Verba volant, scripta manent

domingo, 12 de mayo de 2024

Karen Silkwood

Karen Gay Silkwood (1946-1974)

Karen Gay Silkwood, la mediana de las tres hijas del matrimonio formado por Bill y Merle Silkwood,  nació en la ciudad texana de Longview el 19 de febrero de 1946. Era una chica texana corriente, que se casó joven, con apenas 19 años, con William Meadows, empleado de un oleoducto. Siete años y tres hijos más tarde, Karen solicitó el divorcio, debido a la mala cabeza de William con el dinero (lo que había llevado a la pareja a tener que declararse en bancarrota) y a que éste mantenía una relación adúltera con otra mujer que se negaba a terminar. Tras la separación, Karen, dispuesta a cambiar de vida, dejó a sus hijos con Michael y se mudó a Oklahoma City, donde trabajó algún tiempo como recepcionista en un hospital antes de conseguir trabajo como técnico de laboratorio en la Fábrica de Combustible Cimarron, propiedad de la empresa energética Kerr-McGee Corporation y situada en las proximidades de las localidades de Crescent y Cimarron City. La fábrica se dedicaba a elaborar combustible para reactores nucleares, tanto de uranio como MOX (mezcla de óxidos, una mezcla de uranio natural, uranio empobrecido y óxido de plutonio).

Al poco de ser contratada Karen, se declaró una huelga en la factoría, reclamando mejoras en las condiciones laborales. Karen nunca había tenido una especial inclinación hacia el activismo social o político, pero acababa de afiliarse al Oil, Chemical and Atomic Workers International Union (OCAW), un sindicato que agrupaba a trabajadores de los sectores petrolífero, químico y nuclear, así que tomó parte en la huelga, tras lo cual el sindicato la nombró miembro de su comité de negociación, siendo la primera mujer en desempeñar dicho cargo. A ella le encargaría el OCAW un informe sobre posibles violaciones de las normas de seguridad y salubridad en el trabajo por parte de la empresa.

Pellets de plutonio

El resultado de las investigaciones de Karen fue demoledor. Como la propia Karen Silkwood testificaría en el verano de 1974 ante la Comisión de Energía Atómica de EEUU, en la fábrica se estaban produciendo un número muy elevado de graves infracciones, que incluían la excesiva exposición de los trabajadores a la radiación, el manejo y almacenamiento incorrecto de los residuos radiactivos, la falta de material de seguridad como trajes de protección y duchas de descontaminación, la infracualificación de algunos trabajadores (que ocupaban puestos que requerían una formación específica de la que carecían) o graves deficiencias en la seguridad. La Kerr-McGee rechazó todas las acusaciones, alegando que se trataba de exageraciones y llamando alarmista a Silkwood, pero Karen, contando con el respaldo unánime de su sindicato, se mostró dispuesta a ratificar todas y cada una de ellas.

Poco después de su declaración, Karen denunció estar recibiendo presiones y amenazas para desistir de sus reclamaciones. Algunas eran anónimas y Karen sospechaba que procedían del entorno de la directiva de la Kerr-McGee; otras procedían de algunos de sus propios compañeros, que temían perder sus empleos. Pero ella no se dejó intimidar y siguió recopilando información sobre la fábrica.

El 5 de noviembre de 1974, durante un chequeo rutinario, Karen Silkwood descubrió que su cuerpo presentaba unos niveles de plutonio que superaban en 400 veces el límite máximo permitido. Fue sometida a un proceso de descontaminación y enviada a su casa. En sus guantes de trabajo se encontraron restos de plutonio, pero curiosamente esta contaminación se localizaba en la parte interior de los guantes y estos no tenían ningún agujero. Al día siguiente fue sometida a un nuevo examen y volvió a dar positivo, a pesar de que ese día no había estado en contacto con material nuclear y solo había realizado trabajo de oficina. Al día siguiente, 7 de noviembre, Karen tenía unos niveles de plutonio tan altos en su organismo que incluso el aire que expiraba contenía trazas de plutonio. Ante la seriedad del caso, la Comisión de Energía Atómica tuvo que intervenir. Un equipo especial de descontaminación examinó la casa de Karen Silkwood, encontrando elevadas concentraciones de plutonio en varias habitaciones como el baño, la cocina y el dormitorio, así como en algunos objetos como la nevera. La casa fue sometida a una descontaminación profunda (algunos objetos estaban tan contaminados que tuvieron que ser destruidos) y Silkwood, su novio Drew Stephens y su compañera de piso Dusty Ellis fueron enviados al Laboratorio Nacional de Los Álamos y permanecieron allí durante dos días, sometidos a pruebas y procesos de descontaminación.

Pero ni siquiera este extraño incidente logró hacer vacilar a Karen Silkwood de su determinación. Según comentó a varios de sus allegados, ya había conseguido reunir suficiente documentación para respaldar sus acusaciones y demostrar además que la compañía había falsificado varios informes de inspecciones para hacer creer a las autoridades que todo discurría con normalidad en la factoría. Y estaba dispuesta a hacerlo público; un periodista del New York Times llamado David Burnham se había puesto en contacto con ella, interesándose en publicar su historia.

El 13 de noviembre de 1974 Karen Silkwood acudió a una reunión con miembros de su sindicato en el Hub Cafe de Crescent. Los que estuvieron con ella declararían más tarde que llevaba consigo un portafolios y un paquete de documentos. Tras la reunión se subió a su coche, un Honda Civic, para dirigirse a Oklahoma City, donde había quedado con Burnham y con un miembro de la directiva nacional de su sindicato llamado Steve Wodka. Sin embargo, nunca llegaría a encontrarse con ellos. Esa misma tarde el cuerpo de Karen Silkwood aparecía en el interior de su coche, en la autopista estatal 74. Se había salido de la carretera y había chocado con un tubo de drenaje de hormigón, muriendo en el acto. La policía halló en el coche cannabis y varias pastillas de Quaalude, un sedante cuyo principio activo es la metacualona. La autopsia detectó niveles altos de metacualona en el organismo de Silkwood, por lo que la conclusión oficial fue que se había salido de la carretera al quedarse dormida al volante.

El Honda Civic de Karen Silkwood, tras el accidente

Sin embargo, para mucha gente la muerte de Karen Silkwood no era en absoluto algo tan simple. El indicio más llamativo era que los documentos que Karen llevaba consigo habían desaparecido misteriosamente. No estaban en su coche, ni cerca de él, ni se mencionan en el informe oficial del accidente ni en las declaraciones de los policías presentes. Además, varios testigos declararon que poco después de que llegara la policía varios directivos de Kerr-McGee habían aparecido en el lugar del accidente, sin que nadie supiera quién los había avisado o cómo habían llegado tan rápido. Investigadores independientes contratados para revisar el caso también sacaron a la luz datos que parecían contradecir la versión oficial. En la calzada habían quedado marcas que sugerían que Karen había intentado regresar a la carretera tras salirse, y el informe de la autopsia mostraba indicios de que justo antes de la colisión había intentado protegerse, lo que indicaría que no estaba dormida.

Otro dato que sacó a la luz la investigación independiente fue que el Honda Civic de Silkwood presentaba daños en su parte trasera que no eran explicables por un choque frontal como el que había sufrido. El Honda había sido comprado nuevo, y nadie de su entorno recordaba haber visto esos daños antes del accidente, ni ella había mencionado haber sufrido un golpe, ni se había presentado ninguna reclamación a ninguna compañía de seguros. Además, en la parte trasera del coche se encontraron restos de pintura procedentes de otro vehículo. La conclusión a la que llegaron era que el accidente se había producido porque otro coche golpeó al de Karen por detrás y lo sacó de la carretera; pero a las autoridades no les pareció suficiente para reabrir el caso y mantuvieron su dictamen inicial.

La muerte de Karen Silkwood no consiguió sin embargo echar por tierra su labor. Sus denuncias ante la Comisión de Energía Atómica provocaron la apertura de una investigación federal sobre la planta de Cimarron que no solo sacó a la luz numerosas irregularidades, sino que reveló que la compañía había "extraviado" una cantidad significativa de plutonio (se habló de entre 20 y 30 kilos) cuyo destino nunca se llegó a aclarar (circularon muchos rumores que hablaban de operaciones secretas que involucraban a la CIA o al Mossad israelí, o de tramas de contrabando de material nuclear). La Kerr-McGee perdió sus autorizaciones para manejar materiales radiactivos y tuvo que cerrar todas sus plantas de combustible nuclear en 1975.

En 1979 los padres y los hijos de Karen Silkwood demandaron a la Kerr-McGee por el episodio de contaminación con plutonio de Karen. Ella siempre había acusado a la compañía de ser la responsable de su contaminación, y la autopsia reveló que en sus órganos todavía quedaban niveles significativos de plutonio. La compañía se defendió calificando a Silkwood de "problemática" y acusándola de haberse contaminado a propósito para dañar la imagen de la compañía (aunque tiempo después se sabría que el tipo específico de plutonio que había en su organismo se producía en un área restringida de la factoría a la que Karen no había accedido en más de cuatro meses antes del suceso). La sentencia dio la razón a su familia, culpando a la empresa por negligencia y concediéndoles a sus herederos una indemnización de 505000 dólares y otros diez millones como daños punitivos. La compañía apeló y logró rebajar la indemnización a solo 5000 $. En 1984, el tribunal Supremo de los EEUU desestimaba las alegaciones de Kerr-McGee y reconocía la validez de la sentencia original. Finalmente, el litigio se resolvió con un acuerdo extrajudicial: la energética pagó a la familia de Karen Silkwood 1'38 millones de dólares sin admitir ningún tipo de responsabilidad.

