Verba volant, scripta manent

lunes, 13 de julio de 2015

Los primeros pobladores del Ártico

La distribución de la cultura Dorset

Acostumbrados a pensar en los inuit como los habitantes tradicionales de Groenlandia y las regiones árticas de Norteamérica, parece raro considerarlos como unos recién llegados. Y sin embargo, históricamente su llegada a la región es relativamente reciente. Los antepasados de los inuit procedían de Siberia y cruzaron el estrecho de Bering hacia Norteamérica a partir del siglo II a. C., instalándose en Alaska, donde en torno al año 1000 aparece la llamada cultura Thule, antecesores directos de los inuit. Fueron los Thule los que empezaron a dirigirse hacia el este, ocupando Groenlandia hacia el año 1300 y la península de Labrador en torno al 1500. Pero no fueron los primeros, ni mucho menos, en habitar esas regiones.
Las tradiciones inuit hablan de los sivullirmiut ("primeros pobladores"), una tribu de gigantes tímidos y pacíficos que vivían en aquellos parajes antes de su llegada. Una leyenda que se transformó en una certeza en 1925, cuando un antropólogo canadiense llamado Diamond Jenness pudo estudiar una serie de restos arqueológicos hallados en un yacimiento de Cape Dorset (en la isla de Dorset, en el estrecho de Hudson), y concluyó que eran vestigios de una cultura desarrollada y diferente a la de los inuit, una civilización que él denominó cultura Dorset.
Posteriores hallazgos arqueológicos confirmaron que la Dorset era una cultura totalmente distinta de los inuit, y que se trataba del último exponente de los llamados pueblos paleoesquimales. Estos pueblos, al igual que los inuit, procedían de Siberia y alcanzaron Norteamérica cruzando el estrecho de Bering; pero lo hicieron en una época muy anterior, en torno al año 3500 a. C.; y, al igual que ellos, se instalaron en Alaska antes de expandirse hacia el este. A este grupo pertenecieron culturas como la Saqqaq, la pre-Dorset (antecesora de la Dorset), las culturas Independence I y II y, finalmente, la Dorset, que se originó en torno al año 400 y en su momento de máximo esplendor se extendía por la bahía de Hudson, Labrador, Terranova y parte de Groenlandia. El estudio genético llevado a cabo en 2010 de los restos de un Saqqaq confirma que sus antepasados llegaron a América en una migración diferente tanto a la de los inuit como a la que dio lugar al resto de aborígenes americanos.

Puntas de arpón fabricadas por los Dorset
Los Dorset, igual que los inuit, eran pescadores y cazadores perfectamente integrados en su entorno, aunque su tecnología era notablemente inferior. Cazaban caribús, osos y mamíferos marinos como focas y morsas, aunque no ballenas, como si hacen los inuits. No obstante, no utilizaban arcos y flechas, ni tenían trineos de perros, ni sus embarcaciones estaban tan perfeccionadas. Sus arpones tenían sencillas hojas triangulares de una punta, menos eficaces que los arpones inuit de varias puntas. Tampoco conocían el taladro. Sus casas se calentaban con lámparas de talco alimentadas con grasa de foca. La existencia de numerosas miniaturas talladas con la forma de animales y de máscaras rituales sugieren una religión de carácter animista y chamánica. Su estatura media era notablemente superior a la de los inuit, de ahí que éstos les llamasen "gigantes".

Máscaras rituales de la cultura Dorset













Durante siglos, los Dorset se mantuvieron aislados sin apenas interacción con otras etnias. Si que mantuvieron contactos comerciales con los vikingos, después de que éstos llegaran a Groenlandia en el 982; la aparición de algunos objetos de inequívoco origen nórdico en algunos de sus yacimientos así lo demuestra. Los vikingos les llamaron Skræling, término que usaban indistintamente para todos los nativos americanos con los que trataron.
Aún se discuten los motivos de la desaparición de los Dorset y la naturaleza de su relación con los inuit. Hasta el momento no se han hallado pruebas de un mestizaje entre ambos pueblos, aunque cierta interacción si parece que existió, ya que los inuit adoptaron algunas técnicas de los Dorset, como pescar focas mediante agujeros en el hielo. Algunos autores sugieren que fue el empuje de los inuit, más belicosos y mejor armados, lo que fue arrinconando cada vez más a los Dorset hasta su extinción. No obstante, todos los indicios apuntan a que cuando los nuevos pobladores llegaron la civilización Dorset ya estaba en declive y en franca regresión; por ejemplo, habían abandonado sus asentamientos de Terranova y parte del Labrador, debido a la presión de tribus de origen algonquino como los innu o los beothuk. Otros atribuyen este retroceso al llamado Periodo Cálido Medieval, un periodo de temperaturas extremadamente cálidas que afectó al Atlántico Norte entre los siglos X y XIV, y que provocó el retroceso del hielo en numerosas regiones. Según esta teoría, los Dorset, adaptados a la vida en zonas heladas, habrían seguido el retroceso del hielo, abandonando las zonas ahora templadas, hasta quedar reducidos a unos pocos asentamientos aislados que fueron extinguiéndose hasta desaparecer, permitiendo así a los inuit ocupar los territorios ahora vacíos.

Pequeña escultura Dorset de un oso, hecha de marfil de morsa
En 1824, la corbeta británica HMS Griper, que buscaba el llamado Paso del Noroeste, fondeó en el extremo noroeste de la bahía de Hudson, en la isla Coats, donde su tripulación entró en contacto con una tribu esquimal de aspecto y lengua diferentes a todos los demás pueblos de la región, que se hacían llamar sadlermiut y vivían en total aislamiento en Coats y en la vecina isla de Southampton. Hoy en día se cree que los sadlermiut pudieron muy bien haber sido el último reducto superviviente de la cultura Dorset. Desgraciadamente, hoy en día ya no queda nadie de aquella población. El frecuente contacto con los blancos diezmó su número a causa de las enfermedades. Los últimos 70 sadlermiut que quedaban fallecieron en 1902, a causa de una epidemia de tifus contagiada por los marineros de un ballenero llamado Active.

2 comentarios:

  1. Magnifico articulo. Nunca sabremos le repercusión exacta que han tenido las enfermedades aportadas por los colonos y exploradores entre las poblaciones indígenas carentes de anti-cuerpos.

    Un abrazo.

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    1. Un efecto devastador. Aunque la fama de genocidas la tengamos los europeos (y no sin razón) lo cierto es que un porcentaje elevadísimo de las muertes entre los indígenas de las colonias, especialmente en América, pero también en África y Oceanía, fueron a causa de la viruela, el sarampión, el tifus, la gripe...
      Un abrazo, Rodericus.

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