Verba volant, scripta manent

domingo, 28 de junio de 2015

El bienio del hambre

Bartolomé de Rajoy y Losada (1690-1772)

El verano gallego de 1768 resultó anormalmente lluvioso. Las continuas lluvias, contra las que nada pudieron las rogativas y la salida en procesión de la imagen del mismísimo Apóstol Santiago, ordenada por el cabildo de la catedral compostelana, resultaron devastadoras para el agro gallego. Las cosechas de cereales, base de la agricultura gallega, se pudrieron masivamente, causando una terrible escasez. Cultivos alternativos, como la patata, estaban todavía poco extendidos: la mayoría de las tierras cultivables eran propiedad del clero y la nobleza, los cuales solían cobrar en especie toda o parte de sus rentas. Y solían exigir que se cultivasen cereales, despreciando a la patata como comida para cerdos.
La escasez multiplicó el precio del grano: el ferrado de maíz se disparó en unos meses de costar 5 reales de vellón a costar 25; el trigo pasó de 8 a 43 reales el ferrado; y el centeno, de 25 a 50 reales la fanega. El hambre hizo su aparición a gran escala, y a ella no tardaron en seguirla las enfermedades, provocando una mortalidad sin precedentes. Miles de campesinos hambrientos abandonaron sus casas rumbo a Castilla, Portugal o a las principales ciudades y villas gallegas. Especialmente grave fue el caso de Santiago, donde miles de personas, privadas de todo recurso, se agolpaban en sus calles implorando la caridad de los compostelanos. Sólo en el Hospital Real ingresan 4300 enfermos, de los que mueren 1500. En las ocho parroquias en las que estaba dividida la ciudad, se pasa de los 240-280 fallecimientos anuales habituales a 1785 sólo en 1769, 6000 contando todo el distrito de Santiago. No hay una cifra fiable de los muertos que la espantosa hambruna y las consiguientes epidemias provocaron en toda Galicia; pero numerosas aldeas y pueblos quedaron despoblados o diezmados por las muertes y la emigración.
Para tratar de paliar los efectos de la escasez, se tomaron de inmediato medidas, tanto públicas como privadas, para tratar de abastecer de nuevo de grano a los que carecían de alimento. Por un lado, Carlos III decretó la libre circulación de grano en las siete provincias gallegas, autorizó a los municipios a utilizar sus fondos para acopiar harinas y declaró exento de alcabalas y cientos al cereal extranjero que llegara a puerto. También se creó un fondo de 2'5 millones de reales, a cargo de la hacienda real, para comprar cereal en Francia y venderlo en Galicia a precio de coste, para asegurar el suministro de grano. Comerciantes gallegos como Marcos Pan o Jerónimo Hijosa también fletan cargamentos de cereal francés. Pero si una figura se distinguió en auxiliar a los afectados por el hambre fue Bartolomé de Rajoy y Losada, arzobispo de Santiago, hombre famoso por su generosidad con los más necesitados y por sus numerosas obras en la ciudad y en su localidad natal de Pontedeume: iglesias, hospitales, hospicios, casas de acogida y el célebre Pazo de Rajoy (actual sede de la presidencia de la Xunta de Galicia). Cercano ya de los ochenta años, afrontó con decisión y coraje la catastrófica situación. El arzobispo envió a Francia al racionero Domingo Pérez Correa, con 8000 doblones (600000 reales) para adquirir maíz y centeno. Entre septiembre de 1768 y julio de 1769, Pérez Correa fletó 18 barcos cargados con más de 1885 toneladas de cereal, que habían costado 1'19 millones de reales y que servirían para paliar la espantosa hambruna.
La cosecha del año siguiente ya fue relativamente normal y permitió ahuyentar el espectro del hambre, pero los efectos de la hambruna en el bienio 1768-1769 se prolongaron durante años y quedaron profundamente arraigados en la memoria popular como la más terrible época de necesidad que se recordaba en mucho tiempo.

Fuente: Fernando Salgado, El bienio del hambre: 1768-69. La Voz de Galicia, 6/11/2011

domingo, 21 de junio de 2015

Pretty Boy Floyd

Charles Arthur "Pretty Boy" Floyd (1904-1934)

Las décadas de los veinte y treinta del pasado siglo supusieron para los norteamericanos un repunte sin precedentes de la criminalidad. La Ley Seca, primero, y la brutal crisis económica del 29, después, propiciaron el aumento del número de delincuentes. Muchos de estos criminales se convirtieron además en personajes populares, cuyas andanzas aparecían en la prensa, y que en algunos casos incluso pasaron a la posteridad con un aura mítica, casi como héroes románticos. Ese fue el caso de Pretty Boy Floyd.
Charles Arthur Floyd nació en Bartow County, Georgia, el 3 de febrero de 1904. Cuando tenía siete años su familia (padres y seis hermanos) se mudó a Oklahoma, donde habían comprado una granja, lo que no evitó que acabaran viviendo en una pobreza extrema. Acostumbrado a buscarse la vida desde muy joven, Charles se movía habitualmente en busca de trabajo por los estados vecinos de Arkansas, Kansas y Missouri, y se casó con apenas 17 años con una chica llamada Ruby Lee Hargraves, con la que tendría a su único hijo: Charles Dempsey Floyd. Tuvo su primer tropiezo con la ley en 1922: robó 350 $ en una oficina postal, aunque fue absuelto tras retractarse un testigo clave de la acusación. Luego empezó a robar nóminas, en compañía de un socio llamado John Hilderbrand. En septiembre de 1925 robó 12000 $ de las nóminas de una tienda en St. Louis; capturado poco después, fue condenado a cinco años de cárcel, de los que cumpliría tres y medio antes de salir en libertad condicional. Su esposa Ruby se divorció de él durante su encarcelamiento. Al salir, Floyd juró que jamás volvería a pisar una prisión.
Durante algún tiempo trató de encontrar trabajo, pero sus antecedentes penales eran una losa demasiado pesada. Sin otra salida, contactó con los amigos que había hecho en prisión y comenzó a trabajar como pistolero a sueldo para varios contrabandistas que operaban a lo largo del río Ohio, donde aprendió a manejar con soltura una ametralladora que se convertiría en su arma favorita. Más tarde se reencontró con Alfred "Red" Lovett, un antiguo compañero de presidio que le enseñó a robar bancos, que se convirtió entonces en su principal ocupación. Fue entonces cuando recibió el apodo de "Pretty Boy" ("Niño bonito") a raiz de un robo tras el que el cajero lo describió como "Un simple chico. Un niño bonito con mejillas de manzana". La prensa pronto comenzó a referirse a él como Pretty Boy Floyd, un apodo que detestaba profundamente.

