Verba volant, scripta manent

sábado, 28 de diciembre de 2019

Especial Día de los Inocentes: Richard Branson en la cárcel



El empresario multimillonario Richard Branson, dueño del conglomerado de empresas Virgin Group, es también un gran bromista y un entusiasta del April Fool's Day. Algunas de sus bromas se han hecho célebres, como cuando hizo fabricar un globo de aire caliente con la forma de una nave espacial y lo hizo sobrevolar Londres con un  enano disfrazado de ET en su interior, o como cuando anunció el traslado de la sede de su compañía a la ciudad de Branson (Missouri). Suelen ser bromas inofensivas y bien preparadas, aunque con una de ellas le acabó saliendo el tiro por la culata y le llevó a pasar un (breve) tiempo en una celda.

Sucedió en la década de los 90 y la víctima elegida era Ken Berry, uno de sus más estrechos colaboradores desde hacía años. Branson invitó a Berry y a su novia a cenar la noche del 31 de marzo en un exclusivo restaurante de su propiedad. El plan de Branson era distraerlos mientras varios hombres que había contratado entraban en casa de Berry y se llevaban sus muebles y demás posesiones hasta dejar el apartamento vacío. Entonces, cuando Berry llegase, aparecerían un par de actores disfrazados de policías que se dedicarían a interrogarlo y tomarle las huellas dactilares, como si fuera sospechoso del robo, hasta que al final aparecería el mismo Branson para aclarar que todo era una broma.

No obstante el plan no salió como esperaba. Branson tuvo que ausentarse de la mesa para atender una llamada de teléfono relacionada con sus negocios. La llamada se alargó más de lo previsto y cuando el millonario regresó a la mesa se encontró con que Berry y su novia se habían ido, dejándole una nota de agradecimiento por la cena. Sin saber muy bien qué hacer, Branson se fue a su casa, donde su mujer le comunicó que Berry había llamado para contarles que alguien había robado en su apartamento y preguntarles si su novia podía pasar la noche en su casa, ya que le daba miedo quedarse. Branson llamó entonces a Berry para aclarar que todo había sido una broma. Para entonces Berry ya había llamado a la policía y presentado una denuncia, así que le dijo a Branson que iba a hablar con los agentes para arreglarlo todo.

Lo que Branson no esperaba es que algo más tarde, cuando estaba a punto de irse a la cama, dos agentes se presentaran en su casa y se lo llevaran arrestado, vestido con su pijama y su bata, a la comisaría de Harrow Road, pese a sus protestas. Allí, sin más explicación, lo metieron en una celda. Para hacer su situación si cabe más preocupante, al poco Branson comenzó a oir golpes en la celda de al lado, donde aparentemente alguien estaba recibiendo una paliza, a la vez que se escuchaba una voz lastimera que pedía que no le pegaran más porque no había hecho nada.

Tras pasar toda la noche y parte de la mañana en la celda,Branson fue escoltado por dos agentes que le anunciaron que iban a presentar contra él más de una docena de cargos criminales, incluyendo denuncia falsa y malgastar dinero público. Un confundido Branson fue llevado entonces al exterior de la comisaría... donde le esperaban Berry junto a varios de los trabajadores de Virgin y varios policías, para gritarle "April Fools!".

Según le explicó luego Berry, tras recibir la llamada de su jefe había pedido a los agentes de policía que se olvidaran del caso. Pero los agentes, algo molestos, se mostraron dispuestos a presentar cargos contra Branson, así que Berry llegó a un acuerdo con ellos: a cambio de no acusar a Branson de ningún delito, lo meterían durante unas horas en una celda como escarmiento. La supuesta paliza en la celda contigua había sido un montaje preparado por algunos agentes como extra para la broma.

A Branson, lejos de enfadarlo, todo el asunto le hizo muchísima gracia. Incluso lo menciona en sus memorias como ejemplo de la cultura empresarial de su compañía, que permite a sus empleados expresarse libremente y tomar la iniciativa en beneficio de la empresa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario