El programa de la BBC Panorama tiene el honor de ser uno de los programas de televisión más longevos de la historia: su primera emisión data de noviembre de 1953 y permanece aún en antena hoy en día. Se trata de un programa informativo en el que se emiten reportajes sobre temas de actualidad, y que sigue siendo uno de los más vistos de la BBC One. En sus programas se han tratado temas de gran trascendencia: los abusos sexuales en el seno de la iglesia católica, la Cienciología, la corrupción en la FIFA... Diana de Gales concedió al programa una célebre entrevista poco después de su separación. Pero sin duda uno de sus programas más célebres fue el emitido el 1 de abril de 1957 (el April Fool's Day), que contenía una de las bromas más famosas de la historia de la televisión: el reportaje sobre la cosecha de spaghetti en Suiza.
El reportaje en si duraba apenas tres minutos, y en él se mostraba a una familia de cultivadores de spaghetti del cantón suizo de Ticino recogiendo de sus árboles una cosecha de spaghetti especialmente abundante (gracias, según ellos, al invierno templado y a la práctica erradicación del gorgojo del spaghetti). Además, también incluía imágenes de un supuesto Festival de la Cosecha, así como un debate sobre cómo cultivar una cepa de la longitud perfecta.
La idea de aquella broma había partido de Charles de Jaeger, uno de los cámaras del programa. Jaeger había recordado que, en su Austria natal, uno de sus profesores les había dicho a sus compañeros y a él: "Chicos, sois tan estúpidos que si os dijese que los spaghetti crecen en los árboles, me creeríais". Le contó su idea al productor David Wheeler, y juntos se la propusieron al editor de Panorama, Michael Peacock, que dio el visto bueno. Las escenas del documental se rodaron en un hotel en Castagnola (Suiza) y en una fábrica de pasta en Hertfordshire, y para darle mayor credibilidad, le pidieron al reputado presentador Richard Dimbleby que fuera el narrador. Peacock temía que Dimbleby se negase, pero en cuanto este supo los detalles se mostró encantado y se prestó gustoso a colaborar.
La emisión del programa tuvo una notable repercusión entre la audiencia. Por aquel entonces la pasta no era una parte habitual de la dieta de los británicos, y muchos de los que vieron el programa llegaron a dudar seriamente del origen del spaghetti. Unos ocho millones de personas vieron el programa, y en la centralita de la BBC se recibieron centenares de llamadas de personas que querían confirmar la veracidad del reportaje, e incluso hubo quienes pidieron más información sobre el cultivo o cómo podrían plantar sus propios árboles de spaguetti. A estos se les decía que "pusieran un trozo de spaghetti en una lata de salsa de tomate y esperasen lo mejor".
Décadas más tarde, la CNN se referiría a esta broma como "el mayor engaño jamás emitido por un programa de noticias serias".
Nicholas Winton era un joven londinense de buena familia, como muchos otros. Había nacido en Hampstead en 1909, en el seno de una familia de inmigrantes judíos de origen alemán que al llegar a Inglaterra habían cambiado su apellido (el original era Wertheim) y se habían convertido al anglicanismo. Nicholas recibió una esmerada educación y, tras un tiempo en bancos alemanes y franceses, en 1931 comenzó a trabajar como corredor de bolsa. También era un notorio simpatizante del socialismo, y amigo de destacados miembros del Partido Laborista como Aneurin Bevan o Tom Driberg. Y era un destacado esgrimista, que llegó a formar parte del equipo británico e incluso aspiraba a participar en las Olimpiadas.
La vida de Winton, sin embargo, iba a dar un vuelco a finales de 1938. En esas fechas tenía previsto pasar unos días de vacaciones esquiando en Suiza, cuando recibió una llamada telefónica de su amigo Martin Blake, también militante socialista, que le pidió que se reuniera con él en Praga. "Tengo una tarea más interesante y necesito tu ayuda. No te molestes en traer tus esquíes". Blake se había desplazado a la ciudad como miembro del Comité Británico para los Refugiados de Checoslovaquia, una asociación creada en octubre de ese año para socorrer a los numerosos refugiados (muchos de ellos judíos) que habían huido de sus hogares después de que Alemania se hubiera anexionado la región de los Sudetes (octubre de 1938), y confiaba en que Winton le ayudara.
