Verba volant, scripta manent

sábado, 28 de diciembre de 2019

Especial Día de los Inocentes: Richard Branson en la cárcel



El empresario multimillonario Richard Branson, dueño del conglomerado de empresas Virgin Group, es también un gran bromista y un entusiasta del April Fool's Day. Algunas de sus bromas se han hecho célebres, como cuando hizo fabricar un globo de aire caliente con la forma de una nave espacial y lo hizo sobrevolar Londres con un  enano disfrazado de ET en su interior, o como cuando anunció el traslado de la sede de su compañía a la ciudad de Branson (Missouri). Suelen ser bromas inofensivas y bien preparadas, aunque con una de ellas le acabó saliendo el tiro por la culata y le llevó a pasar un (breve) tiempo en una celda.

Sucedió en la década de los 90 y la víctima elegida era Ken Berry, uno de sus más estrechos colaboradores desde hacía años. Branson invitó a Berry y a su novia a cenar la noche del 31 de marzo en un exclusivo restaurante de su propiedad. El plan de Branson era distraerlos mientras varios hombres que había contratado entraban en casa de Berry y se llevaban sus muebles y demás posesiones hasta dejar el apartamento vacío. Entonces, cuando Berry llegase, aparecerían un par de actores disfrazados de policías que se dedicarían a interrogarlo y tomarle las huellas dactilares, como si fuera sospechoso del robo, hasta que al final aparecería el mismo Branson para aclarar que todo era una broma.

No obstante el plan no salió como esperaba. Branson tuvo que ausentarse de la mesa para atender una llamada de teléfono relacionada con sus negocios. La llamada se alargó más de lo previsto y cuando el millonario regresó a la mesa se encontró con que Berry y su novia se habían ido, dejándole una nota de agradecimiento por la cena. Sin saber muy bien qué hacer, Branson se fue a su casa, donde su mujer le comunicó que Berry había llamado para contarles que alguien había robado en su apartamento y preguntarles si su novia podía pasar la noche en su casa, ya que le daba miedo quedarse. Branson llamó entonces a Berry para aclarar que todo había sido una broma. Para entonces Berry ya había llamado a la policía y presentado una denuncia, así que le dijo a Branson que iba a hablar con los agentes para arreglarlo todo.

Lo que Branson no esperaba es que algo más tarde, cuando estaba a punto de irse a la cama, dos agentes se presentaran en su casa y se lo llevaran arrestado, vestido con su pijama y su bata, a la comisaría de Harrow Road, pese a sus protestas. Allí, sin más explicación, lo metieron en una celda. Para hacer su situación si cabe más preocupante, al poco Branson comenzó a oir golpes en la celda de al lado, donde aparentemente alguien estaba recibiendo una paliza, a la vez que se escuchaba una voz lastimera que pedía que no le pegaran más porque no había hecho nada.

Tras pasar toda la noche y parte de la mañana en la celda,Branson fue escoltado por dos agentes que le anunciaron que iban a presentar contra él más de una docena de cargos criminales, incluyendo denuncia falsa y malgastar dinero público. Un confundido Branson fue llevado entonces al exterior de la comisaría... donde le esperaban Berry junto a varios de los trabajadores de Virgin y varios policías, para gritarle "April Fools!".

Según le explicó luego Berry, tras recibir la llamada de su jefe había pedido a los agentes de policía que se olvidaran del caso. Pero los agentes, algo molestos, se mostraron dispuestos a presentar cargos contra Branson, así que Berry llegó a un acuerdo con ellos: a cambio de no acusar a Branson de ningún delito, lo meterían durante unas horas en una celda como escarmiento. La supuesta paliza en la celda contigua había sido un montaje preparado por algunos agentes como extra para la broma.

A Branson, lejos de enfadarlo, todo el asunto le hizo muchísima gracia. Incluso lo menciona en sus memorias como ejemplo de la cultura empresarial de su compañía, que permite a sus empleados expresarse libremente y tomar la iniciativa en beneficio de la empresa.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Curiosidades sobre los gatos (IV)


Los gatos tienen 230 huesos (los seres humanos solo tienen 206).


Alrededor del 80% de los gatos reacciona al aroma de la hierba gatera o nébeda (Nepeta cataria). La nepetalactona, el compuesto responsable de esta atracción, tiene sobre ellos un efecto similar al de la marihuana o el LSD en humanos.


Cada gato posee un "vocabulario" propio para comunicarse con su amo, una combinación exclusiva de sonidos y comportamientos.


