El Megaloceros giganteus, también conocido como alce irlandés o megalocero, fue el mayor cérvido que jamás haya pisado la Tierra. Lo de "irlandés" viene dado porque es relativamente frecuente encontrar restos fósiles suyos en las turberas y las zonas lacustres de la Isla Esmeralda, aunque en su época de mayor esplendor el megalocero se extendía por toda Europa, buena parte de Asia y el norte de África. Tampoco lo de "alce" es demasiado acertado; más que con un alce, el megalocero tenía un notable parecido con los actuales gamos. Exceptuando, claro, su colosal tamaño: los machos podían superar con holgura los dos metros de altura y pesar cerca de una tonelada. Además, presentaban unas impresionantes cornamentas que en algunos casos alcanzaban los tres metros y medio de largo de punta a punta y un peso de unos cincuenta kilos. Con ese tamaño, pocos depredadores suponían una amenaza para los ejemplares adultos: el poderoso león de las cavernas y los individuos del género Homo (neandertales y sapiens).
Los megaloceros vivían en los amplios espacios abiertos de llanuras, estepas y tundras, donde podían hallar con facilidad la hierba y los arbustos de los que se alimentaba. Presentaban un marcado dimorfismo sexual: las hembras eran notablemente más pequeñas que los machos. Las impresionantes cornamentas de los machos no eran permanentes; como en algunas especies de ciervos modernos, se caían tras la época de apareamiento y se regeneraban al año siguiente, lo que para los machos suponía un considerable gasto de energía y minerales (a algunos ejemplares la regeneración de las astas les provocaba osteoporosis). Del estudio de pinturas rupestres se ha deducido que mudaba el pelo según la estación; en verano tenía un pelaje corto y de color parduzco, mientras en invierno era más denso y de un color oscuro en el dorso y más claro en vientre y garganta. Las mismas pinturas lo representan con una especie de joroba entre los hombros, que posiblemente fuese una reserva de grasa para periodos de escasez.
En cuanto a sus hábitos reproductivos, dada la diferencia de tamaño entre machos y hembras se supone que en época de celo los machos dominantes reunían harenes de hembras, por cuyo control peleaban con otros machos. Dado el elevado número de restos de machos jóvenes que se han hallado, se supone que durante el celo había una muy elevada mortalidad entre los machos, bien por causa de las peleas, bien por el hambre y el agotamiento, ya que muchos ejemplares dejaban de alimentarse, concentrados en el apareamiento. El resto del año, machos y hembras vivían por separado, encargándose las hembras en solitario del cuidado de las crías.
Cráneo de alce irlandés |
La primera descripción científica de esta especie data de 1697 y se debe al irlandés sir Thomas Molyneux, médico y miembro de la Royal Society. No sería catalogado taxonómicamente, sin embargo, hasta 1799, por el naturalista y antropólogo alemán Johann Friedrich Blumenbach, quien le dio el nombre de Megaloceros (Gran cuerno). No obstante, ya aparecía mencionado en algunos documentos tiempo antes; en el Museo Nacional de Irlanda se conserva un dibujo de un cráneo de megalocero, obra de Adam Loftus, arzobispo de Armagh, datado en 1588, y en los registros públicos ingleses hay constancia de que uno de estos cráneos, con sus cuernos, fue llevado en 1596 a Hatfield House, en Hertfordshire (Inglaterra), antigua residencia real y entonces propiedad del conde de Salisbury.
Esqueleto completo de Megaloceros hallado en Sapozhka (Rusia) y conservado en el Instituto de Paleontología de Moscú |
Elasmotherium |
Me ha servido de gran utilidad. Gracias.
ResponderEliminarMe alegro. Un saludo.
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