Hay futbolistas que pasan a la historia por su talento, por su exquisita técnica, por su habilidad con el balón. Otros... bueno, otros son recordados por impedir que los anteriores jueguen. Algunos limpiamente y otros bordeando lo legal. Pero pocos jugadores ha habido que hayan alcanzado tal perfección en la marrullería y el juego duro como Vinnie Jones.
Vincent Peter Jones, conocido por casi todos como Vinnie, nació en 1965 en Watford, una ciudad del área metropolitana de Londres, en el seno de una familia obrera. Desde niño soñó con ser futbolista profesional, aunque el juego exquisito no era lo suyo. Pero no renunció a su sueño, y lo que le faltaba de técnica lo suplía con sacrificio, esfuerzo... y una considerable dosis de juego duro.
Con apenas 16 años se fue de casa buscando la oportunidad para ser profesional. Encadenó todo tipo de trabajos mientras esperaba esa oportunidad, que por fin llegó en 1984, cuando con 19 años firmó un contrato con el Wealdstone Football Club, un modesto equipo que por aquel entonces jugaba en la Conference Premier, la quinta división del fútbol inglés. Jones simultaneaba su contrato con el Wealdstone con un trabajo como peón de obra. Un gran esfuerzo, pero que valía la pena.
En el campo, su posición era la de mediocentro defensivo. Y en las dos temporadas que estuvo en el Wealdstone (con un pequeño paréntesis de unos meses en los que estuvo en Suecia, jugando en el modesto IFK Holmsund, al que ayudó a ser campeón de la tercera división y a llegar a cuartos de final de la Copa de Suecia) se ganó una bien merecida fama de jugador violento y expeditivo, siempre al límite del reglamento. Como él mismo diría más tarde: "
No puedo correr, no sé pasar, no puedo frenar a nadie y no sé disparar... pero todavía sigo aquí".
Y su gran oportunidad llegó cuando en la temporada 86-87 el Wimbledon FC, recién ascendido a primera división, lo fichó por 10000 libras. El Wimbledon era un club que, tras pasar toda su historia vagabundeando por las categorías inferiores del fútbol inglés, había accedido por primera vez a la máxima categoría gracias a una fenomenal racha de tres ascensos en cuatro años. Su gran bandera era el estilo
kick and rush (patea y corre): juego directo, pases largos, solidez defensiva (brusquedades incluidas) y eficacia en ataque. No hace falta decir que Vinnie Jones se adaptó perfectamente al equipo.
Pese a unos titubeos iniciales, Jones no tardó en convertirse en titular indiscutible, en uno de los líderes del vestuario y uno de los ídolos de la afición. Su estilo violento y brusco, que escandalizaba a muchos, provocaba el delirio en su bancada, y muy pronto sus rivales aprendieron a temer a aquella banda de matones, polémicos y pendencieros dentro y fuera del campo. El núcleo duro de aquella plantilla era la llamada "Crazy Gang", un grupo de jóvenes jugadores duros, peleones, intimidantes, a menudo violentos, la mayoría de ellos de origen humilde y llegados al fútbol profesional tras mucho esfuerzo. Y Jones era el más bestia de todos ellos: patadas, entradas escalofriantes, codazos, cabezazos, agarrones, escupitajos, dedos clavados entre las costillas, formaban parte de su "repertorio". Además del propio Jones, formaban parte de este grupo, entre otros, Wally Downes, Dennis Wise, John Fashanu o Lawrie Sánchez, y sus "hazañas" deportivas y extradeportivas todavía se recuerdan en el fútbol inglés. Sus legendarias borracheras (a menudo la noche antes de los partidos), sus broncas. La vez que al recién llegado Eric Young le quemaron su bolsa de deportes con toda su ropa dentro, porque en ella figuraba el escudo de su anterior equipo, el Brighton. A su entrenador, en una ocasión, le vaciaron el despacho y dejaron todos sus muebles en el pasillo. Y la ya antológica vez que le prendieron fuego al coche de su compañero Alan Cork para hacerle un favor: Cork estaba negociando un aumento de sueldo, y en el club le dijeron que a lo mejor, si se quedaba sin coche, se lo daban....