El presidente de los EEUU Abraham Lincoln era un gran aficionado a los gatos. Durante su presidencia tuvo dos gatos favoritos, regalo de su Secretario de Estado WIlliam Seward, a los que llamó Tabby y Dixie, y además acogió a varios gatos callejeros en la Casa Blanca.


La primera grabación de un gato la llevó a cabo Thomas Edison en julio de 1894.


En 2011, una anciana italiana llamada Maria Assunta legó al morir su fortuna de 10 millones de euros a su gato, Tommaso.


Los gatos de una misma camada pueden tener padres diferentes, ya que las hembras pueden ovular varias veces a lo largo del período de celo.


Los gatos son capaces de dar saltos de hasta seis veces la longitud de su cuerpo.


El gato más antiguo de cuyo nombre hay constancia se llamaba Nedjem (que significa "Cariño" o "Dulzura") y vivió bajo el reinado del faraón Tutmosis III (1479-1425 a. C.)


Un gato llamado Stubbs fue alcalde de la ciudad de Talkeetna (Alaska) entre 1997 y 2017.


Se le atribuye a sir Isaac Newton la invención de la puerta gatera. Al parecer, estaba harto de tener que interrumpir sus experimentos para abrirle la puerta a sus gatos.


A diferencia de lo que ocurre en los seres humanos, las clavículas de los gatos no están unidas a la articulación del hombro, sino que permanecen independientemente unidas al músculo. Es una de las razones por las que los gatos pueden deslizarse por espacios muy limitados.


A los gatos con polidactilia (dedos de más en sus patas) se les llama también "gatos de Hemingway" porque el escritor Ernest Hemingway era un gran aficionado a ellos y tenía un gran número en su casa de Cayo Oeste (Florida).


Los gatos pueden beber agua de mar, ya que sus riñones son capaces de filtrar el exceso de sal.


Los gatos carecen de glándulas sudoríparas repartidas por su piel, como los seres humanos. Ellos en cambio solo pueden sudar a través de las almohadillas de sus pies.





domingo, 15 de diciembre de 2019

La respuesta más grosera de la historia

"Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán Mehmet IV de Turquía" (Iliá Repin, 1880-1891) 

Durante el reinado del sultán Mehmed IV el Cazador el imperio otomano recuperó parte de su esplendor perdido anteriormente por culpa de gobiernos incapaces o corruptos. Se recuperaron las islas Egeas y se llevaron a cabo exitosas campañas militares contra Transilvania o Polonia. Y llegó un momento en el que el sultán quiso aumentar más sus dominios a costa de la región de Zaporozhia, en la actual Ucrania, habitada por cosacos. Lo cual al final se reveló como una mala idea, ya que en 1676 los cosacos, liderados por su koshovyi otamán Iván Sirkó, infligieron al ejército otomano una severa derrota.

Después de eso, el sultán no quiso darse por vencido, y trató por otros medios de imponerse a los cosacos: les envió una carta, un tanto pretenciosa y altanera, exhortándolos a aceptar la soberanía otomana. La carta de Mehmed IV a los cosacos decía así:

"Sultán Mehmed IV a los cosacos de Zaporozhia:

Como sultán; hijo del profeta Mahoma, hermano del sol y de la luna, nieto y virrey de Dios, regente de los reinos de Macedonia, Babilonia, Jerusalén y Alto y Bajo Egipto, emperador de emperadores, soberano de soberanos, extraordinario caballero jamás vencido, firme guardián de la tumba de Jesucristo, fideicomisario y elegido del mismísimo Dios, esperanza y confort del pueblo musulmán, confundidor y gran defensor de los cristianos... Os ordeno, cosacos de Zaporozhia, que os subyuguéis a mí de manera voluntaria y sin resistencia alguna, y a desistir de seguir incomodándome con vuestros ataques.

Sultán Mehmed IV."

Mehmet IV Avci (Cazador) (1642-1693)
Obviamente, el sultán no conocía demasiado el carácter de los cosacos. Porque una carta así, justo después de su victoria, lejos de impresionarlos, les causó una profunda hilaridad. Y decidieron responderle con otra carta, poniendo todo su empeño en que fuera lo más ofensiva e insultante posible. Lo cual, viniendo de los cosacos, es decir mucho.

Así quedó, finalmente, la respuesta de los cosacos:

"¡De los cosacos de Zaporozhia al sultán turco!

Oh sultán, demonio turco, maldito hermano y amigo del demonio, secretario del mismo Lucifer. ¿Qué clase de caballero del demonio eres tú, que no puedes matar un erizo con tu culo desnudo?. El demonio caga, y tu ejército se lo come. Nunca podrás, hijo de puta, hacer tus súbditos a hijos de cristianos; no tenemos miedo de tu ejército, por tierra y por mar te combatiremos, jódete.

