Verba volant, scripta manent

viernes, 15 de julio de 2011

Los efectos del calentamiento global: el grolar

                                   Grolar


El 16 de abril de 2006, un cazador norteamericano llamado Jim Martell lograba cazar un oso polar cerca del pueblo de Sachs Harbour, en la isla de Banks, en el Ártico canadiense. No le había salido barato: entre  permisos, licencias y otros gastos, se había gastado más de 45000 dólares. Pero una vez tuvo delante al animal, algo le llamó la atención, lo mismo que  a su guía. Parecía efectivamente un oso polar, pero tenía detalles extraños, como garras muy largas y parches de pelaje pardo, que le desconcertaron. Así que decidió entregar el animal a las autoridades canadienses, quienes examinaron concienzudamente al oso. El examen genético fué concluyente: el especimen era sin duda hijo de una osa polar, pero su padre había sido un oso pardo norteamericano, también conocido como grizzly (para alivio de Martell; de haber matado a un grizzly sin permiso, podía haberle costado un año de cárcel y una fuerte multa). Se trataba del primer híbrido conocido de ambas especies nacido en libertad.
El oso polar apareció hace unos 150000 años (un tiempo pequeño evolutivamente hablando) y desciende del oso pardo, probablemente de una población aislada por las glaciaciones durante el Pleistoceno. Por ello, la divergencia genética entre ambas especies es bastante pequeña y, de hecho, ya se conocían híbridos de ambas, pero siempre nacidos en cautividad. En estado salvaje, había una limitación geográfica: los territorios ocupados por ambas especies no se solapaban, por lo que el encuentro de dos individuos era sumamente improbable. ¿Qué ha cambiado ahora? El clima.
El imparable cambio climático está acabando con el hielo del Ártico. Las áreas heladas se están reduciendo obligando a los osos polares a aventurarse en tierra firme, que antes no frecuentaban, para poder subsistir.  Esto ha hecho que los encuentros entre ambas especies hayan crecido exponencialmente. Posteriormente, se han avistado más posibles ejemplares, e incluso se ha encontrado a un oso hijo de una grolar y un oso pardo, lo que indica que es perfectamente viable.
Dado que hasta entonces sólo existía en cautividad, nadie se había preocupado de darle nombre al híbrido. "Grolar" es una de las formas utilizadas, contracción de "grizzly" y "polar", lo mismo que "pizzly", pero también han propuesto otras formas como "polizzly" o incluso "nanulak" (resultado de combinar los nombres inuit de ambos osos, "nanuk" y "aklak").

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