio. Nada más llegar a puerto, llamó a su buena amiga Marjorie Courtenay-Latimer, conservadora del museo local. A ella también le llamó la atención aquel extraño pez, especialmente sus aletas lobuladas, y se hizo cargo de él. Aunque su especialidad eran las aves, no se asustó ante el reto y diseccionó concienzudamente aquellos 50 kilos de pescado, haciendo detallados esquemas que luego envió a un viejo amigo, James Leonard Brierley Smith, ictiólogo y profesor de la Rhodes University de Grahamstown, para que le echara un vistazo. Smith estaba de vacaciones, pero cuando volvió no salía de su asombro: sin lugar a dudas, reconocía en aquellos dibujos a un celacanto, un pez que se consideraba extinto desde hacía 80 millones de años. Inmediatamente se trasladó a East London, pero desafortunadamente los restos se habían echado a perder y apenas pudo examinar el esqueleto. Deseoso de encontrar otro ejemplar, ofreció una recompensa, pero no fué hasta 1952 cuando se halló otro ejemplar, pescado en las islas Comores, ¡a más de 2000 kilómetros de donde había sido capturado el primero!. Smith viajó en su busca en un avión del ejército, tras convencer al primer ministro sudafricando de la importancia del hallazgo. Gracias a ello pudo hacerse con el ejemplar enb buen estado y estudiarlo detalladamente. Posteriormente habría más capturas, en 1954, 55 y así hasta la actualidad. Luego se sabría que los pescadores nativos de las islas del Índico conocían al animal; lo pescaban no muy frecuentemente pero no lo ignoraban en absoluto.
A esta especie se la llamó Latimeria chalumnae, en recuerdo a su descubridora y al lugar de su hallazgo. Hasta 1987 no se consiguieron imágenes en su hábitat, y hoy en día se sabe que esta especie se localiza a lo largo de toda la costa índica africana. Generalmente, se refugia en cuevas durante el día y sale a cazar por la noche.
Cuando parecía que el celacanto no podía darnos más sorpresas, en 1998 Mark Erdmann, investigador de la Universidad de Berkeley, dió a conocer el hallazgo de una nueva población de celacantos en Indonesia, en el archipiélago de las Célebes, a más de 10000 kilómetros de la costa africana. A esta nueva especie se la llamó Latimeria menadoensis y su hallazgo ha hecho pensar a los expertos que puede haber más poblaciones de celacantos en el Índico e incluso en el Pacífico sur.
La importancia evolutiva de este hallazgo radica en que el celacanto es, junto a los peces pulmonados, el único representante actual de los Sarcopterigios o peces de aletas lobuladas, y como tal, está emparentado directamente con los primeros tetrápodos terrestres. Hace unos 370 millones de años, los primeros peces que lograron dar el salto a tierra firme pertenecían a este grupo. Los celacantos vendrían a ser los primos de aquellos primeros tetrápodos terrestres que se quedaron en el mar. De hecho, sus aletas lobuladas son las antecedentes de las extremidades de los vertebrados terrestres, y aún hoy en día los celacantos presentan una vejiga natatoria modificada y conectada con la nariz a la que se considera antecesora de los pulmones. Es realmente increíble que estos peces hayan pasado casi 400 millones de años sin apenas cambios.
Actualmente, la situación de las poblaciones de celacanto es muy delicada. Al parecer, ha florecido un mercado negro que trafica con ejemplares de esta especie, llevándola al borde de la extinción. Desde 2000 está considerada en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
sábado, 17 de julio de 2010
Errol Flynn y los gatos

El actor australiano Errol Flynn fué uno de los grandes actores del cine de aventuras clásico. Todos recordamos sus memorables actuaciones en filmes como Robin de los bosques, Capitán Blood o Murieron con las botas puestas. Ciertamente, su vida privada es si cabe más interesante todavía que muchos de sus filmes, llena de aventuras y excesos, especialmente en lo relacionado con el alcohol y, sobre todo, las mujeres. Al final, todo le ello le acabó pasando factura, con una muerte temprana con apenas 50 años. Mucho antes su carrera se había desmoronado: sus escándalos carcomieron su popularidad y su problemático comportamiento acabaron provocando que los grandes estudios le dieran la espalda. De hecho, sus problemas con el fisco norteamericano le llevaron a acabar huyendo del país en un pequeño yate de su propiedad.