¡Pinche de Babilonia, carretero de Macedonia, tabernero de Jerusalén, follacabras de Alejandría, porquero del Alto y Bajo Egipto, cerdo de Armenia, ladrón de Podolia, sodomita tártaro, verdugo de Kamyanéts, tonto de todo el mundo y el inframundo, idiota ante Dios, nieto de la serpiente y calambre en nuestros penes. Hocico de cerdo, culo de yegua, perro de matadero, rostro de los no bautizados, ¡fóllate a tu propia madre!.

Así los zaporogos declaran, escoria. Ni siquiera serás capaz de pastorear los cerdos para los cristianos. Y ahora terminamos, porque ni sabemos la fecha ni tenemos calendario; la luna está en el cielo, es el año del Señor, el mismo día es aquí que allá; ¡así que bésanos el culo!.

El Koshovýi Otamán Iván Sirkó y toda la hueste zaporoga."

Algunos historiadores ponen en duda la veracidad de esta historia. La carta original no se conserva, pero si una copia del siglo XVIII, hallada en torno a 1870 en Yekaterinoslav. Una de las primeras personas en conocerla fue el artista ruso Iliá Repin, al que la carta le sirvió de inspiración para una de sus obras más conocidas: el cuadro que encabeza este post, Cosacos zaporogos escribiendo una carta al Sultán.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Fotografías históricas (XV)


Un avión británico trata de desviar de su rumbo una bomba volante V-1 alemana.



En 1952, tras asistir a una entrega de premios vestida con un llamativo y escotado vestido de terciopelo rojo, Marilyn Monroe vio como una columnista de una revista femenina la tildaba de "vulgar" y "barata", sugiriendo que habría estado mejor vestida con un saco de patatas. La productora Twentieth Century Fox quiso aprovechar la repercusión del artículo y organizó una sesión de fotos para demostrar que Marilyn podía estar espectacular vistiendo incluso un saco de patatas.



En noviembre de 1942, un mercante británico fue torpedeado y hundido por un submarino alemán en aguas del Atlántico sur. El único superviviente de la tripulación fue un marinero chino llamado Poon Lim, que estuvo a la deriva en una balsa durante 133 días antes de ser rescatado cerca de la costa de Brasil, ya en abril de 1943.



La última división soviética en Afganistán abandona el país (1989).



Una violenta erupción volcánica da lugar al nacimiento de la isla de Surtsey, en el archipìélago islandés de Vestmannaeyjar (14 de noviembre de 1963).



Ed White, el primer astronauta norteamericano en llevar a cabo un paseo espacial (3 de junio de 1965).



Fotografía aérea de la ciudad de Edinburgo (c. 1920)



Prisioneros de guerra soviéticos festejan la liberación del campo de prisioneros de Eiselheide por las tropas del 9º Ejército de los EEUU (9 de abril de 1945).



El reverendo Carter, tras convertirse en el primer negro en registrarse como votante en todo el siglo XX en la parroquia de West Feliciana (Louisiana), a pesar de que dos tercios de sus habitantes eran negros, espera en su porche la llegada de miembros del Ku Klux Klan, que le han amenazado por ello (1963).



Eureka (Colorado), c. 1900



Derby (Irlanda del Norte), 30 de enero de 1972. Tropas británicas del 1º Batallón de Paracaidistas observan el discurrir de una manifestación pacífica de civiles católicos, contra la que dispararían momentos después, matando a 14 de ellos, en lo que sería conocido como el Domingo Sangriento.



Un ingenioso anuncio de Coca-Cola, conseguido esparciendo comida para las palomas en la veneciana Plaza de San Marcos (1960).



La catedral de Colonia, en pie en medio de la destrucción causada por los bombardeos aliados, pese a haber sufrido el impacto directo de catorce bombas (1944).



David Bowie a los 16 años, cuando todavía se hacía llamar David Jones y tocaba el saxofón en su primera banda, The Kon-rads (1963).



Dos soldados ayudan a un hombre brutalmente agredido durante los disturbios raciales de Detroit (21 de junio de 1943).



El primer cargamento de plátanos importados en Noruega (1905).



Salvador Dalí besa la mano de la actriz Raquel Welch tras pintar un retrato abstracto de ella (1965).