Nicholas visitó en diciembre de 1938 los campamentos en los que miles de personas se hacinaban en condiciones infrahumanas, y quedó tan impresionado que decidió que tenía que hacer algo. Las noticias de la violencia contra los judíos de Alemania y Austria en la llamada Noche de los cristales rotos o Kristallnacht (9-10 de noviembre de 1938) y el convencimiento de que los alemanes acabarían tarde o temprano por ocupar el resto de Checoslovaquia le llevó a planear sacar de los campamentos a tantos niños judíos como pudiera y llevarlos a otros países donde estuvieran a salvo.
Por aquel entonces, ya habían sido puestas en marcha operaciones para rescatar a niños judíos de la furia nazi. La más importante de ellas fue la llamada Operación Kindertransport, auspiciada por organizaciones judías de Gran Bretaña y que entre diciembre de 1938 y mayo de 1940 logró rescatar a 10000 niños judíos de Alemania y Austria y realojarlos en suelo británico. Sin embargo, estas operaciones no alcanzaban a Checoslovaquia, razón por la que las acciones de Winton fueron tan importantes.
Winton comenzó su labor en la propia habitación del hotel de Praga en la que se hospedaba, en la plaza Wenceslas. Allí creó (sin ningún tipo de autorización) una llamada "Sección infantil" del Comité para los Refugiados, donde comenzó a recoger peticiones de padres que querían enviar a sus hijos lejos de allí para que estuvieran seguros. Conforme su labor se hacía más conocida, más y más padres acudían a él en busca de ayuda, lo que le hizo abrir una nueva oficina en la calle Vorsilska, dirigida por su amigo Trevor Chadwick, para recoger todas las solicitudes que recibía. Asimismo, Winton se puso en contacto con las autoridades de diversos países a los que solicitó que acogieran a algunos de aquellos niños, pero sólo el gobierno sueco respondió, accediendo a hacerse cargo de un pequeño número de ellos. En cuanto al gobierno británico, había aprobado tras la Kristallnacht la entrada de refugiados menores de edad en su territorio, pero con dos condiciones: que tuvieran un hogar donde quedarse y que depositaran una garantía de 50 libras para costear su eventual retorno a su país de origen.
Llegó un momento en el que Winton tuvo que regresar a Londres, pero eso no impidió que siguiera llevando a cabo su labor. Por las mañanas trabajaba en la bolsa; las tardes y las noches las dedicaba a trabajar incansablemente en el rescate de aquellos niños, con la única ayuda de su madre, su secretaria y unos pocos voluntarios, casi todos amigos suyos. Necesitando dinero y hogares de acogida, Winton publicó anuncios en los periódicos, recorrió iglesias y sinagogas, en busca de personas que quisieran colaborar con él. Gracias a los numerosos apoyos que recogió, el 14 de marzo de 1939 llegaba desde Praga, en avión, el primer grupo de niños rescatados de los campos de refugiados.
Algunos de los niños rescatados por Winton
Winton consiguió organizar otros seis transportes de niños, todos por tren, que lograron poner a salvo a un total de 669 niños, la mayoría de los cuales nunca volvieron a ver a sus familias. El último de estos transportes partió el 2 de agosto de 1939. Un octavo transporte partió de la estación de tren de Praga el 1 de septiembre de 1939 con 250 niños a bordo; desgraciadamente, ese mismo día Alemania invadió Polonia y cerró las fronteras. Aquel tren nunca llegó a su destino y los niños que transportaba fueron a parar a campos de concentración; sólo dos seguían con vida cuando la guerra terminó.