La ametralladora Thompson que Pretty Boy Floyd llevaba consigo al morir
Pronto sus robos le hicieron famoso. Se le acusó de no menos de una docena de robos a bancos, la mayoría en Oklahoma y los estados lindantes, aunque se le relaciona con muchos otros cuya autoría se desconoce. Además, se vio involucrado, directa o indirectamente con un buen número de muertes: un patrullero en Akron (Ohio) que perseguía a los ladrones de un banco; el patrullero R. H. Castner, tiroteado en Bowling Green (Ohio); el agente de la ATF Curtis C: Burke, asesinado en Kansas City; dos contrabandistas, los hermanos Wally y Boll Ash, muertos también en Kansas City; y un antiguo sheriff de Oklahoma, Erv Kelley, convertido en cazarrecompensas, abatido en Bixby (Oklahoma) cuando intentaba capturar a Pretty Boy (este fue el único asesinato que Floyd admitió haber cometido).

La ficha policial de Pretty Boy Floyd
Sin embargo, a pesar de este violento historial delictivo, Floyd acabó por convertirse en un héroe popular, admirado y protegido por muchos. Cuando atracaba un banco, una de las cosas que solía hacer era destruir toda la documentación relativa a las hipotecas, liberando a mucha gente de sus deudas. Además, empleaba parte de sus "ganancias" en ayudar a familias desfavorecidas, comprando alimentos para los necesitados y regalando juguetes a los niños pobres en Navidad. Sus agradecidos conciudadanos empezaron a llamarlo "el Robin Hood de Cookson Hills", en referencia a la región del este de Oklahoma donde se había criado.
Pretty Boy, además, tenía una gran habilidad para eludir a las fuerzas de la ley. Llegó a ser arrestado en varias ocasiones, acusado de vagabundo o de sospechoso de robo, pero consiguió no ser identificado (a pesar de que era un ladrón buscado por la justicia) gracias a que utilizaba identidades falsas como Frank Mitchell o George Sanders. A finales de 1930 fue arrestado por el robo del banco de Sylvania (Ohio) y condenado a 12 años de cárcel, pero logró huir antes de ser llevado a prisión.

El escenario de la Masacre de Kansas City
El 17 de junio de 1933 se produjo en las inmediaciones de la estación de tren de Kansas City un tiroteo que pasaría a la historia como "la masacre de Kansas City". Un grupo de agentes de la ley trasladaba a prisión a Frank "Jelly" Nash, un famoso ladrón de bancos arrestado el día anterior en Arkansas y que acababa de llegar en tren. A la salida de la estación varios hombres fuertemente armados dispararon contra los agentes tratando de liberar a Nash. Como resultado del violento tiroteo, murieron el propio Nash y cuatro de los hombres que lo custodiaban: el agente especial del FBI Ray Caffrey; Otto Reed, jefe de policía de McAlester (Oklahoma); y dos agentes de la policía de Kansas City, el detective William Grooms y el agente Grant Schroeder. Sobrevivieron dos policías de Kansas City (gravemente heridos) y un agente del FBI. De los atacantes sólo se identificó con certeza a Vernon C. Miller, un peculiar personaje, héroe de guerra condecorado en la I Guerra Mundial y antiguo agente de policía y sheriff en Dakota del Sur, que se había convertido en pistolero a sueldo y ladrón de bancos. No obstante, el FBI identificó poco después a Floyd y a Adam C. Richetti, uno de sus socios habituales, como cómplices de Miller. A pesar de ello, hay serias dudas de la veracidad de las pruebas alegadas por el FBI; Floyd y Richetti negaron siempre haber participado en la masacre e incluso Floyd envió una postal de su puño y letra a la policía de Kansas City asegurando no tener nada que ver con el tiroteo. Miller apareció muerto cerca de Detroit en noviembre de ese año, estrangulado y muerto a golpes, en un aparente ajuste de cuentas, llevándose con él a la tumba la verdadera identidad de sus cómplices.

                                      

Tras la muerte del legendario John Dillinger el 22 de julio de 1934, Pretty Boy Floyd se convirtió oficialmente en el enemigo público número 1 de los EEUU, ofreciéndose 23000 $ por su captura. Pero Floyd no disfrutaría demasiado tiempo de tal distinción. El 18 de octubre de 1934, Floyd y Richetti partieron en coche desde Buffalo hacia Oklahoma, pero tuvieron un accidente por culpa de la niebla cerca de Wellsville (Ohio). Temiendo ser identificados, enviaron a sus acompañantes (la segunda esposa de Floyd, Phoebe Wenger, y la amante de Richetti) a buscar ayuda. Pero esa noche pasó por allí un policía fuera de servicio, al que le llamó la atención ver a dos hombres trajeados esperando junto a la carretera, y avisó a sus colegas de Wellsville. Tres agentes fueron a investigar y fueron recibidos a tiros por Floyd y Richetti, quienes huyeron a través del bosque. Richetti sería capturado poco después (acabaría sus días en 1938, ejecutado en la cámara de gas), pero Floyd logró escabullirse y permanecer oculto varios días. El día 22 fue descubierto haciendo autostop en el cercano pueblo de East Liverpool, tratando de eludir las patrullas que lo buscaban; pero, descubierto, huyó de nuevo al bosque, donde fue herido en un brazo antes de ser definitivamente abatido.
Hay tres versiones diferentes sobre la muerte de Pretty Boy Floyd. Según la policía de East Liverpool, Floyd, herido, trató de huir y cayó abatido por los disparos del grupo de perseguidores (cuatro agentes del FBI, encabezados por Melvin Purvis, el mismo que había abatido a Dillinger, y cuatro agentes locales). Pero según el FBI, habrían sido sus agentes, sin otra ayuda, los que habían abatido a Floyd cuando éste trataba de disparar contra ellos. Y años más tarde, uno de los policías presentes, Chester Smith, afirmó que Floyd había sido rematado por un agente del FBI cuando estaba herido e indefenso en el suelo. Según cuentan, con sus últimas fuerzas desmintió una vez más haber tomado parte en el tiroteo de Kansas City y sus últimas palabras fueron "Estoy acabado, me habéis disparado dos veces".