El caso de Karen Silkwood, que ya tuvo bastante repercusión en su época, se hizo mucho más famoso años más tarde, cuando en 1983 se estrenó la película Silkwood, basada en la vida de Karen y dirigida por Mike Nichols y protagonizada por Meryl Streep, Kurt Russell y Cher, que fue un gran éxito de crítica y público e incluso obtuvo cinco nominaciones a los premios Oscar (incluuidos los de mejor actriz, mejor actriz de reparto y mejor director).

domingo, 5 de mayo de 2024

Pequeñas historias (XXXVII)

Cuenta el historiador Diodoro de Sicilia que estando el gran Alejandro Magno (356-323 a. C.) en su lecho de muerte, su amigo y general Pérdicas se acercó a él y le preguntó a quién legaba su inmenso imperio, a lo que Alejandro respondió "Tôi kratistôi" ("Al más fuerte"). Pero como no especificó quién era, tras su muerte sus generales se lo repartieron, para luego dedicarse a enfrentarse unos contra otros buscando ampliar sus dominios. Sin embargo, hay una teoría que dice que en realidad lo que dijo Alejandro fue "Tôi Kraterôi" ("A Crátero"), que se pronuncia casi igual. Crátero era uno de los generales más destacados de Alejandro, comandante de su infantería macedonia, excelente estratega y leal fuera de toda duda. Pérdicas habría malinterpretado, accidental o voluntariamente, la voluntad de Alejandro, impidiendo a Crátero ser su heredero.

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El actor Christopher Walken atribuye su peculiar dicción pausada a que la mayoría de las personas a las que trató siendo un niño (incluido su padre, un inmigrante de origen alemán) no tenían el inglés como lengua nativa, por lo que hablaban de manera lenta y dubitativa mientras pensaban la palabra inglesa adecuada.

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Solo dos personas en toda la historia han conseguido ganar un premio Nobel y un Oscar de la Academia de Hollywood. El dramaturgo irlandés George Bernard Shaw (1856-1950) ganó el Nobel de Literatura en 1925 y obtuvo el Oscar al mejor guión adaptado en 1938 por la película Pigmalión, basada en una obra suya (aunque, dado el escaso aprecio que tenía por Hollywood, lo consideró un insulto). El músico Bob Dylan ganó un Oscar a la mejor canción original en 2001 por Things have changed, incluida en la banda sonora de la película Jóvenes prodigiosos. Y ganaría el premio Nobel de Literatura en 2016.

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El yeongno es un ser de la mitología coreana. Son criaturas semi-divinas parecidas a dragones que viven en los cielos con los dioses. Si un yeongno comete algún desaire hacia los dioses es castigado siendo expulsado del cielo y enviado a la tierra, y no se le permite regresar hasta que haya devorado a cien yangbans (personas de clase alta, como aristócratas o funcionarios de alto rango) malvados.

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El Senado de los EEUU utilizó el mismo mazo de madera para llamar al orden ininterrumpidamente de 1789 hasta 1954, año en el que el entonces vicepresidente Richard Nixon lo rompió accidentalmente durante un acalorado debate sobre la energía nuclear. Fue sustituido luego por un mazo de marfil regalo de la India, que se usó hasta 2021, cuando la creciente concienciación acerca de la caza furtiva de elefantes y el tráfico ilegal de marfil hizo que fuera sustituido por uno de mármol.

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Pese a su enorme popularidad, los cuentos de Aladino y la lámpara maravillosa y Alí Babá y los cuarenta ladrones no formaban parte de la colección original de Las mil y una noches, sino que los añadió a principios del siglo XVIII el orientalista y traductor francés Antoine Galland, primer traductor europeo de la colección. Él, a su vez, había escuchado ambos cuentos de boca de un escritor y narrador oral maronita natural de Alepo (Siria) llamado Antun Yusuf Hanna Diyab. De Aladino no se conoce su origen; Alí Babá está inspirado en la historia de un rey sudanés del siglo IX. La traducción de Galland tuvo tanto éxito que la obra de inmediato se tradujo a otros idiomas; como la mayoría de estas traducciones tomaron como fuente la traducción francesa, ambos cuentos acabaron formando parte permanentemente de Las mil y una noches.

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Durante la ceremonia de inauguración de la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Ottawa en diciembre de 1959 un caza F-104 de la Fuerza Aérea norteamericana rompió la barrera del sonido cuando pasaba a baja altura sobre la terminal. La onda sónica resultante rompió casi todos los cristales de la terminal y dañó los paneles del techo, los marcos de puertas y ventanas e incluso varias vigas. El coste total de los desperfectos ascendió a 500000 $ y la inauguración tuvo que ser aplazada hasta abril de 1960. El ministro canadiense de transportes George Hees afirmó que la explosión sometió a la terminal a una fuerza cinco veces superior a la que el edificio había sido diseñado para soportar, y el incidente sería descrito posteriormente como "los cinco segundos más caros de la historia de la aviación civil canadiense".

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El pueblo aragonés de Trasmoz, en la comarca de Tarazona y el Moncayo, es el único pueblo español oficialmente excomulgado por la iglesia católica, cuya excomunión no ha sido revocada todavía. La excomunión data del siglo XIII, cuando Trasmoz era un próspero y rico pueblo con abundantes recursos mineros y agrícolas. Como además era territorio laico, no tenía que pagar impuestos ni diezmos al cercano monasterio de Veruela, lo que no gustaba nada a los monjes. Se dice que en aquella época los habitantes del castillo de Trasmoz se dedicaban a falsificar moneda, lo que provocó que surgiera el rumor de que los ruidos que se escuchaban día y noche en el castillo eran cosa de brujería. Cuando el abad de Veruela supo de los rumores acudió de inmediato al obispo de Tarazona para que excomulgara a todo el pueblo por ser refugio de brujas. Como el pueblo jamás se arrepintió de manera oficial (requisito indispensable para levantar el castigo), la excomunión nunca fue eliminada. Los enfrentamientos entre los habitantes del pueblo y el monasterio continuarían durante décadas.

miércoles, 1 de mayo de 2024

 David Bowie, Frank Sinatra y Life on Mars?


David Bowie publicó su primer disco en solitario, también llamado David Bowie, en 1967. Hasta entonces Bowie se había hecho llamar Davie Jones (su nombre real era David Robert Jones) pero, temiendo que lo confundieran con Davy Jones, cantante del grupo The Monkees, se había cambiado el apellido tomando "Bowie" como homenaje al aventurero norteamericano Jim Bowie. El disco, que ni en estilo ni en temática tenía apenas nada que ver con lo que sería la posterior carrera del músico, fue un sonoro fracaso y apenas alcanzó el puesto 125 en la lista británica de los más vendidos, y a la postre acabaría provocando que su discográfica, Deram Records (una filial de la Decca) le rescindiera su contrato en abril de 1968.

               Anuncio de helados de la marca Lyons Maid protagonizado por David Bowie

Así que, mientras Bowie hacía cosas como protagonizar anuncios de helados y formar un grupo llamado Feathers con su entonces novia Hermione Farthingale y su amigo Josh Hutchinson, su representante Kenneth Pitt trataba de conseguirle un nuevo contrato y a la vez buscaba canciones extranjeras que Bowie pudiera versionar en inglés. Una de las canciones que llamó la atención de Pitt fue una canción francesa llamada "Comme D’Habitude" ("Como de costumbre"), interpretada por Claude François  y escrita por el propio François junto a Gilles Thibault y Jacques Revaux. La canción contaba la historia de una pareja donde con el paso del tiempo la rutina y la monotonía acaban por sustituir al amor que sentían el uno por el otro, y estaba inspirada por la reciente ruptura de François con la también cantante France Gall.


A Bowie le encantó la canción y se puso de inmediato a escribir una nueva letra en inglés para ella. Su versión se titularía "Even a fool learns to love" ("Incluso un tonto aprende a amar") y estaba protagonizada por un payaso de circo enamorado en secreto de una mujer. Estaba impaciente por interpretarla, pero sus esperanzas se vieron frustradas cuando la discográfica francesa que poseía los derechos se negó a vendérselos. Al parecer, esperaban que la canción fuera versionada por algún cantante prestigioso, más que aquel joven veinteañero londinense casi desconocido. Finalmente, el cantante norteamericano Paul Anka sería quien se hiciese con los derechos en 1969, reescribiéndola en inglés con el título "My Way", y convirtiéndola en la historia de un hombre que, viendo acercarse el final de su vida, se enorgullece de haber hecho unas cosas bien, otras mal, pero siempre "a su manera". Posteriormente Anka le ofrecería la canción a su gran amigo Frank Sinatra, quien la publicaría en su disco de 1969 My Way, convirtiéndola en uno de los grandes éxitos de su carrera.