Uno de sus mejores amigos era el gran director John Huston (cuya vida privada también tiene mucho que contar). En 1958 se hallaba preparando un nuevo proyecto, una película de aventuras que se iba a rodar en África titulada The Roots of Heaven (en España, Las raíces del cielo). Como Huston sabía que Flynn pasaba por un momento delicado en lo económico, le ofreció uno de los papeles protagonistas. No obstante, como conocía bien el carácter de su amigo y, temiendo que montase algún lío durante el rodaje, le impuso una serie de normas estrictas: comportarse como un profesional, nada de beber antes de terminar el rodaje de cada día, y sobre todo, nada de mujeres. Flynn aceptó sumisamente y el rodaje comenzó sin mas problema.
Lo cierto es que Flynn sorprendió a todos con su comportamiento: serio, disciplinado, trabajador. Incluso acostumbraba a retirarse pronto a su tienda (el rodaje tenía lugar en un campamento alejado de la civilización, en mitad de Chad). Huston estaba encantado. Cuenta en sus memorias cómo una vez terminado el rodaje del día, se encerraba en su tienda para resolver papeleo pendiente, revisar el guión o repasar el plan de rodaje del día siguiente, mientras oía de fondo los sonidos de la sabana africana y el maullido de los gatos del campamento.
Pero un día cayó en la cuenta. El oía maullidos cada noche, pero desde que había llegado, no había visto a un sólo gato en el campamento. ¿De dónde habían salido, entonces? Se puso a investigar hasta que dió con la respuesta. Flynn, genio y figura, había contratado a un tipo en el poblado más cercano para que le enviara chicas todas las noches a su tienda. Para no ser descubierto, las chicas tenían unas instrucciones muy precisas: llegar sin ser vistas al campamento, esconderse entre la maleza cerca de la tienda del actor y maullar unas cuantas veces para avisar de su presencia. Si Flynn estaba solo, iba a buscarla. Si estaba acompañado, esperaba hasta que no hubiera moros en la costa para ir a por la chica y llevársela a su tienda. Ni en esas condiciones el eterno crápula (que moriría de un infarto apenas un año después) pudo resistirse a sus impulsos. Huston lo cuenta en sus memorias, más divertido que cabreado.
Otro día contaré otra anécdota divertida protagonizada por Flynn, el director Raoul Walsh (otro de sus grandes amigos) y el cadáver de John Barrymore.
sábado, 26 de junio de 2010
El último viaje de Bas Jan Ader

Bas Jan Ader (Winschoten, Países Bajos, 19/4/1942 - Algún lugar del Atlántico Norte, 1975) fué un artista holandés, pionero de lo que hoy se llama arte conceptual. Su padre fué ejecutado por los nazis por ayudar a los judíos que huían de la Holanda ocupada cuando él todavía era un niño. Tras una juventud errática y rebelde, se instaló en Los Ángeles, donde vivió los últimos años de su vida. Allí, tras estudiar arte y filosofía, comenzó su carrera artística, principalmente como fotógrafo, videoartista y haciendo performances, alcanzando cierta popularidad.
Pero su gran aventura, que también sería la última, la inició a principios de 1975. Inspirado por la historia de Donald Crowhurst, un aventurero que había intentado dar la vuelta al mundo en barco en solitario y había acabado por volverse loco y morir en el intento, Ader pretendía cruzar el Atlántico norte desde Cape Cod (Massachusets) hasta Fulham (Inglaterra) a bordo de un diminuto barco de apenas cuatro metros y medio de eslora, al que bautizó como Ocean Wave. Provisto apenas de un receptor de radio, unas pocas provisiones y algunos instrumentos de navegación, Ader tenía previsto llegar en un par de meses, para luego montar una exposición con el material (grabaciones, escritos) obtenido durante el viaje. Un buen día, Ader se hizo a la mar... y nunca más se supo de él.