Animales utilizados como parte de la terapia médica para niños (1956).

lunes, 4 de noviembre de 2019

El código navajo



Cuando en diciembre de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, Estados Unidos se vio arrastrado a la Segunda Guerra Mundial, su Alto Mando se dio cuenta de que, en determinados aspectos, su ejército se encontraba muy atrasado en comparación a los de otras potencias. Una de las áreas en las que esta desigualdad era más evidente era el cifrado de sus comunicaciones. El encargado del cifrado y descodificación de información era el Signal Intelligence Service (SIS), un departamento menor de la NSA fundado en 1930, y que, en aquel momento, contaba con un presupuesto irrisorio y solo cuatro empleados, tres matemáticos sin experiencia en criptología bajo el mando de William Friedman, genetista de formación y criptólogo autodidacta. Incluso la máquina encriptadora que utilizaban, la Herbern Rotor Machine, era un aparato obsoleto y con sensibles defectos, muy por debajo de otras como la Enigma alemana, la TypeX británica o la Purple japonesa. Y aunque el gobierno norteamericano se puso manos a la obra para subsanar estas deficiencias (al final de la guerra, el SIS contaba con más de 10000 empleados, buena parte de ellos mujeres expertas en criptología y matemáticas) en los primeros momentos de la guerra en el Pacífico esta desventaja se hizo notar: los japoneses disponían de un excelente equipo de operadores de radio bilingües, muchos de ellos educados en EEUU, que interceptaba y descifraba las comunicaciones del ejército norteamericano sin demasiada dificultad, llegando incluso a copiar sus códigos y enviar comunicaciones falsas a sus tropas.

Hebern Rotor Machine
Precisamente, a principios de 1942 Philip Johnston, un ingeniero civil residente en Los Ángeles, leyó un artículo en el periódico en el que se hablaba de la carencia de un código para las comunicaciones militares. Johnston, nacido en Topeka (Kansas) en 1892 y veterano de la Primera Guerra Mundial, era hijo de un misionero protestante que en 1896 había fundado una misión 12 millas al norte de Leupp (Arizona), en plena reserva de la tribu de los navajo. Había pasado la mayor parte de su infancia viviendo en esa reserva, y había aprendido a hablar con fluidez el idioma de la tribu. Leyendo aquel artículo, a Johnston se le ocurrió pensar que, además de él y un puñado más de personas, nadie fuera de la reserva sería capaz de entender el idioma navajo, y muy probablemente nadie fuera de EEUU sabría hablarlo. Por eso, pensó que el navajo podía muy bien ser la clave para el código que tanto buscaba el ejército. No era la primera persona a la que se le ocurría algo parecido: ya durante la Primera Guerra Mundial las Fuerzas Expedicionarias Norteamericanas desplegadas en Europa habían empleado a nativos americanos (fundamentalmente, choctaws originarios de Oklahoma y enrolados en los Regimientos 141, 142 y 143 de Infantería, aunque también algunos comanches) como operadores de comunicaciones, para evitar que los alemanes interceptaran sus mensajes. La idea tuvo un éxito total: los confusos alemanes jamás pudieron descifrar aquellos mensajes, y ni siquiera estaban seguros de que aquel galimatías fuera un idioma de verdad (llegaron a pensar que los americanos habían fabricado una máquina para hablar debajo del agua).

Philip Johnston (1892-1978)
De este modo, en febrero de ese año Johnston se presentó en Camp Elliot, cerca de San Diego, para entrevistarse con el teniente coronel James E. Jones, oficial de comunicaciones del cuerpo de Marines, y exponerle su idea. Sin embargo, Jones no mostró demasiado entusiasmo ante la idea. Creía que los códigos basados en lenguajes nativos eran demasiado vulnerables porque carecían de palabras para términos militares específicos, como armas o vehículos. Pero Johnston tenía bien desarrollada su idea. Explicó a Jones como el navajo era un idioma que no se parecía a ningún otro, de gramática compleja y sin registros escritos, que jamás había sido estudiado en profundidad ni se enseñaba en ninguna institución, y que solo unas pocas personas que no fueran de origen navajo (30 o 40) eran capaces de comprender, probablemente nadie fuera de EEUU. En cuanto a los términos ausentes en el idioma navajo, Johnston proponía sustituirlos por una o varias palabras ya existentes. De este modo, por ejemplo, "acorazado" pasaba a ser "lotso" (ballena), "bombardero" se diría "yeisho" (abejorro) y "artillería" se traducía como "be-al-doh-tso-lani" (muchas armas grandes).