No hace falta decir que a Bowie le sentó fatal todo aquello. Siempre sintió que el éxito de "My Way" tendría que haber sido suyo. Ni siquiera el éxito de su canción "Space Oddity", incluida en su segundo disco llamado de la misma manera y publicado en 1969, ni el buen recibimiento de su tercer album, The man who sold the world (1970), consiguieron borrar esa sombra de resentimiento. Así que para su cuarto disco, Hunky Dory (1971), decidió que escribiría su propio "My Way". Como admitiría décadas más tarde en una entrevista, "Estaba realmente enfadado. Pensé "Esa debería haber sido mi canción", ¿sabes? Así que me dije a mí mismo: "Está bien, escribiré mi propia versión de la canción"". Una especie de "venganza" o parodia, inspirada de alguna manera en la melodía de la canción de Sinatra (sin llegar nunca al plagio) a modo de "reinterpretación" que se acabaría convirtiendo en uno de los temas míticos de la carrera de Bowie: "Life on Mars?".

Para dejar todavía más claro el origen de la canción, Bowie dejó otra pista en la contraportada de Hunky Dory: en la lista con las canciones del álbum, junto a "Life on Mars?", escribió una nota de su puño y letra que decía "Inspired by Frankie" ("Inspirada por Frankie"). Solo años mas tarde se sabría que ese Frankie que había inspirado la canción era el mismísimo Frank Sinatra.

Bowie nunca llegó a grabar su "Even a fool learns to love". Tan solo se grabó a si mismo cantando su letra con la versión de François de fondo. Años más tarde se utilizaría esa grabación montando la voz de Bowie sobre la melodía original para crear una versión aproximada de lo que habría sido la canción.

lunes, 29 de abril de 2024

La peligrosa vida de Jack Molinas

Jacob Louis "Jack" Molinas (1931-1975)


Jacob Louis "Jack" Molinas nació en Nueva York el 31 de octubre de 1931. Su padre Louis dirigía un casino en la ciudad de New Rochelle y posteriormente adquirió un bar en Brooklyn; en ambos casos se le atribuían relaciones con la mafia neoyorquina. Jack era un joven fuerte y con talento para el deporte; su elevada estatura (con 14 años ya medía 1'84 metros) le decantó pronto por el baloncesto. En su etapa en el instituto Stuyvesant ya destacó, jugando como alero (ocasionalmente de pivot); era rápido, dominante y con un buen lanzamiento. Fue en esta etapa cuando conoció a Joe Hacken, un corredor de apuestas que presumía de haber amañado su primer partido con solo 18 años y que se convirtió en una gran influencia para Jack. Hay quien sospecha que ambos pudieron empezar a amañar partidos con Jack todavía en el equipo de su instituto; no algo tan llamativo como decantar el resultado de un partido, sino en aspectos más discretos como diferencias de puntos o canastas encestadas.

Posteriormente Jack se matriculó en la Universidad de Columbia, en cuyo equipo de baloncesto, los Lions, jugó de 1950 a 1953. Fue máximo encestador del equipo en las tres temporadas y también capitán en la última, donde batió el record del equipo de puntos encestados en un solo partido. En la temporada 50-51 estalló un gran escándalo de amaño de partidos en la NCAA; 32 jugadores de 7 equipos diferentes fueron acusados de alterar los resultados de hasta 86 encuentros de la liga universitaria entre 1947 y 1950, manipulando las diferencias de puntos para favorecer a determinados corredores de apuestas. La mayoría de los implicados recibieron penas de prisión y se les prohibió de por vida jugar en la NBA. Molinas nunca llegó a ser acusado, pero los posteriores sucesos que protagonizó le harían más tarde sospechoso.


En el Draft de la NBA de 1953 fue elegido en el tercer lugar por los Fort Wayne Pistons (no se trasladarían a Detroit hasta 1957). Empezó aquella temporada a muy buen nivel, con promedios de más de 12 puntos y 7 rebotes por partido, e incluso fue elegido para el partido de los All-Star de 1954. Sin embargo, en enero de 1954 la NBA lo acusó de efectuar apuestas ilegales en partidos de la liga, incluyendo partidos de su propio equipo, algo que Molinas acabaría admitiendo. Se especula que con sus apuestas Molinas llegaba a ganar 50000 dólares algunas semanas (su sueldo con los Pistons era de 9600 dólares al año y 500 más por objetivos). El castigo fue ejemplar; la NBA lo suspendió de por vida. Ningún otro jugador recibió un castigo similar por cuestión de apuestas en 70 años; no fue hasta hace apenas unos días que el jugador de Toronto Raptors Jontay Porter fue sancionado de la misma manera. Molinas apeló el castigo e incluso llegó a demandar a la NBA, sin éxito. Aún hoy en día conserva el record de ser el jugador de la NBA elegido para un All-Star con menos partidos disputados, 32 (aunque dada su suspensión no lo llegó a disputar, siendo sustituido por su compañero de equipo Andy Phillip).

Tras ser expulsado de la NBA Molinas se vio obligado a continuar su carrera en una liga menor como la Eastern Professional Basketball League (EPBL), donde jugó en equipos como los Williamsport Billies, Hazleton Hawks y Wilkes-Barre Barons entre 1954 y 1962. También aprovechó para licenciarse en Derecho y ser admitido en el colegio profesional de abogados de Nueva York. Durante aquellos años siguieron circulando rumores que lo vinculaban a tramas de apuestas sobre boxeo o carreras de caballos; pero su nombre no volvió a aparecer en las portadas hasta 1961.

Ese año se desmanteló una gran red de amaño de partidos de la NCAA que había alterado los resultados de al menos 43 partidos entre 1957 y 1960. 37 jugadores de 22 universidades distintas fueron arrestados, aunque la mayoría no recibieron penas de cárcel, pero si sanciones e inhabilitaciones deportivas, como prohibiciones temporales para jugar en la NBA. Entre los implicados, jugadores que posteriormente serían figuras destacadas como Conney Hawkins y Roger Brown (ambos incluidos en la actualidad en el Basketball Hall of Fame) o Doug Moe (elegido en 1988 como mejor entrenador de la NBA cuando entrenaba a los Denver Nuggets). Y al frente de la trama estaba Jack Molinas, aunque se vincularon a ella otros nombres como su viejo amigo Joe Hacken o a miembros de la familia mafiosa de los Genovese como Thomas "Tommy Ryan" Eboli o Vincent "The Chin" Gigante. 

Molinas fue condenado en 1963 a una pena de entre 10 y 15 años de cárcel, de los que cumplió cinco, entre 1965 y 1969, en la prisión neoyorquina de Attica. Cuando salió, desprestigiado y habiendo perdido su licencia de abogado, decidió mudarse a la costa Oeste y se instaló en Hollywood, donde siguió vinculado a asuntos turbios como la producción de películas pornográficas. En 1973 fue arrestado por enviar pornografía a Tennessee de manera ilegal, aunque se libró de la cárcel pagando una fianza de 10000 dólares. El 15 de noviembre de 1974 su socio Bernard Gusoff (con el que tenía un negocio de importación de pieles desde Taiwan) fue asesinado de una paliza en su apartamento de Los Angeles. Molinas fue considerado uno de los principales sospechosos; sobre todo porque Gusoff tenía un seguro de vida de 500000 dólares del que Molinas era beneficiario. Pero no se encontraron pruebas y el caso quedó finalmente archivado.


El 3 de agosto de 1975, a eso de las dos de la mañana, Jack Molinas murió asesinado en el patio trasero de su casa de Los Angeles. Un sicario llamado Eugene Connor le disparó varias veces con una pistola del calibre 22 desde la valla de su propiedad, alcanzándole en la nuca y la cabeza y matándolo en el acto. La novia de Molinas, Shirley Marcus, y su perro, también resultaron heridos en el tiroteo. Nunca se llegó a aclarar quién había ordenado su asesinato. Se dijo que debía mucho dinero a la mafia y que, cansados de esperar, habían decidido darle un escarmiento; o bien que alguien cercano a Gusoff quiso tomarse la justicia por su mano. Su cuerpo descansa en el cementerio Beth-El, en Paramus (Nueva Jersey).

domingo, 21 de abril de 2024

Anécdotas de cine

En la primera versión del guión de Regreso al futuro, la máquina del tiempo era una nevera y no un coche. El director y guionista Robert Zemeckis lo cambió porque temía que hubiese niños que, tratando de imitar la película, se quedasen encerrados.


Para la película Cluedo (1985), basada en el célebre juego de mesa, se rodaron tres finales diferentes que se exhibieron en los cines de manera aleatoria. Posteriormente los tres finales se incluyeron tanto en la versión editada en VHS como en el DVD.


El característico código verde que crea la simulación de la película The Matrix eran en realidad recetas de sushi que su creador Simon Whiteley, que formaba parte del equipo de diseño de producción de la película, copió de un libro de cocina japonesa propiedad de su esposa.


Los productores de la película Robin de los bosques (1938) querían "realismo" cuando alguno de los personajes era alcanzado por una flecha. Así que, en vez de recurrir a trucos o efectos especiales, simplemente contrataron a un arquero experto para que disparara flechas reales a extras que llevaban protecciones bajo sus disfraces. Los extras recibían 150 $ cada vez que recibían una flecha.


La película Héroes fuera de órbita (Galaxy Quest, 1999) pretendía ser una parodia de la serie Star Trek y de todo el fenómeno fan que la rodea. Sin embargo, la película gustó tanto a los trekkies que en 2013 la eligieron " la 7ª mejor película de Star Trek" y numerosos actores tanto de la serie original como de sus varias secuelas la han alabado. 


