The International Gun
A finales del siglo XIX, la influencia occidental era cada vez más patente en China. Diplomáticos, comerciantes y misioneros llegados del extranjero tenían un peso cada vez mayor dentro de la sociedad china, tradicionalmente aislada, lo que era visto con desaprobación por sus sectores más conservadores, quienes veían a los recién llegados como invasores que desvirtuaban la milenaria cultura china, y a los chinos que confraternizaban con ellos (especialmente, a los conversos al cristianismo) como traidores. El descontento de estos movimientos conservadores (a los que los ingleses llamaban "boxers" porque practicaban las artes marciales) fué en aumento hasta desembocar en una auténtica rebelión en 1899, que tenía apoyos incluso en la familia imperial (la anciana emperatriz Cixi, tía del emperador Guangxu, apoyó a los sublevados). La rebelión fué ganando adeptos y no tardó en llegar a Pekín, obligando a los residentes occidentales a huir o a refugiarse en sus embajadas. Afortunadamente, la mayoría de éstas se hallaban agrupadas en las cercanías de la Ciudad Prohibida (se dice que porque el emperador quería tenerlas bajo su control) y estaban fortificadas, por lo que pudieron organizar una defensa conjunta bastante eficaz combinando sus respectivos destacamentos de seguridad. Las delegaciones de Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia, Italia, los Países Bajos y Japón compartían el mismo recinto amurallado, al que no tardaron en sumarse los ocupantes de las embajadas española y belga, situadas a sólo unas calles de distancia. Lamentablemente, la embajada alemana, situada bastante más lejos, fué tomada por los boxers, que asesinaron al embajador, el barón Klemens von Ketteler.
Mientras esperaban la llegada del ejército internacional que acudía en su ayuda, los occidentales resistieron el asedio de los boxers como pudieron, usando el armamento de que disponían y un viejo cañón que fué apodado muy adecuadamente "the International Gun" (el arma o el cañón internacional). ¿El motivo? El cañón en sí era británico, pero el soporte sobre el que estaba colocado era italiano, los proyectiles habían sido facilitados por los rusos y eran artilleros norteamericanos los encargados de su manejo. Además, dichos artilleros estaban a las órdenes de los jefes de la defensa, el británico Calude Maxwell MacDonald y el japonés Shiba Goro.
Los sitiados resistieron los ataques boxers desde el 20 de junio hasta el 14 de agosto de 1900 (los famosos 55 días en Pekín), en que las tropas occidentales entraron en Pekín. Cuando terminó la revuelta, habían muerto varios cientos de extranjeros, miles de chinos cristianos y entre 50000 y 100000 rebeldes. Las potencias occidentales impusieron a los chinos un oneroso tratado de paz que incluía el pago de importantes indemnizaciones, concesiones territoriales y mayores facilidades para la presencia comercial y militar de los occidentales en China.
sábado, 30 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
El desastre de Annual
Ayer, 22 de julio, se cumplieron 90 años de una de las páginas más negras de la historia española en su último siglo: la caída del campamento del ejército español en Annual (Marruecos) en manos de los rifeños.
Pongámonos en antecedentes. Estamos en 1921, la Guerra del Rif, entre los nativos sublevados y las tropas coloniales españolas y francesas dura desde 1911, aunque el nuevo comandante general de Melilla, el general Manuel Fernández Silvestre, ha logrado alguno éxitos y avanzado en territorio rebelde. Sin embargo, los rebeldes rifeños, al mando de Abd-el-Krim (antiguo funcionario colonial de la administración española) lanzan un contraataque tomando las posiciones españolas en el monte Abarrán e Igueriben. Especialmente doloroso es el caso de Igueriben: sus 355 defensores resistieron en sus deficientes fortificaciones durante cinco días, del 17 al 22 de julio, sin agua, sin apenas víveres, registrando a los muertos en busca de munición, luchando incluso cuerpo a cuerpo cuando ésta se agota y solicitando inútilmente refuerzos que fueron incapaces de llegar a su posición. Estremecedor es su último mensaje a la comandancia española: Solo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlos, y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos revueltos en la posición. De los 355 defensores, sólo una docena lograron salir con vida de la matanza.