Esa temporada, entre golpes y patadas (Gary Lineker llegó a decir que al Wimbledon era mejor seguirlo por el teletexto que en el campo), acabaron en un extraordinario sexto puesto. Y al año siguiente, el bombazo: el 14 de mayo de 1988, el Wimbledon se proclamaba campeón de la FA Cup, batiendo en la final al poderoso Liverpool, campeón de Liga, con estrellas de la talla de Kenny Dalglish o Bruce Grobbelaar, gracias a un gol de Lawrie Sánchez y a una extraordinaria actuación del portero Dave Beasant, que incluso llegó a pararle un penalti a John Aldridge. Aquella victoria (que las casas de apuestas pagaban 33 a 1) supuso el único título en la historia del Wimbledon, que se convertía así en el tercer equipo en ganar tanto la FA Cup como su equivalente aficionado, la FA Amateur Cup (los otros dos, el Old Carthusians y el Royal Engineers, lo hicieron en el siglo XIX). El entrenador escocés Tommy Docherty, quien ya había dicho que "
el Wimbledon tiene el mismo encanto que una botella de cerveza rota" y "
yo no ficharía a Vinnie Jones, ni siquiera le dejaría entrar en el campo" dejó otra frase para los anales: "
El himno del Liverpool es Nunca caminarás solo. El himno del Wimbledon es Nunca volverás a caminar". Como en otras ocasiones, Jones y varios compañeros habían salido la noche anterior al partido, bebiendo hasta altas horas de la madrugada e incluso yéndose sin pagar de un pub.
Vinnie Jones siguió una temporada más en el Wimbledon, dejando momentos memorables, como su marcaje a una de las estrellas emergentes del fútbol inglés, Paul Gascoigne, entonces jugador del Newcastle. Nada más saltar al campo, se dirigió a él y le dijo (textualmente)
Me llamo Vinnie Jones, soy gitano, gano mucho dinero. Te voy a arrancar la oreja con los dientes y luego la voy a escupir en la hierba. ¡Estás solo, gordo, solo conmigo!. Y no hablaba en vano: hasta en catorce ocasiones se fue al suelo Gascoigne en ese partido ante las embestidas de Jones, además de recibir toda una serie de insultos, escupitajos y amenazas, e incluso un tremendo agarrón en los testículos cuya imagen dio la vuelta al mundo.
En la temporada 1989-90, Jones dejó el Wimbledon para fichar por el Leeds United, que pagó por él 600000 libras. El Leeds, un histórico venido a menos, estaba por entonces en la segunda división y trataba de armar un equipo de garantías para lograr el ascenso. Y lo consiguió; con Vinnie Jones jugando 45 de los 46 partidos disputados, el Leeds fue campeón y logró el ansiado ascenso. No obstante, en la siguiente temporada el equipo decidió no contar con Jones, en beneficio del recién fichado Gary McAllister y los jóvenes David Batty y Gary Speed. Su nuevo destino fue el Sheffield United, donde coincidió con Dave Bassett, que había sido su entrenador en el Wimbledon. Tras una buena temporada en la que el Sheffield logró la permanencia, Jones volvió a ser traspasado a principios de la temporada siguiente, yéndose al Chelsea. No deja de ser curioso que un jugador bronco y barriobajero como él acabase en el equipo tradicionalmente apoyado por las clases acomodadas de Londres.
Duró una temporada y pico en el Chelsea. En la 1992-93, con la temporada ya avanzada, fue traspasado al Wimbledon. El hijo pródigo regresaba a su hogar, para alborozo de la hinchada local. Permaneció allí seis temporadas, acumulando polémicas y sanciones, e igualando en la temporada 93-94 la sexta plaza lograda en la temporada de debut del Wimbledon. También pudo saborear las mieles de la internacionalidad; aunque no con la selección de Inglaterra, sino con la de Gales (gracias a que su abuela materna era galesa). Debutó a finales de 1994 y sólo disputó nueve partidos (en alguno incluso llegó a ser el capitán) saldados con cero victorias. Su internacionalidad provocó encendidas reacciones: el mítico jugador Jimmy Greaves llegó a decir que "
justo cuando pensabas que nada podía sorprenderte en el fútbol, Vinnie Jones se convierte en internacional". Tampoco gustó demasiado que el propio Jones, preguntado acerca de si le gustaría jugar un mundial, respondiese "
Hombre, soy Vinnie Jones, pero eso es imposible. Juego con Gales".
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"Cuidado, Bergkamp, que tienes un bicho en la camiseta" |
En noviembre de 1992 protagonizó un nuevo escándalo con la publicación de
Soccer's Hard Men, una recopilación en video de entradas duras y jugadas violentas, en la que Jones aparecía explicando con todo lujo de detalles cómo lesionar a un contrario, cómo agredirlo sin que el árbitro se diera cuenta, cómo hacer un piquete de ojos... Las autoridades amenazaron a Jones e intentaron que el video fuera retirado, pero Vinnie se lo tomó a broma: "
No es para tanto. En el video sólo muestro lo que hago en el campo". Finalmente, recibió una multa de 20000 £, pero la cinta fue un éxito de ventas sin precedentes.
En marzo de 1998, Jones dejó el Wimbledon y fichó como jugador/entrenador por el Queens Park Rangers, retirándose del fútbol en activo la temporada siguiente. En varias ocasiones se habló de su vuelta a los estadios, y en 2001 participó en un partido amistoso en las filas del Carlisle United (entrenado por su amigo Roddy Collins) frente al equipo irlandés del Shelbourne, disparando los rumores, pero todo quedó en nada. Por aquel entonces, Vinnie ya estaba centrado en su nueva carrera: la interpretación.