Para su película La pasión de Cristo (2004) Mel Gibson fue incapaz de encontrar una productora que la financiara. Todas a las que acudió le dijeron que era un mal proyecto y que con toda seguridad acabaría en fracaso. Así que Gibson decidió poner él mismo los 45 millones de dólares que costó, a través de su compañía Icon Productions. Al final, la película fue un éxito rotundo y recaudó más de 600 millones de dólares en todo el mundo.


Cuando el servicio de streaming chino Tencent Video puso a disposición de sus abonados la película El club de la lucha, lo hizo con una versión que cambiaba completamente su final original. En el filme, los seguidores de Tyler Durden (Edward Norton) destruyen con explosivos los edificios que albergan los archivos informáticos que contienen las transacciones realizadas mediante tarjetas de crédito, librando a miles de personas de sus deudas. Sin embargo, en la versión de Tencent (elaborada supuestamente a instancias del gobierno chino), ese final era suprimido por completo, y en su lugar aparecía un texto explicando que Durden se había entregado a las autoridades y su confesión había permitido arrestar a todos sus cómplices antes de que hicieran volar los edificios; y que luego había sido ingresado en un psiquiátrico. Esta adulteración provocó tantas quejas que al final Tencent se vio obligada a cambiar esta versión por la original. Curiosamente, la versión de Tencent era más fiel al final original de la novela de Chuck Palahniuk en la que se basa (en la que los atentados no llegan a producirse y Durden es ingresado en un psiquiátrico) que la propia película.


En la película Heat (1995) la escena del atraco al banco, tras el cual los ladrones huyen por la ciudad perseguidos por la policía, ha recibido grandes elogios por lo bien coreografiada que está y su extraordinaria exactitud reflejando un enfrentamiento armado. El director Michael Mann contrató a un ex-sargento de las SAS británicas que se encargó de preparar la escena y entrenar a los actores en el uso de las armas y en tácticas de combate. El resultado es tan realista que ejércitos como el norteamericano y el británico han utilizado esta escena como parte de su entrenamiento básico en tácticas de combate urbano.


Robin Williams aceptó poner su voz al genio de la película Aladdin a cambio de un sueldo relativamente bajo (apenas 75000 dólares), con una única condición: que Disney usara su voz únicamente en la película, y no promocionando cualquier otro producto relacionado con ella. Sin embargo, Disney no cumplió su palabra, lo que enfadó tanto a Williams que se negó a participar en la secuela de la película, El retorno de Jafar, y en la serie de televisión sobre el mismo personaje, en las que la voz del genio la puso Dan Castellaneta (el mismo que pone voz a Homer Simpson). Disney reconoció su error e incluso llegó a enviarle como disculpa a Williams un cuadro de Picasso valorado en un millón de dólares (que Williams rechazó). Solo cuando la compañía cambió de directiva y el nuevo presidente se disculpó públicamente por lo sucedido, Williams aceptó volver a doblar al genio en la tercera película de la saga, Aladdin y el rey de los ladrones.


El último papel que interpretó en el cine el actor portorriqueño Raúl Juliá (1940-1994) fue el del general M. Bison, el villano de la adaptación al cine de la célebre saga de videojuegos Street Fighter. Juliá aceptó el papel a pesar de sus graves problemas de salud (padecía cáncer de estómago y sufriría meses más tarde un derrame cerebral que lo llevó a la tumba) porque sus dos hijos, Raúl y Benjamín, eran grandes fans de la saga y Juliá quería rodar una película que pudieran disfrutar.



Leonardo DiCaprio fue uno de los actores que con mas insistencia buscó conseguir el papel de Patrick Bateman, el protagonista de American Psycho (2000). Y en un principio fue el elegido, ya que la productora Lionsgate quería a una gran estrella encabezando el reparto. Pero finalmente, pese a su interés, DiCaprio renunció al papel, permitiendo así que fuera a parar a Christian Bale, en buena parte debido a que Gloria Steinem lo convenció de que sus fans, mayoritariamente mujeres jóvenes, quedarían horrorizadas al verlo en el papel de un asesino en serie. ¿Quién es Gloria Steinem, os preguntaréis? Es una reconocida periodista, escritora, activista de los derechos de la mujer... y la madrastra de Christian Bale.



La película Dallas Buyers Club (2013) ganó el Oscar al mejor maquillaje y peluquería pese a contar con un presupuesto de solo 250 dólares para dicho apartado.

domingo, 14 de abril de 2024

El escándalo de las condecoraciones

Daniel Wilson (1840-1919)

Resulta curioso pensar que uno de los mayores escándalos de corrupción política de la Francia de finales del siglo XIX salió a la luz gracias al rencor de una ex-prostituta hacia sus antiguas madames. Y sin embargo, ese fue el hilo del que fue tirando la policía para descubrir lo que con el tiempo acabaría siendo conocido como "el escándalo de las condecoraciones".

Todo comenzó en septiembre de 1887, cuando una joven llamada Henriette Boissier, que hacía poco que había dejado de ejercer la prostitución, entró en una comisaría parisina para denunciar a dos de sus anteriores madames, las señoras Limouzin y Ratazzi, que dirigían sendos burdeles en la capital francesa y hacia las que Henriette sentía cierto resentimiento por la manera en la que la habían tratado. Según el testimonio de la joven, en aquellos burdeles, además de negociar con lo que todo el mundo se imagina, también se llevaban a cabo negocios más turbios, y algunos clientes habituales, hombres que ostentaban altos cargos políticos, aprovechaban la discreción que les proporcionaban aquellos establecimientos para cerrar tratos que implicaban la venta de distinciones oficiales y propiedades públicas.

Quizá otros agentes no hubieran hecho caso de la denuncia de la joven, pero aquellos con los que habló se sintieron de inmediato interesados por su testimonio. La brigada antivicio se hizo cargo de la investigación y una de sus primeras medidas fue arrestar a Limouzin y Ratazzi para interrogarlas. Ambas, ante la amenaza de ir a la cárcel y ver sus negocios clausurados, no tardan en admitir que altas personalidades cierran esa clase de tratos en los discretos gabinetes privados de sus locales. La policía no tarda en identificar al primero de aquellos personajes: se trata del laureado general Louis Charles Caffarel, jefe adjunto del Estado Mayor y consejero de Estado. Caffarel, veterano de las campañas de Argelia, Crimea, Italia y de la Guerra franco-prusiana de 1870, hombre de moral aparentemente intachable (lo que no le impide ser un cliente habitual de esta clase de establecimientos) se dedica a vender a cambio de grandes sumas de dinero condecoraciones militares y contratos con el ejército. Interrogado por la policía, no tarda en confesar. El entonces ministro de la Guerra, el general Théophile Ferron, temeroso de un escándalo que dañe la imagen de las fuerzas armadas, intenta cerrar el caso en silencio despojando a Caffarel de sus cargos y enviándolo de manera forzosa al retiro.

Legión de Honor

Sin embargo la investigación policial no se detiene. Todo sale a la luz pública el 7 de octubre de 1887, cuando el periódico Le xixe siècle (republicano, conservador y anticlerical) hace público el caso en un célebre editorial titulado "La Légion d'honneur à l'encan" ("La Legión de Honor a subasta"). Pero cuando de verdad el caso estalla con toda su intensidad es cuando la investigación identifica a Daniel Wilson, diputado por la circunscripción de Indre-et-Loire, como la figura principal de una red que, desde la misma sede del gobierno, se dedicaba a vender todo tipo de nombramientos y condecoraciones (incluida la Legión de Honor, la más alta de todas las distinciones otorgadas por el gobierno francés) a cambio de grandes sumas de dinero (se habla de entre 25000 y 100000 francos de la época), que se disimulan como "donativos" a alguno de los varios periódicos de provincias propiedad de Wilson. El asunto pasa a ser así un escándalo político de primer orden, ya que Wilson no es solo un diputado de provincias corriente; es también el yerno del entonces presidente de la República francesa, Jules Grévy, del partido de los Republicanos moderados.

Jules Grévy (1807-1891)

Grévy se defiende asegurando desconocer por completo las actividades de su yerno y negando haberlo ayudado jamás a conseguir los nombramientos que vendía. Sin embargo, la presión sobre él se multiplica. La opinión pública, la prensa y sus rivales políticos, tanto de otros partidos (como el socialista Georges Clemenceau) como del suyo propio (Jules Ferry) exigen su dimisión. Finalmente, el 2 de diciembre, tras una votación en la que el Parlamento se muestra mayoritariamente en su contra, Grévy dimite y es sustituido por el hasta entonces ministro de Finanzas, Sadi Carnot, que había visto como su prestigio se había multiplicado tras conocerse que había rechazado en varias ocasiones peticiones y recomendaciones de Wilson.

Los implicados (incluido Wilson, que ve como el Parlamento le retira su inmunidad) son sometidos a un juicio que se celebra entre el 8 de febrero y el 3 de marzo de 1888. El general Caffarel es condenado a una multa de 3000 francos (para entonces, un tribunal militar ya lo había declarado culpable y expulsado del ejército, tras retirarle todas sus condecoraciones) y madame Limouzin a seis meses de prisión por complicidad. Gaston, conde d'Andlau, senador por el departamento de Oise y cómplice de Wilson, es condenado a cinco años de cárcel y multa de 3000 francos, aunque la condena se dicta en rebeldía, ya que el conde había huido nada más estallar el escándalo a Argentina, donde permanecería hasta su muerte en 1892.