El cadáver de Pretty Boy Floyd, expuesto en la funeraria Sturgis de East Liverpool
Su entierro, en el cementerio de Akins, fue el más multitudinario que se recuerda en el estado de Oklahoma. Entre 20000 y 40000 personas colapsaron el cementerio y sus aledaños para despedir al que todos veían como un héroe popular, Cinco años después de su muerte, en 1939, el gran Woody Guthrie, figura fundamental del folk norteamericano, le dedicaría una canción: The Ballad of Pretty Boy Floyd, donde daba una visión idealizada y romántica del personaje.


jueves, 18 de junio de 2015

La colonia perdida de Roanoke


A finales del siglo XVI, los ingleses tenían un gran interés en establecer una colonia en territorio americano. No sólo para poder acceder a los enormes recursos del nuevo continente, sino también para tener una base segura desde la que atacar las colonias españolas. Por eso, en 1578, la reina Isabel I concedió a sir Humphrey Gilbert una patente de exploración para explorar los territorios de Norteamérica e intentar fundar una colonia permanente. Gilbert llegó a tomar posesión de Terranova en nombre de la corona inglesa en agosto de 1583; pero falleció ahogado al hundirse su barco en el viaje de vuelta a Gran Bretaña. Tras su muerte, la patente de Gilbert pasó a su hermanastro, sir Walter Raleigh, marino, político y amante de la reina.

Sir Walter Raleigh (1552-1618)
Raleigh envió primero una expedición exploratoria en abril de 1584, que llegó a la isla de Roanoke, en la actual Carolina del Norte, estableciendo contacto con las tribus locales, los croatoan y los secotan. Una segunda expedición, a las órdenes de sir Richard Grenville (primo de Raleigh) desembarcó en Roanoke a algo más de un centenar de colonos el 17 de agosto de 1585, bajo el mando del marino Ralph Lane, prometiendo volver con refuerzos y suministros en abril de 1586. Lane construyó en Roanoke un fuerte; pero la escasez de comida y los enfrentamientos con los indígenas (que incluso llegaron a asaltar el fuerte) minaron los ánimos de los colonos. Llegó la fecha concertada y Grenville no apareció. En junio hizo una parada en la colonia el célebre pirata sir Francis Drake, que volvía a Inglaterra tras una de sus razzias contra territorios españoles, en la que había tomado y saqueado Santo Domingo y Cartagena de Indias, y los colonos aceptaron su ofrecimiento de embarcarse con él de vuelta a Inglaterra (donde serían los primeros en introducir el cultivo del maíz, la patata y el tabaco). Grenville llegó a la colonia apenas dos semanas después, encontrándola desierta; tras dejar a un pequeño destacamento de quince hombres para defender el fuerte y asegurar las reclamaciones de Raleigh sobre aquellas tierras, él también volvió a Inglaterra.
Este primer fracaso no desanimó a Raleigh, quien en 1587 envió una nueva expedición con otro centenar de colonos, al mando de su amigo John White. La expedición tomó tierra en Roanoke el 22 de julio de 1587, y halló el fuerte desierto; ni rastro de los hombres dejados por Grenville, sólo un esqueleto. Esto desanimó a los recién llegados, que quisieron volver a Inglaterra; sin embargo, el capitán de la flota, Simao Fernandes (un antiguo pirata portugués reclutado por los ingleses por sus conocimientos de las costas americanas) se negó. Las cosas no fueron fáciles para la colonia; la comida escaseaba y varias de las tribus locales se mostraban abiertamente hostiles. Estudios climatológicos recientes han demostrado que los colonos habían llegado en mitad de una gran sequía, la más severa sufrida por la región en los últimos 800 años, lo que explicaría la dificultad para encontrar alimento y la agresividad de los nativos. Ante los ruegos de los colonos, White decidió volver a Inglaterra a solicitar más hombres, víveres y suministros, partiendo a finales de 1587. Dejaba atrás 90 hombres, 17 mujeres y 11 niños; entre ellos, su nieta, Virginia Dare, la primera británica nacida en territorio americano.
White tenía pensado volver a la colonia lo antes posible; pero la suerte no lo acompañó. Cuando llegó a su patria, la guerra angloespañola se había recrudecido; el asalto de la Armada Invencible era inminente y todo barco disponible debía hacerse a la mar para defender las costas británicas. Finalmente, White pudo contratar un par de pequeños buques con los que llevar ayuda a los colonos; pero sus capitanes, codiciosos, trataron de capturar varios mercantes españoles con los que se cruzaron, y resultaron ellos apresados, perdiendo todo su cargamento, tras lo cual tuvieron que dar media vuelta.


Tras varios intentos fallidos, White logró embarcarse en una flotilla corsaria que aceptó detenerse en Roanoke en su viaje de vuelta desde el Caribe. Los ingleses desembarcaron en la colonia el 18 de agosto de 1590, y la encontraron totalmente desierta. Ni rastro de los colonos; ni cadáveres, ni señales de lucha. La mayoría de las casas y construcciones estaban desmanteladas, lo que parecía indicar una marcha planificada y con tiempo. White había acordado que, si algo le pasaba a los colonos, éstos deberían grabar una cruz de Malta en alguno de los árboles cercanos; pero lo único que encontró fueron las palabras croatoan y cro grabadas, respectivamente, en una valla y un árbol. Los croatoan eran una de las escasas tribus con las que los ingleses mantenían relaciones más o menos amistosas, y Croatoan era también llamada una isla situada más al sur, la que hoy en día se llama Hatteras. White quiso ir a la isla a investigar, pero ante la inminencia de una gran tormenta sus compañeros se negaron y partieron de vuelta a Europa. En 1602, Raleigh envió una nueva expedición para descubrir qué había sido de los colonos, pero el mal tiempo les impidió siquiera llegar a la isla. No habría más intentos de encontrar a los desaparecidos, y la "colonia perdida", como se la conocería a partir de entonces, fue quedando olvidada poco a poco.
¿Qué les ocurrió a aquellos pioneros? La teoría que cuenta con más defensores dice que los colonos, apremiados por la necesidad, abandonaron la colonia para irse a vivir con las tribus indias que quisieron acogerlos. En los años siguientes a la desaparición varias fuentes (como el llamado "mapa de Zúñiga" o William Strachey, secretario de la colonia británica de Jamestown) hacen referencia a la presencia de europeos conviviendo con los indios de la región, bien como aliados o bien como prisioneros. A lo largo de los siglos XVII y XVIII diversas crónicas hablan de encuentros con indios de rasgos europeos, con ojos claros o pelo rubio, que hablaban inglés y decían ser descendientes de los colonos perdidos. A finales del siglo XIX, el legislador de Carolina del Norte Hamilton McMillan publicó un libro defendiendo la teoría de que los indígenas del condado de Robeson eran descendientes de los colonos, basándose en la propia tradición oral de los indios, en la presencia de palabras inglesas obsoletas en su idioma y en la existencia de individuos de aspecto europeo entre ellos; es más, entre esos indios estaban presentes la mayoría de los apellidos de los colonos de Roanoke. Una excavación arqueológica sacó a la luz en 1998 en la antigua capital de los croatoan varios objetos ingleses de finales del XVI (armas, monedas y un anillo de oro que pudo pertenecer a uno de los colonos de Lane) pero no hay manera de saber si esos objetos fueron llevados por los colonos o los indios se hicieron con ellos mediante intercambios comerciales o saqueando la colonia.
Hoy en día, tanto los croatoan como los saponi (otra tribu de la zona con muchas características comunes con los croatoan, que también decían ser descendientes de aquellos colonos) han dejado de existir como tribu. Sus descendientes se agrupan dentro de los lumbee, un grupo de indígenas de Carolina del Norte formado por los restos de otras tribus ya extintas, y que suma cerca de 60000 personas. Desde 2005 existe un proyecto de estudio de ADN que busca entre estos nativos la posible existencia de vestigios genéticos que pudieran probar que alguno de ellos fuese descendiente de los colonos.
Otros historiadores opinan, sin embargo, que lo más probable es que la colonia tratase de trasladarse a otra zona más favorable y luego fuese arrasada por los indios. El jefe powathan Wahunsonacock (el padre de Pocahontas) contó al capitán John Smith que él había matado a los colonos de Roanoke poco antes del establecimiento de la colonia de Jamestown (1607) porque eran aliados de los chesepian, enemigos suyos, pero no hay ninguna prueba que lo demuestre. También cabe la posibilidad de que los colonos tratasen de volver por sus medios a Inglaterra y hubieran perecido durante la travesía; pero tampoco hay indicios de ello y resulta difícil pensar que se hubiesen aventurado en un viaje por mar tan arriesgado, ya que pocos tenían experiencia como marinos y sólo disponían de barcos de pequeño tamaño. Incluso se ha sugerido que pudieran haber sido los españoles los que acabaron con la colonia, igual que habían hecho con las colonias francesas de Charlesfort y Fort Caroline. Ciertamente, los españoles comenzaron a buscar la colonia en cuanto tuvieron noticias de ella, temiendo con razón que los ingleses la utilizasen como base para sus ataques contra las posesiones españolas del Caribe. Y de hecho, llegaron a la colonia en 1590, mas o menos a la vez que White. Pero creyeron que se trataba de una avanzadilla o un puesto secundario, ya que esperaban hallar un poblado mucho mayor. Es poco probable que tuvieran nada que ver con el destino de la colonia, porque hay constancia de que en 1600 seguían buscándola.
A falta de pruebas tangibles, ya sean arqueológicas o genéticas, el destino de los colonos de Roanoke sigue siendo desconocido, y no queda sino esperar el descubrimiento que aporte luz a este misterio.