Tras la caída de Igueriben, la posición de Annual se vuelve sumamente complicada. Allí se encuentra Silvestre, con un ejército de 3000 soldados españoles (muchos de ellos, soldados de reemplazo, inexpertos y mal armados) y 2000 nativos, contra los que se dirigen 18000 rifeños, si bien con un armamento inferior. Silvestre, consciente de que Annual, sin agua y con pocas municiones, es indefendible, prepara la evacuación. Pero el alto mando le pide que resista y le anuncia la llegada de refuerzos desde Tetuán. Silvestre duda y decide esperar. El día 23, al alba, los españoles son advertidos de la inminente llegada de los rifeños. Silvestre y sus oficiales ordenan entonces la evacuación, que no da comienzo hasta las once de la mañana. Pero han esperado demasiado; tropas rifeñas han tomado los principales caminos de huída. Los soldados que se retiran empiezan a recibir disparos. Los soldados nativos desertan y comienzan a atacar a los que hasta hace poco eran sus compañeros. La retirada ordenada se convierte en una desbandada general donde todos huyen desesperadamente para salvar sus vidas, abandonando armas, pertrechos e incluso a los heridos. Sólo algunas unidades veteranas evitan que el desastre sea total. Los Regulares de Melilla, al mando del comandante Llamas, defendiendo la posición sur y replegándose ordenadamente mientras batían a los atacantes y protegían a los que huían. O el Regimiento de Caballería de Cazadores de Alcántara, a las órdenes del teniente coronel Fernando Primo de Rivera, cargando sable en mano contra los rifeños una y otra vez hasta obligarlos a retirarse (a costa de perder, entre muertos y prisioneros, a 627 de los 691 jinetes que la componían).
Las bajas españolas en Annual ascienden en total a unos 2500 hombres (además de varios cientos de prisioneros), mas otros 1500 caídos defendiendo posiciones secundarias como Izumar, Mehayast o Halaun, arrasadas por los rifeños en su avance. El general Silvestre, tras haber hecho evacuar a su hijo, teniente en prácticas, desapareció durante los combates; según unos fué abatido por los rifeños, y según otros, se suicidó. Su cuerpo no se encontró nunca.
Los pocos supervivientes se retiraron como pudieron, primero a Dar Drius y luego al Monte Arruit, otro nombre negro de la contienda. Pero ya hablaré más adelante de ello; su aniversario toca el 9 de agosto.
Pongámonos en antecedentes. Estamos en 1921, la Guerra del Rif, entre los nativos sublevados y las tropas coloniales españolas y francesas dura desde 1911, aunque el nuevo comandante general de Melilla, el general Manuel Fernández Silvestre, ha logrado alguno éxitos y avanzado en territorio rebelde. Sin embargo, los rebeldes rifeños, al mando de Abd-el-Krim (antiguo funcionario colonial de la administración española) lanzan un contraataque tomando las posiciones españolas en el monte Abarrán e Igueriben. Especialmente doloroso es el caso de Igueriben: sus 355 defensores resistieron en sus deficientes fortificaciones durante cinco días, del 17 al 22 de julio, sin agua, sin apenas víveres, registrando a los muertos en busca de munición, luchando incluso cuerpo a cuerpo cuando ésta se agota y solicitando inútilmente refuerzos que fueron incapaces de llegar a su posición. Estremecedor es su último mensaje a la comandancia española: Solo quedan doce cargas de cañón, que empezaremos a disparar para rechazar el asalto. Contadlos, y al duodécimo disparo, fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos revueltos en la posición. De los 355 defensores, sólo una docena lograron salir con vida de la matanza.
