Verba volant, scripta manent

domingo, 27 de junio de 2021

La batalla de Palmdale

Avión no tripulado Grumman F6F-5K Hellcat 


El día 16 de agosto de 1956, exactamente a las 11:34 de la mañana, un avión no tripulado Grunman F6F-5K Hellcat controlado por radio, pintado de un llamativo color rojo para hacerlo perfectamente visible, partía del aeropuerto de la base aeronaval de Point Mugu (en el condado de Ventura, California). Los 5K eran Hellcats (un modelo de hélice ya vetusto y apenas utilizado) que habían sido modificados para convertirlos en aviones dirigidos por control remoto. Y aunque algunos habían sido utilizados durante la Guerra de Corea en misiones de bombardeo selectivo, el destino de la mayor parte de ellos era servir como blancos móviles para probar nuevos modelos de cazas y nuevo armamento. Aquella misión en concreto tenía como objetivo poner a prueba algunos de los últimos modelos de misiles aire-aire de las fuerzas aéreas norteamericanas.

O al menos eso era lo previsto. Porque al poco de despegar, cuando era dirigido a un área de pruebas sobre el Océano Pacífico, súbitamente el avión dejó de responder a las órdenes y, tras efectuar un giro hacia el sudoeste, se dirigió directamente hacia la ciudad de Los Angeles. Ante el riesgo que suponía tener un avión sin control sobrevolando áreas densamente pobladas, las autoridades de Point Mugu decidieron que lo mejor era derribar cuanto antes el aparato, y solicitaron ayuda a la cercana base de la Fuerza Aérea de Oxnard, a pocos kilómetros de allí. De Oxnard despegaron inmediatamente dos reactores F-89D Scorpion del 473º Escuadrón de Cazas con órdenes de abatir al Hellcat en cuanto pudieran.

Northrop F-89 Scorpion

Los Scorpion eran uno de los modelos más avanzados de las Fuerzas Aéreas norteamericanas por aquel entonces. Se trataba de cazas interceptores biplaza a reacción, armados cada uno con 104 misiles no guiados FFAR Mk4 Mighty Mouse que portaban en dos contenedores en la punta de las alas. Además, aquellos dos aviones, tripulado uno por los tenientes Hans Einstein y C. D. Murray y el otro por los tenientes Richard Hurliman y Walter Hale, poseían un novedoso sistema de control de disparo Hughes E-6 con un radar AN/APG-40 y controlado por ordenador, enormemente sofisticado para la época. En teoría, era una misión sencilla derribar a aquel Hellcat sin piloto y mucho más lento que los reactores que lo perseguían. En teoría.

Los Scorpions se encontraron con el Hellcat sobrevolando la ciudad de Santa Paula, a unas 50 millas al noroeste de Los Angeles, lo que obligó a los pilotos a esperar a que el avión se dirigiera a una zona deshabitada para abatirlo. La ocasión llegó poco después cuando, tras sobrevolar las localidades de Fillmore y Frazier Park, el Hellcat se internó en el Antelope Valley, una región sin apenas habitantes en el extremo oriental del desierto de Mojave. Pero al accionar el sistema de disparo automático, nada ocurrió. Un error en el diseño del sistema E-6, que hasta aquel momento nadie había notado, hizo que fuera imposible disparar los cohetes de ambos aviones. En esas circunstancias, los pilotos se vieron obligados a desconectar el sistema de disparo automático y utilizar el manual. Y entonces se encontraron con otro contratiempo: los visores del sistema manual habían sido retirados para poder instalar el sistema automático, lo que los obligaba a calcular y disparar sin ayudas, fiándose solamente de su vista.

Northrop F-89D Scorpion con cohetes Mighty Mouse

Mientras las tripulaciones de los Scorpions seguían discutiendo sus posibilidades, súbitamente el Hellcat volvió a variar de rumbo, dirigiéndose directamente hacia Los Angeles, lo que forzó a los cazas a apresurarse. Los 104 cohetes que portaban los aviones podían ser disparados todos a la vez, en una única ráfaga, o bien en dos (62 y 42) o tres (42, 32 y 30) ráfagas. Esta última opción fue la elegida por los pilotos. La primera ráfaga de 42 falló por completo. El segundo avión lo intentó a continuación con una ráfaga similar, fallando igualmente. Las siguientes ráfagas de 32 y 30 proyectiles tampoco alcanzaron su objetivo. Un solo impacto habría bastado para derribar al Hellcat, pero increíblemente NI UNO SOLO de los 208 misiles que los Scorpions dispararon contra él lo alcanzó. Solo algunos pasaron rozando su fuselaje, pero sin llegar a explotar. 