Diez meses después, un barco gallego que faenaba a 150 millas de la costa de Irlanda, el Eduardo Pondal, hallaba a la deriva un pequeño barco de casco de poliester, desarbolado y semihundido. Era el Ocean Wave. A bordo, las pertenencias de Ader, pero ni rastro de su único ocupante. Lo que pudiera haber pasado, jamás se sabrá. El Eduardo Pondal remolcó el barco hasta el puerto de A Coruña, donde las pertenencias del artista quedaron a buen recaudo. No así el bote, que fué depositado en un almacén del puerto de donde sería robado días más tarde (nunca más se supo de su paradero). Los familiares de Ader utilizaron sus pertenencias y obras anteriores para montar la exposición que el artista había deseado.
La figura de Ader cobró nueva popularidad a partir de los años 90. Incluso se ha filmado un documental sobre su vida y obra, Here Is Always Somewhere Else (2008). Sus trabajos en video han sido editados y se han realizado numerosas exposiciones sobre su obra y figura. Precisamente, ahora mismo hay una en el CGAC de Santiago de Compostela que permanecerá abierta hasta el 5 de septiembre. Una buena ocasión para conocer algo más sobre uno de esos personajes mitad locos mitad visionarios que tanto nos apasionan.
viernes, 11 de junio de 2010
El tesoro de Staffordshire
En estos tiempos materialistas donde parecen haber desaparecido los sueños e ilusiones de otras épocas, resulta reconfortante que de vez en cuando aparezcan noticias que nos permiten lanzar al vuelo nuestra imaginación y volver a pensar en tesoros y monstruos.
Sucedió el 5 de julio del 2009 (pronto hará un año). Un tal Terry Herbert, uno de esos chiflados que van de aquí para allá buscando tesoros con un detector de metales, buscaba algo de valor, no en un terreno de especial relevancia histórica, sino en el huerto de un amigo, en el pueblo de Hammerwich (Staffordshire). En un momento dado, su detector localizó algo enterrado. ¿Una lata de refresco?¿Quizá una vieja herramienta abandonada? En 9999 de cada 10000 veces habría sido algo parecido, pero Herbert, hombre de fe, empezó a cavar. Y encontró su tesoro.
Lo que Herbert encontró era nada menos que el tesoro anglosajón más grande jamás hallado. Más de 1500 objetos de diverso tamaño (adornos, empuñaduras de espadas, etc.) y que parecen ser de uso militar, hasta sumar 5 kilos de oro y casi 1'5 de plata (para comparar, el mayor tesoro de este tipo conocido hasta la fecha era el de Sutton Hoo, descubierto en 1939 y que pesaba en torno a 1'5 kg.). Los expertos han datado los objetos en torno al siglo VII de nuestra era, y han quedado asombrado por la riqueza y la variedad de sus objetos.
Afortunadamente, Herbert es un buscador del tipo honrado, no uno de esos esquilmadores que saquean lugares históricos en busca de objetos para vender en el mercado negro. Su honradez se verá gratamente recompensada: él y el propietario del terreno se repartirán una compensación de 3'3 millones de libras.
El origen del tesoro es todavía fruto de especulaciones: un botín de guerra escondido por un soldado o un "depósito" cuyo dueño no pudo volver a recuperarlo, todo son hipótesis.
Actualmente, el tesoro está repartido entre el Birmingham Museum & Art Gallery (Birmingham) y el Potteries Museum & Art Gallery (Stoke-on-Trent), aunque una parte ha estado expuesta en el Museo Británico de Londres. Para más información, hay una web dedicada al tesoro: http://www.staffordshirehoard.org.uk/
Sucedió el 5 de julio del 2009 (pronto hará un año). Un tal Terry Herbert, uno de esos chiflados que van de aquí para allá buscando tesoros con un detector de metales, buscaba algo de valor, no en un terreno de especial relevancia histórica, sino en el huerto de un amigo, en el pueblo de Hammerwich (Staffordshire). En un momento dado, su detector localizó algo enterrado. ¿Una lata de refresco?¿Quizá una vieja herramienta abandonada? En 9999 de cada 10000 veces habría sido algo parecido, pero Herbert, hombre de fe, empezó a cavar. Y encontró su tesoro.
