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domingo, 15 de diciembre de 2024

Los cuernos de oro de Gallehus

Las réplicas de los Cuernos de Gallehus que se exhiben en el Museo Nacional de Copenhague


El 20 de julio de 1639 una joven llamada Kirsten Svendsdatter encontraba cerca de la pequeña villa de Gallehus (al norte de la localidad de Møgeltønder, en el sur de la península de Jutlandia) un extraordinario cuerno de oro con numerosas figuras decorándolo. El cuerno estaba parcialmente enterrado y Kirsten lo descubrió al ver algo que sobresalía del suelo. La joven escribió una carta al rey Christian IV de Dinamarca ofreciéndole el cuerno, y el rey aceptó de buena gana el obsequio, enviándole como recompensa una falda. El rey entregó el cuerno a su hijo el príncipe Christian, el cual lo utilizó como vaso, tras añadirle un pomo dorado en su extremo más estrecho. 

Casi un siglo más tarde, el 21 de abril de 1734, un campesino llamado Erich Lassen encontró un segundo cuerno, similar al primero, a apenas veinte metros del lugar en el que había aparecido el otro. Lassen entregó el cuerno al gobernador de la zona, el conde de Schackenborg, el cual a su vez se lo envió al rey Christian VI, quien le entregó como agradecimiento 200 rigsdalers. Ambos cuernos pasaron entonces a custodiarse en la Real Cámara de Arte del palacio real de Christiansborg, en Copenhague.

Ambos cuernos eran obras excepcionales de similar factura. Habían sido construidos con una doble capa de láminas de oro, estando la capa interna hecha de oro de baja calidad, amalgamado con plata, mientras que la capa externa era de oro puro. Las capas exteriores estaban formadas por anillos decorados con numerosas figuras soldadas a ellos. Fueron datados en torno al año 400 d. C., en la Edad del Hierro germánica y aún se discute sobre si eran utilizados para beber en ellos (lo más probable) o bien como instrumentos musicales. 

El cuerno hallado en 1639 era el más largo de los dos. Medía, de acuerdo con las descripciones, 75'8 centímetros, con una apertura de 10'4 centímetros de diámetro y un peso de unos 3'2 kilos. Estaba formado por siete anillos profusamente decorados con figuras de personas y animales, seguidos de otros seis anillos sin decoración que probablemente habían sido añadidos poco después de su descubrimiento, cuando había sido restaurado (sin ellos, la longitud del cuerno era de 52 centímetros). En 1641 el médico y anticuario Ole Worm había publicado De aureo cornu, un tratado sobre el cuerno con una prolija descripción que incluía la primera representación gráfica del mismo, un grabado obra de Simon de Pas.

El segundo cuerno era más corto, aunque pesaba casi lo mismo. No se saben sus dimensiones exactas, pero estaba formado por seis anillos, cinco de ellos decorados y uno en el que figuraba una inscripción rúnica en alfabeto futhark antiguo e idioma protonórdico: ᛖᚲᚺᛚᛖᚹᚨᚷᚨᛊᛏᛁᛉᚺᛟᛚᛏᛁᛃᚨᛉᚺᛟᚱᚾᚨᛏᚨᚹᛁᛞᛟ, que se puede traducir como "Yo Hlewagastiz Holtijaz hice el cuerno". De este cuerno también se conserva un pequeño tratado con su descripción, escrito por el archivero Joachim Richard Paulli el mismo año en el que fue descubierto.

El grabado del primer cuerno, publicado en la obra de Ole Worm

Ambos cuernos permanecieron en Christianborg hasta una aciaga noche de 1802. La madrugada del 4 de mayo de ese año un orfebre y relojero llamado Niels Heidenreich, con antecedentes por falsificación y numerosas deudas, se coló en el palacio usando una llave maestra y se llevó los cuernos a su casa, donde lamentablemente los fundió para apropiarse del oro del que estaban hechos. Cuando se descubrió el robo, se ofreció una recompensa de 1000 rigsdalers para quien pudiera descubrir al culpable.

Heidenreich usó el oro para fabricar joyas y también pagodas (un tipo de monedas indias de oro, muy apreciadas en la época) falsas, que trató de vender a algunos de sus colegas orfebres. Pero el gran maestre del gremio de orfebres, Andreas Holm, se dio cuenta en seguida de que las monedas no solo eran falsas, sino que estaban hechas de oro de baja calidad mezclado con latón. Sospechando que Heidenreich tenía algo que ver con el robo de los cuernos, Holm y los demás orfebres lo sometieron a una discreta vigilancia y por fin alguien lo vio arrojando al foso de la ciudad varias planchas para la impresión de monedas. Holm lo denunció a las autoridades y el 27 de abril de 1803 fue arrestado. No tardó en confesar el robo y la destrucción de los cuernos, lo que generó una oleada de indignación popular. El 10 de julio de ese año fue enviado a prisión, donde permaneció 37 años, hasta que fue puesto en libertad en 1840, cuatro años antes de su muerte.

Perdidos para siempre los cuernos originales, quedaba la opción de fabricar réplicas. A finales del siglo XVIII se habían hecho sendos moldes de yeso de ambos cuernos, encargadas por un cardenal romano aficionado a la arqueología, pero lamentablemente los moldes se habían perdido al naufragar en las costas de Córcega el barco que los transportaba. Hubo que recurrir por lo tanto a los grabados y descripciones que se habían hecho de ellos. En 1860 se fabricaron dos réplicas que fueron expuestas en el Museo Nacional, pero en torno a 1940 nuevos estudios concluyeron que estas réplicas no eran fieles a los originales y en 1945 se construyeron nuevas réplicas. De estas copias, una pareja pertenece a la Casa Real danesa, que las conserva en su palacio de verano en Gråsten, y otro par se encuentra en el Museo de Malmö.

En 1979 se hizo un nuevo par de réplicas en oro que se exhibe en la actualidad en el Museo Nacional de Copenhague. También hay réplicas en el Museo Moesgaard de Aarhus, en el Museo Kongernes Jelling de Jelling y en el Museo de Arte de Tønder. Irónicamente, las copias del Moesgaard fueron robadas en 1993, aunque fueron encontradas poco después abandonadas en un bosque; y las del Kongernes en 2007, aunque fueron recuperadas solo un par de días después. Seguramente tuvo que ver con su recuperación el hecho de que ninguna de ellas es de oro; las del Moesgaard son de latón dorado y las del Kongernes, de plata con un baño de oro.

El supuesto mensaje cifrado oculto en uno de los cuernos de Gallehus

Los investigadores todavía siguen estudiando las inscripciones de los cuernos, buscando nuevas interpretaciones. El investigador alemán Willy Hartner propuso en 1969 que las figuras de ambos cuernos representan constelaciones y hacen referencia a un eclipse lunar ocurrido en el 412 y a un eclipse de sol del 413. Además, propuso que las 22 figuras del anillo superior del cuerno más largo son en realidad una especie de conjuro cifrado en lenguaje rúnico cifrado que se leería como "Luba horns ens helpa hjoho", o lo que es lo mismo, "Que yo, la poción en este cuerno, sea de ayuda al clan".

El único vestigio que queda de los cuernos originales es un par de pendientes que Heidenreich hizo con su oro, y que una bisnieta suya donó al Museo de Ringen.

2 comentarios:

  1. Que bronca!! asi hicieron los conquistadores españoles con todas laa reliquias de oro americanas. Muy buen articulo

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    1. Desgraciadamente, es muy habitual ver como algunos valoran un objeto por su valor económico y no por el artístico o el histórico.

      Saludos, Jorge.

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