Para probar la eficacia de su idea, Jhonston accedió a someterla a una prueba. Basándose en un diccionario elaborado por él, se escribió un mensaje de 20 palabras para ser descifrado. Una máquina codificadora tardó casi media hora; Johnston lo hizo en apenas 20 segundos. Impresionado, Jones le pidió una nueva demostración. Dos semanas después, de nuevo en Camp Elliot, cuatro navajos contratados por Johnston, que trabajaban en los astilleros del puerto de Los Ángeles, divididos en dos parejas, fueron capaces de codificar, enviar y descifrar un mensaje en apenas dos minutos y medio, mientras un equipo de marines especialistas en comunicaciones tardó varias horas. A la demostración asistió también el general de los Marines Clayton B. Vogel, el cual, impresionado, envió de inmediato sendas cartas al presidente Roosevelt y al comandante del cuerpo de Marines, el teniente general Thomas Holcomb, pidiendo el alistamiento de 200 indios navajos para ser entrenados como oficiales de comunicaciones y enviados al Pacífico lo antes posible. No obstante Holcomb, que no tenía demasiada fe en la idea, le autorizó únicamente a reclutar a una treintena, a modo de prueba.

Y así, en el mes de abril de 1942, varios reclutadores del ejército se presentaron en las reservas de los navajo buscando voluntarios para alistarse, aunque sin revelarles la verdadera naturaleza de su misión, diciendo solamente que servirían como "especialistas" en el frente. El 4 de mayo, 29 voluntarios se subían a un autobús en Fort Defiance (Arizona). Los más jóvenes tenían unos 15 años; el mayor, 36. Ni unos ni otro habrían podido alistarse, por estar fuera del rango de edad establecido, pero como la mayoría de los navajos carecían de partida de nacimiento y el ejército tenía prisa por comenzar su entrenamiento, todos fueron aceptados. Fueron primero llevados a Camp Elliot, donde se sometieron  al entrenamiento estándar de siete semanas que pasaban todos los reclutas del cuerpo de Marines, y luego fueron trasladados a Camp Pendleton, también cerca de San Diego, donde comenzó su entrenamiento como codificadores. A este primer grupo se unieron otros tres soldados navajos que ya se habían alistado previamente en los Marines.


La idea original de Johnston era que el navajo podía ser empleado de manera directa, sin necesidad de códigos. No obstante, el ejército prefirió, por precaución, desarrollar un código de comunicaciones por si eventualmente los japoneses lograban identificar el idioma como navajo. Cuando los japoneses supieron de qué idioma se trataba, lograron encontrar a alguien que lo hablaba: el sargento Joe Kieyoomia, un soldado navajo del 200º Regimiento de Infantería, capturado durante la invasión de Filipinas. Pero Kieyoomia, pese a ser torturado, no les pudo ayudar a descifrarlo: para él, como para cualquier hablante de navajo que desconociera el código, los mensajes de las tropas norteamericanas no eran más que un sinsentido de frases a medias, palabras inconexas y expresiones absurdas.

El código inicial constaba de 211 palabras, traducción de los términos más habituales en las conversaciones militares. Más tarde, por consejo de uno de los criptógrafos de Camp Elliot, el código se aumentó, creándose dos listas de palabras: una, el llamado Código Tipo I, constaba de 63 palabras para designar las 26 letras del alfabeto (cada letra tenía varias palabras para designarla, para evitar que los japoneses lo descifraran si había demasiadas repeticiones), que servía para deletrear nombres y lugares concretos; y el llamado Código Tipo II, 411 palabras cada una de las cuales hacía referencia a un término en concreto. Este "diccionario" se acabó de perfeccionar con la ayuda de aquellos primeros 29 reclutas navajos, y por motivos de seguridad nunca fue llevado al frente; los reclutas tuvieron que aprendérselo de memoria.

La primera promoción de codificadores navajos salida de Camp Pendleton
Una vez terminada su instrucción, 29 de aquellos primeros voluntarios fueron enviados al Pacífico, mientras que los otros tres permanecían en EEUU para reclutar nuevos voluntarios navajos y colaborar en su entrenamiento. El primer grupo de navajos llegó a Guadalcanal el 18 de septiembre de 1942, y el resto, el 4 de enero de 1943, y fueron repartidos entre distintas unidades de la 1ª y la 2ª Divisiones de Marines. Mientras, en EEUU, Johnston, que por su condición de civil no había podido tomar parte en el desarrollo del código, solicitó su readmisión en el ejército, con el rango de sargento, para participar en el programa como instructor.