Durante la guerra, Nicholas Winton se alistó en la RAF, donde se licenciaría con el rango honorífico de teniente de vuelo. Terminada la guerra, trabajó en París en varios organismos internacionales de ayuda a las víctimas de los combates, y allí conoció a la que sería su esposa, una joven danesa llamada Grete Gjelstrup. Con ella se casaría en 1948 y se instalaría en Inglaterra, donde Nicholas trabajó hasta su jubilación en el departamento financiero de varias empresas. La pareja tendría tres hijos: Nicholas, Bárbara y Robin, nacido con síndrome de Down y que murió siendo un niño a causa de una meningitis. La muerte de su hijo le llevó a fundar una organización caritativa para ayudar a personas con discapacidad.
La labor de Winton pronto quedó olvidada, y él mismo nunca mostró demasiado interés por darla a conocer. Su familia sabía a grandes rasgos que había ayudado a evacuar a cientos de niños judíos para salvarlos de los nazis, pero él no le daba demasiada importancia a lo que había hecho, y se mostraba más orgulloso de su trabajo después de la guerra en la Organización Internacional para los Refugiados y el Banco Internacional de Recosntrucción y Fomento, organismos creados para paliar la devastación provocada por el conflicto. Hasta que en 1988 su esposa Grete encontró por casualidad un viejo libro de recortes con las fotografías y los nombres de los niños a los que había rescatado, además de algunas de las cartas de sus padres. Impresionada por aquellos documentos, se los mostró a la historiadora Elizabeth Maxwell, especializada en el Holocausto y casada con el magnate de la prensa Robert Maxwell, quien, siendo de origen checo y habiendo sido un niño refugiado que había huido de los nazis, se mostró muy impresionado por la labor de Winton y empezó a publicar en sus periódicos algunos artículos sobre él.
Ese mismo año, Winton fue invitado al programa de la BBC That's life, donde después de medio siglo pudo reunirse con algunos de aquellos niños que le debían la vida. El programa tuvo una gran repercusión; convirtió a Winton en un hombre muy popular y permitió que muchos otros de aquellos niños se pusieran en contacto con él para darle las gracias. Entre los niños a los que Winton rescató hay nombres destacados como el director de cine Karel Reisz, el parlamentario Lord Alfred Dubs o el periodista canadiense Joe Schlesinger.
Tras hacerse públicas sus acciones, Winton empezó a recibir una larga serie de condecoraciones y distinciones. Ya había sido nombrado en 1983 miembro de la Orden del Imperio Británico por su labor caritativa, y fue nombrado caballero por la reina Isabel II en 2002. Además, fue nombrado miembro de la Orden de Tomáš Garrigue Masaryk en 1998 por el presidente checo Václav Havel; fue designado Ciudadano Honorario de Praga y recibió la Cruz del Mérito del ministerio de Defensa de la República Checa. Asimismo recibió en 2003 el premio Orgullo Británico, fue nombrado en 2010 Héroe Británico del Holocausto, y recibió la Medalla Wallenberg en 2013 y la Orden del León Blanco en Praga en 2014. También fue nominado por el gobierno checo al Premio Nobel de la Paz en 2008. Incluso hay un asteroide que lleva su nombre, el 19384 Winton, nombre que le pusieron los astrónomos checos Jana Tychá y Miloš Tichý. Hay estatuas y memoriales en su honor en las estaciones de tren de Praga, Liverpool Street (Londres) y Maidenhead.
Nicholas Winton nunca dio demasiada importancia a sus acciones. Llegó a decir que él no había sido un héroe porque nunca había estado en peligro, destacando la labor de colaboradores suyos como Trevor Chadwick, Doreen Warriner, Beatrice Wellington o Bill Barazetti, quienes habían permanecido en Praga y habían estado realmente expuestos al peligro de ser arrestados por los nazis.
Nicholas Winton falleció mientras dormía el 1 de julio de 2015, a la edad de 106 años, a causa de un fallo cardíaco, en el Hospital de Wexham Park, donde llevaba una semana ingresado. Su viejo cuaderno, con las fotos de los niños a los que salvó, se encuentra hoy en día en el museo Yad Vashem de Jerusalén, dedicado a mantener viva la memoria de los que perdieron la vida en el Holocausto.
Johann Wilhelm Trollmann nació el 27 de diciembre de 1907 en Wilsche, un distrito de la ciudad alemana de Gifhorn, en la Baja Sajonia. Miembro de una familia sinti (gitana) que había abandonado el nomadismo, se crió junto a sus ocho hermanos en Hannover, y desde muy niño se sintió atraído por el mundo del boxeo; dicen que tenía solo ocho años la primera vez que se subió a un ring. Había sido un niño delgado y enclenque, pero la práctica deportiva le convirtió en un joven fuerte y musculoso, que se ganó entre los suyos el apodo de "Rukeli", que en lengua romaní significa "árbol fuerte".
Rukeli comenzó a competir siendo todavía un adolescente, con notable éxito: ganó varios campeonatos regionales defendiendo los colores del club Heros de Hannover, y llegó a participar en el Campeonato Amateur alemán. Poseía un estilo adelantado a su tiempo: mientras la mayoría de boxeadores primaba la fuerza y la pegada, Rukeli hacía gala de una extraordinaria agilidad y de un veloz juego de piernas, moviéndose constantemente por el ring hasta cansar al rival. Una técnica similar a la que, décadas más tarde, utilizaría el gran Muhammad Alí. En una época en la que el boxeo era uno de los grandes pasatiempos nacionales, Rukeli no tardó en convertirse un personaje popular, lo que unido a su atractivo físico y su carisma le hizo ganar numerosas seguidoras entre el público femenino, algo que despertó no pocas envidias.
En 1928, Trollmann era uno de los candidatos a representar a Alermania en los Juegos Olímpicos de Amsterdam. Sin embargo, la Asociación Alemana de Boxeo lo excluyó de la lista definitiva con una excusa endeble: porque su estilo de boxeo no era "lo suficientemente alemán". En su lugar, envió a otro púgil, un boxeador de Hamburgo al que Trollamnn había derrotado en varias ocasiones. Después de eso, Trollmann se pasó al boxeo profesional, bajo la dirección de un hábil mánager berlinés llamado Ernst Zirzow. Sus primeros años fueron exitosos, ganó numerosas peleas en las categorías welter, medios y semipesados, no solo contra luchadores alemanes, también contra reputados boxeadores extranjeros como el argentino Russo o el holandés Boer. Se había convertido en una de las estrellas del boxeo alemán, pese a las reticencias que su origen despertaba; a menudo los periódicos se referían a él despectivamente llamándolo "gitano" y el Völkischen Beobachter, periódico oficial del Partido Nazi, llegó a calificarlo de "afeminado" y dijo de él que no tenía nada que ver con el "verdadero boxeo ario".
Pero la vida y la carrera de Johann Trollmann cambiarían irremediablemente después de la llegada al poder de los nazis en enero de 1933. El intervencionismo de los nazis en todos los aspectos de la sociedad alemana también alcanzó al boxeo; los clubes fueron intervenidos y reorganizados, y los luchadores no arios empezaron a recibir presiones y amenazas. Algunos, como el judío Erich Seelig, campeón alemán de los pesos semipesados, optaron por el exilio. En cambio Trollmann decidió quedarse, poniendo en aprietos a los jerarcas nazis; Rukeli era demasiado famoso, demasiado buen boxeador, como para prohibirle boxear sin una buena razón.
El 9 de junio de 1933 se celebró el combate por el título del peso semipesado que Seelig había dejado vacante. Trollmann se enfrentó a Adolf Witt, un boxeador alemán "de pura raza", en Berlín, en presencia de numerosos dirigentes nazis. La superioridad de Trollamnn fue absoluta, Witt fue sometido a un castigo como nunca había sufrido, y al final de la pelea Witt, que había conseguido evitar el KO, estaba ensangrentado y lleno de heridas, mientras que Rukeli aparecía fresco e indemne. Pese a ello, los jueces, presionados por las autoridades, declararon en un primer momento un empate. Sin embargo, el público, furioso con la decisión, les obligó a rectificar y Trollmann fue declarado vencedor. El título sólo le duraría ocho días; pasado ese tiempo, la federación alemana de boxeo le comunicaba que su título le era retirado por "conducta inapropiada" (supuestamente, por haber llorado de alegría al ser declarado campeón) y le emplazaba a un nuevo combate, que se celebraría el 21 de julio, ante otro contendiente, Gustav Eder, exhortándolo además a abandonar su "baile gitano" y a pelear con un estilo de boxeo "más alemán".
