The International Gun
A finales del siglo XIX, la influencia occidental era cada vez más patente en China. Diplomáticos, comerciantes y misioneros llegados del extranjero tenían un peso cada vez mayor dentro de la sociedad china, tradicionalmente aislada, lo que era visto con desaprobación por sus sectores más conservadores, quienes veían a los recién llegados como invasores que desvirtuaban la milenaria cultura china, y a los chinos que confraternizaban con ellos (especialmente, a los conversos al cristianismo) como traidores. El descontento de estos movimientos conservadores (a los que los ingleses llamaban "boxers" porque practicaban las artes marciales) fué en aumento hasta desembocar en una auténtica rebelión en 1899, que tenía apoyos incluso en la familia imperial (la anciana emperatriz Cixi, tía del emperador Guangxu, apoyó a los sublevados). La rebelión fué ganando adeptos y no tardó en llegar a Pekín, obligando a los residentes occidentales a huir o a refugiarse en sus embajadas. Afortunadamente, la mayoría de éstas se hallaban agrupadas en las cercanías de la Ciudad Prohibida (se dice que porque el emperador quería tenerlas bajo su control) y estaban fortificadas, por lo que pudieron organizar una defensa conjunta bastante eficaz combinando sus respectivos destacamentos de seguridad. Las delegaciones de Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia, Italia, los Países Bajos y Japón compartían el mismo recinto amurallado, al que no tardaron en sumarse los ocupantes de las embajadas española y belga, situadas a sólo unas calles de distancia. Lamentablemente, la embajada alemana, situada bastante más lejos, fué tomada por los boxers, que asesinaron al embajador, el barón Klemens von Ketteler.
Mientras esperaban la llegada del ejército internacional que acudía en su ayuda, los occidentales resistieron el asedio de los boxers como pudieron, usando el armamento de que disponían y un viejo cañón que fué apodado muy adecuadamente "the International Gun" (el arma o el cañón internacional). ¿El motivo? El cañón en sí era británico, pero el soporte sobre el que estaba colocado era italiano, los proyectiles habían sido facilitados por los rusos y eran artilleros norteamericanos los encargados de su manejo. Además, dichos artilleros estaban a las órdenes de los jefes de la defensa, el británico Calude Maxwell MacDonald y el japonés Shiba Goro.
Los sitiados resistieron los ataques boxers desde el 20 de junio hasta el 14 de agosto de 1900 (los famosos 55 días en Pekín), en que las tropas occidentales entraron en Pekín. Cuando terminó la revuelta, habían muerto varios cientos de extranjeros, miles de chinos cristianos y entre 50000 y 100000 rebeldes. Las potencias occidentales impusieron a los chinos un oneroso tratado de paz que incluía el pago de importantes indemnizaciones, concesiones territoriales y mayores facilidades para la presencia comercial y militar de los occidentales en China.
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