Sin nada más que poder disparar contra el avión fuera de control, y escasos ya de combustible, los dos Scorpions se vieron obligados a regresar a su base. Las autoridades militares, juzgando que al Hellcat le quedaba ya poco combustible, desistieron de enviar más aviones en su persecución, esperando a que se estrellara por si solo y lo hiciera donde no provocara daños. Lo hizo algo más tarde, en una zona desértica a unos trece kilómetros al este del aeropuerto de la ciudad de Palmdale. El único daño que provocó fue el corte de tres líneas eléctricas de la compañía Southern California Edison. Sus restos no serían encontrados hasta 1997.

Los que si provocaron serios daños en tierra fueron los misiles que los Scorpions habían disparado infructuosamente contra el Hellcat. Los Mighty Mouse estaban diseñados para desarmarse y no explotar si fallaban el blanco, pero únicamente 15 de los 208 fueron recuperados intactos. Los demás explotaron en tierra causando numerosos problemas. Los proyectiles de la primera andanada provocaron un incendio forestal cerca de la ciudad de Castaic que quemó 61 hectáreas. Los de la segunda andanada provocaron un incendio en un parque cercano a la ciudad de Newhall, otro que quemó 140 hectáreas en el Soledad Canyon y otro en unos depósitos de petróleo de la Indian Oil Co. que pudo ser extinguido a menos de 100 metros de una fábrica de explosivos. Mientras, varios de los de la tercera andanada alcanzaron Palmdale, dañando con su metralla varias casas e incluso destruyendo varios vehículos, además de provocar un elevado número de pequeños incendios en los alrededores de Palmdale y Santa Clarita. Más de 500 bomberos estuvieron trabajando durante dos días seguidos para sofocar todos los incendios causados por los misiles, que en total consumieron más de 400 hectáreas de bosque y monte bajo. Afortunadamente, no hubo daños personales.

Nunca se aclaró completamente el motivo por el que el Hellcat quedó fuera de control. Se especuló como la causa más probable una avería del receptor del avión, pero nunca se llegó a confirmar. Todo el incidente acabaría siendo conocido de manera un tanto irónica como "la batalla de Palmdale".

domingo, 20 de junio de 2021

Los escudos de los wahgi

Guerrero wahgi

Los wahgi son una de las muchas tribus que habitan el interior de la isla de Nueva Guinea. Esta tribu, que permaneció aislada y sin contacto con los europeos hasta 1933, habla un idioma de la familia chimbu-wahgi y buena parte de su cultura gira en torno a la guerra, algo comprensible dado el estado endémico de conflicto que durante siglos enfrentó a las tribus papúes unas con otras.

Una de las peculiaridades de su cultura son sus escudos de combate o kumbe reipe: grandes escudos de madera, fabricados a partir de troncos enteros de árboles, y profusamente decorados con plumas y dibujos. Unos escudos tan pesados que algunos guerreros wahgi decían que necesitaban la ayuda de los espíritus de sus antepasados solo para poder levantarlos. A pesar de que estos escudos dejaron de tener utilidad después de que las autoridades pusieran fin a las continuas guerras tribales (y también por la introducción de armas de fuego) los wahgi han continuado fabricándolos como forma de conservar parte de su legado cultural.

Tradicionalmente, los wahgi decoraban sus escudos con motivos geométricos o representaciones de animales cuyas cualidades admiraban los guerreros wahgi. No obstante, hay otro motivo decorativo habitual en los escudos de esta tribu que resulta cuando menos sorprendente.

Curiosa imagen, ¿verdad?, la de este hombre enmascarado decorando este escudo tribal. En la siguiente imagen se ve otro escudo con el mismo dibujo, más claro.

Puede que a muchos os resulte familiar este personaje. Es más, seguro que algún aficionado a los comics ya lo ha identificado. Resulta meridianamente claro en los siguientes escudos.