Trollmann vs. Witt
Rukeli no era el tipo de persona que soporta las injusticias y las arbitrariedades en silencio. El día de la pelea apareció en el cuadrilátero con el pelo teñido de rubio y el cuerpo cubierto de talco, componiendo así una caricatura del "boxeador ario" que deseaban los nazis. Además, una vez comenzado el combate, Trollmann se limitó a quedarse en el centro del ring, sin moverse, intercambiando golpes con Eder. Resistió así cinco asaltos, hasta quedar totalmente noqueado.
Después de esa pelea, la carrera boxística de Rukeli quedó prácticamente terminada. Logró disputar algunos combates más, siempre con trabas y presiones, hasta que finalmente la federación le retiró su licencia de boxeador en 1935, y tuvo que pasar a pelear en ferias y espectáculos circenses. En 1935 se casó con Olga Bilda, una mujer alemana con la que tendría una hija, Rita.
La vida de Rukeli, que ya era difícil de por si, se complicó aún más tras la promulgación de las leyes raciales de Nuremberg en septiembre de 1935, que buscaban impedir las relaciones entre los alemanes de pura raza aria y las etnias "inferiores y peligrosas" como los judíos o los gitanos. La presión sobre los gitanos llegó a ser tan asfixiante que en 1938 Trollmann se divorció de su esposa, para que ella y su hija pudieran cambiar de apellido y no las relacionaran con él. Ese mismo año, Trollmann fue arrestado y enviado al campo de trabajo de Ahlem, en Hannover, donde, al igual que les sucedería a otros miles de gitanos, fue esterilizado.
Tras ser puesto en libertad, recuperó la vida nómada de sus antepasados y pasó varios meses viviendo escondido en el bosque de Teutoburgo. En noviembre de 1939 fue reclutado por la Wehrmacht y enviado al frente. Combatió en Polonia, Francia y Bélgica y en 1941 fue destinado al frente ruso, donde fue herido, tras lo cual pudo regresar a Alemania. Poco después se promulgaba el decreto que equiparaba a judíos y gitanos; Rukeli fue expulsado del ejército y arrestado en junio de 1942 por la Gestapo. Conducido al campo de concentración de Neuengamme, cerca de Hamburgo, al enterarse de que había sido un boxeador famoso, para divertirse los guardias le hacían pelear contra soldados y contra otros prisioneros a cambio de comida. Con la ayuda de otros presos tomó la identidad de un preso fallecido y logró ser trasladado al campo de Wittenberge, pero allí volvió a ser reconocido y de nuevo obligado a pelear para divertir a sus guardianes.
Rukeli nunca saldría con vida de Wittenberge. Se dijo que había muerto por causas naturales, o tiroteado por los guardias. Sin embargo, una investigación de un periodista llamado Roger Repplinger reveló hace unos años que, en realidad, Trollman había muerto a causa de una paliza propinada por Emil Cornelius, un kapo (un prisionero que colaboraba con los guardianes a cambio de mejores condiciones de vida) al que había noqueado en uno de los combates que se organizaban en el campo. Su hermano menor, Heinrich Trollmann, apodado "Stabeli", también boxeador, moriría también en el campo de concentración de Auschwitz.
Monumento en honor a Rukeli en el parque Viktoria de Berlín
En 2003, la Asociación Alemana de Boxeo Profesional rehabilitó a Trollmann y le reconoció póstumamente como campeón de Alemania, entregando a sus descendientes una réplica del cinturón de campeón. Hay una calle en Hannover con su nombre, una placa frente al gimnasio de Hamburgo donde disputó algunas de sus peleas y un monumento en su memoria en el parque Viktoria de Berlín.
