Verba volant, scripta manent

domingo, 25 de febrero de 2018

El tenista asesino

Marie Giraudin (1850-1914) y Vere Thomas St. Ledger Goold (1853-1909)

La primera edición del torneo de tenis de Wimbledon se celebró en 1877, organizado por un grupo de miembros del selecto club privado All England Lawn Tennis and Croquet Club, que buscaban reunir fondos para llevar a cabo algunas reformas en el campo de croquet en el que jugaban habitualmente. Ante el éxito del torneo, se decidió que se celebrara anualmente. Por aquel entonces se trataba de un acontecimiento deportivo reservado solo a personas de elevada clase social; se exigía a los aspirantes a participar "conducta intachable y residir en buenas direcciones".

Uno de los deportistas que tomó parte en la tercera edición del torneo, la de 1879, fue Vere Thomas St. Ledger Goold, un joven caballero irlandés. Cumplía de sobra los estrictos requisitos para participar en el torneo; pertenecía a una familia irreprochable y de elevado status económico, era hijo de un magistrado del condado irlandés de Waterford, nieto del barón Goold y bisnieto del conde de Kenmare. Como buen caballero victoriano, era además un destacado sportman; había sido un notable boxeador y luego se había decantado por el tenis, llegando a ser campeón del Abierto de Irlanda. St. Ledger tuvo una destacada participación en aquel año, disputando la final, que perdió ante el sacerdote anglicano John Thorneycroft Hartley.

Vere Thomas en su época de tenista
A partir de aquel momento, la carrera deportiva de St. Ledger decayó considerablemente y acabó dejando el deporte en torno a 1885. Por aquel entonces se había instalado en Londres y tenía serios problemas de alcoholismo y adicción al opio, aunque quienes trataban con él lo describían como un hombre culto, educado y de modales encantadores. Ese mismo año conoció a madame Marie Giraudin, una mujer francesa, doblemente viuda y propietaria de una casa de modas, con la que se acabaría casando en 1891. Según algunas fuentes, Giraudin era una cazafortunas de la que se rumoreaba que bajo la tapadera de su negocio se dedicaba a otro tipo de negocios mucho menos lícitos. Si era cierto que se había casado con el caballero irlandés atraída por sus distinguidos apellidos y la riqueza de su familia, debió de llevarse un disgusto cuando descubrió que St. Ledger sólo tenía derecho a recibir una pequeña parte de la fortuna familiar.

El matrimonio se instaló en una mansión en el West End londinense, donde durante algunos años llevó una vida de lujo extravagante, hasta que se les acabó el dinero. En 1897, tras dejar de pagar el alquiler de su casa, el propietario descubrió que la pareja había desaparecido, tras haber vendido casi todo el mobiliario de la mansión. Los Goold habían huido a Canada, donde Marie regentó una casa de modas en Montreal. El negocio resultó ser muy rentable, pero de nuevo su estilo de vida derrochador les llevó a tener problemas financieros, y en 1902 regresaron a Inglaterra, haciéndose llamar sir Vere Thomas y Lady Goold. En Liverpool regentaron una lavandería, y en 1905 volvieron a trasladarse, esta vez a Montecarlo.

En la capital monegasca se dedicaron a alternar con lo más selecto de la jet set europea. Frecuentaban el famoso Casino, siempre impecablemente vestidos y pagando sus facturas con regularidad para no llamar la atención. Su sobrina, Isabelle Giraudin, que les acompañaba, fue descrita como "una de las bellezas de la temporada". En aquellas fechas conocieron a Emma Levin, una mujer de mediana edad y de origen danés, viuda de un acaudalado comerciante de Estocolmo. La señora Levin no tardó en caer en las redes del matrimonio, que no tardó en engatusarla para invertir en un "negocio" muy productivo: según ellos, Marie había desarrollado un método infalible para hacer saltar la banca del Casino de Montecarlo. Sólo les faltaba el dinero para ponerlo en marcha, y la señora Levin accedió a prestárselo, entregándoles varios miles de francos en efectivo y varias joyas de gran valor, pese a que su amiga madame Castellazzi, otra viuda acaudalada instalada en la ciudad, le aconsejó encarecidamente que no lo hiciera.

Como era de esperar, el famoso sistema resultó ser un fracaso absoluto, así que el matrimonio recurrió de nuevo a la señora Levin solicitándole un nuevo préstamo en agosto de 1907. Esto enfureció a madame Castellazzi, la cual llegó a enfrentarse públicamente al matrimonio en el mismo salón del Casino, generando un notorio escándalo. A raíz de esa discusión y de las numerosas murmuraciones que generó, el matrimonio Goold decidió abandonar Montecarlo y regresar a Inglaterra, reservando billetes para ambos desde la estación de Marsella a Londres para el día 6 de agosto. Pero a la vez que la pareja dejaba la ciudad, madame Castellazzi acudía muy alarmada a la policía a denunciar la desaparición de la señora Levin, que había acudido al hotel donde se alojaban los Goold y no había regresado.

La policía acudió al hotel donde se había alojado el matrimonio, para encontrar en su habitación un espectáculo inquietante: gran cantidad de sangre salpicando suelo y mobiliario, así como una sierra y un martillo también manchados de sangre. Mientras, los Goold habían llegado en tren a la estación de Marsella, donde requirieron los servicios de un mozo para que se hiciera cargo de un baúl y un bolso de mano y los depositara en la consigna. Pero el mozo se dio cuenta de que del arcón salía un olor desagradable y goteaba algo que parecía sangre. Los Goold alegaron que en el baúl había varios pollos recién sacrificados, pero su excusa no convenció a nadie y, pese a sus protestas, se avisó a los gendarmes, los cuales abrieron su equipaje y hallaron el cadáver descuartizado de la señora Levin.


Vere Thomas alegó tras ser arrestado que la autora de la muerte de Levin era madame Castellazzi: según él, había irrumpido en la habitación mientras le pedían un préstamo y la había asesinado en un arranque de furia. Luego, los Goold habían tratado de esconder el cadáver para no verse involucrados. Por supuesto, nadie creyó esa versión. Más tarde acusaría a su esposa, pero los investigadores concluyeron que el crimen sólo podía haber sido llevado a cabo por dos personas. Nunca se reveló el motivo del asesinato, pero parece ser que el motivo de la visita de la señora Levin había sido reclamar la devolución del dinero que les había prestado.

El juicio se celebró en Montecarlo y duró tres días, en los que declararon una treintena de testigos. El veredicto se leyó el 4 de diciembre de 1907. Vere Thomas fue condenado a cadena perpetua y enviado a la tristemente famosa prisión de la Isla del Diablo, en la Guayana, donde se suicidaría el 8 de septiembre de 1909. Su esposa Marie fue condenada a la pena de muerte, aunque luego la pena sería conmutada por la de cadena perpetua. Falleció de tifus en la prisión de Montpellier en 1914.

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