En relación a la entrada anterior, según el historiador romano Suetonio, César pronunció en el momento de cruzar el Rubicón una de sus frases más conocidas, Alea iacta est, o lo que es lo mismo, "la suerte está echada". Aunque parece ser que no es exactamente éso lo que dijo.
Julio César, como la mayoría de los romanos de alta cuna, hablaba con fluidez el griego, idioma considerado por entonces más elegante y culto que el latín. Según otro historiador, el griego Plutarco, lo que realmente habría dicho César fué anerriphtho kybos (en griego, ανερριφθω κυβοσ). Una frase que había tomado de una obra teatral del comediógrafo griego Menandro y que significa "que los dados sean lanzados", con lo cual el sentido original de la frase no varía demasiado. Sobre cuál de las dos versiones es más fiable, al parecer las fuentes de Plutarco (tanto él como Suetonio vivieron un siglo después de los hechos) serían más cercanas a César.
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