En cuanto a Wilson, su condena fue de dos años de cárcel, 3000 francos de multa y cinco años de privación de sus derechos civiles. Sin embargo, sorprendentemente su abogado apeló con éxito la condena. Según argumentaba, Wilson no podía ser condenado por estafa, ya que las condecoraciones que vendía, si bien concedidas de manera irregular, eran auténticas; y tampoco podía ser condenado por corrupción de un funcionario, como pretendía la Fiscalía, ya que un diputado no podía ser considerado un funcionario. Así que el juez, dado que las acciones de Wilson no podían incluirse en ninguna clase de delito existente, se vio obligado a absolverlo. Wilson recuperaría poco después su escaño en el Parlamento, a pesar del encendido rechazo de la opinión pública y a las burlas y el desprecio mostrados por parte de la mayoría de los demás diputados. No parece, sin embargo, que a sus votantes les molestaran en exceso sus actividades, ya que revalidaría su escaño por la misma circunscripción en 1893 y 1898.

La constatación de la inexistencia de una ley castigando explícitamente esta clase de negocios hizo que poco después se incluyera en el Código Civil francés un nuevo tipo de delito: el tráfico de influencias.

"Mi general, no hable todo el rato de maniobras de caballería con ese caballero condecorado. Él es un croupier de Monaco". El célebre caricaturista Emmanuel Poiré, "Caran d'Ache", publicó una serie de caricaturas satíricas titulada "Ferblanterie" ("Quincallería") inspirada en casos como este

El escándalo de las condecoraciones provocó un hondo disgusto entre la opinión pública que inspiró numerosos chistes, caricaturas e incluso canciones, como Ah! Quel malheur d'avoir un gendre (¡Ah! Que desgracia el tener un yerno) de Emile Carré.

lunes, 8 de abril de 2024

Spider-Man: Turn Off the Dark, el gran fracaso del musical de Spider-Man




A finales de la primera década del siglo la popularidad de Spider-Man estaba en auge. La trilogía sobre el personaje dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire había tenido un gran éxito, y se estaba preparando el reboot (The Amazing Spider-Man) que protagonizaría Andrew Garfield. Fue por esa época cuando a alguien se le ocurrió que sería una buena idea estrenar un musical basado en él. Una idea que apuntaba alto pero que acabó originando uno de los fracasos más estrepitosos de la historia de Broadway.

La idea de los productores no era simplemente crear un musical sobre Spider-Man. Su intención era que su musical fuera el más grandioso y deslumbrante de la historia, que fuera un espectáculo apabullante que hiciera historia. Y como tal, no repararon en gastos. Como directora contrataron a Julie Taymor, que había cosechado un éxito rotundo con El rey león, y la rodearon de nombres de prestigio en el mundo del teatro: Daniel Ezralow como coreógrafo, George Tsypin como diseñador de decorados, la diseñadora japonesa Eiko Ishioka como responsable del vestuario y Donald Holder (ganador de catorce premios Tony) como responsable de la iluminación. Interpretando a los protagonistas, Peter Parker y Mary Jane Watson, se contaba con Alan Cumming (X-men 2) y Evan Rachel Wood (Westworld). Y como autores de las canciones, se contrató nada menos que a los miembros de U2 Bono y The Edge.

Del guión se encargaron Taymor y el escritor Glen Berger (ganador de dos premios Emmy). En él se mezclaban las aventuras del personaje con elementos de las películas y el mito griego de Aracne, una tejedora a la que la diosa Atenea transformó en una araña por haberla desafiado. Muchos vieron ahí el primer error de la producción; el guión parecía un tanto confuso y enrevesado. Las primeras lecturas tuvieron lugar en 2007, pero problemas con la financiación retrasaron el inicio de los preparativos hasta 2009. Lo cierto es que era una producción técnicamente muy compleja, porque entre otras complicaciones los actores se pasaban parte de la obra literalmente volando sobre el escenario, sujetos a unos arneses especiales. Y con varios actores a la vez era una pesadilla coordinar sus movimientos: las cuerdas se enredaban, los actores chocaban unos con otros, había golpes y caídas...


El preestreno de la obra estaba previsto para el 18 de febrero de 2010, pero los problemas en los ensayos provocaron un aplazamiento. Poco después, Wood y Cumming abandonaban el proyecto, obligando a buscar nuevos protagonistas. El 28 de noviembre se hicieron los primeros pases, para críticos y periodistas; por aquel entonces el coste de la producción se elevaba ya a la desorbitada cifra de 65 millones de dólares. El estreno, previsto para el 21 de diciembre, tuvo que ser de nuevo pospuesto, primero hasta febrero y luego hasta marzo. 

Todos estos problemas habían provocado a la vez una gran expectación y un buen número de críticas a la producción. Los críticos teatrales, basándose solo en los preestrenos parciales y en los numerosos retrasos, eran de la opinión de que la obra iba a ser un fiasco de dimensiones épicas. Llegó marzo de 2011 y, una vez más, el estreno fue pospuesto, esta vez hasta el verano. Para aquel entonces Taymor había abandonado la obra (aunque acordó con los productores que su nombre siguiera figurando en los carteles), sustituida por Philip William McKinley, y se había contratado a un nuevo guionista, Roberto Aguirre-Sacasa (que había trabajado como guionista de comics para la Marvel, incluyendo varios del propio Spider-Man) para que reescribiera algunas partes. 

Al final, el estreno definitivo de Spider-Man: Turn Off the Dark tuvo lugar el 14 de junio de 2011, con Reeve Carney y Jennifer Damiano en los papeles principales. Para aquel entonces, el coste de la obra ascendía a 75 millones de dólares (lo normal para una producción de Broadway era entre 5 y 15 millones), a lo que había que sumar otro millón a la semana de gastos ordinarios. La factura incluía casi diez millones en gastos de vestuarios y decorados, más de cuatro millones en alquilar durante dos años el teatro Foxwoods de Broadway y más de dos millones en equipos para el "vuelo" de los actores. Y también varias multas que le había impuesto la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) por violaciones de las normativas de seguridad en el trabajo; durante los ensayos, hasta seis miembros del reparto habían resultado heridos, incluyendo un doble de acción que se había roto las muñecas, otro que se había fracturado ambos pies, un actor que había caído desde seis metros de altura en el foso de la orquesta y una actriz con una conmoción cerebral tras ser golpeada por una parte del equipo del que colgaban los actores.

Después de todas las vicisitudes de la obra, el estreno levantó gran expectación. A pesar de lo que muchos auguraban (un columnista de The New York Post llegó a pronosticar que se cancelaría antes de acabar septiembre), no fue el fiasco que se esperaba. La obra en si era bastante buena, las interpretaciones eran correctas, la música más que aceptable, etc. Incluso toda la publicidad que había rodeado la obra desde sus principios había favorecido la afluencia de público. Consiguió excelentes resultados de taquilla; incluso batió el record de Broadway de la mayor recaudación en una sola semana, más de 2'9 millones de dólares en la última semana de 2011. ¿El problema? Que con los disparatados costes de producción, habría sido necesario que la obra permaneciera en cartel con ese ritmo de recaudación al menos cinco años para que los productores recuperaran su dinero. 

A finales de 2013 el número de espectadores ya había decrecido sensiblemente, y la recaudación apenas llegaba a cubrir los costes de mantener la obra en cartel. El 4 de enero de 2014 se canceló de manera definitiva la exhibición del musical. Se habló de modificar la obra, de añadir nuevas escenas y canciones para que aquellos espectadores a los que le había gustado volvieran a verla, pero la idea no prosperó. También se intentó llevarla a otras ciudades de EEUU, como Las Vegas, o incluso a Europa, a Londres o Hamburgo; pero los elevadísimos costes que habría supuesto echaron para atrás a los interesados. Finalmente, el musical de Spider-Man terminó su carrera en los escenarios con unas pérdidas estimadas de unos 60 millones de dólares, convertido en el mayor fracaso económico de la historia de Broadway.


domingo, 31 de marzo de 2024

La mala suerte del Willie Dee

El USS William D. Porter (DD-579)


De la misma manera que hay personas a las que parece perseguir la mala suerte, hay barcos que parecen tocados con la varita del infortunio. Y en un mundo con tantas supersticiones como el de la navegación, una vez que un barco es señalado como "gafe" le resulta casi imposible librarse de ese sambenito. Aunque algunos, como el Willie Dee, se ganaron a pulso esa fama.

El USS William D. Porter, llamado así en homenaje el comodoro William David Porter (1808-1864), era un destructor de la clase Fletcher, uno de los barcos más modernos de la Armada estadounidense, botado el 27 de septiembre de 1942 en Orange (Texas) y entregado a la Armada el 6 de julio de 1943. Tras las correspondientes pruebas de navegación y diversas mejoras, que le llevaron a pasar por Galveston, Guantánamo, las Bermudas y Charleston, llegó al puerto de Norfolk (Virginia) a finales de septiembre de ese año, donde por varias semanas realizó prácticas de combate con otros buques de la flota del Atlántico, esperando a recibir su primera misión.