Inicialmente, los operadores navajos no fueron demasiado bien recibidos por sus nuevos superiores, quienes eran bastante escépticos acerca de la utilidad del nuevo código. No obstante, no tardaron en darse cuenta de la eficacia de los nuevos reclutas, hasta el punto de que el general Alexander Vandegrift, comandante de la 1ª División de Marines, envió una carta al comandante de los Marines solicitando otros 83 operadores navajos de la siguiente promoción para disponer de ellos en su división. La siguiente promoción de codificadores navajos, graduada en agosto de 1943, constaba de 190 hombres (en total, a lo largo de la Segunda Guerra Mundial 421 operadores navajos se graduaron en Camp Pendleton). Participaron en todas las grandes operaciones del Pacífico (Guadalcanal, Tarawa, Iwo Jima, Peleliu), y recibieron grandes elogios; el mayor Howard Connor, que los tuvo a sus órdenes en Iwo Jima (donde murieron dos navajos), llegó a decir que "si no fuera por los navajos, los Marines nunca habrían tomado Iwo Jima".

bandera de la nación navajo
Algunos de los comandantes bajo cuyas órdenes sirvieron los navajos les asignaron a cada uno de ellos un guardaespaldas para su protección. Se decía que sus órdenes eran impedir bajo cualquier circunstancia que el operador cayera en manos de los japoneses y que estos pudieran hacerse con el valioso código, llegando a su eliminación si era necesario, aunque en realidad, en la mayoría de los casos se trataba de una precaución para evitar incidentes por fuego amigo: por sus rasgos faciales, en ocasiones los navajos eran confundidos con japoneses por sus compañeros.

Los operadores navajos no fueron los únicos nativos americanos a los que el ejército norteamericano utilizó como operadores de radio durante la Segunda Guerra Mundial. Veintisiete indios meskwaki tuvieron esa misma función durante la campaña del Norte de África, y catorce comanches de la 4ª División de Infantería actuaron como operadores de radio durante el desembarco de Normandía y en posteriores acciones en suelo europeo.

Chester Nez (1921-2014)
Una vez terminada la guerra, el programa de los operadores navajos quedó clausurado. La mayoría de los operadores navajos se licenciaron y regresaron a sus hogares, aunque algunos prefirieron seguir en el ejército y participaron en las guerras de Corea y Vietnam (el último de ellos se licenció en 1972). No recibieron ningún tipo de reconocimiento oficial y su participación en la guerra cayó en el olvido durante años. Su labor empezó a conocerse a partir de 1968, cuando el gobierno norteamericano desclasificó la información relativa al programa, que hasta entonces había sido considerada secreta. En 1982 el presidente Ronald Reagan reconoció públicamente su labor y decretó el 14 de agosto como "Día de los Codificadores Navajos". En el año 2000 el presidente Clinton concedió la Medalla de Oro del Congreso a los primeros 29 voluntarios del programa, mientras que al año siguiente el presidente Bush condecoraba personalmente a los cuatro supervivientes (el último de ellos, Chester Nez, moriría en 2014). En la actualidad sobreviven cinco de los operadores navajos que tomaron parte en la guerra.

El presidente George W. Bush condecora a los codificadores navajos supervivientes (26 de julio de 2001)

domingo, 13 de octubre de 2019

Saber esto puede salvarte la vida

- Si vomitas y el vómito tiene el aspecto de posos de café, ve urgentemente a un hospital. Esos "posos" son en realidad sangre parcialmente digerida e indican que tienes una hemorragia interna y la sangre está llegando a tu estómago.

- Si estás teniendo un ataque al corazón y te dan una aspirina, no te la tragues. Mastícala primero y luego trágatela. De este modo el ácido acetilsalicílico llegará antes al torrente sanguíneo.

- Si estás en la playa y el océano retrocede de manera súbita, aléjate inmediatamente de la costa y busca terreno elevado. Es una señal de que se avecina un tsunami.

- El Rohipnol, la llamada "droga de las violaciones", tiene un sabor levemente amargo, mientras que el GHB es salado.

- Si has estado a punto de ahogarte, hasta el punto de vomitar agua o perder el conocimiento, ve de inmediato a un hospital aunque te sientas bien. Tus pulmones podrían estar llenándose de líquido aunque tu no te des cuenta, y podrías morir ahogado unas horas más tarde.

- Si estás en un lugar elevado y de repente oyes sonidos como de crujidos y notas que hay mucha electricidad estática en el ambiente (por ejemplo, tu cabello se eriza) sal de ahí inmediatamente, la caída de un rayo es inminente.

- Si buceas con escafandra y te entran ganas de vomitar, es preferible vomitar dentro del regulador que intentar quitártelo. El regulador puede procesar el vómito de la misma manera que procesa el aire expirado; si te lo quitas, corres el riesgo de tragar agua y ahogarte.

- Si te ves atrapado sobre una capa de hielo delgado, lo que debes hacer es echarte al suelo boca abajo y reptar lentamente volviendo por el mismo camino por el que llegaste, hasta alcanzar terreno sólido.