En 1997, cuando todavía era futbolista en activo, un joven director debutante llamado Guy Ritchie le ofreció un pequeño papel en su ópera prima,
Lock, Stock and Two Smoking Barrels, interpretando a Big Chris, un matón que persigue a los protagonistas; hay que admitir que el papel le iba como un guante. Su actuación recibió buenas críticas e incluso un premio Empire como actor revelación, así que Jones repitió en la siguiente película de Ritchie,
Snatch, cerdos y diamantes, interpretando a un cazarrecompensas llamado Tony Dientes de Bala, y acompañado de actores de la talla de Brad Pitt y Benicio del Toro. El éxito del filme le abrió las puertas de Hollywood, casi siempre en filmes de acción y en papeles de tipo duro:
60 segundos,
X-Men 3,
Operación Swordfish o
Plan de escape.
Su carrera deportiva dejó una larga serie de sanciones y jugadas violentas, como la brutal entrada que destrozó la rodilla del jugador del Tottenham Gary Stevens (quien nunca se recuperaría del todo y tendría que retirarse prematuramente años más tarde). También algunos récords memorables: 12 tarjetas rojas a lo largo de su carrera (el segundo más veces expulsado de la historia del fútbol inglés, sólo superado por el irlandés Roy Keane) o haber recibido una tarjeta amarilla a los ¡tres segundos! del inicio de un partido entre el Chelsea y el Sheffield United celebrado en 1992. Y un buen ramillete de frases que definen perfectamente su carácter y su estilo:
-
He acabado con la violencia en las gradas. La he llevado al campo.
-
Ganar no es lo mas importante, siempre y cuando ganes.
- Si pasa la pelota, no pasa el jugador.
-
Si vas a por mí, mejor que acabes conmigo o seré yo el que vuelva a por ti. En cinco minutos o la próxima temporada.
-
Si todo falla con Gullit, siempre puedes esperar al primer córner y atar sus trenzas al poste de la portería
En la actualidad, Vinnie Jones vive con su familia en una mansión en Los Ángeles en cuya puerta hay un letrero que dice "No tengas cuidado con el perro, ten cuidado con el dueño". Ocasionalmente, su nombre sale a la palestra por algún motivo no relacionado con el fútbol o con el cine. En 1998 fue condenado a 100 horas de servicios comunitarios por agredir a un vecino, y en 2003, a 80 horas y una multa de 1100 £ por un incidente durante un vuelo en el que abofeteó a un pasajero y amenazó a la tripulación. En 2008 fue arrestado por una pelea en un bar y en 2010 por agredir al actor Tamer Hassan. En 1998 publicó su biografía (
Vinnie:The Autobiography) y en 2002 un disco de rock and roll,
Respect. En 2010, participó en la versión británica de Gran Hermano VIP, quedando en tercer lugar. Ha mostrado públicamente su apoyo al Partido Conservador británico y en 2013, se descolgó con unas polémicas declaraciones en las que afirmaba que la inmigración sin control había transformado el Reino Unido hasta un punto en el que ya no reconocía el país en el que había crecido. Poco después, a Jones y a su mujer les sería diagnosticado cáncer de piel.
1984-85 Wealdstone (5ª)
12/0
1985-86 Wealdstone (5ª)
26/2
1986 IFK Holmsund (SUE/3ª)
22/1
1986-87 Wimbledon (1ª)
22/4
1987-88 Wimbledon (1ª)
24/2
1988-89 Wimbledon (1ª)
31/3
1989-90 Leeds United (2ª)
45/5
1990-91 Leeds United (1ª)
1/0
1990-91 Sheffield United (1ª)
31/2
1991-92 Sheffield United (1ª)
4/0
1991-92 Chelsea (1ª)
35/3
1992-93 Chelsea (1ª)
7/1
1992-93 Wimbledon (1ª)
27/1
1993-94 Wimbledon (1ª)
33/2
1994-95 Wimbledon (1ª)
33/3
1995-96 Wimbledon (1ª)
31/3
1996-97 Wimbledon (1ª)
29/3
1997-98 Wimbledon (1ª)
24/0
1997-98 Queens Park Rangers (2ª)
9/1
1998-99 Queens Park Rangers (2ª)
2/0
En el año 2007, el periódico británico
The Times publicó una lista de los 50 jugadores más violentos de la historia del fútbol. En la lista (que por cierto, encabezaba un español, el defensa del Athletic Andoni Goikoetxea) figuraban legendarios leñeros como Stuart Pearce (alias "Psycho"), Willie Woodburn, Claudio Gentile o José Emilio Santamaría, pero no Vinnie Jones. ¿El motivo? Según el periódico, Vinnie estaba tan fuera de toda clasificación, que resultaba imposible compararlo con nadie. Él siempre estuvo a otro nivel.