En el año 1987 la célebre cadena de restaurantes McDonald's ideó una campaña publicitaria inspirada en uno de los juegos de mesa más populares del mundo: el Monopoly. Tras llegar a un acuerdo con la juguetera Hasbro, propietaria de los derechos del juego, McDonald's lanzó su propia versión: con cada compra de un menú o de alguno de sus productos, los clientes recibían unas fichas similares a las del juego, con las que se rellenaban las casillas de un tablero diseñado especialmente para esta campaña y que permitían a los jugadores ganar diversos premios. Estos premios iban desde productos y mercadotecnia de la compañía, videojuegos y entradas para espectáculos, hasta viajes, automóviles y dinero en efectivo. El premio principal del juego era de un millón de dólares.
La campaña fue un gran éxito desde el principio. Lanzada inicialmente solo en EEUU, muy pronto se extendió a otros países como Canadá, Australia, Sudáfrica y distintos países de Europa, Asia y Sudamérica. Su popularidad es tal que aún hoy en día McDonald's sigue lanzando campañas basadas en este juego, fundamentalmente en verano. Y todo ello a pesar de que a través de este juego McDonald's fue víctima de una de las mayores estafas que se recuerdan asociadas a este tipo de promociones.
Jerome Jacobson |
Jerome Jacobson era un ex-policía que trabajaba como jefe de seguridad en Simon Marketing, la empresa contratada por McDonald's para imprimir y distribuir las fichas del juego. Un buen día, Jacobson se dio cuenta de que había un fallo en el dispositivo de seguridad que debía mantener vigiladas en todo momento estas fichas para asegurarse de la limpieza del juego. En un determinado punto, las fichas quedaban sin la adecuada supervisión. Y Jacobson, en lugar de ponerle remedio, creyó que era una buena oportunidad para ganar dinero fácil.
A partir de 1989, Jacobson comenzó a robar disimuladamente algunas de las fichas con los mayores premios de la promoción. Como no podía cobrarlas en persona, pues obviamente habría resultado terriblemente sospechoso, Jacobson se las entregaba a conocidos suyos, los cuales recibían el premio y luego le entregaban una parte a él. Durante años, Jacobson siguió embolsándose importantes cantidades de dinero sin que nadie sospechara nada.
Hasta que en 1995, llevado por su avaricia y porque cada vez le resultaba más complicado encontrar cómplices dispuestos a participar en su estafa y que no hubieran colaborado con él, cometió un error. Se puso en contacto con un viejo conocido de sus tiempos de policía: Gennaro Colombo, un mafioso neoyorquino cuyos negocios incluían clubes nocturnos, apuestas clandestinas y locales de striptease, y le propuso entrar en el negocio. Para probarle que era cierto lo que le proponía, Jacobson entregó a Colombo una ficha premiada con un automóvil. Colombo no solo recibió el vehículo, sino que aceptó participar en un anuncio de McDonald's donde se lo veía con otros felices ganadores.
Gennaro Colombo |
Durante los siguientes años, Gennaro Colombo reclutó a docenas de personas para que cobraran las fichas que Jacobson seguía robando, a cambio de un porcentaje. Entre los "ganadores" se incluían miembros de la familia Colombo, trabajadores de sus locales, ex-presidiarios, traficantes, y también personas corrientes que llegaban a hipotecar sus casas para pagar por adelantado el dinero que la trama pedía. Esta colaboración continuó hasta 1998, año en el que Colombo murió en un accidente de tráfico.
Nadie sospechó de la existencia de la estafa hasta que en el año 2000 el FBI recibía una denuncia anónima alertando de que varios de los ganadores de los principales premios del Monopoly estaban relacionados entre si y que quien manejaba los hilos del fraude era alguien apodado "tío Jerry" (ese era el apodo con el que Colombo se refería a Jacobson). El FBI se puso de inmediato a investigar y no tardó en descubrir los vínculos entre varios de los ganadores del juego. Se inició así una importante operación llamada en clave "Final Answer" en la que llegaron a participar más de 25 agentes, se revisaron más de 20000 números de teléfono y se grabaron miles de horas de conversaciones. Incluso, para seguir investigando sin alarmar al entramado criminal, varios agentes fingieron ser un equipo de grabación contratado por McDonald's para entrevistar a los ganadores. La operación contó con la colaboración de McDonald's, que proporcionó al FBI los datos de todos los ganadores de la promoción y aceptó continuar con el juego, pese a saber que estaba amañado, para dar tiempo a la agencia federal para concluir su investigación.
Las averiguaciones de los federales no tardaron en identificar a Jerome Jacobson como el "tío Jerry" que estaba detrás de toda la trama. Aún así, el FBI siguió reuniendo pruebas hasta asegurarse de que tenía un caso sólido contra todos los implicados. Jacobson fue arrestado en su casa la madrugada del 22 de agosto de 2001, a la vez que varios de sus principales cómplices. El total de lo defraudado se calculó en unos 24 millones de dólares.
El caso despertó una gran atención entre el público, especialmente entre los clientes de McDonald's. No obstante, esta atención pronto se desvaneció. El juicio a la trama comenzó el 10 de septiembre de 2001. Al día siguiente se produjeron los atentados del 11-S y el interés de los norteamericanos se centró en otros asuntos. Jacobson fue condenado a tres años y medio de cárcel, a cambio de devolver todo el dinero estafado e identificar a sus cómplices. Más de 50 falsos ganadores también fueron declarados culpables y condenados a penas menores. Lo último que se supo de Jacobson es que, ya septuagenario y con una salud delicada, vive en algún lugar de Georgia.
El CEO de McDonald's, Jack Greenberg, realizó una aparición pública en televisión para pedir perdón a sus desilusionados clientes y pedirles "una segunda oportunidad" para el juego, anunciando también el final de su relación con Simon Marketing (que, acosada por el escándalo y el desprestigio, no tardaría en ir a la quiebra) y la entrega de 10 millones de dólares en premios directos a clientes elegidos al azar en los restaurantes de la cadena.
En 2020 la cadena HBO estrenó McMillion$, una aclamada miniserie documental que reconstruye minuciosamente todo el desarrollo de la trama, desde su origen hasta su desarticulación y el subsiguiente juicio. Asimismo, la 20th Century Fox anunció en 2018 que había comprado los derechos de un reportaje sobre el caso escrito por el periodista británico Jeff Maysh con la intención de llevar la historia al cine en una película dirigida por Ben Affleck y protagonizada por Matt Damon, aunque no ha habido posteriores anuncios sobre el proyecto.