Verba volant, scripta manent

miércoles, 14 de junio de 2017

Películas que nunca se rodaron: la alianza Alain Resnais & Stan Lee


A primera vista parece una combinación más que improbable. El director francés Alain Resnais, una de las máximas figuras de la Nouvelle Vague, el gran movimiento renovador del cine francés de mediados del siglo XX, autor de clásicos como Hiroshima mon amour o El año pasado en Marienbad; y el guionista de cómics Stan Lee, creador de Spiderman, Hulk, los X-Men, los Cuatro Fantásticos o Iron Man, entre otros. Y sin embargo, ambos colaboraron para tratar de levantar proyectos comunes (que no llegaron a fructificar) y forjaron una amistad de más de cuatro décadas.
Lo cierto es que Resnais, además de ser uno de los más aclamados directores del cine francés, era un apasionado de la ciencia-ficción, género con el que ya había coqueteado en alguno de sus filmes como Je t'aime, je t'aime (1968). Además, también era un gran aficionado a los cómics; dijo que había aprendido inglés leyendo los cómics de la Marvel y en su día trató de adaptar al cine (sin conseguirlo) el álbum de Tintín La Isla Negra y el cómic ambientado en el Salvaje Oeste Red Ryder. Incluso, a finales de la década de los 60, le habían ofrecido dirigir una adaptación de las aventuras de Spiderman, aunque declinó el ofrecimiento.
En 1971, Resnais y Lee se conocieron por casualidad en Nueva York. Ambos simpatizaron de inmediato, y tras expresarse su mutua admiración por sus respectivas obras, muy pronto surgió la idea de colaborar en un proyecto común. La idea les entusiasmó; Resnais seguía queriendo dirigir ciencia-ficción, y Lee, por su parte, estaba un poco cansado de los cómics y le apetecía mucho escribir algo diferente. Acabaron por acordar que no serían uno, sino dos, los filmes en los que trabajarían conjuntamente; uno con un estilo más cercano al de Resnais, y el otro más próximo a Lee.
El primero de los dos proyectos se iba a llamar The Inmates (Los prisioneros), e iba a ser un filme de ciencia-ficción con una importante carga filosófica y ambientado en el barrio neoyorquino del Bronx. En palabras del propio Lee "Tiene que ver con la especie humana, por qué estamos en la Tierra, y cuál es nuestra relación con el resto del Universo". No obstante, el proyecto no llegó mucho más allá. Resnais quería que Lee escribiera el guión, con su propio estilo, mientras que Lee no estaba seguro de poder hacerlo y era partidario de contratar a otro guionista que trabajara siguiendo sus directrices. Al final el guión no llegó a completarse, aunque años más tarde Lee no descartaba retomar el proyecto, completar el guión y tratar de convertirlo en una película.
El segundo proyecto común consistía en una película titulada The monster maker (El creador de monstruos), que contaría la historia de un director de películas de terror de bajo presupuesto empeñado en rodar un filme "serio" sobre la contaminación; un personaje con numerosos paralelismos con el propio Stan Lee. En esta ocasión, ambos consiguieron terminar un guión, que vendieron a una productora por 25000 $. Pero tampoco se llegó a filmar. Los productores querían introducir numerosos cambios en el guión. Lee se mostraba dispuesto a hacer modificaciones, pero Resnais se mostró inflexible y no quiso permitir ninguna variación. Finalmente, el proyecto quedó olvidado; tiempo después Lee afirmaría sobre él que "requeriría tantos cambios que sencillamente no tengo tiempo para hacerlo. Quizá algún día cuando me retire, lo que probablemente no pasará nunca".
A pesar del fracaso de su colaboración, Resnais y Lee siguieron manteniendo una estrecha amistad hasta la muerte del francés en 2014. Aún en 1980 Lee trató de convencer a Resnais de dirigir una nueva película sobre Spiderman, aprovechando el tirón del éxito de Superman, estrenada con gran éxito en 1978, pero de nuevo el director francés rechazó la oferta.

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