Robert Cletus "Bobby" Driscoll (1937-1968) |
Allí Bobby no tardaría en tener su primera oportunidad de aparecer en la gran pantalla. El hijo de su peluquero, actor ocasional, le consiguió una prueba para la Metro Goldwyn Mayer y el pequeño resultó elegido, entre más de cuarenta aspirantes, para interpretar un papel en la película Lost Angel, un drama familiar que pasó sin pena ni gloria, pero que le permitió a Bobby Driscoll introducirse en el mundillo del cine. A este papel lo siguieron otros, y Bobby se ganó una cierta reputación de niño prodigio.
Pero su verdadero salto a la fama se produjo en 1946, cuando otra estrella infantil, Luana Patten, y él se convirtieron en los dos primeros actores contratados por Walt Disney, quien tras triunfar con sus dibujos animados se preparaba para el paso al cine con actores reales. Juntos protagonizaron Canción del sur (1946), la primera película de Disney con acción real (aunque intercalada con secuencias de dibujos animados), y en 1948 Danny, el primer filme de la compañía íntegramente sin animación. Ambos serían apodados por la prensa como "the Sweetheart Team".
Luana Patten, Walt Disney y Bobby Driscoll |
Su mayor éxito llegaría en 1950, con la versión del clásico La isla del tesoro dirigida por Byron Haskin para la Disney. Por esa época también colaboró en uno de los grandes clásicos animados de la productora, Peter Pan, sirviendo de modelo para los animadores y poniendo voz al personaje principal.
Pero a partir de ahí su carrera entró en declive. Los ejecutivos de la compañía concluyeron que, al ir creciendo, su nuevo aspecto ya no encajaba en la categoría de "protagonista adorable" que había tenido hasta entonces. Eso, unido a un grave caso de acné, hizo que en 1952 y 53 trabajara muy poco. En 1953, al concluir su contrato con Disney, la compañía no se lo renovó y Bobby Dricoll intentó seguir con su carrera. Pero para el resto de productoras seguía siendo "el actor infantil de Disney" y pocos se lo tomaron en serio. En los siguientes años, la mayor parte de su trabajo fue en series de televisión y en programas de radio.
Bobby estudiaba en la Hollywood Professional School, creada para educar a actores infantiles, pero sus padres lo matricularon en la Universidad de Westwood al terminar su contrato con Disney. No fue un cambio agradable para el joven, que fue víctima de burlas por su pasado como actor, vio como sus notas bajaban y empezó a experimentar con las drogas. Finalmente, atendiendo a sus deseos, sus padres lo devolvieron a la Hollywood Professional School, donde se graduaría en 1955.
En 1956 tuvo su primer encuentro con la justicia, al ser arrestado por posesión de marihuana, aunque los cargos serían retirados. En diciembre de ese año, huyó a México para casarse con su novia Marilyn Jean Rush; tendrían tres hijos y se divorciarían en 1960.
En 1958 tuvo su último papel en el cine; un poco conocido drama titulado The party crashers. De ahí en adelante, sólo algunos papeles esporádicos en televisión. Su cada vez mayor dependencia de la heroína y su fama de problemático le alejaron poco a poco de la interpretación. En 1961 fue arrestado por asalto y alteración del orden tras golpear con una pistola a un hombre con el que estaba discutiendo; de nuevo, los cargos fueron retirados. Más tarde, ese mismo año, un juez lo condenó a ser internado en un centro de rehabilitación. Cuando fue liberado, en 1962, ya le fue imposible encontrar ningún tipo de empleo en el mundo del cine.
En 1965 Bobby Driscoll viajó a Nueva York en un último intento de relanzar su carrera, tratando de abrirse paso como actor teatral en Broadway, pero una vez más fracasó y acabó formando parte de The Factory, el peculiar estudio artístico apadrinado por el excéntrico Andy Warhol. Allí, Driscoll interpretaría su último papel conocido, en un cortometraje underground titulado Dirt.
Driscoll abandonaría The Factory a finales de 1967 o principios de 1968, y su rastro se perdió en los ambientes marginales de Nueva York. En 1969 su padre enfermó de gravedad y, ante la posibilidad de un funesto desenlace, su madre se puso en contacto con la policía neoyorquina para pedirles que localizasen a su hijo, del que no sabían nada. Un examen de sus huellas dactilares llevó a los agentes hasta el cuerpo de un hombre no identificado que había sido encontrado muerto en una casa abandonada del East Village el 30 de marzo de 1968 por dos niños que jugaban. El cuerpo no tenía ningún tipo de documentación y la autopsia reveló que había muerto de un ataque al corazón provocado por una avanzada arterioesclerosis, causada por el consumo prolongado de drogas. Al no haber sido identificado, el cadáver de Bobby Driscoll había sido enterrado en una tumba anónima del cementerio de Hart Island, donde aún hoy permanecen sus restos.
Qué vidas tan desgraciadas las de los tres que he leído. a Annete la niña de Mis adorables sobrinos la recuerdo.
ResponderEliminarUn saludo.
Unos pequeños desafortunados que no supieron asimilar el peso de la fama y el paso a la edad adulta.
EliminarUn saludo.