viernes, 12 de junio de 2015

Vesalio, el padre de la anatomía moderna

Andries van Wesel/Andrés Vesalio/ Andreas Vesalius (1514-1564)

Andrés Vesalio, latinización de su nombre real, que era Andries van Wesel, fue un hombre adelantado a su tiempo. Un brillante investigador cuya búsqueda de conocimiento le llevó a cuestionar muchas de las creencias de sus coetáneos y que cambió el modo de entender la medicina, convirtiéndose en el padre de la moderna anatomía.
Vesalio nació en Bruselas el último día del año 1514. Su abuelo, Everard van Wesel, había sido médico del emperador Maximiliano I de Austria, y su padre, también llamado Andries, fue boticario del emperador y, a la muerte de éste, pasó a servir a su nieto, el emperador Carlos V. El joven emperador tenía en gran estima a Andries padre, hasta el punto de que en octubre de 1531 intervino para regularizar el estatus de su boticario, que era hijo ilegítimo de Everard. Con esta acción quedaba legitimado no sólo su boticario, sino también sus cuatro hijos (tres varones y una mujer) nacidos de su matrimonio con Isabel Crabbe. Una gracia que le valió el agradecimiento de por vida de la familia van Wesel.
El joven Vesalio estudió en la Escuela de los Hermanos de la Vida Común, donde aprendió latín, griego, árabe y hebreo. En 1528 entró en la Universidad de Lovaina para estudiar artes, pero en 1533 decidió seguir la tradición familiar y se trasladó a París para estudiar medicina. Desde muy pequeño le atraía la anatomía; de niño diseccionaba ratas y topos y observaba con curiosidad cómo se descomponían los cadáveres de los ajusticiados en Galgenberg, la colina donde eran ahorcados los criminales. En París acudía de cuando en cuando al Cimetière des Innocents, donde era enterrada la gente sin recursos, en busca de huesos para sus estudios.


Permaneció en París hasta 1536, año en que la guerra entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico le hizo cambiar de aires y regresar a Lovaina, donde completó sus estudios, y luego a la República de Venecia, donde en 1537 se doctoró en la Universidad de Padua. Su prestigio era ya tan grande que al día siguiente de su graduación fue nombrado explicator chirurgiae, algo así como catedrático de Anatomía, en la misma Universidad, y comenzó a dar clases, que impartía también ocasionalmente en las universidades de Bolonia y Pisa.
La llegada de Vesalio supuso un cambio radical en el modo de enseñanza habitual en la época. Generalmente, el profesor explicaba a los alumnos desde su púlpito los textos de un autor clásico (por lo común, del médico griego Galeno de Pérgamo) seguida de una disección de algún animal, que llevaba a cabo un barbero-cirujano siguiendo las instrucciones del catedrático. Vesalio, por el contrario, se ponía al mismo nivel que sus alumnos, hablaba con ellos y hacía en persona las disecciones a la vez que explicaba. También fue de los primeros en llevar a clase restos humanos, y solía completar sus explicaciones con dibujos y esquemas de su propia mano. Su fama creció de tal manera que a sus clases asistía una multitud de personas, no solo alumnos, sino también curiosos e incluso otros médicos.
En 1538 publicó una recopilación de los dibujos que empleaba en sus clases bajo el título Tabulae Anatomicae Sex. En 1539, un juez de Padua que admiraba su talento ordenó que le fueran entregados los cadáveres de los presos ejecutados, lo que le permitió avanzar en sus investigaciones; frente a la tradición medieval, que se basaba fundamentalmente en textos ya escritos, Vesalio era un ferviente defensor de la experimentación y de la observación directa como fuente de conocimiento. Sus estudios le llevaron a descubrir la vena ácigos mayor, que conecta la vena lumbar ascendente y la vena cava superior.