Esta no llegaría hasta el 12 de noviembre, cuando se le ordenó dirigirse a la bahía de Chesapeake y aguardar instrucciones. Al zarpar de Norfolk el Willie Dee, como era conocido entre los marineros, tuvo su primer incidente: su ancla se enganchó en la cubierta de otro destructor amarrado a su lado, arrancándole varios metros de barandilla e incluso un bote salvavidas. Al llegar a Chesapeake se encontró con el acorazado Iowa, que le informó de que su misión era sumarse a su escolta, para dotarlo de protección antisubmarina, en su travesía a través del Atlántico hasta el puerto argelino de Mers-el-Kebir; una escolta de la que formaban parte otros dos destructores y dos portaaviones ligeros.

La misión del Iowa se mantuvo en el mas estricto secreto y la tripulación del Willie Dee no supo de ella hasta después de su partida. No era para menos; a bordo del Iowa viajaba nada menos que el presidente de los EEUU Franklin D. Roosevelt, que se dirigía a tomar parte en las conferencias de El Cairo (junto al británico Winston Churchill y el chino Chiang Kai-Shek) y de Teherán (de nuevo con Churchill y con el soviético Iosif Stalin). Junto a Roosevelt viajaban entre otras personalidades el secretario de Estado Cordell Hull, el comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas "Hap" Arnold, el jefe del Estado Mayor almirante William D. Leahy o el comandante en jefe de la Armada norteamericana y Jefe de Operaciones Navales almirante Ernest King. 

Almirante Ernest Joseph King (1878-1956)

Al poco de partir, una tremenda explosión sobresaltó al convoy. El Iowa y sus escoltas, creyendo estar siendo atacados por submarinos alemanes, iniciaron acciones evasivas... hasta que el capitán del William D. Porter, el capitán de corbeta Wilfred A. Walter, comunicó que se había tratado de un desafortunado accidente: una de sus cargas de profundidad, mal asegurada, se había desprendido y había caído al agua; y como además no tenía puesto el seguro, como era preceptivo, había detonado a la profundidad prevista.

La mala racha del Willie Dee se prolongó poco después cuando el barco recibió el impacto de una enorme ola que, aparte de causar diversos daños en la cubierta, lanzó por la borda a uno de sus marineros, que no pudo ser rescatado. Por si fuera poco, el impacto había dañado una de las calderas del barco, que empezó a perder velocidad, obligándolo a salir de la formación y a que el resto del convoy ralentizara su marcha mientras reparaban la avería para no dejarlo atrás. El almirante King, furioso con todas estas incidencias, llamó a bordo del Iowa al capitán Walter para darle una severa reprimenda por el comportamiento de su nave y su tripulación, algo que obviamente no sentó nada bien a Walter.

El 14 de noviembre, habiendo dejado atrás las Bermudas y ya en mar abierto, el capitán del Iowa John McCrea decidió entretener al presidente y a su séquito con una demostración de las defensas antiaéreas del acorazado. Para ello, hizo lanzar una serie de globos meteorológicos para que sirvieran de blanco y ordenó abrir fuego contra ellos. El capitán del William D. Porter, que seguía al Iowa a cierta distancia, vio como varios de los globos que no habían sido derribados se dirigían hacia su posición llevados por el viento, y vio en ello una oportunidad para restablecer en parte el crédito que su barco y su tripulación habían perdido, ordenando a sus hombres dispararles, a la vez que ordenaba un simulacro de lanzamiento de torpedos.

Para un simulacro de lanzamiento de torpedos se seguían todos los pasos necesarios para un lanzamiento común, desde fijar un blanco a accionar el disparador, con una única diferencia: antes del simulacro se retiraban los detonadores de las cargas que expulsaban al torpedo del tubo, de modo que aunque se disparasen los torpedos permanecían en sus tubos. En el Willie Dee esta labor estaba a cargo de dos marineros llamados Lawton Dawson y Tony Fazio. Tras derribar los globos se dio paso al lanzamiento simulado de los torpedos, fijando como blanco el Iowa, perfectamente visible a apenas tres kilómetros más adelante. Con los dos primeros tubos lanzatorpedos todo fue como estaba previsto. Pero cuando le llegó el turno al tercer tubo, la aterrada tripulación del William D. Porter pudo escuchar el inconfundible chapoteo de un torpedo saliendo al mar. El Willie Dee acababa de lanzar un torpedo, armado y listo, directamente hacia el Iowa.

Franklin Delano Roosevelt (1882-1945)

A bordo del destructor se desató el caos. Los tripulantes iban de un lado para otro gritando y tratando de encontrar una manera de advertir al Iowa. Dado que se había ordenado un silencio total de radio, para no atraer la atención de submarinos alemanes, el capitán Walter ordenó avisar al acorazado a través del telégrafo de señales. Pero el inexperto marinero que transmitió el aviso se equivocó no una, sino dos veces: la primera advirtió al Iowa de que había un torpedo alejándose de él, no acercándose; y la segunda, tratando de decirle que cambiaran a marcha atrás a toda, les dijo que era el William D. Porter el que estaba cambiando a atrás a toda. Al final el capitán Walter se vio obligado a romper el silencio de radio y advertir de la presencia del torpedo. Justo en ese momento el Iowa vio acercarse el torpedo y viró bruscamente a estribor, tan bruscamente que el presidente Roosevelt, que aún estaba en la cubierta, estuvo a punto de caer por la borda con su silla de ruedas.

Al final, gracias a la maniobra del Iowa, el torpedo erró el blanco y acabó estallando al chocar con la estela del acorazado. De inmediato toda la artillería del Iowa apuntó al Willie Dee mientras exigían una explicación del ataque. El capitán Walter solo pudo admitir que, en efecto, habían sido ellos y que todo había sido un desafortunado accidente. Pero el almirante King, si antes estaba disgustado con el destructor y su tripulación, ahora estaba furioso. No solo habían puesto en riesgo la vida del presidente y la práctica totalidad de la plana mayor de las Fuerzas Armadas, sino que habían dejado en ridículo a la Armada. El almirante ordenó que el William D. Porter abandonara de inmediato el convoy y regresara a las Bermudas, donde quedaría inmovilizado hasta nuevo aviso, y toda su tripulación pasaría a estar bajo arresto, un hecho insólito en la historia de la Armada estadounidense.

La tripulación fue sometida a un consejo de guerra, donde se concluyó que el incidente se había producido porque el detonador de la carga del torpedo no había sido retirado como debiera, haciendo constar la inexperiencia de la mayoría de la tripulación. El marinero Dawson, de 22 años, admitió haberse olvidado de retirar el detonador y de haberse deshecho luego del detonador usado, para intentar borrar la evidencia de su error, por lo que fue condenado a 14 años de prisión, aunque poco después el presidente Roosevelt le concedió un perdón completo y ordenó que ningún otro castigo se le impusiera, ni a él ni a ningún otro miembro de la tripulación del Willie Dee, por lo que había sido un accidente del que nadie había salido perjudicado.

Tras todo el alboroto el William D. Porter fue destinado a las Aleutianas, en el Pacífico Norte, el destino menos apetecible posible para un barco de la Armada. Para entonces, el destructor se había convertido en el hazmerreír de la Armada, y él y su tripulación eran objeto de numerosas burlas. Era habitual que fuera recibido en los puertos en los que paraba con gritos de "¡No disparéis, somos republicanos!" o "¡No disparéis, nosotros votamos por Willkie!" (refiriéndose a Wendell Willkie, el candidato republicano que había perdido las elecciones de 1940 frente al demócrata Roosevelt). Permaneció en las Aleutianas hasta finales de 1944, mayormente con misiones de poca relevancia como patrullar las numerosas islas del archipiélago o actuar como escolta de convoyes. Aún así, su estadía no estuvo libre de incidentes: el más notorio, una noche que un marinero regresó de un permiso totalmente borracho y se le ocurrió disparar uno de los cañones de 127 milímetros del barco, cuyo proyectil acabó en el jardín de la casa del comandante de la base mientras este celebraba una fiesta a la que asistían numerosos oficiales y sus esposas, sin que nadie resultara perjudicado, salvo el ya deteriorado prestigio del barco.

A finales de 1944 el William D. Porter, bajo el mando del capitán Charles M. Keyes, que había relevado en mayo al capitán Walter (quien acabaría siendo contraalmirante años más tarde) fue destinado a las Filipinas, donde permaneció hasta finales de marzo, cuando se le encomendó participar en la conquista de la isla de Okinawa. Intervino primero en la toma del archipiélago de las Kerama y luego en Okinawa, proporcionando cobertura de artillería a las tropas de desembarco y como escolta de los buques de mayor tamaño, a los que proporcionaba protección antiaérea y antisubmarina. En todas estas acciones el barco se desempeñó con eficacia y hasta brillantez; la mayor experiencia de sus hombres y la rígida disciplina de Keyes habían dado sus frutos. Pero aún así, el Willie Dee seguía siendo objeto de burlas y arrastrando la fama de ser un buque con mala estrella. Se llegó a decir que durante los combates había derribado accidentalmente a tres aviones americanos y dañado a otro destructor, el USS Luce; pero no hay registros de ello y muy probablemente se trate de rumores sin fundamento, azuzados por la mala reputación del barco.

