Y su "pariente" soviético, el Tu-144
El 14 de octubre de 1947, el piloto norteamericano Charles "Chuck" Yeager se convertía en el primer hombre en romper la barrera del sonido, a los mandos de un Bell X-1. Pero la tecnología que había hecho posible la hazaña era muy costosa y parecía destinada a quedar reducida al ámbito militar. Sin embargo, empezaron a surgir diversos proyectos para construir un avión comercial supersónico.
El más popular fué el Concorde.Un proyecto original de la empresa aeronáutica británica British Aircraft al que más tarde, a principios de los 60, se unió la Aérospatiale francesa (por aquello de compartir gastos). Cuando el presidente soviético, Nikita Kruschev, supo del proyecto, se entusiasmó con la idea de que la URSS construyera su propio avión comercial supersónico, a poder ser antes que el proyecto anglofrancés: no sólo sería un éxito de la tecnología rusa, sino también una gran victoria propagandística.
El proyecto ruso, conocido oficialmente como Tupolev TU-144, fué presentado en 1965 en el salón aeronáutico de Le Bourget (París), donde unos años antes había sido presentado también el proyecto del Concorde. A todo el mundo le llamó inmediatamente la atención el enorme parecido entre ambos proyectos; parecía como si ambos equipos hubieran aplicado las mismas ideas a sus diseños. Nunca se confirmó ni se hizo declaración oficial alguna, pero todos dieron por supuesto que el espionaje soviético había logrado hacerse con los planos del proyecto anglofrancés y se los había entregado a los ingenieros rusos, quienes se habían basado en ellos para su diseño. Tan evidente resultaba el parecido, que el proyecto ruso empezó a ser conocido jocosamente en occidente con el apodo de Konkordski.
Trabajando a marchas forzadas, el Tu-144 logró adelantarse al Concorde: su primer vuelo de prueba tuvo lugar el 31 de diciembre de 1968, adelantándose al primer vuelo del Concorde en tres meses (que lo hizo el 2 de marzo del 69). También logró ser el primer avión comercial en superar el Mach-1 y el Mach-2. Y ahí terminaba su ventaja. Si bien el Tupolev era mayor y más rápido que el Concorde, éste tenía mayor autonomía de vuelo y menor consumo. Y era más fiable. El 3 de junio de 1973, durante una exhibición conjunta con el Concorde en el aeródromo francés de Le Bourget, como colofón al Salón Aeronáutico de aquel año, un Tu-144 perdía el control, cayendo en picado hasta estallar a unos 1500 pies de altura y estrellarse cerca del pueblo de Goussainville. Murió toda la tripulación (doce personas).
Diversas hipótesis se barajaron: un error del piloto (que fué la versión oficial), un error de diseño, un fallo humano al tratar de imitar alguna de las maniobras del Concorde (más maniobrable), un sabotaje o incluso una brusca maniobra para tratar de esquivar a un caza Mirage francés que estaría en las cercanías vigilando las evoluciones del avión soviético.
Sea como fuere, el Konkordski no volvió a volar hasta 1975, y sólo dentro de las fronteras de la URSS. No fué hasta noviembre de 1977 cuando comenzaron los primeros vuelos comerciales, uniendo Moscú y la capital kazaja Alma Ata (a todo esto, el Concorde llevaba operativo desde enero del 76). El 23 de mayo de 1978 otro Tu-144 sufrió un nuevo accidente: una fuga de combustible provocó el incendio de dos de los motores y un aterrizaje de emergencia en el que murieron dos de los tripulantes. Ante la poca fiabilidad y su elevado coste, que hacía inviable su rentabilidad, las autoridades decidieron poner fin a sus vuelos comerciales (tras sólo 103 vuelos), aunque la compañía aérea Aeroflot estableció en 1979 una línea utilizando una nueva versión para el transporte de cargas, el Tu-144D, pero sólo se mantuvo unos meses. Durante los 80 se sabe que tuvieron lugar algunos vuelos no regulares, el último en 1987. Entre 1996 y 1999, un modelo modificado (designado Tu-144LL) realizó una serie de experimentos atmosféricos en colaboración con la NASA.
En total se construyeron 17 unidades de las distintas versiones del Konkordski. Dos resultaron destruidas en sendos accidentes, seis fueron desguazados y otros cinco se encuentran en distintos museos de Rusia y Alemania. Los cuatro restantes se conservan, dos en las instalaciones de Tupolev en el aeródromo de Zhukovsky (cerca de Moscú) y otros dos en la fábrica de aviones de VASO en Voronezh.
Si alguien tiene curiosidad por conocer con más detalle la historia y características de este avión, que no deje de visitar http://www.tu144sst.com/indexsp.html
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