En 1539 la Giunta, una conocida casa editorial veneciana, le encargó revisar y corregir una edición de varias de las obras de Galeno. Esta revisión, llevada a cabo entre 1539 y 1541, le permitió conocer a fondo la obra de Galeno y descubrir que estaba llena de errores (decía, por ejemplo, que los vasos sanguíneos nacían en el hígado). No tardó en darse cuenta del motivo; en la antigua Roma estaban prohibidas las disecciones humanas, por lo que Galeno había tenido que trabajar con cerdos y monos. Esto le llevó a renunciar a usar las obras de Galeno en sus clases, lo que levantó no poca polémica en el círculo académico de Padua: Galeno era uno de los pilares del conocimiento médico en la Edad Media y nadie se había atrevido hasta entonces a poner en duda sus enseñanzas. Vesalio, ante las dudas de sus colegas, se comprometió entonces a publicar un libro de anatomía acorde con sus experiencias. Publicó una edición corregida de la Opera omnia de Galeno y, en 1543, vio la luz su obra magna: el Andreae Vesalii Bruxellensis, scholae medicorum Patauinae professoris, de Humani corporis fabrica Libri septem, llamado para abreviar De Humani corporis fabrica.
Este monumental tratado, en siete partes y con casi 700 páginas, es considerado con toda justicia el primer tratado moderno de anatomía y uno de los libros científicos más influyentes de la historia. Un libro esencial no sólo por la enorme cantidad de datos que aporta, sino por la claridad de sus exposiciones, la defensa del valor de la disección y la experimentación, y por refutar numerosos errores establecidos en la enseñanza médica. Destacan especialmente las mas de trescientas ilustraciones que incluye, de una precisión y detallismo extraordinarios, realizadas algunas por el propio Vesalio o por Domenico Campagnola, pero la mayor parte por discípulos del taller de Tiziano, principalmente Jan Stefan van Calcar. Las siete partes del tratado están dedicadas, respectivamente, a los huesos; a los músculos y ligamentos; al sistema circulatorio; a los nervios; al aparato digestivo y reproductor; al corazón y órganos aledaños; y al sistema nervioso central y los órganos de los sentidos. Vesalio costeó la impresión de su propio bolsillo, y no reparó en gastos para conseguir la mayor calidad en su obra; hizo que el libro fuera impreso en Basilea por Joannis Oporini, uno de los impresores más prestigiosos de Europa, y supervisó personalmente cada fase del proceso. A la vez que se publicaba del De Humani corporis fabrica, también se publicó el Andrea Vesalii suorum de Humani corporis fabrica librorum epitome, llamado comúnmente Epítome a secas, una versión resumida concebida para los estudiantes de medicina. La obra despertó una gran polémica entre los defensores más acérrimos de las tesis de Galeno, hasta el punto de que algunos (como Jacobo Silvio, que había sido su profesor en París) le dedicaron calificativos como ignorante, desvergonzado y calumniador.
Vesalio dedicó su libro al emperador Carlos V (y el Epítome a su hijo, el príncipe Felipe, futuro Felipe II), a quién regaló una copia de la obra, encuadernada en seda púrpura y con ilustraciones pintadas a mano. Tanto impresionó al rey la obra, que poco después lo nombró su médico personal. Vesalio se trasladó a Bruselas, donde se casó y siguió trabajando y experimentando, rebatiendo no sólo a Galeno, sino al mismísimo Aristóteles.


Tras la abdicación de Carlos V en 1556, Vesalio entró al servicio de su hijo Felipe II, trasladándose a Madrid en 1559. No estuvo cómodo, sin embargo; a la desconfianza de los muchos religiosos que rodeaban al rey por sus métodos y las malas relaciones con los demás médicos de la corte se unía la escasez de cadáveres con que experimentar y un desafortunado incidente relacionado con Carlos de Austria, el primogénito del rey. El príncipe se cayó por unas escaleras en 1562 y se fracturó el cráneo. Para tratar de salvar su vida, Vesalio le sometió a una arriesgada trepanación, que le dejó con ciertas secuelas psicológicas. Todo ello, y pese a que Felipe II le había nombrado conde palatino y le había concedido una pensión, llevó a Vesalio a dejar España en 1564 y, tras dejar a su mujer e hija en la Provenza, embarcarse en una peregrinación a Jerusalén. Una leyenda dice que lo hizo obligado por la Inquisición y el rey, como castigo por haber sido acusado de herejía y de haber realizado una disección a un cuerpo todavía vivo. No obstante, no hay ninguna prueba fehaciente de que tal leyenda sea cierta.


Estando en Jerusalén, Vesalio recibió un mensaje del senado veneciano ofreciéndole su antigua cátedra, vacante tras la muerte de su amigo y discípulo Gabriele Falloppio. Sin embargo, durante el viaje de vuelta, enfermó y murió en la isla griega de Zante, sin llegar a cumplir los cincuenta años.
La contribución de Vesalio al desarrollo de la anatomía y la medicina es enorme. No sólo contribuyó a refutar ideas erróneas que se habían considerado ciertas durante siglos, sino que estableció un nuevo modelo de aprendizaje basado en la experimentación y el estudio directo. Además, aportó una ingente cantidad de datos nuevos a lo que ya se conocía y demostró la enorme utilidad de las ilustraciones en la enseñanza médica. En su honor, llevan su nombre el agujero de Vesalio (una abertura en el lado interno del agujero oval del hueso esfenoides, tras las fosas nasales); la vena de Vesalio (que atraviesa el agujero de Vesalio); y el ligamento de Vesalio o Poupart, el borde inferior de la aponeurosis del oblicuo mayor, desde la espina ilíaca anterosuperior a la espina del pubis.

martes, 9 de junio de 2015

Sólo para estómagos fuertes

Casu marzu
Este peculiar queso (también llamado casu modde, casu cundítu, casu becciu, casu fattittu o casu giampagadu), fabricado con leche de oveja, es uno de los emblemas gastronómicos de la isla de Cerdeña. "Casu marzu" significa literalmente "queso podrido" en uno de los dialectos locales del sardo, y es un nombre más que adecuado, debido a uno de los "ingredientes" de este queso: ni más ni menos que larvas vivas de la mosca del queso (Piophila casei). El queso es infestado deliberadamente con estas larvas, cuyo crecimiento potencia los efectos de la fermentación normal del queso. Tras dos o tres meses de maduración, el queso se transforma en una pasta cremosa de sabor suave y ligeramente picante. Se suele consumir untado en un trozo de pan y acompañado de vino, y conviene tener cuidado con las larvas (algunos las apartan y otros no) porque pueden saltar hasta quince centímetros. Debido a las rígidas normas europeas de sanidad alimentaria, su comercialización está prohibida, pero se sigue elaborando de forma casera y está incluido en la lista de productos agroalimentarios tradicionales de Italia.