Tras los primeros días de la batalla de Okinawa, al William D. Porter se le encomendó una nueva y peligrosa misión: formar con otros barcos un cordón defensivo alrededor de la isla para proteger al resto de la flota de los continuos ataques aéreos de aviones japoneses procedentes de las islas de Kyushu y Taiwán, muchos de ellos kamikazes. Los kamikazes eran el último y desesperado intento de los nipones de entorpecer el avance de los barcos americanos hacia Japón: pilotos suicidas, mayormente jóvenes (universitarios o incluso adolescentes), sin apenas experiencia como pilotos (a aquellas alturas de la guerra a Japón apenas le quedaban pilotos veteranos, y los pocos que había no podían "desperdiciarse" en aquellas misiones), a los mandos de aviones obsoletos o destartalados cargados de explosivos, con el objetivo de estrellarse contra los barcos norteamericanos y hundirlos o al menos averiarlos de gravedad.

El 10 de junio de 1945 el William D. Porter detectó una formación de aviones japoneses que se dirigían a Okinawa y que resultaron ser kamikazes. Uno de ellos, un bombardero en picado Aichi D3A Val (un modelo anticuado que había sido sustituido casi por completo por un nuevo modelo, el Yokosuka D4Y Suisei) se separó de la formación y se dirigió directamente hacia los barcos norteamericanos. En un primer momento pareció querer atacar a un buque cercano al Porter, pero en el último momento viró y se dirigió directamente al destructor. Las defensas antiaéreas actuaron de inmediato, alcanzando al avión, que cayó al agua a apenas diez metros del barco. Pero el grito de alegría de la tripulación del Willie Dee se cortó de golpe. El Val había caído al agua en diagonal, y de alguna manera logró avanzar lo suficiente bajo el agua hasta llegar justo bajo la quilla del destructor, donde explotó. La brutal explosión desfondó el casco del barco y lo sacó parcialmente del agua, provocando numerosas vías de agua, pérdida de potencia y varios incendios a bordo. Durante tres horas la tripulación luchó por mantenerlo a flote, pero visto que era una batalla perdida, el capitán Keyes ordenó la evacuación de la nave, menos de un cuarto de hora antes de que se hundiera por completo.

El USS William D. Porter, dañado y fuertemente escorado tras el ataque, intenta mantenerse a flote con la ayuda de dos buques auxiliares de desembarco, el LCS(L)(3)-86 y el LCS(L)(3)-122

Curiosamente, no sufrió bajas en el ataque y toda la tripulación del Willie Dee pudo ser puesta a salvo antes del hundimiento. De hecho, a lo largo de su servicio y a pesar de los numerosos incidentes en los que se vio envuelto, el William D. Porter solo perdió a un tripulante: aquel marinero que había sido arrastrado por una ola en su primera misión mientras escoltaba al Iowa.

domingo, 24 de marzo de 2024

¿Sabías que...

... cuando en el llamado "Partido del siglo", que enfrentó a las selecciones de rugby de Gales y Nueva Zelanda el 16 de diciembre de 1905, el público galés cantó a coro el Hen Wlad Fy Nhadau (Vieja tierra de mis padres), himno oficioso de Gales, se considera la primera vez que se interpretó un himno nacional antes de un evento deportivo internacional?

... en el guión original de la película Alien, el octavo pasajero, no había ninguna indicación acerca del sexo o la raza de los protagonistas? Solo descripciones de sus personalidades. El resto quedó a cargo del cásting.

... el célebre mafioso Al Capone le propuso al mítico agente federal Elliot Ness que si hacía la vista gorda con sus negocios de contrabando de alcohol, cada lunes por la mañana tendría 2000 $ (unos 35000 $ actuales) sobre la mesa de su despacho? Ness rechazó la oferta y murió en 1957 absolutamente arruinado.

... cuando un barco pirata enarbolaba una Jolly Roger (la tradicional bandera pirata con los huesos y la calavera) de color negro, significaba que ofrecía a sus víctimas la opción de rendirse? Sin embargo, si la bandera era roja, ello significaba que no se daría cuartel ni se respetaría la vida de los prisioneros.

... el Parlamento británico aprobó en 1679 la ley del habeas corpus (que reconoce a un detenido el derecho a ser presentado ante un juez en un determinado plazo, para que este decida si su detención está justificada o no) gracias a que los partidarios de la ley a modo de broma contaron por diez el voto de un lord especialmente gordo, y los opositores no se dieron cuenta?

 ... uno de los trece Artículos de la Confederación (el primer documento aprobado por el gobierno de los EEUU tras su independencia) establecía que en el caso de que Canada solicitase su ingreso como parte de EEUU sería aceptada de manera automática?

... llevar corbata puede reducir hasta en un 7'5 % el flujo de sangre al cerebro, causando mareos, náuseas y dolores de cabeza?

... la hipopotomonstrosesquipedaliofobia es el miedo irracional a las palabras largas?

... el Everest no es la montaña más alta de la tierra? Los volcanes de Hawai Mauna Kea y Mauna Loa superan los 10000 metros de altura desde su base, pero solo 4200 de ellos están por encima del nivel del mar.

... un tercio de la masa del planeta 55 Cancri e, que orbita en torno a la estrella Copérnico (en la constelación de Cáncer) es carbono en forma de diamante?

... la mariposa alas de pájaro de la reina Alexandra (Ornithoptera alexandrae), nativa de la isla de Nueva Guinea, es la mariposa diurna más grande del mundo, con una envergadura de hasta 31 centímetros?

... la nuez moscada, consumida en grandes cantidades, puede tener efectos alucinógenos, ya que contiene una sustancia psicoactiva, la miristicina?

domingo, 17 de marzo de 2024

Stede Bonnet, el pirata caballero

Stede Bonnet (1688-1718)

No se puede decir que Stede Bonnet fuera un pirata corriente. La mayoría de los que se dedicaban a tal ocupación solían ser personas de origen humilde que buscaban una manera de hacerse ricos. Por eso resultaba extraño encontrar piratas como Bonnet, que ya eran ricos de antemano y aún así se habían embarcado para dedicarse al saqueo y al pillaje.

Stede Bonnet había nacido en Bridgetown, la capital de la colonia británica de la isla caribeña de Barbados, en 1688. Su padre Edward era un acomodado terrateniente dueño de una plantación de 160 hectáreas al sur de la ciudad, que Stede heredaría al quedar huérfano en 1694. Tuvo seguramente una educación esmerada (las crónicas hablan de sus exquisitos modales y su afición por la lectura) y durante la mayor parte de su vida se comportó de la manera que cabría esperar de un joven y acomodado propietario en las colonias británicas. Se puso al frente de sus posesiones cuando tuvo edad para ello, y en 1709 se casó con Mary Allamby, con la que tendría cuatro hijos, Allamby (muerto en torno a 1715), Edward, Stede Jr. y Mary. Incluso tuvo una activa participación como miembro de la milicia de Barbados, en la que alcanzaría el rango de mayor. Hasta que de improviso, en el verano de 1717, decidió hacerse pirata.

Cuentan que fue su mala relación con su esposa lo que le llevó a tomar tal decisión. Las discusiones con Mary eran continuas y había llegado a aborrecer la vida de casado. Así que hizo construir en un astillero local un cúter, un barco de vela de un solo mástil, de apenas veinte metros de eslora y sesenta toneladas de arqueo, al que llamó Revenge, y que armó con diez cañones (la mayoría de los piratas conseguían sus barcos robándolos, muy pocos podían darse el lujo de comprarlos como Bonnet). A continuación reclutó una tripulación de setenta hombres y se hizo a la mar, dejando atrás familia, amigos y posesiones, rumbo a las costas de Virginia, donde la abundante actividad comercial y las pocas defensas facilitaban la actuación de los piratas.

Resulta algo desconcertante que Bonnet hubiera elegido precisamente la piratería, ya que, que se sepa, no tenía experiencia alguna como marino. Probablemente se dejó llevar por el afán de aventuras y las historias que circulaban por todo el Caribe acerca de piratas famosos y fabulosos botines. Precisamente por esta falta de aptitudes marineras tuvo que delegar buena parte de sus deberes como capitán en su primer oficial y su contramaestre, lo cual provocó que su tripulación no le tuviera demasiada estima. Bonnet trató de ganarse su lealtad tomando medidas tales como pagarles un sueldo fijo (lo habitual entre los piratas era que cobraran solo cuando había un botín que repartir) pero aún así sus hombres nunca acabaron de confiar totalmente en él.

El Revenge se dirigió primero a las cercanías de la bahía de Chesapeake, donde capturó y saqueó cuatro barcos y quemó el buque de Barbados Turbet, para evitar que sus tripulantes avisaran de sus acciones en su isla de origen. Luego se dirigió hacia el norte, a las proximidades de Nueva York, donde saqueó otros dos barcos y liberó a sus prisioneros en Gardiners Island. Hay que decir que, aunque algunas crónicas lo tacharon de cruel y sanguinario, y le acusaron de hacer "caminar por la plancha" a sus cautivos, lo cierto es que Bonnet siempre trató a sus prisioneros con cortesía y amabilidad, hasta el punto de que por su benevolencia y sus refinados modales empezaría a ser conocido como "el pirata caballero".