El America fue un dirigible con el que una tripulación de seis hombres, comandados por el periodista y aviador norteamericano Walter Wellman trató en 1910 de cruzar el océano Atlántico desde EEUU hasta Europa. Con ellos iba un gato, Kiddo, que desde la partida se mostró inquieto y nervioso. El America tenía la peculiaridad de ir equipado con un transmisor de radio, siendo la primera aeronave que disponía de tal aparato. Gracias a esta radio y al nerviosismo de Kiddo, el jefe de máquinas del America, Melvin Vaniman, pasó a la historia por haber efectuado la primera transmisión de radio en vuelo, dirigida a un colaborador en tierra: "Roy, ven aquí y llévate a este maldito gato". -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En octubre de 1988 la revista satírica MAD señaló en uno de sus números que la tabacalera American Brands era también propietaria de una empresa de seguros, Franklin Life, destacando la aparente incoherencia de que, mientras la tabacalera rechazaba que el tabaco fuera perjudicial para la salud, la aseguradora de su propiedad cobraba más a sus asegurados que fueran fumadores. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En 1784 un granjero japonés que reparaba una zanja de riego en la isla de Shikanoshima encontró un sello de oro casi puro, de más de 100 gramos de peso y con varios caracteres chinos grabados. Se cree que el sello, conocido como el Sello del Rey de Na, fue entregado por el emperador chino Guangwu de la dinastía Han a un funcionario que visitó Japón en torno al año 57. En la inscripción del sello se menciona al reino japonés de Na como vasallo de la dinastía Han, y es la evidencia más antigua conocida de contacto entre ambos países. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Las leyes inglesas reconocen a los propietarios de edificios el llamado "Derecho a la luz": si un edificio con ventanas ha recibido de manera directa la luz solar durante al menos 20 años, su propietario tiene derecho a vetar cualquier tipo de construcción u obstáculo que prive a su edificio de seguir recibiendo esa iluminación. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- El 2 de septiembre de 1724, Margaret Dickson fue ahorcada en Edinburgo acusada de la muerte de su hijo recién nacido. Pero, tras retirar su cuerpo de la horca para ser enterrado, se descubrió que seguía con vida. Después de eso, fue puesta en libertad porque la ley escocesa solo hablaba de colgar a los asesinos y, estrictamente, su castigo ya había sido cumplido. Solo después de su caso se añadieron a la ley las palabras "hasta la muerte". -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En 1978 el destructor de la armada norteamericana USS Stein fue atacado por un animal desconocido, que causó numerosos cortes en la cubierta de goma del sónar. Al estudiar los daños se encontraron en los cortes restos de garras similares a las que tienen los calamares en sus ventosas, pero de un tamaño muy superior a las de cualquier especie conocida de calamar. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En 2003 un estadístico llamado Mohan Srivastava descubrió un sesgo matemático en los billetes de lotería de "Rasca y gana" de la provincia canadiense de Ontario, que le permitía predecir con hasta un 90% de fiabilidad qué billetes tenían premio. En lugar de aprovechar el fallo para lucrarse, Srivastava comunicó su descubrimiento a la corporación encargada de gestionar la lotería para que lo corrigiera. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En la década de 1930, un granjero australiano puso en libertad a su mascota, un pájaro lira (género Menura), en los terrenos del Parque Nacional de Nueva Inglaterra (Nueva Gales del Sur, Australia). El pájaro había aprendido a imitar con su canto algunas de las melodías que su amo interpretaba con una flauta, entre ellas varias tonadillas muy populares en la época. Ahora bien, se sabe que los pájaros lira comparten sus cantos unos con otros y los pasan de una generación a la siguiente. En la actualidad, transcurridas ocho décadas, los ornitólogos han podido constatar que en las poblaciones del Parque e incluso en otras alejadas cientos de kilómetros los pájaros lira siguen repitiendo fragmentos de aquellas canciones como parte de sus cantos.