Hákarl
En Islandia, país de larga tradición pesquera, es habitual la pesca de tiburones como el peregrino y el tiburón de Groenlandia. No obstante, la carne de estos tiburones resulta tóxica en estado natural debido a sus elevados niveles de ácido úrico, por lo que es necesario un tratamiento previo antes de su consumo, que da lugar a uno de los alimentos más peculiares de la gastronomía nórdica: el hákarl. Una vez llevado a tierra, el tiburón es lavado y desentrañado, eliminándose las vísceras y la cabeza. A continuación, se entierra en un terreno arenoso y se cubre con piedras para que se vayan drenando los fluidos de la carne. Después de un periodo de entre uno y tres meses, el tiburón es desenterrado y cortado en trozos menores, que se cuelgan en un lugar oscuro y bien aireado durante varios meses, hasta que están curados. En ese momento, se retira la costra que se ha formado sobre la carne y ya se puede consumir. El alimento resultante presenta un fuerte olor a amoniaco que no todo el mundo puede soportar. Hay dos variedades, glerhákarl, duro y de color rojizo, procedente de la región dorsal del tiburón; y skyrhákarl, más tierno y blanquecino, procedente de la región ventral. Se suele acompañar de brennivín, un aguardiente de patata típico de Islandia.

Surströmming
Sin alejarnos de las regiones nórdicas, nos encontramos este plato típico sueco. Su nombre significa "arenque fermentado" y eso es exactamente lo que es: arenques del mar Báltico, que primero fermentan durante uno o dos meses en barriles y luego se enlatan para terminar la fermentación. El producto resultante tiene un olor tan fuerte que se recomienda consumirlo al aire libre o bien abrir las latas bajo el agua. Se consume con pan, acompañado de patatas y cebollas, con leche fría y snaps (aguardiente) para beber. En 2006 varias aerolíneas lo prohibieron a bordo de sus vuelos por un supuesto riesgo de que las latas explotasen por la presión interna de los gases resultantes de la fermentación.

Funazushi
Y sin movernos del fascinante mundo del pescado fermentado, nos vamos ahora a Japón. Allí, en la prefectura de Shiga, se conserva una tradición gastronómica cuyos orígenes se remontan a hace más de mil años, el funazushi. Este plato, considerado un antecesor directo del sushi, utiliza como materia prima el nigoro-buna (Carassius auratus grandoculus), una especie de carpa propia de la zona, que se pesca en el lago Biwa, el más grande de Japón. Estos peces, pescados generalmente en primavera, son limpiados y eviscerados, y guardados en sal durante un tiempo que va desde un par de meses hasta un año. A continuación, los peces se trasladan a grandes barriles donde se apilan, alternando capas de pescado con capas de arroz cocido. Una vez llenos los barriles, se coloca encima un peso (generalmente, una piedra de gran tamaño) para compactar la mezcla, y se deja fermentar en un proceso que puede durar hasta cuatro años. Una vez terminada la maduración, se retira el arroz y se consume el pescado, servido en filetes.

Nattō
Uno de los platos más típicos de la gastronomía japonesa es el nattō, obtenido de la fermentación de semillas de soja. Las semillas (escogidas entre las más pequeñas y de color blanco o amarillo) son cocidas al vapor y luego, todavía tibias, se les añaden bacterias Bacillus natto (una variedad de Bacillus subtilis), que hacen fermentar los granos. Tras unas 20 horas en una cámara de fermentación, en condiciones controladas de temperatura y humedad, son llevadas a una nevera, donde terminan de madurar. El resultado es una pasta con un sabor y olor bastante intensos, especialmente para los que no están acostumbrados. Se puede comer solo, con arroz o con distintos tipos de aderezo. Los japoneses lo consumen habitualmente y es un producto altamente nutritivo, además de tener propiedades anticoagulantes.

Balut
Esta exquisitez tradicional del sudeste asiático (China, Vietnam, Filipinas, Camboya o Laos) puede revolverle el estómago a más de uno. Se trata de un huevo de pato cocido, con la salvedad de que tiene el embrión ya formado (lo habitual es que tenga entre 15 y 21 días). Es muy habitual en puestos de comida callejera y se consume solo o acompañado de diversas salsas. La tradición popular los considera afrodisíacos y reconstituyentes.




Pidán
También llamado "huevo centenario", esta especialidad china consiste en un huevo (de gallina, pato o codorniz) que se mantiene durante semanas o meses en una mezcla alcalina de cal viva, cenizas, arcilla y diversos minerales. Como resultado del tratamiento, el huevo adquiere un color oscuro (negro o verde), una textura gelatinosa y un olor fuerte. Se puede consumir sólo o con diversas salsas, o bien cocinado con arroz.



Haggis
El plato más popular de la cocina escocesa no es algo apto para paladares delicados. Básicamente, consiste en una mezcla de vísceras de oveja (ocasionalmente de ciervo), corazón, hígado y pulmones, con harina de avena, cebolla, manteca, hierbas aromáticas y especias. Todo ello embuchado en el estómago de la oveja y cocido durante varias horas. El resultado es un plato de sabor intenso que sin embargo no suele agradar a aquellos que no son aficionados a la casquería.

Sannakji
Este popular plato de la cocina coreana consiste en un pulpo de pequeño tamaño que, todavía vivo, es cortado en pedazos y aderezado con aceite y semillas de sésamo, con lo que al llegar a la mesa los pedazos todavía se mueven. Además de la comprensible aprensión que a algunos causa el comerse algo que aún no está del todo muerto, entraña cierto riesgo si no se mastica bien, ya que los pedazos de tentáculo pueden adherirse a la garganta y provocar la muerte por atragantamiento.

