Verba volant, scripta manent

lunes, 9 de enero de 2023

Eva Cassidy

Eva Marie Cassidy (1963-1996)

Eva Marie Cassidy nació en Washington DC el 2 de febrero de 1963, tercera de los cuatro hijos de un antiguo médico militar dedicado luego a la enseñanza y al arte, y de una horticultora. Desde muy niña mostró interés por la música, y con apenas nueve años su padre le enseñó a tocar la guitarra. Muy pronto empezó a tocar para su familia y amigos, aunque su extrema timidez le hacía difícil actuar frente a desconocidos. Formó parte de una banda llamada Stonehenge mientras estuvo en el instituto, y posteriormente comenzó a estudiar Arte en la universidad, aunque no tardó en dejarlo porque sentía que lo que estaba aprendiendo no le resultaba útil.

A partir de ahí, durante la década de los 80 Eva formó parte de diversos grupos musicales, con estilos muy diversos que iban desde el soul al tecno-pop. También tocó durante un tiempo en un parque de atracciones, formando parte de una banda en la que también estaba su hermano menor Dan, violinista. Sus actuaciones musicales las alternaba con otros empleos, como el de polinizadora en un vivero o pintando muebles en una fábrica. En su tiempo libre, daba rienda suelta a sus inquietudes artísticas pintando, esculpiendo o diseñando joyas.

En 1986, mientras colaboraba en la grabación de un disco de la banda de uno de sus amigos del instituto, Eva conoció al bajista e ingeniero de sonido Chris Biondo, quien se convertiría en su compañero artístico durante el resto de su vida (también sentimental, durante un tiempo). Biondo le ayudó a encontrar trabajo como músico de sesión, interviniendo como corista o cantante de apoyo en grabaciones o conciertos de diversos artistas. También le presentó a Alan Dale, que se convertiría en su mánager, y en 1990 la ayudó a formar su propio grupo, Eva Cassidy Band, formado además de por Cassidy y Biondo por Lenny Williams, Keith Grimes y Raice McLeod, con los que empezó a actuar con asiduidad en diversos locales del área de Washington.

En 1992 Biondo mostró una grabación de Eva a Chuck Brown, un veterano músico de funk y blues, el cual quedó fascinado con su voz, a la que llegó a comparar con la de la legendaria Ella Fitzgerald. Como resultado, Brown y Cassidy acabaron grabando un álbum de dúos, que se tituló The Other Side, y que incluía 14 versiones de canciones de diversos estilos, entre ellas Fever, de Billie Hollyday, I'll Go Crazy de James Brown, y la que se convertiría en la canción emblemática de Eva, el Over the Rainbow que había popularizado décadas atrás Judy Garland. Esto se convertiría en una de las señas de identidad de Eva como cantante: a lo largo de su carrera solo interpretaría un par de canciones originales; la inmensa mayoría de sus canciones fueron versiones de otros artistas, temas que por uno u otro motivo la habían conmovido.

The Other Side fue la primera grabación comercial de Eva Cassidy. Editado por el sello Liaison, el mismo que editaba habitualmente los discos de Brown, su buena acogida hizo que varias compañías discográficas quisieran contratar a Eva, pero ella rechazó uno tras otro todos sus ofrecimientos. Por un lado su innata timidez la llevaba a rechazar todo protagonismo, a escapar de la notoriedad. Por otro, las discográficas le pedían que cambiase su estilo, que se centrase en un único tipo de música, en lugar de abarcar un amplio abanico que iba del folk al soul, pasando por el blues o el pop, como gustaba de hacer en sus actuaciones; algo que ella no estaba dispuesta a aceptar. Por eso prefirió seguir llevando la vida tranquila que llevaba entonces: vivía en una granja en las afueras de Washington, seguía actuando con su banda, y para completar sus ingresos buscaba otros empleos, como pintar murales en las escuelas de la ciudad.

A finales de 1995 Dale y Biondo decidieron que era hora de que Eva editase un disco propio. Al no encontrar una discográfica que los apoyara, crearon su propio sello: CDB Records (con las iniciales de sus apellidos, Cassidy, Dale y Biondo). En mayo de 1996 salía a la venta Live at Blues Alley, un disco con doce canciones en directo, grabadas en sendas actuaciones celebradas las noches del 2 y el 3 de enero de ese año en el Blues Alley, un conocido local del barrio de Georgetown, mas un decimotercer tema, una versión grabada en estudio de Oh, Had I a Golden Thread, de Pete Seeger. Eva nunca estuvo completamente satisfecha con el album; durante las grabaciones estaba ligeramente resfriada, y le parecía que su actuación podía haber sido mejor. De ese disco se editaron en principio mil ejemplares, una cantidad que Eva juzgaba excesiva; Biondo recordaría más tarde que el día que fueron a recoger los discos de la fábrica, ella bromeó diciendo que tardarían años en venderlos todos y que cuando ella muriese encontrarían cajas de discos en su sótano. Una vez editado, Cassidy y Biondo comenzaron a trabajar en el estudio de grabación para grabar un disco de estudio.