- Si te pierdes en un bosque, la mejor opción es quedarte donde estás. De ese modo evitarás aumentar el área de búsqueda por parte del equipo de rescate.

- Es preferible dormir con la puerta de tu habitación cerrada. En caso de incendio, si la puerta está cerrada puede proteger el interior del cuarto del efecto de las llamas.

- Nunca, bajo ninguna circunstancia, debes mezclar lejía y amoniaco. La combinación de ambos productos de limpieza genera cloramina, un gas altamente tóxico.

- Si el avión en el que viajas se estrella en el agua, no hinches tu chaleco salvavidas hasta después de salir del avión. Si lo hinchas antes, corres el peligro de quedar atrapado dentro del fuselaje, porque el agua que entre en el avión tenderá a empujarte contra el techo.

- Si tu automóvil derrapa, gira el volante en la misma dirección del derrape y no pises el freno.

- Si quedas atrapado en arenas movedizas, échate boca abajo. De este modo, tu peso quedará repartido en una mayor superficie y evitará que te hundas.

- Si te encuentras con un oso en el bosque, no intentes asustarlo, ni te hagas el muerto (los osos son carroñeros), ni intentes huir de él corriendo (son más rápidos que una persona). Si avanza hacia ti, retrocede lentamente. Si te persigue, muévete con rapidez alrededor de un objeto, como un árbol o un coche. Los osos no son buenos con esa clase de maniobras; tarde o temprano, se aburrirá y se marchará.

- Un olor similar al del pescado o la orina en tu casa, sin explicación aparente, puede deberse a un cortocircuito. Como medida de precaución es recomendable cortar la electricidad hasta estar seguro de su origen.

- Una de las maneras de saber si estás sufriendo un golpe de calor es comer algo dulce. Si el sabor te parece desagradable, es un golpe de calor.

- La regla del 3 describe la capacidad de supervivencia de una persona media en condiciones extremas: 3 minutos sin respirar, 3 horas a temperatura extrema, 3 días sin agua, 3 semanas sin comida.

- Por mucha sed que tengas, nunca jamás comas nieve, porque podrías sufrir hipotermia. Lo adecuado es encender un fuego para fundirla primero.

- Si has tenido un accidente de tráfico y necesitas romper una ventanilla para poder salir, lo mejor es golpearla con un objeto duro en los bordes (no en el centro). Habitualmente se recomienda desmontar uno de los reposacabezas de los asientos y golpearla con él.

- Los sistemas de olas cuadrangulares son hermosos, pero peligrosos; indican la presencia de fuertes corrientes.

miércoles, 9 de octubre de 2019

La entrepierna de Victor Noir

Yvan Salmon, "Victor Noir" (1848-1870)

Nacido en Attigny (en el norteño departamento de Vosgos) el 27 de julio de 1848, hijo de un zapatero judío convertido al catolicismo, Yvan Salmon sintió desde muy joven la vocación del periodismo. Por eso, apenas alcanzada la mayoría de edad, dejó su hogar y viajó a París, donde adoptó el pseudónimo de Victor Noir, tomando el apellido de soltera de su madre.

Por aquellos tiempos la política francesa se convulsionaba por los enfrentamientos entre los partidarios de la restauración de la República y los seguidores del emperador Napoleón III, a la sazón en el poder. Noir no tenía dudas acerca de sus inclinaciones políticas, y desde el principio se vinculó a cabeceras de marcado sesgo republicano. Y por eso, a finales de 1869, había entrado a formar parte de la plantilla del semanario La Marseillaise, propiedad de Henri Rochefort, un destacado político y periodista republicano, pese a su origen aristocrático (era marqués de Rochefort-Luçay) y editado por Paschal Grousset.

Pierre-Napoleón Bonaparte (1815-1881)
Los enfrentamientos que se vivían en la capital tenían su reflejo en las provincias. Así, en diciembre de 1869 se desató una acalorada disputa entre dos periódicos de la isla de Córcega (tierra natal del clan Bonaparte): por un lado el radical La Revanche, inspirado por la línea editorial de Grousset, y por otro el oficialista L'Avenir de la Corse, editado por un agente del Ministerio del Interior apellidado Della Rocca. La Revanche había publicado varios artículos atacando con furia a la familia Bonaparte, y L'Avenir había respondido publicando el 30 de diciembre una carta del príncipe Pierre Bonaparte (hijo de Luciano Bonaparte, sobrino por tanto de Napoleón I y primo del emperador) donde calificaba a la plantilla de La Revanche de cobardes y traidores. Cuando el contenido de esta carta se conoció en París, Grousset se lo tomó como algo personal y exigió una satisfacción a Pierre Bonaparte, el cual respondió con otra carta fechada el 9 de enero y dirigida no a Grousset, sino a Rochefort, defendiendo el honor de su familia y retando a Rochefort a resolver sus diferencias de otra manera: "Por eso os pregunto si vuestro tintero está asegurado por vuestro pecho... Yo vivo, no en un palacio, sino en el 59 de la rue Auteuil. Os prometo que si os presentáis vos mismo, no os dirán que me he ido".