Nacido en Oakland (California) el 28 de marzo de 1914, Everett Ruess mostró un precoz interés por el arte. Desde muy pequeño comenzó a tallar madera, modelar arcilla y a dibujar. También comenzó a escribir; escribía ensayos y poesías, y a los 12 años comenzó a redactar un diario literario con el que continuaría toda su vida y en el que plasmaba sus ideas, trabajos y, más tarde, sus viajes.
Everett era hijo de Christopher Ruess, un ministro de la Iglesia Unitaria cuya labor hizo que la familia (él, su esposa Stella, y sus hijos Waldo y Everett) se mudara varias veces, recorriendo buena parte del país. Durante esas mudanzas, Everett nunca dejó de escribir, llegando a ganar algún premio literario con sus poesías. Y conforme crecía, empezó a sentir un deseo cada vez mayor de abandonar la civilización y adentrarse en regiones salvajes y deshabitadas, perdiéndose en la calma de la naturaleza para dejar atrás el barullo de las ciudades. Las amplias regiones desérticas y rocosas del suroeste de los Estados Unidos ejercían una especial fascinación sobre él. Y así, en el verano de 1930, contando solo 16 años, emprendió el primero de sus viajes.
Durante los siguientes cuatro años, Everett Ruess realizó varios viajes, en burro o a caballo, a través de los estados de Utah, Nuevo México, Arizona y Colorado, cruzando desiertos y montañas. Recorrió Sierra Nevada y la Meseta de Colorado, exploró los Parques Naturales de Sequoia y Yosemite, y visitó la cuenca del río Colorado y sus afluentes. Durante esos viajes trabajó en distintos oficios para mantenerse; fue peón y cowboy, montó caballos salvajes, marcó terneros, y también recurrió a vender sus dibujos. En su diario fue recogiendo sus experiencias y sensaciones a lo largo de sus viajes, en los que también se despertó en él un gran interés hacia las tribus de nativos americanos que habitaban aquellas regiones, llegando a aprender el idioma navajo y a participar en ceremonias religiosas de los indios Hopi.
En 1934, antes del que sería su último viaje, Ruess había estado trabajando con arqueólogos de la Universidad de California en un yacimiento navajo cercano a la localidad de Kayenta (Arizona). Luego, volvió a internarse en territorio salvaje, cruzando en esta ocasión el desierto de Utah acompañado únicamente por un par de asnos. Tras varios meses vagabundeando por el desierto, el 20 de noviembre de 1934 Ruess llegó a Escalante, un enclave fundado décadas atrás por colonos mormones, y que en aquel entonces era un villorrio desolado y empobrecido por años de malas cosechas y por el crack de 1929. Ruess aprovechó para enviar algunas cartas a sus familiares. En la misiva que envió a su hermano Waldo decía: "En cuanto a cuando volveré a la civilización, no será pronto... Prefiero la silla de montar al tranvía y el cielo salpicado de estrellas al tejado, el sendero oscuro y difícil que conduce a lo desconocido a cualquier carretera asfaltada, la profunda paz de la espesura al descontento creado en las ciudades".
Al día siguiente, 21 de noviembre, Ruess se cruzó a cierta distancia del pueblo con un par de pastores de ovejas. Fueron los últimos que lo vieron con vida. Después de eso, nada se volvió a saber de él. Cuando se alertó de su desaparición (porque las cartas que le enviaba su familia regresaron sin ser recogidas) y comenzó su búsqueda, lo único que se halló fue a sus burros en un tosco corral construido en el Davis Gulch, un cañón del río Escalante (afluente del Colorado), donde se creyó que había acampado. Nada más. Ni el menor indicio de qué le había sucedido. Hubo distintas teorías para explicar su desaparición: que se había despeñado por un precipicio, que se había ahogado en una riada, o incluso que, llevado por su rechazo a la civilización, había renunciado completamente a regresar a ella y vivía oculto entre los indios. Pero ninguna de ellas tenía pruebas que la sustentaran.