Ante la escasez de presas, Bonnet regresó a la costa de Carolina, donde capturó un mercante de Boston y una balandra de Barbados, a la que desmanteló para reparar la Revenge y obtener madera y repuestos. En septiembre, dueño ya de un considerable botín, Bonnet decidió dirigirse al puerto de Nassau, en las Bahamas, un punto de encuentro habitual de numerosos piratas, tanto que era conocido como "la República Pirata". Pero en su camino tuvo la mala suerte de cruzarse con un navío de guerra español, con el que se enzarzó en combate, con un elevado coste; a pesar de que al final consiguió huir y llegar a Nassau, el Revenge quedó seriamente averiado, perdió a la mitad de su tripulación y el propio Bonnet fue herido de gravedad.

Edward Teach (o Thatch), "Barbanegra" (c. 1680-1718)

En Nassau, mientras reparaba su barco y reclutaba nuevos tripulantes, Bonnet conoció a dos piratas que acababan de regresar tras una muy lucrativa campaña por las costas de Norteamérica, el capitán Benjamin Hornigold y su socio Edward Teach, el célebre "Barbanegra", que habían decidido separar sus caminos. Como Bonnet aún no estaba lo suficientemente recuperado como para ponerse al mando del Revenge, ofreció a Barbanegra ser su capitán, quedándose él a bordo como invitado. Una vez reparado, el Revenge se dirigió a la bahía de Delaware, en cuyas proximidades capturó y saqueó once barcos. El capitán Codd, al mando de uno de ellos, describiría más tarde la curiosa escena de como Bonnet, en pleno abordaje, se paseaba por la cubierta de su barco vestido únicamente con su ropa de dormir, sin que nadie le prestara demasiada atención. En noviembre Barbanegra y Bonnet decidieron regresar al Caribe. El 17 de noviembre capturaron, a cien millas de la isla de Martinica, una bricbarca francesa de 200 toneladas llamada La Concorde, dedicada al tráfico de esclavos, de la que Barbanegra se apropió renombrándola Queen Anne's Revenge, La venganza de la reina Ana, que con el tiempo se convertiría en uno de los barcos piratas más famosos de la historia. Un mes más tarde, con Bonnet ya recuperado de sus heridas, ambos piratas decidían separarse y continuar pirateando cada uno por su cuenta.

En marzo de 1718 el Revenge encontró a un mercante de 400 toneladas, el Protestant Caesar, que procedía de Honduras, pero fue incapaz de capturarlo. La tripulación pirata, frustrada por la pérdida de un botín tan suculento, culpó a la escasa habilidad de Bonnet, así que, cuando poco después volvieron a encontrarse con Barbanegra en las islas Turneffe, le pidieron que volviera a mandarlos. No era un hecho insólito en los anales de la piratería; a diferencia de lo que pasaba en los buques mercantes o de guerra, las tripulaciones piratas podían destituir a un capitán y elegir a otro si lo consideraban más capaz. Barbanegra aceptó la oferta, puso a uno de sus oficiales, apellidado Richards, al frente del Revenge, y acogió a Bonnet como "invitado" en su barco. A Bonnet esta traición de su antiguo socio no le sentó nada bien, y llegó a compartir con algunos de sus hombres que todavía le eran leales su intención de dejar la piratería y marcharse al exilio en España o Portugal. Richards capturó más tarde una balandra jamaicana, la Adventure, cuyo capitán David Herriot se unió a los piratas.

La bandera pirata enarbolada por Stede Bonnett, con la calavera y los huesos habituales, acompañados de un puñal y un corazón, aunque según algunas fuentes podría haber sido roja y no negra

Con cuatro barcos a sus órdenes, Barbanegra llevó a cabo una de sus acciones más audaces, bloqueando el puerto de Charles Town (Carolina del Sur) y reclamando un rescate. Una vez lo hubo cobrado, la flota se dirigió a la isla de Topsail, donde Barbanegra planeaba descansar y reparar sus buques; pero el Queen Anne's Revenge encalló y Barbanegra se vio obligado a abandonarlo. Dejando sus barcos allí fondeados, Barbanegra y Bonnet se dirigieron a la ciudad de Bath, capital de Carolina del Norte, donde el gobernador Charles Eden (socio en secreto de Barbanegra) les concedió un indulto en nombre del rey Jorge I a cambio de que renunciaran a la piratería y aceptaran una patente de corso para atacar los intereses españoles en América. Bonnet tenía pensado instalarse en la isla danesa de Saint Thomas, en las islas Vírgenes, pero Barbanegra tenía otros planes: abandonó discretamente Bath y regresó a Topsail. Cuando Bonnet a su vez regresó, se encontró con la desagradable sorpresa de que Barbanegra había huido en uno de los barcos, llevándose con él el botín y abandonando a parte de su tripulación, tras haber saqueado la Revenge y robado casi todos sus víveres y municiones.

Bonnet volvió a ponerse al frente de su navío y acogió a los hombres que Barbanegra había dejado atrás. Tras hacerse con algunos suministros salió en persecución de su ex-socio, pero fue incapaz de dar con él, así que decidió volver a dedicarse a la piratería para reponer sus mermadas reservas. Pero como no quería perder el indulto que había recibido, lo hizo con un disfraz: renombró a la Revenge como Royal James y se hizo llamar a si mismo "capitán Thomas". Y empezó de nuevo a saquear buques en las costas de las Carolinas. En las siguientes semanas, asaltó once buques, a dos de los cuales, dos balandras llamadas Fortune y Francis, los obligó a acompañarle como parte de su flota.

En agosto de 1718 Bonnet ancló el Royal James en el estuario del río Cape Fear. Su intención era permanecer allí un par de meses, hasta que hubiera pasado la temporada de huracanes en el Caribe, descansando y carenando el barco, labor que llevaron a cabo sus prisioneros. No obstante, la noticia de que un barco pirata estaba fondeado en el estuario no tardó en llegar a los oídos del gobernador de Carolina del Sur, Robert Johnson, el cual encomendó al teniente William Rhett que se pusiera al frente de una expedición formada por dos barcos, el Henry y la Sea Nymph, y más de 130 hombres, para capturar a los piratas. Rhett y sus barcos llegaron al estuario el 26 de septiembre de 1718. En un principio, Bonnet creyó que se trataba de mercantes y envió a tres canoas para abordarlos, pero tuvieron que dar la vuelta cuando descubrieron que eran barcos de guerra fuertemente armados.

Bonnet estaba en clara inferioridad. Tenía un solo barco y apenas 45 hombres, varios de los cuales eran tripulantes de los barcos que había asaltado, enrolados a la fuerza y con pocas ganas de combatir. Aún así, envió un mensaje a Rhett amenazando con quemar todos los barcos del puerto de Charles Town si no le dejaban irse, pero Rhett se negó. Al amanecer del día 27 se inició el combate, que más tarde sería conocido como la batalla del río Cape Fear. El enfrentamiento se prolongó durante horas y en su transcurso los tres barcos implicados acabaron encallados en las aguas poco profundas del estuario. Finalmente, la subida de la marea liberó a los buques de Rhett, que exigieron la rendición del Royal James. Bonnet se negó en un principio, amenazando con quemar su barco antes que rendirse, pero su tripulación no estaba dispuesta a llegar a tales extremos y al final los piratas se rindieron incondicionalmente. Rhett regresó a Charles Town el 3 de octubre, llevando consigo el Royal James y a los piratas supervivientes como prisioneros.

Bonnet, junto a su contramaestre Ignatius Pell y a David Herriot, al que había nombrado piloto, fueron encerrados aparte del resto de su tripulación. El día 24 de octubre, Bonnet y Herriot huyeron de su prisión con la ayuda de un comerciante local, pero fueron descubiertos días mas tarde; Bonnet fue vuelto a capturar y Herriot murió de un disparo. El 5 de noviembre se juzgó a la tripulación de Bonnet; veintinueve de ellos fueron condenados a muerte y ahorcados. En ese juicio, Pell aceptó testificar contra sus compañeros, a cambio de ser puesto en libertad (más tarde volvería a dedicarse a la piratería; en 1724 se le atribuye el mando de un navío pirata en las costas norteamericanas). El juicio de Bonnet se celebró el 10 de noviembre, en medio de una gran expectación y numerosas muestras de apoyo de los habitantes de Charles Town, que por algún motivo mostraban una sorprendente simpatía por el pirata y pedían una condena leve para él. Sin embargo, el juez Nicholas Trott fue implacable y lo condenó también a muerte. Bonnet alegó que no tenía apenas autoridad sobre su tripulación, y que estos actuaban por su cuenta, algo ratificado por la declaración de Pell, pero no sirvió de nada. 

Bonnet rogó entonces clemencia al gobernador Johnson, se ofreció incluso a trabajar a sus órdenes, sin éxito. A pesar de las manifestaciones de los habitantes de Charles Town, especialmente de las mujeres, a las que Bonnet parecía haber caído en gracia por sus elegantes modales, y que llevaron a Johnson a aplazar su ejecución hasta en siete ocasiones, finalmente Stede Bonnet fue ahorcado el 10 de diciembre en un paraje llamado White Point. Para entonces Barbanegra también había muerto, caído en combate en la bahía de Ocracroke el 22 de noviembre, y su cabeza había acabado colgada del bauprés de uno de los buques que lo habían derrotado.

El cuerpo de Bonnet, junto a los del resto de su tripulación, fue enterrado en un pantano, en una tumba sin nombre. Tenía apenas treinta años al morir y su carrera como pirata no había durado ni siquiera año y medio, pero le había bastado para alcanzar la fama como uno de los piratas más singulares que jamás hayan navegado por los siete mares.