Tras la caída de Igueriben, la posición de Annual se vuelve sumamente complicada. Allí se encuentra Silvestre, con un ejército de 3000 soldados españoles (muchos de ellos, soldados de reemplazo, inexpertos y mal armados) y 2000 nativos, contra los que se dirigen 18000 rifeños, si bien con un armamento inferior. Silvestre, consciente de que Annual, sin agua y con pocas municiones, es indefendible, prepara la evacuación. Pero el alto mando le pide que resista y le anuncia la llegada de refuerzos desde Tetuán. Silvestre duda y decide esperar. El día 23, al alba, los españoles son advertidos de la inminente llegada de los rifeños. Silvestre y sus oficiales ordenan entonces la evacuación, que no da comienzo hasta las once de la mañana. Pero han esperado demasiado; tropas rifeñas han tomado los principales caminos de huída. Los soldados que se retiran empiezan a recibir disparos. Los soldados nativos desertan y comienzan a atacar a los que hasta hace poco eran sus compañeros. La retirada ordenada se convierte en una desbandada general donde todos huyen desesperadamente para salvar sus vidas, abandonando armas, pertrechos e incluso a los heridos. Sólo algunas unidades veteranas evitan que el desastre sea total. Los Regulares de Melilla, al mando del comandante Llamas, defendiendo la posición sur y replegándose ordenadamente mientras batían a los atacantes y protegían a los que huían. O el Regimiento de Caballería de Cazadores de Alcántara, a las órdenes del teniente coronel Fernando Primo de Rivera, cargando sable en mano contra los rifeños una y otra vez hasta obligarlos a retirarse (a costa de perder, entre muertos y prisioneros, a 627 de los 691 jinetes que la componían).
Las bajas españolas en Annual ascienden en total a unos 2500 hombres (además de varios cientos de prisioneros), mas otros 1500 caídos defendiendo posiciones secundarias como Izumar, Mehayast o Halaun, arrasadas por los rifeños en su avance. El general Silvestre, tras haber hecho evacuar a su hijo, teniente en prácticas, desapareció durante los combates; según unos fué abatido por los rifeños, y según otros, se suicidó. Su cuerpo no se encontró nunca.
Los pocos supervivientes se retiraron como pudieron, primero a Dar Drius y luego al Monte Arruit, otro nombre negro de la contienda. Pero ya hablaré más adelante de ello; su aniversario toca el 9 de agosto.
sábado, 16 de julio de 2011
Picasso y la realidad
Un hombre que viajaba en el vagón de primera de un tren español se dio cuenta de pronto de que su compañero de asiento era nada menos que el famoso pintor Pablo Ruiz Picasso. El hombre se armó de valor y se atrevió a decirle al maestro: Usted es un gran pintor, pero, ¿por qué su arte, todo el arte moderno en general, es tan retorcido? ¿Por qué no pinta usted la realidad en lugar de todas esas distorsiones?. Picasso dudó un momento y le preguntó a su vez: Entonces, ¿qué aspecto piensa usted que tiene la realidad? El hombre sacó de la cartera una foto de su mujer: Así, como esta fotografía. Es mi esposa. Picasso cogió la fotografía, la miró y sonriendo socarronamente, le respondió: ¿De verdad? Su mujer es muy pequeña. Y plana, además.
viernes, 15 de julio de 2011
Los efectos del calentamiento global: el grolar
Grolar
El 16 de abril de 2006, un cazador norteamericano llamado Jim Martell lograba cazar un oso polar cerca del pueblo de Sachs Harbour, en la isla de Banks, en el Ártico canadiense. No le había salido barato: entre permisos, licencias y otros gastos, se había gastado más de 45000 dólares. Pero una vez tuvo delante al animal, algo le llamó la atención, lo mismo que a su guía. Parecía efectivamente un oso polar, pero tenía detalles extraños, como garras muy largas y parches de pelaje pardo, que le desconcertaron. Así que decidió entregar el animal a las autoridades canadienses, quienes examinaron concienzudamente al oso. El examen genético fué concluyente: el especimen era sin duda hijo de una osa polar, pero su padre había sido un oso pardo norteamericano, también conocido como grizzly (para alivio de Martell; de haber matado a un grizzly sin permiso, podía haberle costado un año de cárcel y una fuerte multa). Se trataba del primer híbrido conocido de ambas especies nacido en libertad.
El oso polar apareció hace unos 150000 años (un tiempo pequeño evolutivamente hablando) y desciende del oso pardo, probablemente de una población aislada por las glaciaciones durante el Pleistoceno. Por ello, la divergencia genética entre ambas especies es bastante pequeña y, de hecho, ya se conocían híbridos de ambas, pero siempre nacidos en cautividad. En estado salvaje, había una limitación geográfica: los territorios ocupados por ambas especies no se solapaban, por lo que el encuentro de dos individuos era sumamente improbable. ¿Qué ha cambiado ahora? El clima.