Decid que me morí de hambre; que estaba perdido y cansado; Que fui quemado y cegado por el sol del desierto; Con los pies doloridos, sediento, enfermo con enfermedades extrañas; Solitario, mojado y frío ... ¡pero que seguí mi sueño!
"Canción de la espesura" (Everett Ruess)
Everett Ruess no era una persona demasiado célebre en el momento de su desaparición. No había llegado a publicar nada mientras estaba con vida. En 1940 una pequeña editorial californiana publicó On Desert Trails, una selección de sus ensayos, diarios, cartas y poemas, ilustrada con dibujos y grabados del propio Ruess. Otra recopilación similar fue editada en 1983 con el título de Everett Ruess: Vagabond for beauty. Su figura fue revisitada y alcanzó nuevas cotas de popularidad cuando en 1996 se publicó Into the Wild, el libro que el periodista Jon Krakauer publicó sobreChristopher McCandless, en el que se le mencionaba como una de las "almas gemelas" de McCandless.
Y en 2009, un carpintero de origen navajo llamado Denny Bellson se puso en contacto con el FBI con una curiosa historia sobre su abuelo, un indio navajo llamado Aneth Nez, que le había contado su hermana mayor no hacía mucho. Según le había confesado el anciano a su nieta años atrás, en un momento no determinado de la década de 1930, cuando apenas tenía 20 años, había sido testigo de cómo tres indios de la tribu ute habían asesinado a un joven blanco para robarle sus pertenencias y los dos burros que llevaba. Aneth, temeroso de los ute, no había intervenido ni había denunciado el caso a las autoridades, y se había limitado a enterrar el cuerpo del joven cerca de donde había sido asesinado, una región del Comb Ridge (una formación rocosa que recorre el sureste de utah y el noroeste de Arizona) distante unas 60 millas del Davis Gulch. Bellson, fascinado por la historia, había acudido al lugar donde su abuelo decía haber enterrado al joven, y había hallado una tumba con restos humanos. Una búsqueda por internet sobre desaparecidos en la zona en la década de 1930 le había llevado a descubrir a Everett Ruess, y Bellson tenía la corazonada de que se trataba de él.
Bellson se puso en contacto también con David Roberts, un montañero y escritor que había escrito sobre Ruess en el National Geographic. Roberts se implicó desde el primer momento en la investigación, apoyando la hipótesis de Bellson. La principal discrepancia era que Aneth Nez había dicho que los ute se habían llevado los animales del joven, mientras que supuestamente los burros de Ruess habían sido hallados en Davis Gulch. Pero Roberts creía que era posible que los animales encontrados no fuesen los de Everett Ruess, lo cual explicaría por qué nunca se habían hallado indicios suyos en el cañón; porque en realidad Ruess nunca había estado acampado allí. Los primeros exámenes forenses parecieron confirmar que se trataba de Ruess; un primer análisis de ADN, comparando el de los restos con el de Waldo Ruess, fallecido el año anterior, pareció confirmarlo. Pero cuando los sobrinos de Everett Ruess ya habían reclamado los restos, un nuevo análisis de ADN, llevado a cabo en el Instituto Patológico del ejército norteamericano, descartó por completo que se tratase de él (el positivo en la primera comparación se atribuyó a un error de software en el laboratorio). La conclusión final es que lo más probable era que el desconocido de la tumba fuese un joven nativo americano.
El misterio sobre el verdadero destino de Everett Ruess continua hoy en día. Roberts (que publicó en 2011 un libro sobre la búsqueda del joven artista titulado Finding Everett Ruess) sigue defendiendo la veracidad de la historia de Aneth Nez. Según él, el anciano navajo no ganaba nada inventándose esa historia. La teoría de Roberts es que Bellson había, simplemente, hallado una tumba equivocada; y que el cuerpo de Everett Ruess sigue enterrado en algún paraje del Comb Ridge, esperando a ser descubierto y poder así cerrar el caso de su misteriosa desaparición.