Verba volant, scripta manent

domingo, 18 de septiembre de 2022

El Asunto Lavon

Pinhas Lavon, n. Pinhas Lubianiker (1904-1976)

A principios de la década de 1950, la diplomacia estadounidense comenzó a apremiar a los británicos para que retiraran sus tropas del Canal de Suez, renunciando así a la Convención de Constantinopla (1888) y al Tratado Anglo-Egipcio (1936) que declaraban el Canal como una zona neutral bajo control británico. Este movimiento, sin embargo, era visto con recelo por Israel, que temía que la retirada británica diera alas al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, quien poco antes había tomado el poder derrocando al rey Faruq I, el cual se había mostrado bastante combativo hacia los israelíes.

Los israelíes intentaron primero convencer a los británicos con diplomacia, pero fracasaron. Fue entonces cuando algunos creyeron llegado el momento de emplear medios menos convencionales.

Binyamin Gibli (1919-2008)

A principios de 1954 el coronel Binyamin Gibli, jefe del Aman, el Servicio de Inteligencia del ejército israelí, puso en marcha la llamada Operación Susannah, encaminada a hacer cambiar de idea a los británicos. Se trataba de una operación de falsa bandera (operaciones efectuadas por un determinado país u organización para aparentar haber sido llevadas a cabo por otros) en la que agentes israelíes cometerían atentados y acciones de sabotaje contra objetivos británicos y norteamericanos en Egipto, creando un clima de violencia e inseguridad y haciendo creer a los británicos que la seguridad del Canal peligraba si retiraban sus tropas.

Se decidió que la misión fuera llevada a cabo por la llamada Unidad 131, una unidad secreta organizada en Egipto por un agente israelí llamado Avram Dar, bajo la identidad falsa de John Darling, un británico de origen gibraltareño. Dar había reclutado a varios judíos egipcios, que habían formado parte de una red que ayudaba a judíos a emigrar a Israel (algo prohibido por las leyes egipcias) y los había entrenado para participar en misiones encubiertas. El control de la Unidad 131 había sido objeto de una tensa disputa entre el Aman y el Mossad, pero por aquel entonces respondía únicamente a las órdenes de Gibli.

Poco antes de iniciarse la operación llegó a El Cairo Avraham Seidenberg, un agente israelí encargado de supervisar las acciones de la Unidad 131, asumiendo la identidad de Paul Frank, un antiguo miembro de las SS. Era de vital importancia evitar cualquier sospecha hacia Israel; las autoridades egipcias debían creer que los autores de los atentados habían sido los Hermanos Musulmanes, una célula comunista, militantes nacionalistas o simples descontentos con el gobierno.

El 2 de julio de 1954 tiene lugar el primer atentado de la célula, que provoca un incendio en una oficina postal de Alejandría. El 14 de ese mismo mes son tres las bombas que hacen explosión en las sedes de la Agencia de Información de los Estados Unidos en El Cairo y Alejandría, así como en un teatro propiedad de un ciudadano británico. Se trataba de bombas toscas y de escasa potencia, que apenas provocaron daños: estaban formadas por una bolsa llena de ácido y un recipiente con nitroglicerina. Pasado un cierto tiempo, el ácido corroía la bolsa y hacía estallar la nitroglicerina. 

Sin embargo, unos días más tarde, uno de los agentes israelíes llamado Philip Natanson resultó herido cuando el artefacto que iba a colocar en otro teatro estalló de forma prematura. Arrestado de inmediato por la policía egipcia, en su apartamento se encontró documentación y materiales que involucraban al resto de los miembros del comando. Dar y Seidenberg lograron escapar, abandonando a su suerte a sus compañeros. Trece personas, entre judíos egipcios y agentes israelíes fueron arrestados y sometidos a juicio, celebrado entre el 11 de diciembre de ese año y el 27 de enero de 1955. Dos de los arrestados (Moshe Marzouk y Shmuel Azar) fueron condenados a muerte y ahorcados; otros dos murieron en prisión; dos más fueron absueltos; y el resto fueron condenados a penas que iban de los siete a los veinte años de cárcel. Dos de ellos fueron liberados en 1962 y el resto en 1968, como parte de un intercambio de prisioneros de guerra entre Egipto e Israel.

El gobierno israelí negó todo conocimiento de la operación y que los agentes arrestados fueran miembros de sus servicios secretos. Sin embargo, el fracaso de la operación tuvo sus consecuencias en la política israelí. El entonces secretario de Defensa, Pinhas Lavon, negó ante el primer ministro Moshe Sharrett tener conocimiento alguno de la operación, algo que Gibli contradijo. Una comisión de investigación creada por Sharrett para investigar el caso no halló pruebas inculpatorias contra Lavon, el cual acusó entonces a su secretario general, Shimon Peres, y a Gibli. A su vez Peres y el Jefe del Estado Mayor del ejército, Moshe Dayan, declararon contra Lavon, el cual acabó por dimitir el 17 de febrero de 1955. Fue sustituido como secretario de Defensa por el ex-primer ministro David Ben-Gurion, el cual a su vez sustituiría a Sharrett como primer ministro meses más tarde. Todo el asunto, que hasta entonces había sido llamado por los hebreos como el "Desafortunado Asunto" o el "Mal Negocio" pasó a ser conocido como "el Asunto Lavon".

El caso tendría aún más recorrido cuando en 1956 Seidenberg fue arrestado por vender documentos secretos a los egipcios, y condenado a diez años de cárcel, lo que hizo a algunos sospechar que podía haber sido el responsable de delatar a la Unidad 131 a las autoridades egipcias. Una nueva investigación del caso llevada a cabo en 1960 señaló indicios de falsedades en la declaración de Gibli y que muy probablemente Lavon decía la verdad cuando afirmaba no haber ordenado la operación ni haber sabido nada acerca de ella. 

En 1958, tras la Guerra del Sinaí, las autoridades egipcias usaron el juicio de la Operación Susannah como excusa para lanzar una campaña contra la comunidad judía de Egipto. Un millar de judíos egipcios fueron encarcelados y otros 25000 expulsados de Egipto; la mayoría de ellos se instaló en Israel.

El gobierno israelí siguió negando toda responsabilidad sobre el incidente hasta 2005, año en el que el presidente Moshe Katsav condecoró a los miembros supervivientes del comando.

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