El imparable cambio climático está acabando con el hielo del Ártico. Las áreas heladas se están reduciendo obligando a los osos polares a aventurarse en tierra firme, que antes no frecuentaban, para poder subsistir. Esto ha hecho que los encuentros entre ambas especies hayan crecido exponencialmente. Posteriormente, se han avistado más posibles ejemplares, e incluso se ha encontrado a un oso hijo de una grolar y un oso pardo, lo que indica que es perfectamente viable.
Dado que hasta entonces sólo existía en cautividad, nadie se había preocupado de darle nombre al híbrido. "Grolar" es una de las formas utilizadas, contracción de "grizzly" y "polar", lo mismo que "pizzly", pero también han propuesto otras formas como "polizzly" o incluso "nanulak" (resultado de combinar los nombres inuit de ambos osos, "nanuk" y "aklak").
El 16 de abril de 2006, un cazador norteamericano llamado Jim Martell lograba cazar un oso polar cerca del pueblo de Sachs Harbour, en la isla de Banks, en el Ártico canadiense. No le había salido barato: entre permisos, licencias y otros gastos, se había gastado más de 45000 dólares. Pero una vez tuvo delante al animal, algo le llamó la atención, lo mismo que a su guía. Parecía efectivamente un oso polar, pero tenía detalles extraños, como garras muy largas y parches de pelaje pardo, que le desconcertaron. Así que decidió entregar el animal a las autoridades canadienses, quienes examinaron concienzudamente al oso. El examen genético fué concluyente: el especimen era sin duda hijo de una osa polar, pero su padre había sido un oso pardo norteamericano, también conocido como grizzly (para alivio de Martell; de haber matado a un grizzly sin permiso, podía haberle costado un año de cárcel y una fuerte multa). Se trataba del primer híbrido conocido de ambas especies nacido en libertad.
El oso polar apareció hace unos 150000 años (un tiempo pequeño evolutivamente hablando) y desciende del oso pardo, probablemente de una población aislada por las glaciaciones durante el Pleistoceno. Por ello, la divergencia genética entre ambas especies es bastante pequeña y, de hecho, ya se conocían híbridos de ambas, pero siempre nacidos en cautividad. En estado salvaje, había una limitación geográfica: los territorios ocupados por ambas especies no se solapaban, por lo que el encuentro de dos individuos era sumamente improbable. ¿Qué ha cambiado ahora? El clima.
El imparable cambio climático está acabando con el hielo del Ártico. Las áreas heladas se están reduciendo obligando a los osos polares a aventurarse en tierra firme, que antes no frecuentaban, para poder subsistir. Esto ha hecho que los encuentros entre ambas especies hayan crecido exponencialmente. Posteriormente, se han avistado más posibles ejemplares, e incluso se ha encontrado a un oso hijo de una grolar y un oso pardo, lo que indica que es perfectamente viable.
Dado que hasta entonces sólo existía en cautividad, nadie se había preocupado de darle nombre al híbrido. "Grolar" es una de las formas utilizadas, contracción de "grizzly" y "polar", lo mismo que "pizzly", pero también han propuesto otras formas como "polizzly" o incluso "nanulak" (resultado de combinar los nombres inuit de ambos osos, "nanuk" y "aklak").
miércoles, 6 de julio de 2011
Los disturbios del Stonewall Inn
Reciente como está todavía la celebración del Día del Orgullo Gay, como se ha recordado en varios medios, esta celebración se estableció el 28 de junio para conmemorar los disturbios ocurridos el 28 de junio de 1969 en el pub neoyorquino Stonewall Inn, que sirvieron de catalizador al movimiento de reivindicación de derechos del colectivo LGBT.
El Stonewall Inn es un pub, que todavía existe (está declarado Lugar Histórico desde 1999), situado en el 53 de Christopher Street, en el bohemio barrio de Greenwich Village. A finales de los 60 era un pub de ambiente gay (propiedad, curiosamente, de la familia mafiosa de los Genovese), lo que le valía sufrir alguna redada de vez en cuando, como casi todos los locales de ambiente. En esas redadas, generalmente, se identificaba a los presentes, se decomisaba el alcohol y se arrestaban a los empleados y a algunos de los clientes.