En junio de ese mismo año, mientras promocionaba Live at Blues Alley, Eva comenzó a sentir dolor en una de sus caderas, que ella atribuyó a una mala postura mientras pintaba un mural subida a una escalera. Tres años antes le había sido extirpado un melanoma maligno en la espalda, pero ella no creyó que tuviese ninguna relación. Cuando por fin acudió al médico, los rayos X descubrieron una pequeña fractura y posteriores pruebas revelaron que el cáncer había vuelto y se había extendido a sus pulmones y sus huesos. A pesar de someterse a un agresivo tratamiento de quimioterapia, Eva Cassidy falleció el 2 de noviembre de 1996, con solo 33 años, en casa de su familia en Bowie (Maryland). Su última actuación tuvo lugar el 17 de septiembre, durante un concierto en su honor celebrado en un local llamado The Bayou, que Eva, ya con problemas para caminar, cerró interpretando What a Wonderful World ante un público formado fundamentalmente por amigos, familiares y fans. Siguiendo sus deseos, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas esparcidas en el Parque Estatal de St. Mary's River. En 1997, un año después de su muerte, se publicaría el disco de estudio en el que ella y Biondo habían estado trabajando, que se tituló Eva by Heart.

Al morir, Eva Cassidy apenas era conocida fuera de la escena musical de Washington. Solo unos pocos eran conscientes de su enorme talento y su maravillosa voz. Sin embargo, el destino aún tenía guardada alguna sorpresa para ella. Poco después de su muerte una de sus amigas, una cantante llamada Grace Griffith, envió una copia de Live at Blues Alley a Bill Straw, presidente de su sello discográfico, Blix Street Records. Straw, asombrado por el talento de Cassidy, se puso en contacto con su familia para editar un nuevo album con canciones de sus tres anteriores trabajos. El disco, titulado Songbird (en referencia a la canción homónima de Fleetwood Mac, una de las versiones contenidas en él) se publicó en 1998 y no tuvo demasiada relevancia, hasta que dos años después un ejemplar llegó a poder del productor británico de la BBC Paul Walters, el cual se lo recomendó a Terry Wogan, presentador del programa de radio Wake Up To Wogan en la BBC Radio 2, el programa de radio con más oyentes del Reino Unido. Wogan, impresionado también por la voz de Eva, emitió un par de sus canciones en su programa. Y se desató la locura.

El programa comenzó a recibir llamadas de oyentes deseando saber más acerca de aquella intérprete. El interés del público llevó a que Songbird se editara en el Reino Unido, vendiendo cien mil copias en los siguientes meses. Pero después de que esas Navidades se emitiera una grabación de Eva interpretando el Over the Rainbow en el programa de televisión Top of the Pops 2, las ventas se dispararon. Songbird llegó al número 1 de las listas británicas y vendió cerca de dos millones de copias. Las alabanzas fueron unánimes, intérpretes de la talla de Paul McCartney y Eric Clapton se contaron entre sus admiradores, e incluso Sting llegó a confesar que había llorado de emoción la primera vez que escuchó la versión que Eva había hecho de su canción Fields of Gold. El interés desatado en el Reino Unido por Eva llevó a que Songbird también fuera un gran éxito en EEUU, llegando a ser disco de oro.

La fiebre desatada por Eva Cassidy hizo que sus grabaciones fueran rescatadas y publicadas. Time After Time (2000), Imagine (2002), American Tune (2003) y Wonderful World (2004) llegaron al número 1 de ventas en el Reino Unido y tuvieron ventas millonarias en el resto del mundo, no solo en EEUU; también llegaron a las listas de los más vendidos en países como Noruega, Australia o Suiza. En 2008 se publicó Somewhere, que por primera vez incluía dos canciones originales escritas por Eva Cassidy. No Boundaries (2000) es una colección de grabaciones de su etapa más temprana (1987-1991), Simply Eva (2011) es una recopilación de canciones grabadas por Eva en solitario con la única compañía de su guitarra, The Best of Eva Cassidy (2012) una selección de sus mejores canciones... En 2015 se publicó Nightbird, la grabación original del concierto del Blues Alley, con un total de 31 canciones. En marzo de este 2023 está previsto que salga a la venta I Can Be Only Me, una recopilación de canciones restauradas y acompañadas por la London Symphony Orchestra.

Irónicamente, la fama de la que Eva Cassidy había huido mientras estaba viva la había alcanzado una vez muerta. Y así, el talento de la que algunos calificaron como una de las mejores voces de su generación dejó de ser un secreto conocido solo por unos pocos y pudo ser disfrutado en todo el mundo.

6 comentarios:

  1. La escuché después de su muerte en un dueto con Katie Melua ( otra gran voz femenina) y me asombró la calidad de su voz con solo el acompañamiento de su guitarra en otras piezas, algo fuera de serie por su elegante delicadeza.
    Melua le dedicó a su muerte una canción llena de nostalgia y de admiración.
    Cuanta creatividad malograda.

    Un abrazo.

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    1. Es una auténtica pena que un talento como el suyo haya desaparecido sin haber tenido apenas tiempo para brillar.

      Un saludo, Rodericus.

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    1. Gracias a ti, Jaime. Me alegro de que te haya gustado su música.

      Saludos.

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    1. Las comparaciones son odiosas, Jorge, especialmente en ciertos casos.

      Saludos.

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