sábado, 6 de junio de 2015

Vinnie Jones, el más duro entre los duros



Hay futbolistas que pasan a la historia por su talento, por su exquisita técnica, por su habilidad con el balón. Otros... bueno, otros son recordados por impedir que los anteriores jueguen. Algunos limpiamente y otros bordeando lo legal. Pero pocos jugadores ha habido que hayan alcanzado tal perfección en la marrullería y el juego duro como Vinnie Jones.
Vincent Peter Jones, conocido por casi todos como Vinnie, nació en 1965 en Watford, una ciudad del área metropolitana de Londres, en el seno de una familia obrera. Desde niño soñó con ser futbolista profesional, aunque el juego exquisito no era lo suyo. Pero no renunció a su sueño, y lo que le faltaba de técnica lo suplía con sacrificio, esfuerzo... y una considerable dosis de juego duro.
Con apenas 16 años se fue de casa buscando la oportunidad para ser profesional. Encadenó todo tipo de trabajos mientras esperaba esa oportunidad, que por fin llegó en 1984, cuando con 19 años firmó un contrato con el Wealdstone Football Club, un modesto equipo que por aquel entonces jugaba en la Conference Premier, la quinta división del fútbol inglés. Jones simultaneaba su contrato con el Wealdstone con un trabajo como peón de obra. Un gran esfuerzo, pero que valía la pena.
En el campo, su posición era la de mediocentro defensivo. Y en las dos temporadas que estuvo en el Wealdstone (con un pequeño paréntesis de unos meses en los que estuvo en Suecia, jugando en el modesto IFK Holmsund, al que ayudó a ser campeón de la tercera división y a llegar a cuartos de final de la Copa de Suecia) se ganó una bien merecida fama de jugador violento y expeditivo, siempre al límite del reglamento. Como él mismo diría más tarde: "No puedo correr, no sé pasar, no puedo frenar a nadie y no sé disparar... pero todavía sigo aquí".
Y su gran oportunidad llegó cuando en la temporada 86-87 el Wimbledon FC, recién ascendido a primera división, lo fichó por 10000 libras. El Wimbledon era un club que, tras pasar toda su historia vagabundeando por las categorías inferiores del fútbol inglés, había accedido por primera vez a la máxima categoría gracias a una fenomenal racha de tres ascensos en cuatro años. Su gran bandera era el estilo kick and rush (patea y corre): juego directo, pases largos, solidez defensiva (brusquedades incluidas) y eficacia en ataque. No hace falta decir que Vinnie Jones se adaptó perfectamente al equipo.


Pese a unos titubeos iniciales, Jones no tardó en convertirse en titular indiscutible, en uno de los líderes del vestuario y uno de los ídolos de la afición. Su estilo violento y brusco, que escandalizaba a muchos, provocaba el delirio en su bancada, y muy pronto sus rivales aprendieron a temer a aquella banda de matones, polémicos y pendencieros dentro y fuera del campo. El núcleo duro de aquella plantilla era la llamada "Crazy Gang", un grupo de jóvenes jugadores duros, peleones, intimidantes, a menudo violentos, la mayoría de ellos de origen humilde y llegados al fútbol profesional tras mucho esfuerzo. Y Jones era el más bestia de todos ellos: patadas, entradas escalofriantes, codazos, cabezazos, agarrones, escupitajos, dedos clavados entre las costillas, formaban parte de su "repertorio". Además del propio Jones, formaban parte de este grupo, entre otros, Wally Downes, Dennis Wise, John Fashanu o Lawrie Sánchez, y sus "hazañas" deportivas y extradeportivas todavía se recuerdan en el fútbol inglés. Sus legendarias borracheras (a menudo la noche antes de los partidos), sus broncas. La vez que al recién llegado Eric Young le quemaron su bolsa de deportes con toda su ropa dentro, porque en ella figuraba el escudo de su anterior equipo, el Brighton. A su entrenador, en una ocasión, le vaciaron el despacho y dejaron todos sus muebles en el pasillo. Y la ya antológica vez que le prendieron fuego al coche de su compañero Alan Cork para hacerle un favor: Cork estaba negociando un aumento de sueldo, y en el club le dijeron que a lo mejor, si se quedaba sin coche, se lo daban....


Esa temporada, entre golpes y patadas (Gary Lineker llegó a decir que al Wimbledon era mejor seguirlo por el teletexto que en el campo), acabaron en un extraordinario sexto puesto. Y al año siguiente, el bombazo: el 14 de mayo de 1988, el Wimbledon se proclamaba campeón de la FA Cup, batiendo en la final al poderoso Liverpool, campeón de Liga, con estrellas de la talla de Kenny Dalglish o Bruce Grobbelaar, gracias a un gol de Lawrie Sánchez y a una extraordinaria actuación del portero Dave Beasant, que incluso llegó a pararle un penalti a John Aldridge. Aquella victoria (que las casas de apuestas pagaban 33 a 1) supuso el único título en la historia del Wimbledon, que se convertía así en el tercer equipo en ganar tanto la FA Cup como su equivalente aficionado, la FA Amateur Cup (los otros dos, el Old Carthusians y el Royal Engineers, lo hicieron en el siglo XIX). El entrenador escocés Tommy Docherty, quien ya había dicho que "el Wimbledon tiene el mismo encanto que una botella de cerveza rota" y "yo no ficharía a Vinnie Jones, ni siquiera le dejaría entrar en el campo" dejó otra frase para los anales: "El himno del Liverpool es Nunca caminarás solo. El himno del Wimbledon es Nunca volverás a caminar". Como en otras ocasiones, Jones y varios compañeros habían salido la noche anterior al partido, bebiendo hasta altas horas de la madrugada e incluso yéndose sin pagar de un pub.


Vinnie Jones siguió una temporada más en el Wimbledon, dejando momentos memorables, como su marcaje a una de las estrellas emergentes del fútbol inglés, Paul Gascoigne, entonces jugador del Newcastle. Nada más saltar al campo, se dirigió a él y le dijo (textualmente) Me llamo Vinnie Jones, soy gitano, gano mucho dinero. Te voy a arrancar la oreja con los dientes y luego la voy a escupir en la hierba. ¡Estás solo, gordo, solo conmigo!. Y no hablaba en vano: hasta en catorce ocasiones se fue al suelo Gascoigne en ese partido ante las embestidas de Jones, además de recibir toda una serie de insultos, escupitajos y amenazas, e incluso un tremendo agarrón en los testículos cuya imagen dio la vuelta al mundo.


En la temporada 1989-90, Jones dejó el Wimbledon para fichar por el Leeds United, que pagó por él 600000 libras. El Leeds, un histórico venido a menos, estaba por entonces en la segunda división y trataba de armar un equipo de garantías para lograr el ascenso. Y lo consiguió; con Vinnie Jones jugando 45 de los 46 partidos disputados, el Leeds fue campeón y logró el ansiado ascenso. No obstante, en la siguiente temporada el equipo decidió no contar con Jones, en beneficio del recién fichado Gary McAllister y los jóvenes David Batty y Gary Speed. Su nuevo destino fue el Sheffield United, donde coincidió con Dave Bassett, que había sido su entrenador en el Wimbledon. Tras una buena temporada en la que el Sheffield logró la permanencia, Jones volvió a ser traspasado a principios de la temporada siguiente, yéndose al Chelsea. No deja de ser curioso que un jugador bronco y barriobajero como él acabase en el equipo tradicionalmente apoyado por las clases acomodadas de Londres.