El sábado 28 de junio de 1969, a la 1:20 de la mañana, varios agentes entraron en el Stonewall y ordenaron a los aproximadamente 200 clientes que había en él que se identificasen. La rutina era que los que vestían de mujer fueran sometidos a un reconocimiento para comprobar su sexo, pero en esta ocasión se negaron, y los demás clientes les imitaron negándose a identificarse. Al final, la policía decidió arrestar a varios clientes, además de a los empleados, y echar a la calle al resto. Pero éstos no se fueron, como era lo habitual; se quedaron en el exterior del bar, en un número superior a 100 personas, viendo cómo la policía sacaba a los detenidos. Poco a poco, el número de personas allí congregados fué aumentando; vecinos del barrio, curiosos, homosexuales y heterosexuales, protestando por la actuación de las autoridades. El ambiente se fué caldeando poco a poco, sin que la policía pudiera disolver la concentración. Según varios testigos, el desencadenante de los disturbios fué la agresión de un policía a una mujer que trataba de resistirse al arresto. Ese hecho hizo explotar la frustración de la multitud en un arranque de ira que les llevó a atacar a los agentes obligándolos a refugiarse dentro del bar, que sufrió el lanzamiento de piedras y otros objetos por parte de los manifestantes, hasta que llegaron refuerzos. Los antidisturbios liberaron a los agentes recluídos e intentaron disolver a los que protestaban, pero estos se enfrentaron a ellos. Las escaramuzas y peleas continuaron hasta pasadas las cuatro de la mañana. Al final, las protestas se saldaron con trece detenidos, varios heridos y el Stonewall prácticamente destrozado.
La noticia corrió por toda la ciudad. El sábado por la tarde, miles de personas ocupaban las calles. De nuevo se repitieron los enfrentamientos hasta altas horas de la mañana. Los días siguientes se repitieron, hasta que poco a poco la situación se fué calmando.
Estos sucesos dieron un empuje decisivo al movimiento pro derechos de los homosexuales. Por primera vez, la comunidad gay se movilizó abiertamente para reclamar un trato justo. Se fundaron asociaciones como el Gay Liberation Front o la Gay Activists Alliance. Por todo el país (y más tarde en Canadá, Europa y Australia) surgieron nuevos grupos que luchaban por el reconocimiento de sus derechos. Y el 28 de junio de 1970, al cumplirse el primer aniversario de los sucesos del Stonewall, se celebró la primera marcha del orgullo gay, que recorrió medio centenar de manzanas hasta Central Park.
sábado, 2 de julio de 2011
Búho Gris
En 1931 se publicaba un libro titulado The men of the last frontier, sobre la vida en los bosques de Norteamérica, que alcanzó enseguida gran popularidad y lanzó a la fama a su autor, cuya vida fascinó de inmediato al público. Se llamaba Búho Gris, y era hijo de un explorador escocés llamado George MacNeill (lo que explicaba sus ojos azules), amigo de Búfalo Bill, y una india apache. Nacido en 1888, había sido guía, cuidador de mulas, buscador de plata, ranger y por último, cazador y trampero. También había sido soldado en la Primera Guerra Mundial, donde fué herido. Luego, se instaló en los bosques de Ontario, Canadá, donde se casó con una india mohawk llamada Anahareo, viviendo de la caza. En su solitario retiro, con la inestimable ayuda de su esposa, Búho Gris empezó a ver la naturaleza de un modo totalmente diferente al que la había visto hasta entonces. Se dió cuenta de que la riqueza natural de Canadá donde vivía corría peligro si no se tomaban medidas para protegerla de la acción del hombre, y también a los animales que la habitaban (especialmente al castor, emblema de su lucha). Gracias a esta popularidad, Buho Gris dió numerosas conferencias tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, donde llegó a ser presentado a las princesas Isabel y Margarita. Publicó varios libros más y se convirtió en uno de los pioneros del ecologismo y un gran difusor de la idea de la protección de la naturaleza. Murió en Prince Albert (Canadá) a causa de una neumonía, el 13 de abril de 1938. Y sólo un par de días después de su muerte, una revista publicaba la verdadera historia de Búho Gris.
