Verba volant, scripta manent

martes, 20 de junio de 2017

Películas que nunca se rodaron: Ronnie Rocket, de David Lynch



Tras debutar como director de largometrajes con la surrealista e inclasificable Eraserhead (1977), el extravagante David Lynch buscaba un segundo proyecto para continuar su carrera. Algo complicado, ya que Eraserhead, pese a haber tenido cierto éxito en los circuitos underground, no parecía una carta de presentación muy adecuada para alguien que quisiese invertir dinero en un filme. Al menos, para alguien que esperara recuperar su inversión.
Fue en esa época cuando el productor Stuart Cornfeld, colaborador del cómico Mel Brooks, se puso en contacto con Lynch. Cornfeld había visto Eraserhead y había quedado fascinado; por eso, se ofreció para ayudarle a conseguir poner en marcha su siguiente película. Lynch tenía un guión en el que llevaba varios años trabajando de manera intermitente: una peculiar película de ciencia-ficción inspirada en el cine fantástico de la década de los 50, titulada Ronnie Rocket.
Aunque hay varias versiones del guión, la más aceptada es la que cuenta la historia de un peculiar detective que intenta entrar en una "segunda dimensión" gracias a su habilidad para mantenerse de pie sobre una sola pierna. Su búsqueda se ve entorpecida por un paisaje lleno de extrañas habitaciones y un amenazante tren, así como por la presencia de los "Hombres Donut", que utilizan la electricidad como un arma. Paralelamente, se cuenta una segunda historia: la de Ronald d'Arte, un enano adolescente que tras un contratiempo quirúrgico se ve obligado a conectarse a una fuente de electricidad cada cierto tiempo, lo que le da el poder de controlar la energía, ya sea para hacer música (con el nombre artístico de Ronnie Rocket) o para provocar una gran destrucción.
Hasta el propio Lynch se dio cuenta de que difícilmente encontraría inversores dispuestos a financiar un guión tan estrambótico. Por eso, decidió dejarlo de lado y le pidió a Cornfeld que le buscara un guión ya escrito que pudiera rodar. Cornfeld encontró cuatro guiones que creyó que podían adaptarse al estilo de Lynch; pero a este le bastó con leer el título del primero, El hombre elefante. Con solo ver ese título, decidió que era la historia que iba a filmar. Y no le fue mal: la película fue un éxito rotundo de crítica y público, con ocho nominaciones a los Oscar (aunque no ganó ninguno).
Sin embargo, Lynch nunca renunció a rodar Ronnie Rocket. Durante las siguientes décadas siguió trabajando en el guión entre un rodaje y el siguiente, puliéndolo, reescribiendo algunas escenas, sin dejar de buscar financiación. En los años ochenta estuvo cerca de llevarla a cabo, pero dos de las productoras que se mostraron interesadas en rodarla, la Zoetrope y la De Laurentiis Entertainment Group, fueron a la bancarrota antes de llegar a ningún acuerdo.
Durante un tiempo, Lynch no pudo trabajar en el proyecto porque los derechos del guión habían quedado en manos del productor Dino de Laurentiis. Pero una vez los hubo recuperado, sigue sin perder la esperanza de verlo en el cine. Cuando le preguntan por el proyecto suele responder que está "hibernado", paralizado pero no muerto, y que de cuando en cuando le echa un vistazo porque "le gusta el mundo que creó en él". Aunque en una entrevista en 2013 se lamentaba de la alteración de los paisajes industriales en los que había pensado rodarlo y expresaba dudas acerca de si alguna vez el guión llegaría a estar listo para ser llevado a la pantalla.

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