La isla de Lampedusa, a apenas 115 kilómetros de la costa de Túnez, es el territorio italiano situado más al sur. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial la isla fue fortificada en previsión de un posible desembarco aliado. Se construyeron nuevas defensas, se instaló abundante artillería y baterías antiaéreas, y se construyó un pequeño aeródromo con una pista de 800 metros. Las tropas de tierra de la guarnición consistían en tres compañías del Regimiento 77 de Infantería "Lupi di Toscana" además de varios pelotones auxiliares (artilleros, morteros, lanzallamas, tanques ligeros), mientras que la defensa aérea se encomendó a los aviones de la 10ª Ala con base en Sciacca (Sicilia).
Tras la derrota de las tropas del Eje en el norte de África la situación de Lampedusa se volvió complicada. Como preámbulo de la invasión de Sicilia, Córcega y Cerdeña, se ordenó el bombardeo intensivo de las islas italianas cercanas a la costa africana: Lampedusa, Linosa, Lampione y Pantellaria. El primer bombardeo de Lampedusa tuvo lugar el 5 de junio de 1943, y fue seguido por un intento de desembarco (frustrado por los defensores) la noche del 6 al 7. Un nuevo bombardeo masivo ocurrido el día 11 arrasó el puerto de la isla y hundió los torpederos italianos MAS 539 y MAS 564 que se encontraban en él. El día 12 a primera hora, un avión británico sobrevoló la isla arrojando pasquines apremiando a la guarnición italiana a rendirse, pero al no obtener respuesta, una flotilla aliada compuesta por los destructores HMS Laforey, HMS Lookout, HMS Jervis y HMS Nubian, los cruceros ligeros HMS Aurora, HMS Orion y HMS Penelope, el buque hospital HMHS Newfoundland (todos estos británicos) y el destructor griego Vasilissa Olga, que se dirigían a tomar parte en la invasión de las islas, sometieron a la isla a un intenso bombardeo, débilmente respondido por las defensas italianas, que duró horas y causó graves daños en las defensas de las islas. El comandante de la guarnición, el capitán de navío Orazio Bernardini, informó del ataque al Comando Superior de la Marina italiana, recibiendo la descorazonadora respuesta de que debía seguir defendiendo la isla y causar todos los daños posibles al enemigo. No obstante, Bernardini y los suyos tenían claro que su situación era insostenible y su única salida era la rendición.
Sidney Cohen |
Fairey Swordfish |
Sin acabar de creérselo, Cohen pidió ver al oficial superior. Dos oficiales italianos le acompañaron hasta el despacho de Bernardini, el cual refrendó la intención de la guarnición de la isla de rendirse si cesaban los bombardeos, mostrándose incluso dispuesto a dar garantías por escrito de que los soldados aliados no serían atacados al desembarcar en Lampedusa. Y en esas estaban, cuando la isla sufrió un nuevo ataque aéreo. Una docena de P-38 Lightning norteamericanos empezaron a bombardear las defensas italianas y Cohen corrió hacia su avión temiendo que fuera atacado también, pero los atacantes vieron los distintivos británicos de las alas y pasaron de largo. De inmediato despegaron y volaron hasta una base norteamericana en el norte de África, donde Cohen comunicó a los oficiales al mando las intenciones de los italianos. Ese mismo día, varios barcos británicos ya anclaban en el puerto (donde fueron atacados, sin sufrir daños, por varios aviones alemanes e italianos) y un pequeño destacamento de soldados desembarcaba en tierra firme. Al día siguiente, 13, se formalizaba la rendición de la isla. Poco después eran ocupadas también las cercanas islas de Linosa (con una guarnición de 170 hombres) y Lampione (sin guarnición defensiva). Los 4400 prisioneros italianos capturados fueron trasladados a campos de reclusión en territorio africano.
P-38 Lightning |
Gracias a usted, conocemos hoy con detalle algo de la historia de esta isla más famosa por hoy por ser puerto de arribada de uno de los mayores flujos migratorios de este siglo. Un saludo.
ResponderEliminarEs una de esas historias "menores" que jalonan el camino de la Historia con mayúsculas pero que no dejan de sacarnos una sonrisa. Lampedusa tiene, curiosamente, un cierto paralelismo con Ceuta y Melilla: su situación fue antaño una ventaja estratégica, pero hoy en día resulta problemática por el flujo migratorio procedente de África. Saludos.
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