Verba volant, scripta manent

sábado, 20 de octubre de 2012

1719: España invade Escocia



La fotografía que abre esta entrada seguro que a más de uno le resultará familiar. Sobre todo a los aficionados al cine. Se trata del castillo escocés de Eilean Donan, situado sobre una pequeña isla en mitad del lago Duich. No en vano, ha aparecido en filmes como La vida privada de Sherlock Holmes (1970),  Los inmortales (1986), Braveheart (1995), La trampa (1999) o El mundo no es suficiente (1999). El castillo se comenzó a construir en 1220 por orden del rey Alejandro II de Escocia, como baluarte defensivo contra las invasiones vikingas, y ha sufrido muchas vicisitudes durante su larga historia. Una de las más curiosas sucedió en 1719, cuando sirvió de base para la invasión de Escocia por las tropas españolas.
En 1714 moría Ana I, la última reina de la dinastía de los Estuardo, siendo sucedida por Jorge I, pariente lejano suyo, instalándose así la casa de Hannover en el trono inglés. Jacobo Estuardo, hermanastro menor de Ana, quedó excluído de la sucesión por ser católico, como su madre. Pero no se resignó; autonombrándose Jacobo III, promovió un levantamiento en 1715 que tuvo especial incidencia en Escocia, donde sus seguidores (llamados jacobitas) eran muchos e influyentes. Pero la superioridad militar del ejército de los Hannover terminó pronto con el levantamiento y Jacobo III tuvo que marchar al exilio y pidió ayuda a Francia y a España.
Ahora bien, tras la muerte en 1700 de Carlos II el Hechizado, había estallado la Guerra de Sucesión entre los dos pretendientes al trono español. Inglaterra había apoyado al archiduque Carlos de Austria frente al francés Felipe de Borbón, que a la postre se convertiría en Felipe V. Tras la firma del tratado de Utrech (1713), que puso fin a la guerra, Francia tenía pocas ganas de inmiscuirse en los asuntos internos de los ingleses; pero a Felipe V le pareció una buena idea devolverles la "cortesía" a los ingleses y apoyar a Jacobo Estuardo. Además, el 11 de agosto de 1718, una escuadra británica destruía a una española a la altura de Siracusa (Sicilia), y España declaraba la guerra a Gran Bretaña.
El plan de ataque contra los ingleses, diseñado por el cardenal Alberoni, consejero de Felipe V, consistía en el envío de dos contingentes de tropas: dos naves, con unos 300 hombres al mando del Conde Mariscal George Keith, desembarcarían en Escocia para incitar a los escoceses a rebelarse. Mientras, otro contingente de 7000 hombres y 27 naves, al mando del duque de Ormonde, desembarcaría en Gales, donde los seguidores de Jacobo también eran numerosos, para formar un gran ejército con el que tomar Londres.
El contingente de Ormonde no llegó a su destino; sorprendido por una gran tormenta a la altura de Finisterre, la mayoría de los barcos resultaron dañados y tuvieron que regresar a puerto, abortándose la misión. Pero las tropas de Keith si desembarcaron, en marzo de 1719, tomando primero Stornoway, en la isla de Lewis, e instalándose luego en el castillo de Eilean Donan, que por aquel entonces pertenecía al clan MacRae, aunque llevaba varios años abandonado. Posteriormente, el grueso de las tropas partió hacia el sur en busca de refuerzos, dejando una pequeña guarnición en el castillo.
Pero los ingleses no tardaron en reaccionar. El 10 de mayo de 1719, tres fragatas de la Armada británica, el Worcester, el Enterprise y el Flamborough hacían su aparición en el lago Duich (las aguas del Duich se comunican con las del lago Alsh, y las de éste con el océano) para rendir la fortaleza. Enviaron primero un bote con bandera blanca, para parlamentar. Los españoles abrieron fuego contra él, obligándolo a retirarse. Visto que por las buenas no habían logrado nada, los ingleses pasaron al plan B: la artillería inglesa bombardeó el castillo durante dos días, y posteriormente las tropas de desembarco tomaron la fortaleza con relativa facilidad. Según el diario del capitán del Worcester, en el castillo hallaron "un irlandés, un capitán, un teniente español, un sargento, un rebelde escocés y 39 soldados españoles, 343 barriles de pólvora y 52 barriles de munición para mosquete". Tras volar parte del castillo, los ingleses se llevaron a los prisioneros españoles a bordo del Flamborough hasta Leith, cerca de Edimburgo, donde los encarcelaron (al irlandés y al escocés los ahorcaron por traición).
No les fué mejor al resto de las tropas españolas. Los escoceses, escarmentados por el fracaso de 1715 y sin fiarse demasiado de los españoles, no se mostraron demasiado entusiastas a la hora de unirse a la rebelión. A principios de junio supieron del fracaso de la expedición de Ormonde. Aún así, consiguieron reunir a un ejército de unos 1000 hombres entre españoles y escoceses, con el que se dirigieron hacia la ciudad de Inverness. Pero el 10 de junio, en las cañadas de Glenshiel les salió al paso un ejército inglés formado por 850 infantes y 120 dragones a caballo. Aunque el número estaba más o menos equilibrado, los escoceses eran indisciplinados y desorganizados. Tras comenzar la batalla, no tardaron en desertar masivamente. Los españoles, prácticamente solos, no tuvieron más remedio que rendirse. Keith huyó con los escoceses y logró escapar a Prusia.
Los soldados españoles capturados fueron llevados a Leith, donde se reunieron con los capturados en Eilean Donan. Permanecerían prisioneros hasta octubre, en que fueron devueltos a España.
El castillo de Eilean Donan permaneció en ruinas hasta que lo compró en 1912 el coronel John MacRae-Gilstrap, quien se encargó de reconstruirlo. Hoy en día es una de las principales atracciones turísticas de la región.

2 comentarios:

  1. Interesante historia. No de ciencia ficción.
    Un saludo
    Gema

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    1. Gracias. Una de las muchas curiosidades poco conocidas que esconde la historia de España.

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