Pues si: se trata ni más ni menos de The Phantom, el personaje de comic creado en 1936 por el guionista Lee Falk. La siguiente pregunta es obligada: ¿como ha llegado un personaje de comic, que vivió su época de mayor esplendor hace décadas y nunca tuvo demasiada repercusión fuera de EEUU, a convertirse en un personaje tan popular en el seno de una remota tribu de Nueva Guinea?

Como he dicho antes, los wahgi se mantuvieron prácticamente en total aislamiento y sin contacto con los occidentales hasta 1933. No obstante, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la isla estuvo ocupada por las tropas aliadas, fundamentalmente australianos y estadounidenses, esos contactos se hicieron frecuentes. Los jóvenes soldados llevaban con ellos en sus petates sus comics favoritos, de personajes como Flash Gordon o Mandrake el mago, que no dudaron en compartir con los wahgi, admirados por ese tipo de arte que nunca antes habían visto. Pero de entre todos aquellos personajes, The Phantom les fascinó especialmente.

¿Por qué esa curiosa atracción de los wahgi hacia The Phantom? Por varios motivos. Primero, porque The Phantom, al igual que ellos, era un poderoso guerrero que vivía en la jungla y defendía su tierra. Iba enmascarado, como los wahgi en muchos de sus rituales. No tenía ningún poder especial; derrotaba a sus enemigos con su fuerza, su habilidad y su inteligencia, cualidades que los wahgi admiraban en un guerrero. Y además, The Phantom era el heredero de una larga saga de guerreros que habían heredado uno tras otro su deber, lo cual para los wahgi, que como la mayoría de las tribus papúes rinden culto a sus antepasados, era algo digno de admiración,

Así que el personaje muy pronto se convirtió en un ídolo de los wahgi. Sus comics se convirtieron en valiosas posesiones para los miembros de la tribu, y aquellos que habían aprendido inglés tras su contacto con los soldados les narraban sus aventuras a los demás, sosteniendo los comics en alto para que todos pudieran verlos. The Phantom se había convertido ya en un referente para los wahgi y la admiración que sentían por el personaje les llevó a incluirlo en sus tradiciones en un curioso caso de sincretismo cultural.

domingo, 6 de junio de 2021

El libro que provocó una ola de suicidios



El escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe publicó en 1774 su novela Die Leiden des jungen Werthers (traducida al español como Las penas del joven Werther o Las desventuras del joven Werther), que con el tiempo se convertiría en una de sus obras más célebres. El libro cuenta la historia de Werther, un joven artista de carácter sentimental que se enamora perdidamente de Lotte, una joven comprometida con otro hombre. Después de que la joven lo rechace y de que sus intentos por olvidarla fracasen, Werther pone fin a su sufrimiento suicidándose de un disparo.

Aunque Goethe afirmó en varias ocasiones que la novela era puramente ficción, se sabe que la trama se inspira en dos acontecimientos de la vida del propio autor. Por un lado, su enamoramiento en 1772 de una mujer casada llamada Charlotte Buff, que no le correspondió. Por otro, el suicidio el 30 de octubre de 1772 de su gran amigo Carl Wilhelm Jerusalem, un joven funcionario de apenas 23 años que se quitó la vida tras saber que la mujer de la que estaba enamorado se había comprometido con otro hombre. La muerte de Jerusalem le afectó profundamente; no solo Werther se suicida de la misma forma que Jerusalem (sentado en su escritorio, disparándose en la cabeza con una pistola prestada, tras haber escrito varias cartas de despedida) sino que incluso la ropa que lleva el personaje al morir (casaca azul, chaleco amarillo y botas altas) es la misma que llevaba Jerusalem.

El libro obtuvo un éxito inmediato; antes de que hubiera terminado 1775 se habían impreso tres ediciones más y se había traducido al francés, y luego lo sería al inglés, holandés, sueco, ruso y español (1803). Se convirtió en un libro de culto, sobre todo entre los jóvenes. Muchos imitaban a Werther: se vestían como él, hablaban como él. Además de los libros, se vendían con gran éxito multitud de objetos inspirados en la novela: ilustraciones, figuras de porcelana, perfumes. Figuras célebres se convirtieron en notorios admiradores de la obra, como el mismo Napoleón Bonaparte, quien siempre llevaba un ejemplar consigo en sus campañas militares. Pero la admiración hacia la novela y la identificación de algunos lectores con su personaje principal provocó que las acciones de Werther fueran imitadas hasta sus últimas consecuencias.

Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832)

El primer caso de un suicidio aparentemente inspirado por la novela de Goethe se menciona en una carta del escritor Friedrich Nicolai fechada en enero de 1775; se trataba de una joven inglesa que se había envenenado por un desengaño amoroso, y que antes de morir había confesado a su familia que se había inspirado en el libro para ello. Más casos fueron saliendo a la luz: un joven apellidado Von Lütichow en mayo de ese mismo año (que se pegó un tiro con el libro a su lado), un joven apellidado Karstens que se pegó un tiro con el libro abierto a su lado y que en sus últimas voluntades pidió ser enterrado como Werther (vestido con su traje y enterrado entre dos árboles), una joven llamada Christel von Lassberg que tras un desengaño amoroso se ahogó en el río Ilm llevando un ejemplar de Werther en el bolsillo, un militar llamado Gottlieb von Arenswald que se suicidó dejando una carta de despedida en la que cita las mismas palabras que Werther escribe en la suya (¡La hora decisiva ha llegado! Las pistolas están cargadas)... Los casos se sucedían allí donde se publicaba el libro. En una época de exaltación de los sentimientos, donde la llegada del Romanticismo era inminente, los suicidios por amor eran vistos con interés más que con censura, destacando más la pasión de los suicidas que el drama que suponían. Muchos jóvenes con el corazón roto veían sus penas reflejadas en las de Werther y acababan por seguir sus mismos pasos.

Esta sucesión de muertes no tardó en provocar la reacción  de las autoridades. Las primeras, las de la ciudad alemana de Lepizig, quienes ya en 1775 prohibieron la venta del libro por ser "una incitación al suicidio" que podía "impresionar a las personas débiles y a las mujeres". Los 28 libreros de la ciudad aceptaron la prohibición bajo la amenaza de una multa de 10 táleros. En 1776 Austria y Dinamarca también prohibieron la circulación del libro, y a ellos se sumarían otros países y regiones. Incluso en España la Iglesia católica incluyó el libro en su tristemente célebre Índice de Libros Prohibidos, aunque curiosamente no por incitar al suicidio sino por ser una "licenciosa elegía del adulterio y el erotismo".

Hubo también quien trató de "arreglar" por su cuenta la novela. Friedrich Nicolai escribió un nuevo final para la novela, que pasaría a titularse Die Freuden des jungen Werther (Las alegrías del joven Werther), en el cual Albert, el marido de Lotte, impide el suicidio del joven y acepta divorciarse de su esposa para que ella y Werther puedan estar juntos. A Goethe le indignó el atrevimiento de Nicolai y convirtió a Nicolai en su enemigo literario, un enfrentamiento que duraría toda su vida. El propio Goethe, preocupado por los acontecimientos, publicó una nueva versión de la obra en 1787, en la que atribuía el suicidio de Werther a una enfermedad nerviosa y no al rechazo de Lotte, y hacía esta explícita advertencia al lector: "Sé un hombre y no sigas mi ejemplo".

Con el tiempo, el número de muertes aparentemente inspiradas en Werther fue disminuyendo y las prohibiciones se fueron levantando. El último país en hacerlo fue Noruega, que la mantuvo hasta la década de 1820. No hay un estudio fiable sobre el número de muertes atribuibles a la influencia del libro, pero las distintas fuentes hablan de entre 40 y 2000.

El fenómeno atribuido a esta novela dio nombre a lo que en psicología se conoce como efecto Werther: el efecto imitativo de la conducta suicida, que provoca que el número de suicidios se incremente cada vez que en los medios de comunicación se difunde alguna noticia relacionada con un suicidio.

viernes, 4 de junio de 2021

Curiosidades (con fotografías)

 

A la izquierda, el Hiroshima Prefectural Industrial Promotion Hall, uno de los escasos edificios que resistió la fuerza de la bomba atómica que arrasó Hiroshima. A la derecha, un silo de grano que resistió la explosión que devastó el puerto de Beirut. Ambos edificios fueron construidos por los checos.


La empresa Wrigley's se dedicaba originariamente a fabricar jabón y regalaba levadura a los que lo compraban. Su levadura rápidamente se hizo más popular que su jabón, así que la compañía pasó a fabricar levadura y a regalar chicles con ella. Y cuando sus chicles se hicieron más populares que la levadura, Wrigley's pasó a fabricar y vender chicles.