Paschal Grousset decidió que sería él quien aceptase aquel desafío. Y, al día siguiente, envió a Noir y a otro amigo suyo, Ulric de Fonvielle, editor jefe del periódico La Ligne Directe de Dieppe, como sus padrinos, para fijar las condiciones del duelo con el príncipe. A diferencia de lo que era común, Noir y Fonvielle, en lugar de tratar los detalles del enfrentamiento con los padrinos de la otra parte, se dirigieron directamente a casa del Bonaparte con una carta de Grousset. Sin embargo, Pierre Bonaparte, altivo, se negó a aceptar el reto, afirmando que no tenía inconveniente en batirse con el aristócrata Rochefort, pero no con sus sirvientes ("ses manœuvres"). Esta respuesta desdeñosa enfureció a Noir, quien replicó al príncipe. La discusión terminó bruscamente cuando Pierre Bonaparte sacó un revolver y disparó contra Noir, quien cayó muerto al suelo. Tenía 21 años.


Ante el tribuna, Pierre Bonaparte afirmó que Noir le había golpeado y él le había disparado en defensa propia. En cambio, Fonvielle declaró justo lo contrario: según él, había sido el príncipe el que había abofeteado a Noir antes de dispararle. El tribunal prefirió creer la versión de Bonaparte, y lo consideró un caso de defensa propia (el fiscal de aquel caso, Théodore Grandperret, era un notorio bonapartista). Fonvielle, furioso por la decisión, se encaró con Pierre Bonaparte tras el juicio llamándolo asesino y cobarde, lo que le costó pasar diez días en prisión acusado de desacato.

El entierro de Victor Noir, celebrado el 12 de enero, se convirtió en una muestra de dolor e indignación popular. Una comitiva de más de 100000 personas (entre ellas muchos destacados líderes republicanos), liderada por el activista Auguste Blanqui, acompañó los restos de Noir hasta el cementerio de Neuilly. La asistencia al funeral fue para muchos republicanos un deber cívico; de hecho, años más tarde, el líder republicano Sadi Carnot (presidente de la Tercera República entre 1887 y 1894) señalaba a menudo la asistencia al funeral como un mérito a la hora de dar su visto bueno a los candidatos electorales ("Il a été au convoi de Victor Noir", "Él estaba en el cortejo de Victor Noir").


La derrota francesa en la guerra franco-prusiana (1870-71) provocó la caída del régimen imperial y el exilio de Napoleón III a Inglaterra. Llegó así la proclamación de la Tercera República Francesa y, unos años más tarde, las autoridades decidieron llevar a cabo un merecido homenaje al que era considerado como uno de sus mártires. En 1889 los restos de Victor Noir fueron trasladados del cementerio de Neuilly al de Père-Lachaise, y sepultados allí bajo una estatua de bronce, obra del escultor Jules Dalou, que representa al propio Noir muerto en posición yacente, con su sombrero caído a su lado. Es precisamente esta estatua y el rito que ha inspirado la que ha dado popularidad a la figura de Victor Noir mucho después de su muerte.


Una de las peculiaridades de la estatua de Dalou es su abultada entrepierna. Sea un detalle premeditado o accidental, lo cierto es que la voluminosa prominencia de la estatua hizo que desde mediados del siglo pasado algunas visitantes del cementerio frotasen dicha parte de su anatomía, con la intención de atraer suerte en el terreno amatorio. Aquella costumbre evolucionó con los años dando lugar a un elaborado ritual, consistente en que la mujer que busque la fortuna otorgada por la estatua debe colocar una flor en el sombrero de Noir, besar sus labios y frotar su entrepierna. De esta manera logrará, dependiendo de la versión del mito, aumentar su fertilidad, conseguir una vida sexual plena, o incluso encontrar marido en menos de un año. Una de las consecuencias más visibles de esta costumbre es que las partes de la estatua implicadas en el ritual presentan un acusado desgaste.


En el año 2004 se levantó una valla alrededor de la estatua para impedir que la gente siguiera tocando la estatua, pero fue retirada al poco debida a unas supuestas quejas masivas de la "población femenina de Paris", lideradas en realidad por una popular presentadora de la televisión francesa.