Duró una temporada y pico en el Chelsea. En la 1992-93, con la temporada ya avanzada, fue traspasado al Wimbledon. El hijo pródigo regresaba a su hogar, para alborozo de la hinchada local. Permaneció allí seis temporadas, acumulando polémicas y sanciones, e igualando en la temporada 93-94 la sexta plaza lograda en la temporada de debut del Wimbledon. También pudo saborear las mieles de la internacionalidad; aunque no con la selección de Inglaterra, sino con la de Gales (gracias a que su abuela materna era galesa). Debutó a finales de 1994 y sólo disputó nueve partidos (en alguno incluso llegó a ser el capitán) saldados con cero victorias. Su internacionalidad provocó encendidas reacciones: el mítico jugador Jimmy Greaves llegó a decir que "justo cuando pensabas que nada podía sorprenderte en el fútbol, Vinnie Jones se convierte en internacional". Tampoco gustó demasiado que el propio Jones, preguntado acerca de si le gustaría jugar un mundial, respondiese "Hombre, soy Vinnie Jones, pero eso es imposible. Juego con Gales".

"Cuidado, Bergkamp, que tienes un bicho en la camiseta"
En noviembre de 1992 protagonizó un nuevo escándalo con la publicación de Soccer's Hard Men, una recopilación en video de entradas duras y jugadas violentas, en la que Jones aparecía explicando con todo lujo de detalles cómo lesionar a un contrario, cómo agredirlo sin que el árbitro se diera cuenta, cómo hacer un piquete de ojos... Las autoridades amenazaron a Jones e intentaron que el video fuera retirado, pero Vinnie se lo tomó a broma: "No es para tanto. En el video sólo muestro lo que hago en el campo". Finalmente, recibió una multa de 20000 £, pero la cinta fue un éxito de ventas sin precedentes.
En marzo de 1998, Jones dejó el Wimbledon y fichó como jugador/entrenador por el Queens Park Rangers, retirándose del fútbol en activo la temporada siguiente. En varias ocasiones se habló de su vuelta a los estadios, y en 2001 participó en un partido amistoso en las filas del Carlisle United (entrenado por su amigo Roddy Collins) frente al equipo irlandés del Shelbourne, disparando los rumores, pero todo quedó en nada. Por aquel entonces, Vinnie ya estaba centrado en su nueva carrera: la interpretación.


En 1997, cuando todavía era futbolista en activo, un joven director debutante llamado Guy Ritchie le ofreció un pequeño papel en su ópera prima, Lock, Stock and Two Smoking Barrels, interpretando a Big Chris, un matón que persigue a los protagonistas; hay que admitir que el papel le iba como un guante. Su actuación recibió buenas críticas e incluso un premio Empire como actor revelación, así que Jones repitió en la siguiente película de Ritchie, Snatch, cerdos y diamantes, interpretando a un cazarrecompensas llamado Tony Dientes de Bala, y acompañado de actores de la talla de Brad Pitt y Benicio del Toro. El éxito del filme le abrió las puertas de Hollywood, casi siempre en filmes de acción y en papeles de tipo duro: 60 segundos, X-Men 3, Operación Swordfish o Plan de escape.


Su carrera deportiva dejó una larga serie de sanciones y jugadas violentas, como la brutal entrada que destrozó la rodilla del jugador del Tottenham Gary Stevens (quien nunca se recuperaría del todo y tendría que retirarse prematuramente años más tarde). También algunos récords memorables: 12 tarjetas rojas a lo largo de su carrera (el segundo más veces expulsado de la historia del fútbol inglés, sólo superado por el irlandés Roy Keane) o haber recibido una tarjeta amarilla a los ¡tres segundos! del inicio de un partido entre el Chelsea y el Sheffield United celebrado en 1992. Y un buen ramillete de frases que definen perfectamente su carácter y su estilo:

- He acabado con la violencia en las gradas. La he llevado al campo.
- Ganar no es lo mas importante, siempre y cuando ganes.
- Si pasa la pelota, no pasa el jugador.
- Si vas a por mí, mejor que acabes conmigo o seré yo el que vuelva a por ti. En cinco minutos o la próxima temporada.
- Si todo falla con Gullit, siempre puedes esperar al primer córner y atar sus trenzas al poste de la portería

En la actualidad, Vinnie Jones vive con su familia en una mansión en Los Ángeles en cuya puerta hay un letrero que dice "No tengas cuidado con el perro, ten cuidado con el dueño". Ocasionalmente, su nombre sale a la palestra por algún motivo no relacionado con el fútbol o con el cine. En 1998 fue condenado a 100 horas de servicios comunitarios por agredir a un vecino, y en 2003, a 80 horas y una multa de 1100 £ por un incidente durante un vuelo en el que abofeteó a un pasajero y amenazó a la tripulación. En 2008 fue arrestado por una pelea en un bar y en 2010 por agredir al actor Tamer Hassan. En 1998 publicó su biografía (Vinnie:The Autobiography) y en 2002 un disco de rock and roll, Respect. En 2010, participó en la versión británica de Gran Hermano VIP, quedando en tercer lugar. Ha mostrado públicamente su apoyo al Partido Conservador británico y en 2013, se descolgó con unas polémicas declaraciones en las que afirmaba que la inmigración sin control había transformado el Reino Unido hasta un punto en el que ya no reconocía el país en el que había crecido. Poco después, a Jones y a su mujer les sería diagnosticado cáncer de piel.

1984-85 Wealdstone (5ª) 12/0
1985-86 Wealdstone (5ª) 26/2
1986 IFK Holmsund (SUE/3ª) 22/1
1986-87 Wimbledon (1ª) 22/4
1987-88 Wimbledon (1ª) 24/2
1988-89 Wimbledon (1ª) 31/3
1989-90 Leeds United (2ª) 45/5
1990-91 Leeds United (1ª) 1/0
1990-91 Sheffield United (1ª) 31/2
1991-92 Sheffield United (1ª) 4/0
1991-92 Chelsea (1ª) 35/3
1992-93 Chelsea (1ª) 7/1
1992-93 Wimbledon (1ª) 27/1
1993-94 Wimbledon (1ª) 33/2
1994-95 Wimbledon (1ª) 33/3
1995-96 Wimbledon (1ª) 31/3
1996-97 Wimbledon (1ª) 29/3
1997-98 Wimbledon (1ª) 24/0
1997-98 Queens Park Rangers (2ª) 9/1
1998-99 Queens Park Rangers (2ª) 2/0

En el año 2007, el periódico británico The Times publicó una lista de los 50 jugadores más violentos de la historia del fútbol. En la lista (que por cierto, encabezaba un español, el defensa del Athletic Andoni Goikoetxea) figuraban legendarios leñeros como Stuart Pearce (alias "Psycho"), Willie Woodburn, Claudio Gentile o José Emilio Santamaría, pero no Vinnie Jones. ¿El motivo? Según el periódico, Vinnie estaba tan fuera de toda clasificación, que resultaba imposible compararlo con nadie. Él siempre estuvo a otro nivel.