En realidad, Búho Gris no se llamaba así y ni siquiera era indio. Su verdadero nombre era Archibald Stansfeld Belaney y había nacido en las cercanías de Hastings (Inglaterra). Abandonado por su padre cuando era un niño, su madre lo dejó al cuidado de sus tías Ada y Carry, quienes trataron de hacer de él un hombre de provecho. Pero el pequeño Archie era un niño soñador, introvertido y rebelde, fascinado desde muy pequeño con la cultura de los pieles rojas, y cuando apenas contaba 17 años se fué de casa y emigró a Canadá. Allí, bastante inconscientemente, se internó en las regiones todavía salvajes de Ontario, donde podía haber muerto por su nulo conocimiento de la vida en el bosque. Tuvo la suerte de ser acogido primero por un leñador llamado Jesse Hood y luego por un grupo de indios de la tribu ojigway, con los que aprendió a vivir en la naturaleza y que fueron los que comenzaron a llamarlo Búho Gris. Se casó con una mujer ojigway y enseguida adoptó su forma de vida, hasta tal punto que, cuando en 1915 se alistó en el ejército canadiense para combatir en la Primera Guerra Mundial, ya lo hizo con el nombre de Búho Gris y haciendo constar como raza "mestizo". Fué herido en un par de ocasiones, y al volver a Canadá sus heridas y el recuerdo de lo que vivió durante los combates le llevaron a caer en el alcoholismo. Lo salvaron sus amigos indios, que lo acogieron y cuidaron hasta que se recuperó. Volvió a trabajar como guía, se casó con Anahareo y se instaló con ella como trampero.
Búho Gris jamás habló de la primera parte de su vida, al menos desde que se hizo popular. ¿Renegaba de ella y consideraba que Búho Gris correspondía más con su verdadero ser que Archie Belaney? ¿O quizá temía que la gente no le tomara en serio, porque un indio "auténtico" era mucho más creíble que un inglés hablando sobre la vida salvaje?
La revelación sobre el verdadero origen de Búho Gris dañó gravemente su imagen y desacreditó sus enseñanzas. Hubieron de pasar muchos años para que su figura fuera recuperada y el verdadero valor de su legado apreciado como merecía.
En realidad, Búho Gris no se llamaba así y ni siquiera era indio. Su verdadero nombre era Archibald Stansfeld Belaney y había nacido en las cercanías de Hastings (Inglaterra). Abandonado por su padre cuando era un niño, su madre lo dejó al cuidado de sus tías Ada y Carry, quienes trataron de hacer de él un hombre de provecho. Pero el pequeño Archie era un niño soñador, introvertido y rebelde, fascinado desde muy pequeño con la cultura de los pieles rojas, y cuando apenas contaba 17 años se fué de casa y emigró a Canadá. Allí, bastante inconscientemente, se internó en las regiones todavía salvajes de Ontario, donde podía haber muerto por su nulo conocimiento de la vida en el bosque. Tuvo la suerte de ser acogido primero por un leñador llamado Jesse Hood y luego por un grupo de indios de la tribu ojigway, con los que aprendió a vivir en la naturaleza y que fueron los que comenzaron a llamarlo Búho Gris. Se casó con una mujer ojigway y enseguida adoptó su forma de vida, hasta tal punto que, cuando en 1915 se alistó en el ejército canadiense para combatir en la Primera Guerra Mundial, ya lo hizo con el nombre de Búho Gris y haciendo constar como raza "mestizo". Fué herido en un par de ocasiones, y al volver a Canadá sus heridas y el recuerdo de lo que vivió durante los combates le llevaron a caer en el alcoholismo. Lo salvaron sus amigos indios, que lo acogieron y cuidaron hasta que se recuperó. Volvió a trabajar como guía, se casó con Anahareo y se instaló con ella como trampero.
Búho Gris jamás habló de la primera parte de su vida, al menos desde que se hizo popular. ¿Renegaba de ella y consideraba que Búho Gris correspondía más con su verdadero ser que Archie Belaney? ¿O quizá temía que la gente no le tomara en serio, porque un indio "auténtico" era mucho más creíble que un inglés hablando sobre la vida salvaje?
La revelación sobre el verdadero origen de Búho Gris dañó gravemente su imagen y desacreditó sus enseñanzas. Hubieron de pasar muchos años para que su figura fuera recuperada y el verdadero valor de su legado apreciado como merecía.
Búho Gris
Archibald Belaney, de niño
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