Lo que Herbert encontró era nada menos que el tesoro anglosajón más grande jamás hallado. Más de 1500 objetos de diverso tamaño (adornos, empuñaduras de espadas, etc.) y que parecen ser de uso militar, hasta sumar 5 kilos de oro y casi 1'5 de plata (para comparar, el mayor tesoro de este tipo conocido hasta la fecha era el de Sutton Hoo, descubierto en 1939 y que pesaba en torno a 1'5 kg.). Los expertos han datado los objetos en torno al siglo VII de nuestra era, y han quedado asombrado por la riqueza y la variedad de sus objetos.
Afortunadamente, Herbert es un buscador del tipo honrado, no uno de esos esquilmadores que saquean lugares históricos en busca de objetos para vender en el mercado negro. Su honradez se verá gratamente recompensada: él y el propietario del terreno se repartirán una compensación de 3'3 millones de libras.
El origen del tesoro es todavía fruto de especulaciones: un botín de guerra escondido por un soldado o un "depósito" cuyo dueño no pudo volver a recuperarlo, todo son hipótesis.
Actualmente, el tesoro está repartido entre el Birmingham Museum & Art Gallery (Birmingham) y el Potteries Museum & Art Gallery (Stoke-on-Trent), aunque una parte ha estado expuesta en el Museo Británico de Londres. Para más información, hay una web dedicada al tesoro: http://www.staffordshirehoard.org.uk/
miércoles, 2 de junio de 2010
Los castores, esos grandes currantes
Un investigador canadiense llamado Jean Thie estaba allá por el 2007 utilizando el Google Earth para un estudio del cambio medioambiental en las regiones boreales y subárticas de Canadá (quien lo diría, Google Earth sirve para algo más que para buscar tu casa y cotillear playas nudistas). Vió entonces algo que le llamó la atención y que al acercarse resultó ser, ni mas ni menos, que la mayor presa contruída por castores que jamás se haya conocido.
La magnífica construcción se encuentra en la provincia de Alberta, en el parque nacional Wood Buffalo, y mide la friolera de 850 metros de largo. Hasta ahora, la mayor presa conocida estaba en Montana (EEUU) y mide "sólo" 652 metros (para hacer una comparación, la famosa presa Hoover no llega a los 380 metros). Por lo general, las presas de los castores tienen mucha menor dimensión, y apenas un 5% sobrepasa los 100 metros.
Examinando anteriores fotos por satélite, se ha sabido que la presa ya existía en 1990, pero no en 1975. Se calcula que su construcción se inició poco después de esta fecha, lo que está reforzado por el hecho de que sobre buena parte de ella crece vegetación, lo que no ocurre en las presas recientes. Se estima que una obra de estas dimensiones ha debido de implicar a varias generaciones de una gran familia de castores.
Tenía pensado terminar con un chiste sobre los castores y los funcionarios, pero lo dejo para otra ocasión. Mejor rindamos homenaje a estos pequeños y peludos currantes de la Naturaleza.
La presa
El castor
La magnífica construcción se encuentra en la provincia de Alberta, en el parque nacional Wood Buffalo, y mide la friolera de 850 metros de largo. Hasta ahora, la mayor presa conocida estaba en Montana (EEUU) y mide "sólo" 652 metros (para hacer una comparación, la famosa presa Hoover no llega a los 380 metros). Por lo general, las presas de los castores tienen mucha menor dimensión, y apenas un 5% sobrepasa los 100 metros.
Examinando anteriores fotos por satélite, se ha sabido que la presa ya existía en 1990, pero no en 1975. Se calcula que su construcción se inició poco después de esta fecha, lo que está reforzado por el hecho de que sobre buena parte de ella crece vegetación, lo que no ocurre en las presas recientes. Se estima que una obra de estas dimensiones ha debido de implicar a varias generaciones de una gran familia de castores.
Tenía pensado terminar con un chiste sobre los castores y los funcionarios, pero lo dejo para otra ocasión. Mejor rindamos homenaje a estos pequeños y peludos currantes de la Naturaleza.


Suscribirse a:
Entradas (Atom)