En el Parque Nacional Morne Trois Pitons, en la isla caribeña de Dominica, existe un lago, el Boiling Lake, cuyas aguas se mantienen en ebullición a una temperatura constante de entre 82º y 92º. Es el segundo lago de agua caliente mas grande del mundo, después del Frying Pan Lake (Nueva Zelanda), aunque la temperatura de este es sensiblemente inferior.


En 1903 un prisionero llamado Will West fue trasladado a la prisión de Leavenworth (Kansas), donde las autoridades no tardaron en darse cuenta de que ya tenían a otro preso llamado William West, con el que el recién llegado guardaba un asombroso parecido físico (a pesar del parecido y de la coincidencia de nombres, ambos no estaban emparentados). Poder distinguirlos sin lugar a duda fue uno de los motivos por los que el alcaide de la prisión solicitó permiso para instalar un sistema de identificación mediante huellas dactilares, convirtiendo a Leavenworth en una de las primeras instituciones de los EEUU en adoptar dicho sistema.


En la ciudad de Durham (Carolina del Norte) se encuentra uno de los pasos elevados más famosos del mundo: el paso elevado del ferrocarril Norfolk Southern sobre la calle Gregson, también llamado el 11-foot-8 por su altura (11 pies y ocho pulgadas, unos 3'56 metros) o, más gráficamente, La Guillotina de Gregson Street o El Abrelatas. Su fama se debe a la gran cantidad de accidentes que se producen en él a pesar de las numerosas señales de aviso, ya que numerosos vehículos de gran porte (camiones o autobuses) impactan con el puente a gran velocidad al no darse cuenta de su escasa altura. Se calcula que en el lugar se han producido unos 150 accidentes solo en la última década, y su popularidad es tal que incluso tiene un canal propio en YouTube.


El pomato es una planta injertada resultado de injertar una planta de tomate y una de patata (ambas del género Solanum). La planta resultante produce tomates en su parte aérea y patatas en la subterránea.


Dado que se rodó en blanco y negro, mucha gente desconoce que la aparatosa peluca que lucía la actriz Elsa Lanchester en la película La novia de Frankenstein era en realidad pelirroja.


Esta consola Game Boy, propiedad de un médico militar llamado Stephan Scoggins, sobrevivió a un bombardeo durante la Guerra del Golfo (1990-91) y, treinta años después, todavía funciona. En la actualidad se exhibe en la Nintendo Store de Nueva York.


Las llamadas "piedras de tsunami" se encuentran con cierta frecuencia en las costas del Japón. Estas losas, algunas de hasta seiscientos años de antigüedad, tienen mensajes grabados que advierten a los habitantes locales de que no construyan sus casas más cerca del mar que ese punto, para evitar el riesgo de ser alcanzadas por un tsunami. Después del terremoto de 2011 y el subsiguiente tsunami, se comprobó que las casas que habían respetado estas advertencias apenas habían sufrido daños.



El estreno en 1999 de la película Dogma causó un profundo rechazo entre algunas asociaciones católicas, que la tacharon de "blasfema". Delante de algunos de los cines que proyectaban la película llegaron a organizarse concentraciones de protesta contra el filme. Su director y guionista, Kevin Smith, haciendo gala de un peculiar sentido del humor, llegó a unirse de incógnito a una de esas protestas e incluso fue entrevistado por un canal local de noticias, criticando duramente la película.


La puerta de la cocina del monasterio portugués de Alcobaça mide tan solo 32 Centímetros de ancho. ¿El motivo? Un abad del siglo XVIII quiso evitar que los monjes engordaran demasiado, permitiendo el acceso a la cocina solo a los delgados.


En 1904, un marinero sueco llamado Carl Emil Pettersson naufragó en las costas de la isla de Tabar, en Nueva Guinea, habitada por una tribu de costumbres caníbales. Llevado ante el rey local, Lamy, la hija de este, la princesa Singdo, se enamoró de él nada más verlo. Más tarde se casaría con ella, crearía una plantación de cocoteros para exportar copra, y al morir su suegro lo sucedió como rey de la tribu. Su figura inspiró a la escritora Astrid Lindgren para crear al capitán Ephraim Calzaslargas, el aventurero padre de Pippi Calzaslargas, pirata y rey de los congoleños.