El célebre mapa del tesoro de Willy el Tuerto que aparece en la película Los Goonies se halla en paradero desconocido desde hace años. Según confesó el actor Sean Astin en una entrevista, al terminar el rodaje de la película se llevó el mapa a su casa, pero años más tarde, mientras rodaba una película en el extranjero, sus padres se mudaron y su madre metió todas sus cosas en cajas. Algunas las tiró a la basura, otras las regaló y algunas fueron a parar a su nueva casa. Desde entonces Astin no volvió a ver el mapa e ignora que fue de él. Eso si, todavía conserva la llave esqueleto que aparecía en la misma película.
La banda sonora de Guardianes de la Galaxia, "Awesome Mix Vol. 1", fue la primera banda sonora en alcanzar el número 1 del US Billboard sin tener ni una sola canción original.
Según él mismo reconoció años más tarde, el actor Eli Wallach (1915-2014) estuvo a punto de morir tres veces mientras rodaba El bueno, el feo y el malo (1966). La primera, cuando bebió de una botella de refresco que en realidad contenía ácido, que varios miembros del equipo técnico estaban usando para una de las escenas; evacuado de emergencia a un hospital, necesitó un lavado de estómago. La segunda, cuando rodaba una escena en la que estaba subido a un caballo con una soga al cuello; el caballo se asustó y salió corriendo, pero afortunadamente la soga se soltó. La tercera, en una escena en la que está tendido junto a una vía mientras pasa un tren, cuando unos escalones que sobresalían de uno de los vagones pasaron peligrosamente cerca de su cabeza.
Durante el rodaje de Centauros del desierto (1956) una niña de la tribu navaja que participaba en el rodaje se puso repentinamente enferma con un caso grave de neumonía. Al saberlo, el actor John Wayne ofreció inmediatamente su avión privado y su piloto para que la niña fuera llevada lo antes posible a un hospital. Los navajo, impresionados con su gesto, apodaron a Wayne "El hombre del gran águila".
El director Ridley Scott rodó parte de su película El reino de los cielos (2005) cerca de una ciudad marroquí llamada Ouarzazate, donde desde hace décadas existen unos estudios cinematográficos. Para rodar esa película tuvo que levantar unos enormes decorados en mitad del desierto. Tras terminar el rodaje, y descubrir que desmontar los decorados le iba a costar 300000 dólares, Scott se los cedió a los estudios por la simbólica cantidad de 10 $, a cambio de que se hicieran cargo de todos los gastos. Cuando regresó a Ouarzazate en 2024 para rodar Gladiator 2 y quiso disponer de esos mismos decorados para grabar algunas escenas, tuvo que pagar un millón de dólares para alquilarlos.
Cuando en 1922 se estrenó el clásico del cine de terror Nosferatu, Florence Balcombe, viuda y heredera del escritor Bram Stoker, denunció a su productora, Prana Film, por considerar que se trataba de una adaptación no autorizada de la célebre novela de su marido Drácula. Los productores trataron de defenderse, pero las similitudes entre ambas eran tan notorias (prácticamente las únicas diferencias eran los nombres de los personajes y los lugares donde estaba ambientada) que el juez falló en favor de Balcombe, imponiendo a Prana Film el pago de una sustanciosa indemnización (que en la práctica, supuso su bancarrota y que Nosferatu fuera su única película) y ordenando que se destruyeran todas las copias del filme. Afortunadamente, varias copias quedaron ocultas y se salvaron de la destrucción, permitiendo que uno de los filmes de terror más influyentes de la historia llegara hasta nuestros días.
En la película El imperio contraataca (1980) las escenas ambientadas en el planeta helado de Hoth se rodaron en parajes nevados de Noruega. La gran mayoría de los extras que interpretan a soldados rebeldes no eran en realidad actores, sino voluntarios de la Cruz Roja contratados para la ocasión. Se hizo así porque dadas las difíciles condiciones del rodaje necesitaban personas expertas en desenvolverse en la nieve y a bajas temperaturas, y los voluntarios de la Cruz Roja habían recibido entrenamiento específico en rescate y supervivencia en la montaña.
Cuando el director William Friedkin comenzó a preparar el rodaje de The French Connection (1971) pensó en contratar a un actor extranjero para interpretar al villano del film, el escurridizo capo Alain Charnier. Friedkin había visto Belle de Jour (1967), dirigida por Luis Buñuel, y había quedado muy impresionado por la interpretación y el físico de Francisco Rabal, que tenía en ella un pequeño papel. Y pensó que el rostro tosco y anguloso de Rabal encajaba bien con el personaje de Charnier, a quien entonces imaginaba como un capo corso, rudo y violento. Así que le pidió a su director de casting que lo contratara, aunque no recordaba su nombre. Enfrascado en otros aspectos del rodaje, Friedkin no tuvo tiempo para reunirse con los actores hasta prácticamente unos días antes de empezar el rodaje. Y se llevó una gran sorpresa al encontrarse en lugar de Rabal a Fernando Rey, que también era español y había rodado con Buñuel, pero era lo opuesto a lo que él buscaba; en lugar del rudo Rabal se encontró a un hombre cortés, educado, elegante y que, según el propio Friedkin "parecía un duque". El responsable del reparto se había confundido de actor. Intentaron tantear a Rabal, pero para entonces ya estaba ocupado, y además no hablaba ni una palabra de inglés, mientras que Rey lo hablaba más que correctamente (y además se defendía bastante bien en francés e italiano). Así que Friedkin, al parecer por sugerencia del propio Rey, decidió cambiar el enfoque del personaje; en lugar de un mafioso vulgar y violento, lo convirtió en un criminal elegante, escurridizo y burlón, que se ajustaba perfectamente a las características de Fernando Rey. La película sería un gran éxito, Rey recibiría grandes elogios por su papel (repetiría con el mismo personaje en la secuela, French Connection II) y el propio Friedkin nunca dejó de elogiar a Rey por sus cualidades como actor y por lo agradable que era trabajar con él.
Durante el rodaje de Pesadilla antes de Navidad (1993) los animadores fabricaron para su protagonista Jack Skellington más de 400 cabezas distintas, cada una representando una expresión o una emoción. Para su compañera Sally, en cambio, como su pelo largo complicaba mucho la confección, hicieron una sola cabeza, con más de un centenar de caras intercambiables.
Cuando el cómico Mel Brooks dejó sus huellas en el cemento del Paseo de la Fama de Hollywood en 2014, lo hizo llevando un dedo postizo en su mano izquierda.
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